Cap.XLVIII / (39ªEt.=33,0Km) CEA –LAXE/Bendoiro
(30 Septiembre, Jueves)
Mi instinto me hace despertar pronto y bajo
a los servicios antes que llegue la competencia. No
obstante me aseo rápidamente para dejar sitio a los
demás, de manera que cuando dan las 6.30 ya estoy en el
comedor-cocina. Antes de bajar he sacado la nariz por la
ventana del dormitorio comprobando que por fortuna no
llovía; parece que la tormenta de ayer fue un episodio
intrascendente…; estamos pues de suerte. Estoy solo
abajo, con tiempo sobrado para desayunar tranquilamente
y preparar los bocadillos. Dispersas por toda la casa
hay unas tenues luces permanentes, suficientes para
moverse en la cocina con comodidad. Estaba preparando
mis habituales sardinillas cuando distingo en la pared
del fondo del salón una puerta, en la que no había
reparado antes. Como no tenía prisa, decido acercarme a
ella para husmear su utilidad…
La
puerta no tiene ningún rótulo, y tras ella me espera una
grata sorpresa: tenemos aquí un servicio completo para
uso de personas con movilidad limitada (sillas de
ruedas). Pero pensándolo bien, como en esta jornada no
hay alojado ningún peregrino de esas características
cabe suponer que esta dependencia debería estar
disponible para todos... Nadie nos había advertido de
ello, pero considero que esto deben saberlo los demás;
de manera que paso la información a quienes poco a poco
van bajando... La noticia se expande rápidamente, y
supone un gran alivio para muchos; y seguramente evitará
esta jornada los atascos vividos el día anterior. El
hospitalero suplente, a quién vimos al atardecer para el
sellado de la credencial, debería habernos informado de
esto, pero evidentemente no lo hizo; ya que este
servicio está impecablemente limpio, con toallas
perfectamente dobladas y varios rollos intactos de papel
higiénico.
A las 6,45 desayuno mis sardinas en solitario, y me
encuentro con otro golpe de suerte: alguien había dejado
media botella de vino tinto sobre la bandeja de la
cocina, que me viene de perlas para mi habitual
desayuno...
Cuando he terminado ya hay en la sala varios peregrinos
listos para marchar. Mientras espero a Francesc,
mato el rato examinando en un expositor un esquema de la
etapa inmediata, y mantengo una conversación con una
joven pareja que me proporciona más información. Me
muestran un impreso fotocopiado, donde se detalla de
forma práctica lo esencial de las etapas entre
Ourense y la capital compostelana, con un eje de la
ruta y diversos apuntes relativos a alojamientos y
kilometraje. Lo que dice el impreso sobre la etapa de
hoy me lo aclaran directamente los chavales: hay dos
itinerarios alternativas que se juntan en Castro
Dozón; suponiendo el más largo de ellos un plus
de 8 km, aunque tiene el atractivo de contemplar de
cerca el gran monasterio de Sta. Mª la Real de
Oseira. A nosotros nos interesa el camino más
corto, porque incluso este es ya bastante largo... El
chaval me sugiere que hagamos el primer tramo de la
etapa (hasta Castro) junto a la célebre N-525. El
resto discurrirá ya por el tramo único, señalizado, en
el que conviene seguir también las indicaciones del
folleto-guía, documento que no habrá que perder de vista
durante toda la jornada…
Ellos van en bicicleta y harán la ruta larga hasta
Castro Dozón, pasando por Oseira. Este
cenobio cisterciense es un centro espiritual de
primera magnitud, comparable al célebre Monasterio de
Samos, que años atrás conocimos por tierras
lucenses. Por cierto, en Santa Mª la Real de
Oseira hay también un magnífico albergue…
Habría sido sin duda un buen final de etapa; pero desde
luego no nos conviene hoy como lugar de paso a nosotros,
pues su visita requiere mucho tiempo y para hacerla
tendríamos que perder con seguridad una jornada… Se
marcha la pareja luego, y les agradezco sus acertadas y
oportunas observaciones. Estas son las ventajas de
pernoctar en refugios o albergues
públicos, donde coincidimos con muchos peregrinos. Una
información precisa de cualquiera de ellos en el momento
oportuno, puede simplificarnos enormemente el recorrido
de cada etapa.
