CAMINO DE SANTIAGO: --Ruta MOZÁRABE--

SEVILLA—SANTIAGO por la VÍA DE LA PLATA y la Variante Sanabresa


por Antonio García Márquez

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Cap.VI / (5ªEtapa=20,5Km) EL REAL de la Jara - Monesterio (3 Octubre, Sábado)  

              A las 7.20h nos reunimos Francesc y yo en el pequeño comedor; él se desayuna un par de mantecados, probablemente obsequiados por alguno de los cacereños, y yo mis habituales sardinas. Previamente he preparado para mi compañero un gran bocata de salchichón, que almorzará tras caminar un par de horas. Como sobran unas rodajitas del embutido, las aprovecho preparándome también un par de bocados con los picos del bollo; uno de los cuales ‘caería’ mientras espero a que F. termine de arreglar su mochila, el otro me lo guardo para consumirlo junto a Francisco a la hora de su almuerzo.  

     Abandonamos el refugio a las 7.45, poco después de que lo hiciera Henry, hombre de hábito madrugador. Cruzando el pueblo por la calle Real y Camino de Monesterio, nos metemos en un pequeño bar donde nos sirven un excelente café con leche.  El día se presenta espléndido una vez más; tiempo bonancible que nos está acompañando desde el inicio del viaje, con la única salvedad del chaparrón de Guillena.

    Tras caminar un kilómetro divisamos el vistoso Castillo de las Torres, lindante con el arroyo seco del mismo nombre, el cual está emplazado sobre una loma a la derecha del Camino. Visto en la víspera desde las alturas del Castillo de el Real parecía más grande, pero ya de cerca ahora, podemos comprobar que se trata de un pequeño castillejo en ruinas, aunque sus viejos muros invadidos por la hiedra ofrecen una romántica estampa digna de ser fotografiada (ver Nota 10).  

-Nota 10- El Castillo de las Torres, en la frontera de Andalucía con Extremadura .-  Se trata de un baluarte construido tras la reconquista cristiana de la comarca (siglos XIII- XIV). Su situación, junto al Camino Real que conectaba Sevilla con Mérida, se atribuye a la necesidad de proteger esta vía en una zona proclive a las emboscadas del bandolerismo, muy patente por estos contornos desde antiguo. Aunque está comprendido en los límites provinciales de Badajoz si partimos de la delimitación provincial borbónica, siempre se le ha vinculado a El Real de La Jara (Sevilla) por su proximidad. Es cuadrangular apuntando a trapezoidal, con lados de unos 30 metros en promedio; siendo sus costados Sur y Norte bastante mas cortos y ligeramente desiguales entre sí. En la actualidad este antiguo baluarte amenaza a ruina total, aunque se conservan aún en pié (muy mermadas) sus cuatro torres y dos lienzos de la muralla. 

 

< El Real de la Jara- Monesterio, Castillo de las Torres>

    En estos inicios de etapa vamos caminando despacio, a través de un paisaje idílico. Francisco no se queja por el momento, aunque sé perfectamente que va sufriendo con las dichosas ampollas… Los primeros 12 km transcurren por una magnífica pista forestal, flanqueada a derecha e izquierda por amplias dehesas, que frecuentan las  autóctonas vacas retintas de librea rojizo-azafranada.  Pero, a diferencia de lo visto en la Sierra Norte, ahora se trata de un paisaje bastante más abierto y luminoso, con encinas normalmente más espaciadas en las zonas adehesadas. Sólo en las cimas de los cerros se conserva, aparentemente intacto, el espeso encinar originario.

    El ganado vacuno que vamos encontrando, pasta libremente en los espacios que mas le apetece en cada momento. A veces desaparecen las vacas del entorno cercano, para surgir aquí o allá en cualquier momento; siendo frecuente verlas en pequeños grupos, bajo grandes encinas, o bien en la ladera de alguna colina circundante… 

