CAMINO DE SANTIAGO: --Ruta MOZÁRABE--

SEVILLA—SANTIAGO por la VÍA DE LA PLATA y la Variante Sanabresa


por Antonio García Márquez

Indice : Capítulos I - II- III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII- XIII - XIV - XV


 Cap.XV / (13ªEtapa=26,5Km) ALCUÉSCAR-VALDESALOR (28 Mayo, Sábado) 

      Nos levantamos a las 6.15 con el grupo de los más madrugadores, a quienes no logro ver salir porque me lío un poco con el ir y venir en busca de las botas, y en la preparación de mi desayuno (norma básica  que jamás perdono antes de empezar la etapa). Al redactar el borrador de esta Memoria olvidé anotar cómo o dónde nos habíamos aprovisionado con algo de embutido...; pero si recuerdo bien que me guardé unos trozos del pan que nos sirvieron durante la cena en el comedor de la Residencia.

     De manera que, sentado a estas tempranas horas de la mañana en uno de los sillones del salón, doy buena cuenta de mi bocata ante un sorprendido colega francés que se aprestaba para salir… Francisco, nervioso porque la hospitalera apremiaba para cerrar la puerta, se bajó primero, no sin ‘apretarme’ un poco para que acelerase mi salida… He de terminar pues precipitadamente mi desayuno y bajo las escaleras un poco atribulado, mirando bien de no pisarme los cordones de las botas a medio atar.  Finalmente sería el último en abandonar la casa en el turno de 6.30h, ante una Margarita que se moría de risa con mis apuros. Pese al martirio a que nos sometió con el dichoso rigor del horario, aún tuve tiempo y ganas de darle un beso de despedida a la hospitalera; no podíamos quejarnos de la acogida y buen trato dispensados en la Casa de Beneficencia. 

     En el amplio jardín del patio delantero de la Casa me encuentro con un Francesc muy sonriente; está contento porque hoy se siente también en excelente forma física, como en los días precedentes… Miro el reloj y dan en este momento las 6,37 de la mañana, siendo aún noche cerrada. Pero cuando termino de atar mis botas y nos disponíamos a partir, nota Francisco que ha olvidado su sombrero en el Albergue; y ya me veo esperando al próximo turno de salida… Sale F disparado y por suerte logra entrar y recuperarlo…; menos mal, hubiéramos perdido tontamente media hora… 

< foto 1: (Alcuéscar- Valdesalor),  llanura adehesada  y Calzada XXIV  (7.44h) > 

    Por fin a las 6.45 empezamos nuestra 3ª etapa. Nos enfrentamos hoy a un trayecto plano, en ligero descenso, cubierto prácticamente en su totalidad por dehesas bien explotadas por la ganadería, como evidencia la carencia de herbazales y matorral. Arrancamos todavía de noche, aunque veríamos pronto despuntar el alba sobre la adehesada planicie que se extiende a nuestra derecha hacia el infinito. Caminamos por muy buena pista, sin parar y sin cruzar palabra, sumidos en nuestros pensamientos y en la contemplación del entorno…  

    El sol asoma sobre las copas de las encinas exactamente a las 7.44. En ese momento ya podemos distinguir el bucólico pastar de las vacas madres, cada una de ellas con su correspondiente ternerillo enganchado a las ubres. Las veo de color blanquinoso, crema y marrones en diversos tonos y no me canso de sacar fotos... 

< foto 2: (Alcuéscar- Valdesalor),  bucólica estampa  (7.56h) > 

     A las 8.22 alcanzamos Casas de D. Antonio, un pequeño pueblo encaramado en su colina, que no tenemos que atravesar necesariamente. Justo a la entrada cruzamos por un pequeño puente romano y nos desviamos hacia la izquierda. En los siguientes kilómetros encontraremos varios miliarios y alguna información sobre los restos de la calzada. La Comunidad Europea ha allegado fondos para efectuar trabajos de exploración y desescombro de la Vía de la Plata en la región esxtremeña, y en los carteles que vamos encontrando se detalla la información sobre los resultados obtenidos. El marco de estos trabajos ha sido denominado Proyecto Alba Plata, y sus signos más evidentes son los cubos identificativos de granito pulido que ya veníamos encontrando desde Mérida (véase capítulo XII: Prólogo tramo I2, punto 2). Gracias a estos trabajos, no solo se han puesto al descubierto algunos tramos de la vía romana y miliarios, sino que ha podido despejarse y roturarse el Camino en esta comunidad autónoma, facilitando el tránsito de los peregrinos.

