Busca en la hemeroteca . Miles de artículos 


CAMINO DE SANTIAGO: --Ruta MOZÁRABE--

SEVILLA—SANTIAGO por la VÍA DE LA PLATA y la Variante Sanabresa


por Antonio García Márquez

Indice : Capítulos I - II- III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII- XIII - XIV - XV

XVI
- XVII  - XVIII - IXX - XX - XXI - XXII - XXIII - XXIV -
XXV - XXVI - XXVII - XXVIII - XXIX - XXX

 - XXXI - XXXII - XXXIII - XXXIV - XXXV - XXXVI - XXXVII - XXXVIII - XXXIX - XL  XLI - XLII  - XLIII -


Cap.XLVI / (37ªEt.=22,0Km) ALLARIZ -OURENSE (28 Septiembre, Martes) 

         Me levanto sobre las 7 procurando no hacer mucho ruido; 10 minutos después ya estoy en el comedor preparando mis sardinas para desayunar y el bocadillo de F. Previamente he pasado por la cocina para coger un bidón de agua bien fresquita, con el que relleno los botellines de reserva de la mochila. En casa estoy acostumbrado a desayunar con  un vaso de vino, pero en el Camino he de comer mis sardinillas de ordinario a ‘palo seco’, o como en esta ocasión con un poco de agua, porque la que han dejado a nuestra disposición las monjitas está riquísima. La verdad es que tiene algo especial y me sabe a gloria, como el pan de Allariz. Cuando aparece F estoy terminando de pasar a la libreta de apuntes el borrador de la etapa anterior. Viéndole ya equipado me apresuro, pues Francesc no suele comer nada a primera hora si previamente no ha ingerido algo de café; en tres minutos nos aprestamos para salir. El madrileño duerme plácidamente en su cuarto, y al cerrar la puerta a nuestras espaldas lo  hacemos silenciosamente para no despertarle; habíamos acordado con él que se encargaría personalmente de entregar la llave. 

       Cruzamos el Campo da Feira por última vez para ir a tomar el café en un bar que distinguimos iluminado justamente frente a nosotros, adosado a la vieja muralla. En la barra coincidimos con un conductor de reparto que amablemente nos informa sobre la ruta a seguir. Charlando con él, enseguida nos pregunta nuestras impresiones sobre el pueblo y su Albergue; nuestros elogios le llenan de orgullo, y luego se desvive en atenciones con nosotros…

 

< img 1Plaza Mayor de Allariz.- Francesc en el inicio de etapa, ante la iglesia de Santiago  (8.05h)> 

    Atravesamos  Allariz por el mismo itinerario por el que regresé en la víspera hacia el albergue. En la  plaza Mayor observo un excelente encuadre y le pido a F posar en el centro, ante el ábside de la iglesia de Santiago. Son las 8,05, y resulta una buena imagen en semipenumbra. Luego bajamos recto por la rúa Vilanova en busca del Puente Románico, tras el cual se inicia el camino que conduce hacia al Santuario de Augas Santas… El trayecto es muy agradable, sin grandes altibajos. Estamos en la Galicia profunda; apartados de la costa, caminando por un mágico entorno rural de primarias corredoiras (img nº6 abajo). Bajo nuestros pies emergen frecuentes escollos de áspera roca que nos exigen mucha  atención en nuestro caminar. Se cruzan cinco aldeas, pero solo guardo en mi cámara el paso por Rubiás, Espiñeiros y Turzás; lugares muy parecidos a lo visto durante nuestra etapa anterior hasta las inmediaciones de Allariz. Predominan las antiguas casas rurales, algunas de las cuales vemos por aquí muy bien recuperadas, conservando su hermosa traza y espectaculares muros. En cambio, apenas vemos hórreos operativos, lo que demuestra el estado de abandono de estas localidades.  

 

< img 2: Antonio, en un Hito del Camino  -Rubiás-Espiñeiros-: en la Galicia profunda   Francesc, encrucijada de corredoiras (k5-9.30h) > 