Salimos a las 7,30 junto a los cordobeses Araceli
y Paco, siendo aún noche cerrada. Para empezar
hacemos los primeros 100 metros en la dirección opuesta
a la que nos conviene, ¡no está mal el debut!…; aunque
por suerte, solo perderíamos 5 minutillos y en seguida
encontramos el rumbo correcto. Poco después de abandonar
el pueblo vemos a la derecha la pista que lleva a
Cotelas y Piñor, pero nosotros decidimos ir
directos en perpendicular hacia la carretera
N-525; siendo de noche, es mucho más seguro
caminar por el arcén de una carretera… Por aquí habrá
además la posibilidad de tomar el ‘café matinero’; ese
que tanto necesitamos a primera hora. Con suerte
podríamos encontrarlo en el cruce con la citada
carretera nacional.... Como suele pasar en los pueblos
pequeños, tampoco hemos encontrado en Cea ningún
local abierto a estas horas; hasta las 9 de la mañana
será muy difícil que abra alguno de ellos.
< img 1:
(O’Reino-Castro Dozón) tramo cubierto íntegramente
por el arcén de la cra.
nacional N-525 (k8-9.21h) >
Alcanzamos la N-525 poco antes de las 8, todavía de
noche, pero en el cruce tampoco tenemos suerte, no
hallamos ningún bar. No lo encontraremos hasta las 9
menos cuarto en O Reino, pequeño lugar
donde viene a salir la pista asfaltada que procede de
Piñor… Tras el café seguimos con los lucentinos por
el arcén de la carretera nacional, caminando en fila
india. El recorrido es monótono, pero nos distrae el
agradable paisaje, como muestro en la imagen que adjunto
(img
nº1 arriba).
Junto
a la pareja cordobesa almorzaremos a las 11.00 en un
terraplén de nuestra sempiterna N-525; a un cuarto de
hora de Castro Dozón y dentro ya de la provincia
de Pontevedra
(img
nº2 abajo).
<
img 2: (O’Reino-O’Castro Dozón)
almuerzo en el terraplén de la cra. nacional, con
Araceli y Paco (k13-11.08h) >
Justo a la entrada de O’Castro hemos de
cruzar la N.525, porque las marcas nos desvían
hacia la derecha, para tomar una pista asfaltada que
desciende al lugar por su lado este; de manera
que el núcleo principal de O’Castro queda entre
dicha pista
(denominada
como “Parque Pozón”) y la carretera nacional, la
cual inicia una suave subida por la izquierda del
pueblo. Justamente por esta zona se nos adelantan los
cordobeses, porque F y yo hemos topado con
el francocanadiense Michel, a quién
Francesc había conocido en el albergue de
Cea, y nos entretenemos un poco con él. Michel
nos dice que se queda en este mismo lugar, porque
empieza a tener problemas de rodillas…Lo vemos un poco
desanimado, y tras unos minutos de amigable charla
desistimos de intentar convencerle para seguir.
< img 3:
(O’Castro Dozón) Iglesia de San Salvador y
cementerio anexo, vistos desde el lado sur
(k15-11.42h) >
Nos despedimos de él y pasamos junto al recinto
histórico de O’Castro Dozón
(principal núcleo de población del concello de Dozón),
bordeando el muro del cementerio. Lo poco que vemos del
enclave nos gusta bastante: cuatro casonas medievales
rodean la iglesia de S. Salvador
(foto 39ª3),
de la que se distinguimos tres ábsides o capillas
rectangulares y su elegante torre de tres tramos; la
cual muestra un refinado estilo barroco, o al
menos así lo parece de lejos. Me hubiera gustado ver el
cementerio por dentro; visto de espaldas tiene pinta de
ser interesante…
Proseguimos luego por la misma pista “Parque Pozón”
durante algo más de 2 km. Es un territorio solitario y
boscoso en ligero ascenso. Pasado ese corto tramo nos
reincorporamos al arcén de la N-525, para continuar por
ella hasta el alto de Sto. Domingo.