   En algunos puntos del recorrido se han clavado grandes prismas de granito para vadear arroyos y zonas inundables, muy abundantes por la comarca que transitamos hoy. Sin estas actuaciones hubiéramos tenido dificultades para atravesar estos lugares (ver Nota 7 al final del capítulo).  

      A las 9.10 pide tiempo F. para su almuerzo y nos apartamos un poco de la  pista para hacerlo en un lugar adecuado, aprovechando el abrigo de un grupo de grandes domos graníticos. Reanudada la marcha tras 20 minutos de descanso, atravesamos una vasta zona de espesos pastizales inundables, que se extienden a lo largo de los 4 km siguientes hasta Aldea del Cano.       

< foto 3: (Casas de D. Antonio- Aldea del Cano),  vado en zona inundable  (10.11h) > 

     En ese intervalo hemos dado alcance al trío de alemanes (bautizados por el italiano Renato como “los prusianos”). Están sentados tranquilamente en el pretil de un muy bien conservado pontón romano, que cruza un canal. Los teutones ya están con la primea cerveza de la jornada;  los saludamos al pasar pero no nos detenemos... Este puente es algo más pequeño que el de Casas de D. Antonio, pero conserva adosados a su embocadura sendos tramos de unos 30 metros  de la calzada original romana. Da la impresión de que el canal que salva tiene como función el drenaje de esta zona, que como decíamos es bastante extensa, y por las evidencias parece que ya fue desecada en tiempos del Imperio  

< foto 4: (Casas de D. Antonio- Aldea del Cano),  pontón romano (9.55h) > 

      En las proximidades de Aldea del Cano, observo desde lejos una leve nube de polvo que se levanta al paso de una pareja de animales tirando del arado, como en los viejos tiempos. Me detengo un momento y agudizando la vista distingo perfectamente que se trata de un par de asnos, algo inusual en esta época, al menos por lo que tengo visto en los últimos 20 años… Echo mano de la cámara y con ayuda del ‘zoom’ logro captar la imagen. Una vez más el Camino me proporciona material para mi archivo fotográfico. Y hablando de ese archivo debo citar una omnipresente “oruga rojinegra”, que surge a nuestros pies en esta etapa entre las hierbas de la pista; debemos ir atentos para no pisarlas… Vienen a medir unos 4.5 cm, con una pequeña cabeza redonda a la que sigue el poderoso tórax y un prolongado abdomen. Es toda ella negra pero con varias pinceladas rojas, muy llamativas; concretamente: un bien delineado triángulo en el centro del tórax y cuatro franjas sobre el abdomen. Nunca antes me había percatado de la existencia de este ‘bichejo’, hasta emprender el presente viaje Son particularmente abundantes en la presente etapa, plagada de humedales, por lo que la asociaremos a este ecosistema…  

< foto 5: (Aldea del Cano),  yunta de burros y omnipresentes orugas negras  (10.27h) > 

     Está visto que esta etapa parece una exploración por la etnografía y fauna de la comarca cacereña de Los Llanos, y no me abstendré de ilustrar mis “hallazgos”; algunos tan sorprendentes como esa yunta de burros, y las abundantísimas orugas descritas, vecinos ambos en las inmediaciones de Aldea del Cano 

     Hemos decidido eludir este último pueblo, ya que supondría un pequeño desvío para luego regresar al mismo itinerario que llevamos.  Desde aquí abordaríamos el último tramo de la etapa por el arcén de la carretera N-630; porque la pista discurre muy cerca de esta y no hay nada particularmente interesante en ella salvo otro puente romano de similares características a los ya vistos, que cruzará el río Salor muy cerca del pueblo homónimo, nuestro destino de hoy. Transcurre este tramo asfaltado entre dispersos encinares adehesados, que se suceden a ambos lados de la misma.