 A la salida de Espiñeiros (9,40h) avistamos un lugareño de bastante edad, cargando sobre su espalda un gran fardo de hierba para el ganado. La imagen me impacta, y decidimos parar unos momentos para charlar con él, porque llama la atención su despliegue físico siendo a todas luces bastante mayor... Si a nosotros nos agrada hablar de vez en cuando con la gente, pronto comprobaremos que a este buen hombre le apetece mucho más… Descarga el paisano su fardo, y nos comenta que con 83 años sigue trabajando más o menos las mismas horas de siempre… Nosotros, sin bajar las mochilas, decidimos hacer las presentaciones como en los viejos tiempos, ya que este protocolo suele gustar a la gente mayor, especialmente en lugares apartados como este. Le doy la mano a Manuel Conde y al estrechar la suya me está certificando que no va de farol: con una talla no mayor de 1,55mt ¡tiene la –manopla- de un pelotari vasco!... Viendo que no tenemos prisa, empieza a explicarnos luego su larga vida de currante...; pero antes de permitirle extenderse demasiado con ello no dejamos de felicitarle por la actividad física que aún desarrolla a sus años… El hombre se echa a reír porque, según dice,  ahora puede trabajar cerca de su casa durante toda la semana, en el propio terruño familiar; y  poder hacer esto todos los días del año, laborables o festivos, ahora que está jubilado, supone para él una gran felicidad. Luego prosigue con su historia… (Ver Nota 8 que sigue)

 

-Nota 8- Manuel Conde (vecino de Espiñeiros -83 años-): la historia ejemplar de un honrado trabajador gallego   Pasó más de treinta años trabajando muy lejos del pueblo, teniendo que salir antes de las 5 de la mañana para llegar puntual a destinos lejanos, que normalmente distaban no menos de 10 km de su casa; unos trayectos cubiertos siempre a pié por caminos tortuosos e irregularmente empedrados, con frecuentes y acusados desniveles por esta zona...  Luego tenía que cumplir una dura jornada laboral de 10 horas y retornar al pueblo, para llegar a su hogar sobre las 8 o 9 de la noche. Desempeñaba esas tareas tanto en el sofocante verano como el crudo invierno, soportando a menudo grandes  tormentas de nieve… Los fines de semana, como suele ocurrir en tierras gallegas, había que dedicarlos íntegramente al cuidado del terreno familiar…; y no hablemos de las “vacaciones”, porque Manuel desconoce su significado. Nos explica que trabajó en diferentes actividades, especialmente de cantero en el ramo de la construcción;  y como solía darse en su época, no siempre tenía contrato y subsiguientes cotizaciones sociales... Pero no se queja de eso porque nunca le faltó trabajo, y ahora tampoco...Nos aclara Manuel que siempre fue libre para cambiar de empleo cuando la situación se torcía, y se buscaba invariablemente otro patrón, o empresa donde trabajar, sin necesidad de intermediarios... 

    Nos hubiera gustado invitar a Manuel Conde a tomar algo en cualquier sitio, para sentarnos y poder alargar un poco la conversación, pero era ya un poco tarde para eso… ;lástima no tener  aquí nuestro final de etapa!. Su nada jactanciosa forma de expresarse nos resulta del todo convincente, y sin duda  estamos ante un hombre íntegro donde los haya… Por eso se nos ha pasado el tiempo en la conversa sin darnos cuenta; llevábamos10 minutos de charla y ni siquiera hemos descargado la mochila, porque había que seguir. Se lo comentamos, pero antes de la despedida no le impedimos terminar con su historia vital,  añadiendo con visible orgullo que ha tenido y criado 9 hijos, y que su mayor satisfacción es verlos a todos trabajando en la actualidad, a pesar de la crisis…

     Nuestro descansillo con este interlocutor, prototipo de gallego rural polivalente, toca a su fin. Nos despedimos de Manuel con otro apretón de manos y antes de marchar no descuido el detalle de anotar su nombre en el dorso de mi mapa de ruta....
 

       Reanudamos el camino por un sendero pedregoso en suave ascenso, y mientras elogiamos la ejemplar actitud del personaje que acabamos de conocer solo lamento no habernos sacado alguna foto con él; cuando me he dado cuenta ya era demasiado tarde para volver. Como sucedáneo le dedico a Manuel Conde las pocas líneas que anteceden.

 

  < img 3: monumental hórreo centenario de 3 tramos   Turzás (km6-10.10h)   Francesc  junto a un hórreo restaurado > 