Prácticamente en el alto volvemos a
alcanzar a Paco y Araceli, junto al cruce
de Sanguiñedo; pero de inmediato vemos a la
izquierda el bar-restaurante “Parrillada Alonso”,
donde decidimos con F parar un
rato (img
nº4 abajo).
< img 4:
reencuentro con Paco y Araceli (12.31h)
Alto Santo Domingo
(conc. Dozón/parr. Sanguiñedo) bar-parrillada
Alonso (k18,5-11.40h)
Hablamos con nuestros nuevos colegas unos momentos, y
los cordobeses prefieren continuar. A ellos les gusta
apoyarse en los veteranos cuando lo precisan, pero de
ordinario prefieren ir solos, a su aire. Aunque son
novatos en el Camino aplaudo esa decisión, porque
creo que es la opción más inteligente. Es lo que hemos
hecho nosotros durante muchos años, y nos ha funcionado
de maravilla. Entramos pues F y yo en el
bar Alonso y nos sentamos en la barra; para tomar
un respiro mientras disfrutamos de esa cerveza, y de
paso analizar el buen trozo de etapa que nos queda (casi
15km)… Hemos quedado con la pareja lucentina
encontrarnos en el refugio público de Laxe,
punto donde todos planeamos terminar la etapa hoy.
Desde el lugar en que estamos todos los informes
nos aconsejan ir ya por la ruta señalizada, cosa que
haremos al pié de la letra. Pasaremos desde allí por el
entorno de Lalín, caminando un buen rato
por bonitas corredoiras. El itinerario es de muy
variada naturaleza y fisonomía según leo en los apuntes
que llevamos; habrá que cruzar y pasearse por diversas
pistas y carreteritas locales, para finalmente salvar la
importante autopista A-53 por un viaducto… A las 12,40
abandonamos el bar, tras un descanso de 15 minutos, y
con nuestro mapa guía en ristre lograremos pasar el
complejo territorio anunciado más arriba sin tener el
más mínimo despiste, porque las marcas están claras y
bien situadas. No más salir del mesón tomamos en
seguida una pista por la izquierda en dirección a
Puxallos, ya en el concello de Lalín,
cruzando una abierta campiña en la que se intercalan
algunas zonas boscosas con terrenos de secano. Vamos por
buena pista de tierra, que se transforma en amplias
corredoiras al internarse en el poco tupido
bosque...
< img 5:
Santiago peregrino en una vivienda
-Puxallos (conc. Lalín/parr. Catasós)
k21-13.18h- cruceiro público del lugar
>
Puxallos es una aldea de la que solo vemos
casas rurales dispersas. Una de ellas tiene un amplio y
cuidado jardín delantero, con variados detalles
escultóricos representativos de la ruta jacobea;
entre ellos una notable escultura de Santiago
peregrino a tamaño natural y un pequeño crucero
moderno, de los que he sacado un par de fotos para mi
reportaje. A escasos 40 metros, queda a nuestra
derecha el antiguo crucero de la aldea,
muy elegante y austero, enarbolando una sencilla cruz
que carece de las habituales figuras escultóricas
(img nº5
arriba).
< img 6:
(Puxallos-A Xesta) encantados con el entorno,
¡pero hambrientos!.. // detalle de un abedul con
6 brazos (k22-13.32h) >
Desde Puxallos
(parroquia de Catasós)
al
término parroquial de A Xesta tardamos 25
minutos, deambulando por cambiantes caminos en cuyos
márgenes vemos una variopinta vegetación. Abundan ahora
junto a la pista abedules de escasa alzada,
intercalados con algunas manchas de pino albar
(doble imagen nº6).
En
el linde que delimita ambas parroquias, se cruza la
autopista AP-53 por el altísimo viaducto señalado en las
guías. Pese al cansancio y al hambre, no me
abstengo de sacar las magníficas vistas que se divisan
desde su ápice y el estribo occidental (img
nº7).