    A unos 3Km de Aldea del Cano divisamos a la derecha la imponente ruina del Castillo del Mayoralgo, cuyas maltrechas torres y almenas se recortan aún orgullosas contra el horizonte. Sobre ellas vemos innumerables cigüeñas erguidas en sus nidos; emblemáticas aves que también han anidado este año en algunas encinas centenarias, que emergen entre las dehesas del lado izquierdo. Ya habíamos apuntado en etapas anteriores que en el presente año la población de cigüeñas se ha incrementado notoriamente por la bonanza del clima…. 

< foto 6: (Aldea del Cano- Valdesalor),  castillo del Mayoralgo  (11.32h) > 

      A las 11.53 estamos a 6.5 km de Valdesalor, y podemos contemplar a la derecha otra interesante estampa de este variopinto itinerario. En la falda de una  colina alfombrada de jugosa hierba, y salpicada de encinas y roquedos graníticos, pasta y descansa un rebaño de ovejas. Unas triscando entre las encinas y otras tumbadas; algunas luciendo sus recién trasquiladas panzas bajo el sol del mediodía y otras sentadas bajo los árboles; aunque vemos a la mayoría de ellas atiborrándose con el jugoso pasto en el ancho prado cercano a la carretera. Saco la fotos que merece la escena y sigo mi camino, esforzándome para alcanzar de nuevo a F. que no se ha percatado del tema en esta ocasión.

       Diez minutos después, cuando acabo de guardar la cámara digital tengo que volver a desenfundarla: hay  más animales a babor…; se trata ahora de un  nutrido rebaño de vacas y terneros. La situación de esta punta de ganado es similar a la anterior con las ovejas; pero en esta ocasión el terreno es más agreste, y entre el áspero encinar surgen muchos afloramientos de granito. Una franja de terreno de unos 30 metros, poblada de altas hierbas y la imprescindible cerca de alambre, nos separa del ganado… La estampa resulta aún más llamativa que la anterior, por lo que de nuevo siento el impulso de fotógrafo impenitente que llevo dentro, para obtener varias imágenes del conjunto y luego, utilizando el ‘zoom’, conseguir primeros planos en los puntos de mayor vistosidad de esa panorámica. Estamos ante una explotación vacuna intensiva, destinada por lo que parece para su consumo como carne de 1ª calidad. Entre los terneros los hay de las dos generaciones: ‘añojos’ y ‘recentales’, pero en esta ocasión me es imposible distinguir los núcleos familiares madre-hijo, dada la amalgama de animales en tan poco espacio de terreno, aparentemente insuficiente para alimentar a tantos… Por si fuera poco también acabo por descubrir entre tanto vacuno algunos grupos de équidos, caballos y asnos, que levantan curiosos sus grandes orejas cuando perciben al fotógrafo…  

< foto 7: (Aldea del Cano- Valdesalor),  fincas de ganadería intensiva (11.54h) > 

       Tras las fotos, he de correr para alcanzar a Francesc, sin dejar de pensar en la desproporcionada concentración de herbívoros… Con toda seguridad, esa gran cantidad de ganado debe rotar por varias parcelas; de otra forma no se entendería la lustrosa apariencia del prado donde pastaban, estaría todo prácticamente esquilmado… 

      Finalizamos nuestra tercera etapa recorriendo los 5 últimos kilómetros por un tramo totalmente recto, siempre por el arcén derecho de la carretera N-630, ya que por este lado estamos viendo cosas interesantes. Por ejemplo venimos divisando de lejos las torres de otro edificio singular. Queda relativamente cerca de la carretera, y al llegar a su altura puedo fotografiarlo desde diferentes ángulos. Me estoy refiriendo al castillo de “Las Arguijuielas de Arriba”, del que más tarde empezaría a conocer detalles. Se trata de una residencia de carácter suntuario, cuya edificación fundacional arranca a finales del s. XV. A menos de medio kilómetro de este, divisamos otro de similares características en cuya puerta de acceso hay un rótulo que reza textualmente “–dehesa de Las Arguijuelas de Abajo”. Este castillo palacio es aparentemente de mayores proporciones, y bastante mejor conservado.