      En Turzás, pueblo que alcanzamos a las 10.07, saco un par de fotos a un magnífico hórreo de tres vanos; se ven muchos en este itinerario, pero este es de los que impresiona. Estamos en una calle estrecha y me cuesta un ratito encontrar buenos ángulos para las fotos. Me ha impactado desde lejos su poderosa y armoniosa estructura, perfectamente conservada; aunque la techumbre, maderas del forro y puertas son una pura ruina (img nº3). La belleza de sus cuatro pilastras con el contraste del podrido maderamen merecen la foto y esta reseña.., aunque significa una corta demora que no pasa desapercibida para una vecina cercana. Cuando pasamos a la altura de su casa, 15 metros más adelante, “doña Contemplaciones” se asoma al balcón diciendo tras una amplia sonrisa : –¡Ya veo que os gustan mucho las piedras viejas..!-- Nos paramos en seco un poco sorprendidos ante esta simpática aparición, viendo que es ahora una lugareña (entre 70 y 80) la que, como Manuel, también tiene ganas de charla. –Bueno, ya sabe usted aquello de que la arruga es bella...—le respondo a bote pronto (refiriéndome a lo de piedras viejas, por supuesto) sin dejar de avanzar, pero ella no se desengancha y sigue..—¡Ay, eso no lo estarás diciendo por mí, majo..! –Miro a F. de reojo y le veo encantado, con ganas también de que continúen los “juegos florales”, de modo que yo sigo con otra “flechilla” --Desde luego que no lo digo por Vd. vecina, que de vieja no tiene nada y ¡está de muy buen ver!-- , etc. etc.

       Nos detenemos un ratito, poco, el suficiente para tratar como se merece a alguien que mantiene aún vivas con su presencia estas pequeñas aldeas de montaña. Esta señora ha visto en su juventud como se llenaba hasta los topes el hórreo cercano, dentro de un pueblo donde seguramente se encendían a diario todos los hogares... Seguimos con la charla y pronto sale a colación que ahora nos atrevemos algunos a realizar a pié los trayectos que antes solo recorríamos en coche. También sale nuestro estatus de jubilados y felices abuelos, que como pasatiempo trabajamos ahora en el campo. Al conocer nuestra edad, nos confirma ella que anda más cerca de los 80 que de los 70, pero sin concretarla… A continuación nos felicita por atrevernos con el Camino siendo ya abuelos, lamentándose ella misma por faltarle ambas cosas: porque no se atrevió nunca a intentar lo de la ruta jacobea (posiblemente no se estila mucho en lugares tan cercanos a Santiago) y muy especialmente porque aún no la han hecho abuela ninguno de sus dos hijos. La charla no da para más y seguimos, no sin desearle la pronta visita de la cigüeña.  

     Poco después vemos un par de hórreos en perfecto estado junto a sendas casas restauradas, no muy lejos de la vecina que acabamos de dejar. Uno de ellos ofrece una perspectiva idónea pasa sacar fotos, de manera que Francisco y yo posamos ante él separadamente (véase arriba img nº3der). Sin más parones acabamos de cruzar Turzás, apreciando que parece tener algo más movimiento que otros lugares de la zona; aunque puede que esto ocurra únicamente en fines de semana. A la salida del pueblo atravesamos una finca con grandes castaños  en explotación, algo que queda evidenciado por estar el sotobosque perfectamente labrado y despejado ante la inminente cosecha. Entre los árboles se ven enormes montones de matorral seco, perfectamente empacados (img nº4izq). Me comenta F. que probablemente utilizarán esto, una vez esté bien seco, para  revolverlo con la tierra, a modo de substrato vegetal que enriquezca y oxigene el terreno. Nos acercamos para comprobar que se trata de helechos, muy abundantes por la zona.

 

  < img 4: (afueras de Turzás) explotación de castaños y helechos (km6.3) // (entorno de O Pazo) cruceiro y área de descanso (k6.5-10.32h) > 

    No tardamos en alcanzar la carretera OU-0101 procedente de Allariz, muy cerca de O Pazo… Hay en ese punto un bonito crucero, y junto al mismo un área de descanso cubierta con un par de bancos (img nº4der). El lugar es idóneo para descansar un rato, y de paso pensar la mejor ruta a seguir desde este lugar; porque se nos abren dos alternativas para proseguir la etapa. La primera opción (más corta) es la señalizada con las marcas del Camino. Pasa junto a O Pazo y se dirige luego hacia Armea y Abeledo. Es la que prefiere Francesc, pero nos apartaría del principal objetivo cultural en esta etapa: Santa Mariña de Augas Santas. Trato por tanto de convencer a F para hacer ese pequeño rodeo, visitando dicho santuario y lugar monumental, importante iconos religioso y etnográfico de la provincia de Ourense.  