    Para recordar las incidencias y detalles del recorrido al realizar mi borrador resumen de la jornada, de tanto en tanto voy haciendo alguna que otra foto de los paisajes, tomadas en todas direcciones; de manera que no suelo estar más de una hora sin obtener alguna tanda de imágenes. En una de esas “catas” fotográficas, detecto que están brotando por en medio de la pista unas bonitas florecillas de color blanqui-violeta que no recordaba haber visto antes..; siendo lo más sorprendente verlas surgir limpiamente de la tierra, sin acompañamiento de hojas. Brotan por lo general en lo más duro del terreno; precisamente en las zonas repeladas por nuestro caminar ó por las rodadas de las bicis. Tras consultar con mi compañero, seguiremos ignorando el nombre de esta florecilla durante algún tiempo; porque la continuaremos viendo junto al Camino en etapas sucesivas. Por el momento hay que conformase sacando  varias fotos de ellas, para consultar luego en casa algún libro o por Internet... (ver Nota 13 en siguiente etapa)… 

    Tras hacer una parada para almorzar a las 9.50, continuamos a ritmo moderado hacia nuestra meta de Monesterio, aunque con el propósito de tomarnos pocos descansos... Francisco sigue sin quejarse, pero va ralentizando progresivamente la marcha y me reitera que prefiere ir lento y no detenerse, pues las paradas ocasionarían mas daño a sus pies que beneficio en estas circunstancias. Pronto nos pasarían los dos cacereños, y acordamos que cuando lleguen al pueblo reserven para nosotros una habitación en el lugar mas adecuado que encuentren; ya nos comunicaríamos vía telfº móvil para reunirnos con ellos…. A las 10.20h se acaba lo bueno y viene un cruce conflictivo. Hemos de pasar bajo la A-66 caminando un corto tramo por la antigua N-630, y luego nos esperan dos kilómetros complicados por una colina repoblada con eucaliptos….  (ver Nota 11).   

-Nota 11- Un cruce de carreteras “imperdonable” en plena Vía de La Plata .-  El cruce bajo la A-66, y el posterior flanqueo de la N-630 a partir de la Ermita de San Isidro en el municipio de Monesterio, es un atentado contra la seguridad vial y contra el Camino Mozárabe. El “vía crucis” que tenemos que sufrir en esa travesía supera las previsiones del libro guía: hay que atajar por en medio de una gran redonda distribuidora, de las que tanto se prodigan últimamente; se supone que para facilitar el tránsito a los coches, claro... Pero como no hay accesos para peatones, tenemos que saltar por dos veces las altísimas barreras metálicas que flanquean la carretera nacional. Luego, tras salvar otra vez las bandas de acero, hemos de ascender el flanco de una empinada colina cubierta de eucaliptus; la cual está flanqueada en su lado izquierdo por la N-630 y a la derecha por la Autopista… Seguidamente  hay que transitar 2,5  km. por el vértice de esa colina, lo que nos lleva media hora abriéndonos paso entre el matorral por un estrecho y tortuoso sendero. Para rematar el escollo  tenemos que descender por el talud de este islote boscoso rodeado de asfalto hacia la carretera nacional, y saltar otras dos veces las barreras para pasar a la izquierda de esa calzada; donde por cierto aun nos queda mucha tela que cortar, como veremos todo seguido en el relato de la etapa…. Y no lo olvidemos: todo eso hay que hacerlo cargando con una mochila de 8 a 10 kg . Definitivamente, esto parece sacado de algún episodio televisivo de “al filo de lo imposible”… 

   En resumen, encontramos inadmisible que no existan accesos para peatones en ninguno de los puntos indicados; ya que si no he contado mal, hemos tenido que cruzar las bandas protectoras de acero  5 veces. No nos queda otro remedio que señalar con el dedo, una vez más, a las autoridades extremeñas, tan poco sensibles en numerosas ocasiones con las tribulaciones de los peregrinos.

      Con independencia de las molestias causadas a quienes andamos (ó pedaleamos) por aquí,  nos parece absurda la solución adoptada con el trazado de la A-66 en este punto. Una solución con la que han dejado totalmente aislada por el asfalto una alargada y estrecha colina de más de 2 Km; dentro de la cual se ha quedado incomunicada la ermita de San Isidro Labrador, que obviamente ni nos hemos planteado ver. Por otro lado, me gustaría conocer la opinión de los ecologistas; ya que al ser tan estrecho el islote (promedia unos 80 mts. de anchura), han destrozado la  futura evolución natural de las especies vegetales y animales que lo habitan.  