< img 7:
vista norte desde el puente
Viaducto de A Xesta
sobre AP-53 (k23-13.43h) vista
norte desde estribo Xesta >
Tras el viaducto de Xesta nos adentramos en un
espeso bosque de castaños y robles. Durante media hora
lo atravesaremos por muy buen camino, llegando al
término parroquial de Botos siendo ya las 14,42
(img
nº8izq. abajo).
Un cartel indicador cita en ese punto varios lugares
cuyos nombres no figuran en mis mapas… Menos mal que las
marcas amarillas (o los habituales carteles jacobeos de
la vieira) son muy claras en todos los cruces; porque
aquí nos perderíamos con toda seguridad si tuviéramos
que atenernos a otras referencias…. El tramo se hace
largo, y el gusanillo del hambre empieza a cosquillear.
Hace rato que soñamos con ‘aparcar’ la mochila en el
primer chiringuito que encontremos… Por fin, avistamos
la civilización sobre las 15.15h; cuando desde lejos
divisamos una carretera de cierta amplitud, que por un
cartel anterior suponemos va hacia Botos.
Empezamos a ilusionarnos con una buena mesa...
< img 8:
(conc. Lalín /parroquia Botos) joven
‘carballeira’ (km27-14.42h) // mesón-bar
familiar, en las cercanías de A Estación (km28,3)
>
Medio km. después de desembocar en el asfalto topamos
con un sencillo restaurante que parece estar abierto,
porque hay un coche aparcado ante la puerta… No más
cruzar el dintel nos encontramos con una agradable
sorpresa: los cordobeses están en una mesa del fondo
atacando ya el 2º plato. De inmediato somos invitados a
compartir mantel con ellos, cosa que hacemos
encantados. El restaurante lo lleva una simpática
familia; y siendo ya bastante tarde, nos bastan un par
de sugerencias de la chica que nos atiende para
decidirnos. Pedimos paella (para mí) y
estofado de ternera con patatas para
Francisco. Yo también debería haberme apuntado a la
ternera; porque el clásico guiso valenciano nos ha
salido flojito en esta ocasión… Pero bueno, lo
importante es el descanso, el ‘tinto de verano’ y la
buena compañía de los colegas.
Finalizada la comida, empezamos a vacilarle a la dueña
con nuestro famoso oruxo carballado, cuya petaca
sacó diligentemente F de la faltriquera.
Luego la gallega y su hija tiraron de repertorio sacando
varios brebajes del fondo de la bodega, entre el
jolgorio general. Nos gustó mucho el licor de café;
cuya fórmula nos proponemos estudiar en el laboratorio
del ‘mas’ ampurdanés, cuando nos pongamos a
destilar en diciembre.
Tras fotografiarnos con la anfitriona y su nieto, que
posa con su camiseta del “Depor”
(img
nº8der. arriba),
salimos junto con Araceli y Paco para
rematar la jornada. Nos han informado en el restaurante
que restan unos 5km hasta nuestra meta en Laxe
(parroquia de Bendoiro), donde se
encuentra el albergue público del concello de
Lalín.
< img9:
(conc. Lalín /parroquia Donsión) cruzando
el ‘Rego das Cabirtas’, en el entramado de
corredoiras rumbo a Laxe (k31-18.03h)>
Iniciamos este último tramo a las 16.45h; y lo
recorremos sin incidencias por un grato entorno natural,
boscoso en su mayor parte. Volvemos a encontrarnos en
este intervalo la magia de etapas anteriores. Las
corredoiras brillan bajo el sol de la tarde,
exhibiendo diversidad de tonos verdes y ocres, que en
algún momento me obligan a sacar la cámara. Como ante
ese arroyo de cristalinas aguas, donde nos hacemos fotos
mutuamente con los cordobeses
(doble
img nº9).