Defiendo con calor esta opción, que antes de la partida, ya comentábamos con nuestro cicerone gallego en el bar; pero no logro convencer a F, y decidimos ir por libre hasta la entrada de OurenseFrancisco continuaría recto finalmente, y yo giraré a la derecha siguiendo la citada carretera  OU-0101 en dirección a Sta. Mariña. Una calzada que cabría calificar como pista asfaltada, por carecer de arcenes. El desvío solo me supondrá unos 800 metros más de camino…           

        Antes de separarnos, vemos venir a dos caminantes a buen paso, que retornan precisamente del santuario mariano; ellos nos confirman esta como única opción para ir directamente a Santa Mariña de Augas Santas, y que el famoso recinto arqueológico está a 1,5 km... Pero F ya ha tomado su decisión y no le insisto; prefiere atajar por el camino de O Pazo y Armea, que baja a 45º  ‘haciendo la hipotenusa’ del triángulo que recorreré yo… Finalmente, como por tierra gallega todos los caminos conducen a “Santiago” cada uno seguirá su elección. Además,  nuestra meta de hoy es Ourense; destino claro que no tiene pérdida posible. Es seguro que nos encontraremos allí, en su refugio público;  y  muy probablemente antes, si logro acelerar el paso lo suficiente tras visitar el lugar sagrado…

 

< img 5: entrando por la cra. comarcal OU-0101 - Santa Mariña de Augas Santas (k8,1-10.50h)-  perspectiva y ábside del Santuario > 

Augas Santas es el lugar del martirio y enterramiento de “Santa Mariña”, episodio que se remonta a tiempos del Imperio Romano. Es punto de peregrinaje de la comarca y de toda Galicia desde tiempo inmemorial, y cuando llego al corazón de este lugar me impresiona mucho el escenario. Pero me sorprende aún más el no encontrar allí absolutamente a nadie, pese a que en el entorno del recinto religioso hay una extensa barriada, cuyas viviendas son por cierto en su mayoría de nivel social medio-alto. Pues bien, ni veo gente ni coches aparcados; simplemente cruzo por un barrio fantasma, que probablemente sirva solo como residencia de fines de semana y vacaciones. 

En el entorno de la Iglesia y su anexo camposanto, se concentran varios edificios centenarios e innumerables monumentos religiosos y funerarios. Pero tampoco en este epicentro del sagrado lugar encuentro una sola ‘alma visible’… Para el objetivo de la visita ya me está bien, me permite sacar fotos con comodidad; de manera que ametrallo todo lo que veo de interés: cruceros, estatuas, tumbas, casas, hórreos, adornos. Literalmente, fusilo los mejores rincones sin piedad; y luego enfundo mi cámara sin perder tiempo en comprobar los resultados, ya lo haríamos al final de la jornada.  Puesto a destacar algo: el ábside románico del Santuario, que tiene planta basilical de tres naves. La nave central es muy similar a la de la iglesia de Santiago de Allariz. Junto al ábside encuentro el clásico cementerio medieval, algo típico de las antiguas iglesias románicas. Pero en este caso las tumbas no se ciñen estrictamente al recinto del ‘cementerio eclesiástico’, con muro de cierre en torno al ábside; aquí se ven tumbas por todas partes, incluso alineadas junto al muro de un vetusto edificio de la calle lateral norte que tiene toda la pinta de ser la antigua rectoría del templo (véase abajo doble imagen nº6)

 

< img 6: (Santa Mariña de Augas Santas ) dos lúgubres rincones frente al lateral norte del Santuario 

      Otra cosa que me impacta poderosamente en este lugar es la apariencia de su piedra granítica, semi-recubierta por el blanquinoso liquen. Todo el conjunto: edificios, calles, cruces, esculturas…; todo, absolutamente todo, presenta un color uniforme entreverado de gris, verdoso y blanquinoso. Es una sensación extraña, que se podría calificar de romántica hasta cierto punto, pero de un romanticismo ‘draculino’, como para salir corriendo estando como estoy en la más absoluta soledad. Y es lo que hago, salgo de allí pitando cuesta abajo buscando un poquito de vida…  

      Desciendo a buena marcha por la prolongación de la misma pista asfaltada que me llevó hasta aquí, agudizando la vista para localizar cuanto antes alguna señal del Camino … Cuando por fin veo las marcas amarillas aprieto el paso, con la convicción de hallar en cualquier momento a mi colega Francesc almorzando en algún recodo de la pista… Quinientos metros más abajo del Santuario, veo tras una curva un solitario crucero en lugar idóneo, donde aflora la roca granítica. Es un rincón apropiado para almorzar o descansar, pero ni rastro de F… Sin embargo me paro yo unos momentos; el sitio tiene algo imperceptible que atrae mi atención, y trato de indagar la causa… Ante el crucero, de imponente austeridad, hay una estela de piedra tallada y muy cerca un atril de acero en el que distingo una placa. Leo atentamente el texto, admirado por el armonioso y sugerente emplazamiento del monumento. Explica en lengua gallega que estamos ante el Peto das Ánimas (img nº7 y Nota 9), una advocación desconocida que aviva mi curiosidad... Un halo de misterio flota en el ambiente, e impregna de forma sutil mi subconsciente, evidenciando de manera precisa el espíritu de la Galicia eterna, tierra de “meigas” y ánimas de ultratumba.