     Luego conocería una serie de detalles de estos monumentos históricos, gracias a Internet. Según leo en la red, ambos están enclavados en el extenso  término municipal de Cáceres, por lo que el pueblo de Valdesalor debe ser necesariamente una pedanía de la histórica capital extremeña. (ver Nota 8).  

< foto 8: ( Valdesalor),  castillos de “Las Arguijuelas de Arriba” (12.40h) y “Las Arguijuelas de Abajo” (12.45h)

 

-Nota 8-   Castillos nobiliarios de Las “Arguijuelas de Arriba” y “Arguijuelas de Abajo”-   

      Fueron erigidos por los hermanos D. Diego y D. Francisco de Ovando, señores feudales que vivieron a caballo de los siglos XV y XVI. Ambos castillos han sido ampliados y magnificados con escudos heráldicos en los siglos sucesivos. Un Ovando tuvo papel destacado entre los conquistadores de tierras americanas durante el siglo XV. Por lo tanto debemos suponer que el linaje de los hermanos constructores de estas residencias palaciegas debe arrancar de ese importante personaje. Ya sabemos que en aquella época la hidalguía se heredaba por los siglos de los siglos… Por lo extractado en las escuetas notas que he podido localizar, se deduce que estas edificaciones fueron construidas por los hermanos fundadores como grandes casas solariegas; dedicadas al control de la explotación de los vastos territorios otorgados por la realeza a la familia Ovando,  probablemente como premio a la ejecutoria del ancestro acreedor a estos honores. En la actualidad se siguen usando como residencia particular, aunque cabe suponer que no pertenezcan hoy a ningún heredero del linaje fundacional. El castillo-palacio de abajo se explota  hoy día como sede de eventos sociales (bodas y otros por el estilo).
 

         Desde la dehesa Arguijelas de Abajo hasta Valdesalor solo nos quedan unos 3 km, y alcanzamos este pueblo a las 13.24 horas, poco después de divisar a la izquierda, como a  100m de distancia, el 3er. puente romano de la jornada.

   Valdesalor es una localidad creada en la década de los cincuenta por el régimen franquista dentro del plan Badajoz, un extenso proyecto de promoción agraria para esta zona. Ignoro el devenir de la comarca en los últimos tiempos, pero mi primera impresión del pueblo al entrar en él es bastante insulsa. Se ve muy poco movimiento, y no sabría decir si en estos momentos predominan en el municipio pedáneo las actividades agrícolas o las ganaderas; más bien diría yo que empatan ambas actividades dentro de un nivel de explotación algo bajo. Hemos visto algunos campos dispersos de cereal y unas cuantas puntas de ganado, pero también mucho terreno sin aparente explotación. En los arrabales de la localidad, se hacen patentes las clásicas naves o almacenes propios de cualquiera de las citadas actividades.

      En cuanto a su urbanismo, es Valdesalor  un pueblo rectilíneo cuyas calles y viviendas parecen no haber sufrido apenas alteraciones en los 60 años transcurridos desde su fundación. Al introducirnos en el núcleo urbano nos centramos en buscar dos cosas: las indicaciones del albergue público y algún “bendito bar” donde podamos hidratarnos con una cerveza, aspiración prioritaria de los sufridos peregrinos tras el sofocón del Camino… Vemos pronto flechas amarillas y un letrero indicando “albergue”, pero nos cuesta dar con el dichoso bar… Mientras tratamos de dar con él, me encuentro con otra de las imágenes sorpresivas que tanto me gustan, y de nuevo se trata de animales: una reata de galgos atada al parachoques trasero de un coche. Su cruel dueño debe haberse parado a comer en las inmediaciones, dejando a los pobres galgos en mitad del asfalto, sin agua a su alcance. Me duele contemplar a los perros en esa situación, aunque los veo fuertes y despiertos. Pese a las apariencias, cabe suponer que están bien alimentados… (ver foto). 