   Como decíamos en la nota marginal, pasada esa demencial encrucijada hemos de descender nuevamente hacia la N-630; a la que de nuevo hemos de cruzar a las bravas, pasando un par de veces por encima de las bandas metálicas. Pero una vez hecho esto, tampoco se termina la pesadilla… Ahora se tiene que caminar con dificultades por un estrecho sendero que flanquea la citada calzada por su izquierda...; el cual está encaramado en el vértice del pronunciado talud de la carretera, y en largos tramos invadido por tupido matorral. Pero no vemos alternativa por el momento, pese al riesgo de resbalar y caer sobre un mar de zarzales, porque el arcén de la carretera es muy estrecho durante un buen trecho…. Miro nuevamente el croquis de la etapa, y compruebo para nuestra desgracia que por este sendero deberemos caminar unos 700 metros, antes de descender hasta el Camping Tentudía… Lo comento con F. y nos parece demasiada distancia en estas condiciones; de manera que no habría más remedio que volver a saltar la dichosa protección metálica en cuanto fuese viable, para caminar ahora  por el estrecho arcén de la carretera, sin perder de vista los coches que nos embisten de frente…. 

     Esta es una de esas “aventuras de indios” por las que a veces tenemos que pasar los peregrinos, obviamente sin  proponérnoslo, porque quienes nos apuntamos a esto no venimos buscando el “deporte de aventura”…sino otras cosas. Esta “excursión” la hubiéramos tomado con humor, como en otras ocasiones, de no ser por lo fastidiado que va Francesc. Pero en cualquier caso, como mi colega es duro de pelar sigue adelante sin decir nada…; sin quejarse un ápice de sus molestias en los pies. Cada asalto a las dichosas barreras ha sido un gran inconveniente para él, que ha soportado estoicamente  porque en esta ocasión no había alternativas… En el último brinco decidimos que baje primero la mochila, y camine hacia atrás unos metros sin ella para salvar las bandas por un lugar donde estas son algo mas bajas; luego haríamos un pequeño descanso antes de continuar. 

    Tras esos 700 metros, divisamos abajo a la izquierda los edificios e instalaciones del Camping Tentudía. No sería necesario abandonar el arcén hasta que la N-630 cruza bajo la autovía, más o menos frente a la ubicación del Camping. En ese punto hay un túnel que salva el entramado vial, junto al cual es relativamente fácil soslayar las  protecciones metálicas para bajar hacia una pista de tierra que vemos cerca, utilizando la infraestructura de hormigón del cruce. Superado eso, nos hemos librado por fin de la pesadilla de este punto negro del Camino; desde aquí en adelante solo nos quedaría caminar por buenas pistas o arcenes hasta el fin de la etapa. 

   La amplia pista que hemos tomado ha debido ser construida para dar servicio al Camping, al que conecta directamente con Monesterio.  Nuestro camino se empina ahora progresivamente, prácticamente desde el mismo Camping, que está enclavado en una vaguada. Vamos relativamente despacio, y tengo que esperar frecuentemente a F, del que me despego sin proponérmelo porque avanza con notoria dificultad…  Pasados 3,5km alcanzo el denominado Puerto Cañada, un alto donde disponemos de  un área de descanso rodeando un original crucero. Me he adelantado unos 250 metros a Francisco, que viene a paso de tortuga; así que me siento tranquilamente en el murete de la instalación, esperando la llegada de mi compañero. Es el momento oportuno para contactar con los extremeños… Lo hago con Carlos, quien me confirma la reserva de habitación en el Hostal Extremadura. Me explica que también ha hecho reservas para  Christine y Jacques, con los cuales no ha podido conectar, pero sabe que vienen probablemente peor que F

    Como Francisco tarda en llegar, aprovecho el tiempo para escribir una nota informativa al matrimonio francés y colocarla en lugar bien visible, colgada del muro que separa el área de descanso de la pista. Luego me vuelvo a sentar y observo el original crucero. La base del mismo consiste en un grueso pilar de hormigón al que han adosado una escalera de obra, y sobre ese basamento se yergue el crucero en sí. Por lo que sabría después, el pilar es uno de los miliarios de la Calzada XXIV, al que en su día  se colocó una  cruz de hierro forjado para habilitarlo como crucero. Sobre la cruz han colocado recientemente una corona de flores, puesta  seguramente por algún devoto o devota… Supongo que esa cristiana costumbre, ejecutada habitualmente por los vecinos de la zona, debe haber sido la causa que ha llevado a construir la escalera del basamento… 