 

< img 7: (proximidad de Armea) cruceiro y  ‘peto das Ánimas’ (km9-11.06h)>

 

-Nota 9.- Cruceiro y Peto das Ánimas, su significado  El crucero, cuyo emplazamiento en las encrucijadas de caminos y acceso a poblaciones se populariza en el occidente europeo cristiano  a partir de la alta Edad Media (s. X), es un símbolo protector para caminantes y viajeros en general. En esa época y durante siglos el viajar era mucho más peligroso que hoy;  no había mapas, no se podía transmitir con suficiente rapidez la información actualizada sobre los potenciales peligros de las zonas inmediatas a cruzar, y el viajero corriente solo podía invocar a la “divina providencia” para superar los contratiempos. En el camino podían sobrevenir calamidades climatológicas, podías topar con animales salvajes (como osos y lobos) y más probablemente con peligrosos delincuentes.., etc. Como símbolo protector, el crucero, tenía (y aún tiene) especial significación  para los creyentes cristianos, pero también para los no creyentes; porque trascendió pronto su potencia simbólica incluso en los ritos paganos y las supersticiones de los agnósticos. En cuanto al peto, es un elemento carente de simbología religiosa que se relaciona con el culto a los muertos desde muy antiguo. De hecho advocaciones similares ya tenían vigencia en las sociedades más desarrolladas de la Antigüedad, como Egipto y Mesopotamia, dos mil años antes de Cristo. A esta clase de usos se destinaban concretamente en Egipto las clásicas estelas de piedra, que perpetuaban la memoria de los faraones desde el imperio medio (año1800 a.C.)  En Galicia se dedican desde antiguo sencillas estelas a la advocación por las almas difuntas, para que alcancen el cielo y los transeúntes rueguen por el oferente que costea su instalación. Modernamente, los petos no suelen ser ya tan sencillos. A lo largo del Camino hemos visto distintas modalidades; algunos de ellos originalísimos, y otros de notables proporciones para mostrar probablemente el nivel social del finado.  Esta costumbre, muy extendida aquí, no tengo noticia de que suela darse en ninguna otra región española.

    En este sugerente rincón de Armea se combinan los dos elementos tratados anteriormente: la estela y el crucero; esto ya no es tan habitual, lo que viene a subrayar la fuerte impronta espiritual del Santuario de Augas Santas en la comarca.
 

        Convencido de que F ha debido almorzar ya y va por delante, decido seguir sin más demora, con idea de alcanzarle antes de llegar a Ourense. Me propongo caminar lo más rápido posible, perdiendo poco tiempo en fotos. Además, debo ir muy atento a las marcas, porque por esta zona se cruzan diferentes pistas y carreteras locales, difíciles de diferenciar a primera vista por ser un poco confusa la indicación de poblaciones de destino.     

En el mapa tengo como primer pueblo Armea, que habré de pasar por fuera, y 1,5km después Abeledo que debo cruzar  necesariamente antes de llegar a la carretera comarcal OU-0102. Es tal la complejidad del entramado de pistas o ‘pseudocarreteras’ por el territorio, que para evitar despistes solo me veré seguro cuando alcance alguna auténtica carretera (comarcal o nacional)...  Tal como preveíamos, muy cerca del crucero que acabamos de pasar veo el cartel de Armea en un desvío a la derecha; un lugar que no alcanzo a ver,  aunque sí  varias viviendas valladas del su entorno.

 

< img 8: (concello de Taboadela) clásica corredoira entre Armea y Abeledo’ (km9,5-11.15h)> 

 A continuación recorro durante un par de kilómetros un bonito bosque de robles, a través de sugerentes corredoiras encajadas entre muretes de viejas piedras tapizadas de musgo (img nº8). Se cruza luego una viña, y seguidamente una aldea que supongo  Abeledo, porque un par de  kilómetros más adelante  (11.54h) llegaría a Pereiras (c. Taboadela), donde encuentro la cra. OU-0102. En el cruce hay un  letrero, señalando hacia la izquierda Polígono-OURENSEXUNQUEIRA a la derecha. Por lo tanto, estamos en el punto crucial donde vuelven a juntarse los dos ramales del Camino Sanabrés,  que se bifurcaban  A  Gudiña  en el inicio de la 34ª etapa