< foto 9: (Valdesalor),  reata de galgos esperando a que coma su dueño (13.32h) > 

     Por fin logramos localizar el soñado bar,  atendiendo a las indicaciones del único vecino que toparemos a nuestro paso. Este mismo vecino también nos aclara  que dentro del pueblo no hay ningún lugar donde comer decentemente; para hacerlo habría que salir a la N-630 en dirección a Cáceres, y a unos 600 metros hallaríamos el bar-restaurante “El Tuareg”…

  En cuanto al bar que ahora nos ocupa, su dueño ha montado el negocio en una pequeña habitación de su propia casa. Al entrar, vemos que no le entusiasma precisamente atendernos... Lo intuyo porque nos pone la cerveza con evidente apatía, pese a ser los únicos clientes, o quizás por eso… Igual le hemos fastidiado el cierre de mediodía por unos minutos…    

   Despachamos las cervezas y, tras indicarnos este buen señor las señas para llegar por la vía más corta a nuestro Albergue, no muy alejado del establecimiento, le pregunto si hay en el pueblo alguna tienda de comestibles; ya que no hemos visto ninguna en todo nuestro trayecto por la calle principal del lugar. Es más, no hemos visto un solo local comercial, ni de comestibles ni de ninguna otra clase. Es evidente que estamos en una ciudad dormitorio, eclipsada probablemente en todos los aspectos sociales por la cercana Cáceres.

    Ante nuestra sorpresa, el caballero del bar nos dice que no encontraríamos ningún establecimiento donde comprar algo para comer, y tampoco se compromete él mismo a prepararnos alguna cosa para merendar o cenar esta noche..; porque esta tarde cerraría el negocio más temprano para presenciar la final futbolera de Champions… Una final que nuestro inhóspito y fugaz anfitrión quiere disfrutar a gusto evidentemente, viéndola tranquilamente con su familia...

       Salimos pues del único establecimiento “hostelero” del pueblo un poco compungidos.., y no puedo reprimir un comentario a mi colega.. --¡Francisco este es un ‘lugarejo’ entre tantos de la España profunda…;  aquí no prima el interés del negocio sobre pegarse una buena vida!…

     No le daríamos muchas vueltas al tema; a estas alturas, tras muchas etapas por sitios parecidos, ya no nos sorprenden estas actitudes, que por otro lado tienen cierta explicación en el presente caso. Es evidente que Valdesalor es un pueblo-dormitorio de la cercana Cáceres, de cuya periferia dista menos de 8 km. Esa es la explicación de que no haya ninguna clase de establecimientos comerciales, ni lúdicos, y de verse semi desiertas sus calles la  mayor parte del día; como podríamos comprobar durante lo que nos restaba de jornada. Por ese motivo ha quedado patente que el hombre del bar no depende de ese negocio para procurarse el sustento; incluso cabría pensar que lo tiene solo como una distracción, o quizás como punto de encuentro con sus cuatro ‘amiguetes’, con los que para matar el tedio debe echar diariamente sus partidas de cartas o dominó… 

     Pero lo peor que nos podía ocurrir hoy estaba por venir. Al parecer no hemos llegado a Valdesalor en buen momento… El Refugio público, que según nuestras noticias lo proporcionaría el Sr. Alcalde en el propio Ayuntamiento, ha sido desplazado recientemente a los vestuarios del campo de fútbol del pueblo... Según leeríamos más adelante, en un cartel indicador de las inmediaciones, está aprobada la construcción o acondicionamiento de un nuevo Albergue, que se prevé inaugurar en el próximo año…

     Cuando nos aproximamos a nuestro precario refugio de la jornada, vemos que se trata del clásico vestuario de un campo de fútbol de 3ª regional, como los muchos que yo había visitado en los años 60 y 70. La fachada tiene una estrecha puerta central y dos ventanas equidistantes, que se corresponden con los cuartos del equipo local y visitante respectivamente.  