< El Real de la Jara - Monesterio, La Cruz del Puerto> 

    Tras 15 minutos de espera, veo llegar a Francesc y salgo a su encuentro para ayudarle a bajar la mochila; pero siguiendo su costumbre, decide continuar adelante sin detenerse. Sin parar siquiera un momento, y desoyendo mi sugerencia de tomarse un pequeño descanso, se limita a preguntarme que cuanto falta para llegar al pueblo

Le respondo que solo nos queda medio kilómetro para alcanzar la linde del municipio, según muestra nuestro plano-guía… Pero Monesterio es bastante largo, y no tenemos ni idea de donde nos alojaremos finalmente… Examinando el plano, a 1/2Km. del crucero está situada una gran redonda distribuidora, y algo más de 1Km. después viene marcada la oficina de turismo… Todo eso me lo quedo para mis adentros, y no se lo digo por el momento a F. para no desanimarle. Tras rebasar la redonda unos minutos después vuelvo a sugerir un descanso, y mi colega me asegura que si se parase ahora… no está seguro de poder reanudar luego la etapa; un comentario bastante elocuente, con el que está todo dicho…  

    El final resulta un calvario para Francesc: por desgracia, el hostal donde tenemos plaza reservada por los cacereños está en la otra punta de la localidad; lo que supone 1,5 km más desde nos encontramos. De nuevo se ceba en nosotros la famosa ley de Murphy: ..”por muy mal que vengan dadas las cosas, no hay que lamentarse demasiado …: siempre podrán venir peor!.  

    Llegamos al Hostal Restaurante Monesterio a las 15.00hh. Ni siquiera subimos a nuestra habitación; soltamos el lastre y, tras breve aseo, nos acomodamos en una mesa del salón-comedor, cerca de donde ya están en los postres Henry y los extremeños. Verlos compartiendo mesa cerca de nosotros nos hace ilusión, pues ya somos como una gran familia… Ellos nos aconsejan el gazpacho, y como segundo elegimos una ración de boquerones fritos, que nunca  hubiera esperado encontrar como menú en Extremadura. Por lo que vemos aquí se estila más el pescado que la carne, pues nuestros compañeros han preferido calamares a la plancha. Seguramente la nueva autopista les permite recibir diariamente pescado y marisco frescos desde la costa onubense, o incluso del Algarve portugués. 

    Hacemos la siesta y luego me dispongo a salir para recorrer el pueblo. Antonio de la Rosa también se apunta en esta ocasión. Iríamos a buscar los comestibles cotidianos, y echaríamos un vistazo por el centro urbano. A Francesc ni siquiera le pregunto si quiere venir, me ha explicado que ahora tiene dos problemas: ampollas y molestias en ambas rodillas. En cuanto a Carlos, me dice Antonio que suele pasar olímpicamente del ‘turismo cultural’.

    El pueblo no tiene mucho que ver, o  nosotros no hemos sabido encontrarlo. Sólo podría destacar el interesante “Pilar de la Reverencia” y la iglesia parroquial de San Pedro (ver Nota 12 al final del capítulo). Tras el breve ‘tour’ turístico, a las 19.25 vemos una tienda de comestibles y Antonio decide entrar, para regresar a continuación al Hostal. Pero yo no me puedo entretener, porque está a punto de iniciarse la misa en la iglesia parroquial, y no quiero perderme esta oportunidad. Hoy estamos en Sábado precisamente, y quiero aprovecharlo para estrenarme con una misa en el presente viaje; algo que no habíamos podido hacer desde nuestro arranque en Sevilla.  

< Monesterio, Pilar de la Reverencia> 

    Tras la misa ya están cerradas todas las tiendas del pueblo, y me quedo sin hacer la compra del día. La cosa no sería grave, porque estamos alojados en un establecimiento donde tendrán probablemente todo lo que podemos necesitar en plan alimentario. Pero ya de regreso si que lamentaría la omisión de una interesante visita, concretamente al Centro de Interpretación de la Vía de la Plata, ubicado muy cerca de la iglesia. Alguien me habló de él cuando salíamos del templo, y al pasar junto a la puerta compruebo que lo habían cerrado 5 minutos antes... 