Desde aquí no abandonaremos el asfalto hasta llegar a Ourense. Durante varios km, el panorama alterna magníficas mansiones aisladas con algún que otro almacén, y campos abiertos sin vegetación predominante; alguna de aquellas reconstruida recientemente sobre la base de  antiguas casas rurales, como la mostrada en la imagen (abajo img nº9izq). Estos signos anuncian ya la cercanía de la capital orensana. Cuando al sacar una foto veo dibujarse en la pantalla de mi cámara las 12h, llevo hora y media separado de F; pero no me preocupa, porque hasta aquí hemos podido venir por diferentes accesos. Caminando ahora a 6km/h, estoy seguro de que no tardaré en alcanzarle…

 

< img 9: (Pereiras, concello Taboadela) moderno chalet (km11.5-12.01h) // (Castellana, conc. San Cibrao)  gato al acecho (km13-12.20h)> 

     A las 12,20 me tomo un respiro junto a una gran parcela, de la que me separa su larga valla de piedra. Al otro lado de la cerca, como a 25 metros de distancia, llama mi atención un hermoso gato tricolor (negro, blanco y naranja).  Me hace gracia la actitud del felino, acechando totalmente inmóvil el agujero de salida de una ratonera. Decido tomar un breve respiro; y además me apetece sacar esa foto, porque dispongo de excelente perspectiva. La intuición me dice que la instantánea podría reflejar la tensión del momento… El gato, absorto en sus ‘intenciones asesinas’ ni me ve ni me oye; cuando en otras circunstancias se hubiera marchado a todo correr. Saco un par de instantáneas (img nº9der), y sigo adelante,  sin parar siquiera a enfundar la cámara.

   Cuando tiendo la mirada adelante, distingo a  unos 150 metros un peregrino que cruza una calle adyacente a la carretera… Agudizando la vista, distingo por fin que se trata de  mi colega Francesc.  Me dispongo pues a forzar el ritmo,  pero veo pronto que no será necesario correr mucho, cuando observo que se detiene para sentarse a la sombra de una marquesina. En apariencia se trata de una parada bus, porque distingo allí un par de bancos. Al llegar a él me explica que no ha parado para almorzar, se comió el bocata sobre la marcha pensando que yo iba por delante…  

     El escueto cubierto resulta ser un área de descanso para peregrinos. Tiene un cartel indicando que estamos en el Concello de San  Cibrao das Viñas, no muy lejos de un polígono industrial donde F solía venir 20 años atrás por asuntos del trabajo. Podríamos comer en ese polígono o bien seguir adelante, en función de cómo lleguemos a él. Lo alcanzaríamos tras una hora de recorrido, exactamente a las 13,30h. El calor ya empieza a notarse, y decidimos parar en un bar para hidratarnos con un par de cervezas, mientras discutimos si nos quedamos a comer o seguimos camino. Finalmente las ganas de finalizar la etapa se imponen al hambre y optamos por continuar, pensando que con otra hora a buen ritmo  estaríamos comiendo ya en el centro de Orense a las 14.30h... Francesc recuerda con nostalgia el restaurante “El Pingallo”, donde solía recalar en sus viajes, y quiere llegar allá.

 

< img 10: (San Breixo de Seixalbo) vivienda en el cruce c. Laxas y Barreiras  // su famoso cruceiro –año 1760- (km18-14.07h)> 

     Dentro ya de la capital, cruzamos a las 14h el antiguo municipio de S. Breixo de Seixalbo, actualmente una barriada de Ourense, donde me recreo fotografiando algunas de las casas céntricas y su  magnífico crucero, uno de los mejores de la provincia,  del que inserto imágenes de detalle (img nº10). El centro histórico de este antiguo pueblo es muy bonito, pero lo duro de la etapa vendrá a continuación; porque no faltaba media hora de camino, sino una horita, hecha a marchas forzadas, para atravesar de sur a norte la capital orensana. No llegaríamos al restaurante hasta las 3 de la tarde, con ‘la aguja de la reserva el rojo’.    

El Pingallo” nos hace olvidar pronto las penalidades de los 6 km. de “butifarra” urbana que nos hemos metido, el tiempo que tardaron en ponernos una gran jarra de cerveza. Según F el local está exactamente igual que hace 15 años, en su última visita, y eso le alegra sobremanera. Pese a lo intempestivo de la hora, tuvimos un excelente servicio, algo natural teniendo en cuenta que éramos pocos en la sala comedor y, por las trazas, no parecía que hubieran tenido antes excesivo trabajo. Pidió Francesc como primero un plato de verdura y yo el clásico caldo gallego (me encanta). Después optamos por unas rodajas de merluza hervida a la gallega, cuya calidad cabría calificarla como aceptable. El colofón a la etapa lo regala F, tirando de petaca para alegrar el café con nuestro Oruxo Carballado.