< foto 10: (Valdesalor),  nuestro albergue  en los vestuarios del campo de fútbol (13.45h) > 

     Daban las 13.45 cuando entramos en el barracón de Vestuarios, encontrándonos abierta de par en par la puerta de acceso, de la que cuelgan por su interior unos cartelitos con instrucciones. En uno de ellos leemos el procedimiento a seguir para que funcione la instalación de agua caliente de las duchas; en el otro se indica que en el cercano pabellón polideportivo se podría alojar alguien más si se agotan las plazas disponibles en estos vestuarios. Como al parecer somos los primeros no habrá problemas. El barracón me trae recuerdos de los años mozos, cuando durante algún tiempo solía jugar partidos de fútbol inter-empresas de vez en cuando. En su interior nos encontramos siete colchonetas amontonadas en una pila, concretamente en el ala derecha del barracón, la correspondiente al equipo local. Es todo lo que hay para intentar dormir esta noche, porque en el ala del equipo visitante no vemos ninguna. Aparte eso,  vemos allí los clásicos bancos corridos, adosados en el interior de la pared delantera. En la pared opuesta están las respectivas duchas, en los extremos de ambos lados,  y  el resto de servicios higiénicos en la zona central. También en esa zona intermedia hay un pequeño cuarto, que se supone sería el destinado para el equipo arbitral de los partidos…Tras inspeccionarlo todo por encima y elegir el rincón donde montaríamos nuestras yacijas, concretamente en el ‘vestuario local’, estábamos en condiciones de afirmar que éramos  los primeros en llegar aquí; no se ve ni rastro de otros peregrinos en el local. 

      Luego, nos ponemos manos a la obra con la limpieza, porque nuestro albergue está hecho “unos zorros”… Hay que sacar afuera las bolsas de basura, que los colegas de la jornada precedente no han retirado de sus cubos, y pasar un poco la escoba y el mocho por los aseos y sus accesos. Finalizada la limpieza, llega el momento de darnos una buena ducha, y a continuación nos aprestamos para ir a comer al restaurante “El Tuareg” , único lugar donde ello sería posible.  

     Cuando nos disponíamos a salir, acordamos cargar con la mochila llevando lo más importante; porque aquí no quedaría nadie al cuidado del albergue… Es entonces cuando aparecen Isidoro y Renato, que nos simplificarían las cosas; pues ellos nos dicen que no piensan moverse, que ya se arreglarían comiendo algo de lo que llevan encima. Intercambiamos impresiones unos momentos, y toman nuestros dos amigos otro par de colchonetas de la pila, con las que se pasan al ‘vestuario visitante’.  

    Estábamos saliendo cuando se me ocurre echar un vistazo por dentro al pequeño cuarto arbitral, y lo encuentro en perfecto estado, con su ducha y aseo incluidos... Vale la pena ponderar la opción de elegirlo como nuestro “nidito”: caben en él justamente un par de colchonetas, pero tiene la ventaja de disponer de una puerta que lo independiza del resto… Ante la posible llegada de más gente, le sugiero a F. cambiarnos ya a esta “suite nupcial” y accede... En un santiamén trasladamos nuestra impedimenta, y seguidamente cerramos la puerta antes de salir; solo nos faltó poner el cartelito de “Just married” para repeler indeseadas  intrusiones… 

    Dejando cubiertas las espaldas por la pareja hispano-italiana,  cuando abandonábamos el recinto deportivo vemos llegar ahora  a los “tres prusianos”... Con ellos seríamos ya 7, y se completaba la capacidad del albergue. Les saludamos, confirmándoles de pasada que han pescado las últimas tres plazas... Ellos nos hacen la pregunta del millón.. -¿Dónde podemos pedir una cerveza?- y les remitimos también al Restaurante “El Tuareg”; luego los veríamos allí. 

     Tal como nos indicó nuestro informante, nos dirigimos hacia la salida del pueblo en dirección a Cáceres, y desde allí tuvimos que caminar casi 1Km por el arcén de la N-630, hasta penetrar en el Bar-Restaurante “Tuareg” casi a las 14.30h. El local está ubicado junto a una gasolinera, y por lo que vemos se trata de un negocio muy  concurrido… 

    Al entrar en él nos percatamos de inmediato que seguimos sin suerte en el día de hoy, por ser sábado precisamente.... En “El Tuareg” tienen contratado para este mediodía un gran “bodorrio”, al que asiste medio pueblo, y todo el servicio está volcado con ello...  A duras penas, nos hacen sitio en una mesita del bar cercana a la barra, donde en pocos minutos nos vemos inmersos entre una barahúnda de gente vociferante. La mayoría de ellos está ahora mismo calentando motores; tapeando un poco antes de entrar el comedor, que obviamente está copado para el evento.