    Al llegar a nuestro hostal me encuentro a Francesc en la entrada. Está sentado en una mesita de terraza, probablemente esperando verme llegar. De lejos veo un semblante sonriente y relajado, y me huelo que algo debe haber resuelto sobre su inmediato futuro en este viaje… Por desgracia, mis sospechas se confirman de inmediato: sin apenas intercambiar otros comentarios, me dice que ha decidido regresar a Barcelona mañana mismo. Dicho así, sin mucho preámbulo, me deja unos momentos sin saber qué responder… Pero tras unos minutos de diálogo, no encuentro argumentos para intentar disuadirle, porque con el estado de sus pies la cosa no se resuelve tras una jornada de descanso. De manera que nos dedicamos a debatir un ratito las diferentes opciones para su regreso a casa por la vía más rápida y práctica posible. Vistas las diferentes posibilidades; estando a medio camino entre Sevilla y Mérida, le recomiendo coger un bus a Sevilla, desde donde fácilmente podría coger algún tren AVE. Esa sería la opción adoptada por Francesc en la mañana siguiente. 

    Aunque lamento en el alma perder a mi compañero de viaje, con el que estoy muy identificado, siento un cierto alivio...; desde este mismo momento se han acabado sus  padecimientos. Sufres mucho cuando ves que un buen amigo lo pasa tan mal, y tú no puedes hacer ya prácticamente nada por evitarle esas molestias.

   Cruzamos la calle y le señalo a Francisco la cercana situación de la parada de buses, frente al Hostal y a menos de 100 metros. Luego pasamos al interior de nuestra residencia y pido en la barra que me sirvan algo de fruta. Francesc ya ha cenado, pero me acompaña mientras lo hago yo. En esos momentos están dando por la TV un partido de la liga de fútbol, y nos quedamos hasta finalizar la primera parte. Mientras ceno, me comunica F. que Christine y Jacques ni siquiera han podido llegar hasta aquí; se metieron en el primer hostal que encontraron al entrar en el pueblo, posiblemente el “HR El Pilar”. Ellos han creído conveniente permanecer en Monesterio todo el día de mañana, descansando de sus dolencias, y luego decidirían si siguen o retornan a casa… En total quedaríamos pues en liza para mañana sólo 4 de los 7 colegas que hemos venido compartido vivencias desde Guillena; “c’est la vie”...

     Termina la media parte del fútbol y aún  se alarga la conversación unos 20 minutos; después, aunque Francisco no tiene prisa, no se quedaría cuando decido yo retirarme: nos vamos a dormir a las 11.00. 

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-Nota 12-  Monesterio: la original Iglesia de San Pedro  .- La fundación de este templo se remonta al siglo XV, cuando fue construido en estilo mudéjar. Su estampa actual evidencia el paso del tiempo y los avatares de la historia, con algunas ampliaciones e importantes reparaciones. Sus constructores tuvieron la precaución de coronar el ábside con una almena, para su eventual defensa; rara curiosidad no observada en ningún otro templo por quién suscribe. Por lo demás no encuentro en esta iglesia nada de gran valor artístico. Sus muros y torre se han ejecutado de mampostería, equilibrando los esfuerzos gravitatorios mediante franjas paralelas de ladrillo y mortero. Solo las puertas, esquinas y contrafuertes se han realizado exclusivamente con ladrillos, siguiendo los cánones del puro mudéjar.

 

< Monesterio, iglesia de San Pedro>    

Antonio Garcia Marquez 

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GUIA DEL CAMINO DE SANTIAGO A PIE (En papel)
JOSE M. SOMAVILLA , TUTOR, 2009
Desde la primera edición de esta Guía del Camino de Santiago a pie han transcurrido más de diez años, y veinte desde que su autor, José Manuel Somavilla, descubriese la Ruta Jacobea en 1989 y quedase enamorado de ella. Desde entonces ha recorrido el Camino de Santiago a pie año tras año. Fruto de esa experiencia contrastada que muchos lectores y peregrinos han disfrutado en sus anteriores ediciones, ahora, para esta nueva edición actualizada en 2009 y ampliada, el autor ha elaborado nuevos y detallados mapas de cada una de las 26 etapas del Camino Francés que separan los 750 kilómetros que hay entre Roncesvalles y Santiago de Compostela. A esto ha añadido la variante del Camino Aragonés, con 5 nuevas etapas desde Somport hasta Puente la Reina, punto en el que se une con la otra vía del Camino Francés

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