 

< img 11: (Ourense) cementerio de San Francisco (residencia descartada), a 30 metros del Albergue en el convento homónimo (km22-16.40h)> 

     Desde el restaurante hasta el Refugio de Peregrinos, nos quedaba todavía un tramo urbano de 20 minutos cuesta arriba. Cuando ya muy cerca del mismo pasamos ante la puerta del cementerio nos entró la risa, porque íbamos “casi muertos”. Eso de hacer escalada con mochila a cuestas, y en plena digestión, no ‘mola’ nada… Resulta que se les ha ocurrido montar el albergue en un ala del antiguo monasterio de San Francisco, a escasos 30 metros del cementerio homónimo (img nº11arriba). Se trata de un caserón rectangular de notables dimensiones. Cuando a las 16,40h entramos en él estaba a un 60% de ocupación (14 peregrinos), por lo que tuvimos que coger litera alta. El alojamiento no está mal, aunque nos sabe a poco tras el fantástico de Allariz. En la planta baja tenemos todos los servicios, incluido un comedor-cocina suficiente para el volumen de peregrinos alojados. Los dos dormitorios están en el piso alto, con 12 plazas cada uno y un par de pequeños servicios para cubrir emergencias. Aunque para una capital provincial  como Ourense resulta pequeño,  podríamos calificar este albergue como correcto, ya que está muy bien distribuido y atendido, teniendo sus servicios la capacidad adecuada a su disponibilidad de plazas. 

     Tras ducharnos y descansar un poco en la litera, a las 6 de la tarde  decidimos salir a dar un paseo por la ciudad. En esta ocasión quiso acompañarme Francesc, pese a la dureza y longitud de la etapa; supongo que Ourense le trae buenos recuerdos y no quería perderse el recorrido por su centro urbano. Nos plantemos visitar prioritariamente la catedral, uno de los templos más importantes de Galicia. Luego queremos cruzar todo el centro pausadamente, hasta alcanzar el río Miño.

 

< img 12: tímpano del Paraíso (románico s.XIII) / arriba det. músicos  Catedral de San Martín de Tours-  cimborrio y linterna (góticos a. 1500)> 

La catedral de Ourense, consagrada bajo la advocación de San Martin de Tours, me impresionó especialmente, pues no tenía conocimiento de su gran categoría. Nos detuvimos a ver con detalle su Pórtico del Paraíso (románico s.XIII), de características similares al  Pórtico de la Gloria de Santiago, aunque algo menor. La talla de sus  ángeles, músicos  y apóstoles parecen de la misma mano (maestro Mateo), y es atribuida a escultores de su escuela (img nº12).  Sorprende el excelente estado de conservación de la policromía original, la cual ha sido sometida simplemente a operaciones de limpieza. En la cabecera del templo tenemos dos retablos excepcionales, auténticas joyas de la imaginería religiosa. El de la capilla del Cristo, situada al fondo de la nave lateral izada, es un prodigio barroco que no deja un centímetro cuadrado de pared sin ocupar con sus tallas y molduras; es el más famoso de los dos, aunque personalmente me gusta más el depurado estilo gótico-renacentista del retablo mayor (s. XV). En el primero de ellos podemos ver como pieza principal un crucificado del s. XIV de gran realismo, típico del estilo gótico imperante en la época. El retablo fue construido, en depurado estilo barroco, en el 2º tercio del s. XVI. Sentados en el centro de su capilla, y mirándolo con atención, se puede apreciar que aunque parezca madera es en su mayor parte piedra iluminada.

Finalmente, en un templo donde se sucedieron entre los siglos XIII y XVII diversos estilos arquitectónicos, destaca poderosamente el altísimo cimborrio que se eleva sobre el crucero (img nº12der); el cual fue construido entre los años 1498/1500 en estilo herreriano. Visto desde el interior, la perspectiva de su doble balconada, y el reticulado ojival de la bóveda resultan espectaculares.   

No estábamos como para dar muchas vueltas más dentro y fuera de esta importante catedral (con categoría de basílica menor), limitando básicamente la visita a los elementos citados, que luego podría confirmar están considerados como sus tres principales iconos. Finalizado el pequeño tour por su interior, cuando al salir cruzábamos el atrio nos enteramos que habría una misa a las 20h, a la que decidimos asistir.