    Nos tendríamos que conformar pidiendo unos platos combinados, me imagino que precocinados con mucha antelación, y gracias. Ambos pedimos el mismo –plato-: “pollo con pimientos asados y patatas fritas”; un menú más que discreto por el que nos cobraron nada menos que 16 € por barba, aunque se incluye en él la bebida opcional (tinto de verano naturalmente) y el café, así como la inicial jarra de cerveza; lo encontramos bastante caro, pero no había otra opción… 

     Regresando tras la comida una buena noticia: nos enteramos de que podríamos encontrar una pequeña tienda de comestibles, situada precisamente frente al Campo de Fútbol. Nos indican que suele abrir un par de horas por la tarde, de lo que tomamos buena nota.

    Son las 16.20h, una hora perfecta para consagrarse a la siesta, y nos encaminamos directamente a nuestro reservado arbitral. Pero cruzando el centro del pueblo debemos detenernos unos momentos para atender a una peregrina alemana que acaba de aterrizar, y nos preguntaba por el albergue. Le explicamos que tendría que buscarse la vida en el Polideportivo.., y decide quedarse pese a ello; porque nos comenta que lleva una etapa muy larga y no le apetece continuar hasta Cáceres. Cuando nos aclara que viene desde Aljucén nos deja boquiabiertos, lleva encima casi 47 km...

   Finalmente, ya cerca del campo de fútbol, al pasar junto a la tienda que nos han indicado reparo en un pequeño cartelito situado en una de sus ventanas: tendrán abierto por la tarde hasta las 19.00 h.  

    De la siesta nos levanta una fuerte tronada. Salimos hasta el borde del recinto futbolístico, y vemos desde allí un negro horizonte de tormenta elevándose sobre la cubierta del polideportivo. Junto a la valla que delimita el rectángulo de juego,  nos encontramos al resto de inquilinos del albergue, con los que charlamos un buen rato y hasta hubo intento de organizar una pachanguita futbolera. Los tres alemanes estaban decididos a ir a por la chica al polideportivo, para completar un equipo 100% teutón; por lo visto se habían visto antes en algún punto del Camino...

   Poco después la pirotecnia de la tormenta y el ventarrón que se nos vino encima nos haría desistir de la pachanga.  Descargaría finalmente el aguacero durante 25 minutos, dejando el terreno de juego hecho un auténtico barrizal.

 < foto 11: (Valdesalor),  campo de futbol junto al Albergue, ¡se nos viene encima la tormenta!..(18.33h) > 

     A las 18.45, con los últimos coletazos del chubasco, y saltando charcos con mis chancletas azules, marcho en busca de las viandas a la tienda. No tienen fruta de ninguna clase, y me tengo que conformar comprando todo lo demás: la barra de pan, 3 latas de atún y un botellón de 2 litros de agua.  

     Nuevamente, nos quedaríamos esta noche sin la cena acostumbrada; pero en esta ocasión no importó demasiado... Acudiríamos de nuevo a “El Tuareg” donde, si nos espabilábamos, incluso podríamos encontrar una buena tribuna en la sala del bar para presenciar la final de Champions entre Barca y Manchester United. Así sucedió, y en este remoto pueblo cacereño pudimos disfrutar con una de las mejores victorias del equipo catalán en Europa: 3 a 1 en una gran demostración de fútbol. Durante el partido, efectuamos un par de consumiciones de lo más dispares: cerveza durante el primer tiempo y un café con leche mediada la segunda parte del encuentro.

    Finalizando el choque se había vuelto a complicar la meteorología, y hubimos de esperar 10 minutos antes de poder regresar. Lo hicimos a las 22.45 con lluvia intermitente, en noche oscura como boca de lobo, y por un terreno resbaladizo. Llevábamos nuestras pequeñas linternas, y yo pude salir bien del trance por tener la precaución de calzarme de nuevo las botas… Pero F. había cometido la imprudencia de acudir con las chancletas, por lo que tuvo bastantes problemas hasta alcanzar los arrabales del pueblo.  