Culminamos la etapa a las 18,30h. Pero localizar el
lugar de A Laxe no ha resultado
tarea fácil; de hecho, una vez más nos hemos quedado sin
identificar claramente el núcleo urbano del pueblo.
Nuestro albergue está en una hondonada, y en su
entorno no logramos ver más que algunas casas rurales
dispersas, desconectadas entre sí. Esta ubicación nos
iba a complicar bastante la vida durante la jornada de
tarde…
No
habiendo un núcleo urbano, obviamente no tenemos donde
comprar nada para cenar; aunque debemos puntualizar que
al menos han instalado en el Refugio un par de
máquinas tragaperras, con bebidas variadas y las
habituales manufacturas de madalenas y otros artículos
de bollería industrial. Todo eso podría ser un recurso
para desayunar algo antes de salir mañana, pero no nos
seduce como cena. Dado que la carretera N-525 pasa por
arriba, para cenar algo caliente no hay otra solución
que ascender por un estrecho sendero los 300 metros que
nos separan de dicha carretera, donde afortunadamente
tenemos el Bar Restaurante Mª José.
Hemos decidido acudir allí y tenemos que espabilar,
porque seguramente habrá otros colegas con la misma
idea….; podríamos encontrarnos con ‘over-booking’
en el local.
Como hemos llegado algo tarde, y hay que salir pronto a
cenar, no podré lavar nada de ropa; así que decido poner
mi camiseta a secar en el tendedero exterior; no me
gusta meterla en la mochila sin estar bien seca.
Habitualmente sudo poco pero la camiseta es inevitable
que esté algo húmeda. Trataremos al menos de orearla, y
secarla en lo posible, antes de guardarla para lavar
otro día. Cuando regreso luego del patio, observo que
han colocado en el pasillo del piso alto unas
estanterías donde dejar las botas… Naturalmente decido
poner también las mías en ellas, tras calzarme las
chancletas con doble calcetín..; aunque lamentablemente
solo cuatro peregrinos seguirían finalmente esta norma
de respeto a los demás. Voy a continuación en busca de
F y, tras comentarle el panorama, paso a
la ducha en primer lugar, mientras controla él la
“valija diplomática”. Luego intercambiamos papeles
cuando F pasa al aseo. Siempre tomamos
estas precauciones si no conocemos bien al ‘vecindario’;
es fácil hurgar en las mochilas y ropas sueltas si sus
dueños están en la ducha y no hay ‘vigilancia’..
< img 10:
(A Laxe / parroquia de Bendoiro) Albergue
de Peregrinos del concello de LALIN,
vista exterior y planta alta
>
Sale Francesc de los lavabos y aprovecho el
ratito que tarda en vestirse para dar una vuelta por la
casa, y sacar un completo reportaje fotográfico. Se
trata de un magnífico albergue de obra nueva;
amplio y sobradamente dotado de servicios de todas
clases. He comprobado que dispone de 24 plazas en
litera, más otras 72 factibles con colchonetas
supletorias. Las literas están dispuestas en dos salas
de 6 unidades cada una (12 plazas). Para tender las
colchonetas supletorias hay otras salas vacías o
semivacías. Me ahorro describir con más detalle la
distribución y enumerar todos los servicios disponibles,
remitiéndome a la colección de fotos. El albergue
ha sido acondicionado sobre la base de una antigua casa
rural, cuyos viejos muros aún sirven de cierre a parte
de la planta baja; pero tras lo visto en mi recorrido,
se podría afirmar que en su conjunto es obra nueva
prácticamente, muy moderna y funcional por cierto.
Haciendo balance una vez finalizado el viaje, y
valorando los que he conocido en persona, está entre los
mejores albergues públicos del tramo gallego de
este itinerario mozárabe. Como muestra adjunto
en este reportaje un par de fotos (doble
img nº10 arriba).