 

< img 13: (Ourense) puente Romano sobre el Río Miño (s.I dC)  // dormitorio del Albergue da Xunta (antiguo Convento de San Francisco)> 

Seguimos ruta por el eje natural de la ciudad camino del puente romano; deteniéndonos a medio camino en un supermercado para comprar las viandas de la cena, incluido un litro de gazpacho; porque ‘no solo de arte vive el hombre’... La tarde es netamente veraniega, y aún notamos el agotamiento de la jornada.  Por eso nos acude a la mente el recurso del gazpacho. Desde nuestro reciente recorrido por el primer tramo del camino mozárabe (Junio de 2010) nos hemos aficionado bastante al ‘gazpachito del peregrino’, tomado a salto de mata cuando lo encontramos; especialmente para consumirlo sobre la marcha durante las jornadas de tarde; lo pide el cuerpo, tras la deshidratación de la tralla matinal.

     La vista del puente es preciosa, sobre un Miño muy embalsado en su curso por esta capital. Tuvimos que movernos mucho para lograr alguna buena foto de esta milenaria obra de 6 arcos. Lo logramos por fin desde la ribera norte del río, encaramados cerca del estribo del puente (img nº13). Entre foto y foto “cayó” íntegramente el litro de gazpacho. Ya de regreso, una  placa informativa situada en mitad de la infraestructura nos confirma que esta obra es efectivamente romana de origen (siglo I d.C.), aunque fue reconstruida casi totalmente en el siglo XVII. Viendo después las fotos se observan los primitivos arcos de medio punto en ambos extremos, contrastando con  los restantes ligeramente apuntados (góticos).  

      El centro histórico de Ourense es bastante cosmopolita, da gusto pasear por sus calles cerradas al tráfico rodado. Vemos  durante el recorrido de vuelta excelentes comercios, entre los que no faltan las primeras firmas de la moda. La gente deambula pausadamente junto a ellos o se sienta en los bancos para ver pasar a los demás…Pero nosotros no tenemos ya mucho tiempo y, sin podernos detener en busca de la refrescante cerveza que pedía el cuerpo, nos dirigimos rápidamente a la catedral, donde asistiremos a la misa de 8 en la deslumbrante capilla del Cristo. Tras la ceremonia, nos metimos de inmediato en el primer bar que vimos, para tomar con avidez una  gran jarra de cerveza; el gazpacho traía su resaca… 

     Cenamos en la larga mesa de la cocina-comedor del refugio rodeados por peregrinos de varias nacionalidades, entre ellos varios franceses e ingleses. F se retira a dormir tras la cena, siendo ya las 21,45, y yo me apresuro a pasar los apuntes de la jornada para seguirle sin más demora. A las 10 en punto entro en el dormitorio (img nº13der). Nuevamente me ahorraré el despliegue del saco de dormir, porque disponemos de mantas y juego de sábanas de un solo uso… Al pasar junto a una litera vacía recojo una 2ª manta, y monto mi acogedor catre en un santiamén; F ronca ya suave y plácidamente.

   El arrullo de mi colega y las campanadas de las 10 componen la sintonía que cierra mi jornada.., me duermo en seguidita.   

                                                                

Antonio Garcia Marquez 

Indice : I - II- III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII- XIII - XIV -

XV - XVI - XVII  - XVIII - IXX - XX - XXI- XXII - XXIII - XXIV - XXV - XXVI - XXVII - XXVIII - XXIX - XXX

 - XXXI - XXXII - XXXIII - XXXIV - XXXV - XXXVI - XXXVII - XXXVIII - XXXIX - XL - - XLI - XLII  - XLIII

 

 

GUIA DEL CAMINO DE SANTIAGO A PIE (En papel)
JOSE M. SOMAVILLA , TUTOR, 2009
Desde la primera edición de esta Guía del Camino de Santiago a pie han transcurrido más de diez años, y veinte desde que su autor, José Manuel Somavilla, descubriese la Ruta Jacobea en 1989 y quedase enamorado de ella. Desde entonces ha recorrido el Camino de Santiago a pie año tras año. Fruto de esa experiencia contrastada que muchos lectores y peregrinos han disfrutado en sus anteriores ediciones, ahora, para esta nueva edición actualizada en 2009 y ampliada, el autor ha elaborado nuevos y detallados mapas de cada una de las 26 etapas del Camino Francés que separan los 750 kilómetros que hay entre Roncesvalles y Santiago de Compostela. A esto ha añadido la variante del Camino Aragonés, con 5 nuevas etapas desde Somport hasta Puente la Reina, punto en el que se une con la otra vía del Camino Francés

PORTAL EL ALMANAQUE  -  DIARIO, EL ALMANAQUE  -   REVISTA EL ALMANAQUE