      La jornada se cerró entrando en nuestro habitáculo arbitral a las 23.15. Hoy nos había tocado un albergue de circunstancias, por llamarlo de alguna manera, pero no estábamos descontentos. A un pequeño pueblo como Valdesalor no se le puede pedir más, y les estamos agradecidos. Los apuntes del día los pasé en el Restaurante durante el desarrollo del partido. Al llegar a nuestro  refugio ni siquiera podíamos encender la luz, porque ya dormían los demás colegas; ellos no son devotos del fútbol y probablemente hicieron comida-cena de una sentada durante la tarde. Cada peregrino tiene su sistema, y todos son buenos si consigues la meta... 

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-Nota 7-  El Proyecto Alba Plata, feliz  iniciativa extremeña subvencionada por la CEE .-        

         Al toparnos con los primeros ‘hitos’ de señalización y carteles relativos a este importante Proyecto, no teníamos noticia de su existencia, y mucho menos de su delimitación geográfica ni su alcance en diferentes ámbitos. Luego, sentado ante el ordenador, he podido averiguar que inicialmente su aplicación abarca únicamente el territorio extremeño que cruzan las vías imperiales romanas XXIII y  XXIV. En Internet hay información exhaustiva sobre este tema. Seguidamente transcribo, con ligeros retoques de redacción, el contenido esencial del Prólogo que se incluyó en la presentación de ese proyecto. 

     “El Proyecto Vía de la Plata- Extremadura, comúnmente conocido como Proyecto Alba Plata  surge en 1996, desde el gobierno regional extremeño a partir de una propuesta conjunta de las direcciones generales de Patrimonio Cultural y de Patrimonio Económico y Política Financiera….” (¡Gracias Señor, porque en este país se pongan por una vez de acuerdo en algo las distintas administraciones públicas!). 

     “Desde el primer momento, el Proyecto vino marcado por su carácter ambicioso, ya que pretendía convertirse en una iniciativa con perspectivas de futuro a largo plazo. Su principal aportación reside en promocionar, no únicamente la riqueza cultural y arquitectónica del territorio extremeño, sino también su importancia ecológica y patrimonio etnográfico. Un aspecto esencial del mismo es el hecho de establecer una identidad común de único producto para la Vía de la Plata, articulando todos los resultados del proyecto y estimulando al visitante a descubrir la totalidad de la Ruta.

        La Vía de la Plata atraviesa de sur a norte Extremadura, a lo largo de unos 300 Km, desde Monesterio (Badajoz) a Baños de Montemayor (Cáceres); siendo su centro neurálgico la ciudad de Mérida (Emérita Augusta). En esa capital se unían precisamente dos importantes calzadas: la nº XXIII procedente de Itálica y la nº  XXIV que  partía  hacia Asturica Augusta.

       Una buena parte del desarrollo regional extremeño se sustenta actualmente en esta iniciativa, que convierte a la Vía de la Plata a su paso por la comunidad en un producto turístico-cultural de primer orden”.

 

 Antonio Garcia Marquez 

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GUIA DEL CAMINO DE SANTIAGO A PIE (En papel)
JOSE M. SOMAVILLA , TUTOR, 2009
Desde la primera edición de esta Guía del Camino de Santiago a pie han transcurrido más de diez años, y veinte desde que su autor, José Manuel Somavilla, descubriese la Ruta Jacobea en 1989 y quedase enamorado de ella. Desde entonces ha recorrido el Camino de Santiago a pie año tras año. Fruto de esa experiencia contrastada que muchos lectores y peregrinos han disfrutado en sus anteriores ediciones, ahora, para esta nueva edición actualizada en 2009 y ampliada, el autor ha elaborado nuevos y detallados mapas de cada una de las 26 etapas del Camino Francés que separan los 750 kilómetros que hay entre Roncesvalles y Santiago de Compostela. A esto ha añadido la variante del Camino Aragonés, con 5 nuevas etapas desde Somport hasta Puente la Reina, punto en el que se une con la otra vía del Camino Francés

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