Cuando estoy recorriendo las salas me encuentro a un
peregrino inesperado: el canadiense Michel
decidió reemprender la marcha para terminar también aquí
su etapa, abandonando la idea de quedarse en Castro
Dozón, y lo veo ahora pasando algunos apuntes en el
saloncito de butacas
(img
nº10 der);
él no se ha percatado de mi presencia. Cuando se lo
comento a F se alegra mucho y nos
acercamos a saludarle. Con una amplia sonrisa de
satisfacción Michel coge a F
por un brazo y le suelta: -- Tras veros en
Castro Dozón decididos a continuar hasta aquí, me
dije a mí mismo: ¡Si Francesc con 73 años sigue
hasta Laxe, yo con 65 no puedo ser menos..!; me
he puesto una funda elástica en la rodilla y he salido
con mucha rabia… Aquí me tenéis, he aprendido a sufrir
mis molestias y mira... ya me duele menos la pierna....--
Le felicitamos y nos despedimos de Michel, porque
él no saldrá a cenar fuera. Lo hacemos nosotros sin más
demora, rumbo al Restaurante María José .
< img 11:
(A Laxe, conc. Lalín /parroquia de
Bendoiro) cena satisfactoria en
el bar-restaurante MªJosé
(21.10-21.40h)>
Tras ‘escalar’ esos 300 metros de desnivel con la
carretera, nos encontramos a pocos metros con el bar-restaurante
de marras, en cuyo interior nos reciben
sonrientes los cordobeses; de nuevo se nos han
adelantado a la hora de comer... Por suerte somos amigos
de ellos, porque les acompañaremos a cenar en la última
mesa disponible. Las dos restantes ya estaban
reservadas; respectivamente por un grupo francés y otro
anglo parlante, donde distinguimos americanos e
ingleses. Ambos grupos se darían un festín por todo lo
alto en nuestras narices, incluyendo varias botellas de
vino y cava. Nosotros cenamos también muy a gusto,
aunque más discretamente, coincidiendo en todo:
ensalada, empanadas de atún y bistec con
patatas (img
nº11 arriba).
De regreso a nuestro refugio me acerco a recoger
la camiseta, hallándola aún algo húmeda; de manera que
decido dejarla también en la estantería con las botas.
Si por la mañana no está seca tendré que usar el
socorrido recurso de envolverla en papel de periódico,
formando con ella y varias hojas de papel un perfecto
‘sandwich arrollado’.
Luego encontramos a la valenciana Isabel,
sentada junto a otros peregrinos en una de las mesas de
madera del comedor. Nos pregunta a qué hora saldremos
por la mañana, y acordamos partir muy temprano con ella,
en previsión de una etapa que será bastante larga. A la
chica también le gusta madrugar, y no quisiera salir
sola a esas horas… En realidad a nadie le conviene
hacerlo solo de noche, pero en el caso de una mujer se
comprende que es aún más arriesgado. Aprovecho para
reiterarle que debería abrigarse más y le vuelvo a
ofrecer una de mis camisas. Ella me asegura que no la
necesita pero yo insisto; de madrugada hace mucho frío y
humedad y ya anda medio constipada… Luego nos mostraría
Isabelita una chaqueta que tiene de reserva, para
usar únicamente en caso de extrema necesidad. Sigo sin
comprender el porqué de no utilizarla en ocasiones
anteriores…, pero ya la dejamos tranquila con ese
asunto.
Nos dirigimos a nuestro dormitorio poco antes de las
diez, encontrándonos ya mucha gente durmiendo, aunque
las luces del cuarto siguen aún encendidas. Yo debo
buscar un enchufe donde cargar la batería de mi cámara
digital, y tengo que dar varias vueltas para localizar
uno. El problema es que se encuentra al otro lado de la
nave, entre dos literas y a solo 30 cm del suelo. No me
gusta mucho el sitio porque a lado y lado hay gente
joven, que constantemente están yendo y viniendo a
recargar los móviles y otros trastos; temo que haya
alguna confusión y se extravíe, o que me cambien
accidentalmente la batería. Me propongo entonces
levantarme muy temprano para evitar riesgos…Este día nos
retiramos todos a dormir con mucha puntualidad, a las
22h exactamente; y en seguida comprobaremos que también
aquí funciona el autómata de apagado y encendido general
de luces.
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