Cap.IV / (3ªEtapa=29,5Km) CASTILBLANCO de los ARROYOS.-ALMADÉN de
la Plata (1 Octubre, Jueves)
Aunque el Refugio que nos espera en Almadén tiene capacidad
sobrada para el volumen de peregrinos que deambulamos por estas
rutas, preferimos madrugar (6,00 hh); porque la etapa está entre las
más largas del trayecto, y queremos llegar a buena hora para comer
en nuestro destino. De la etapa, se anuncia como especialmente
dura la ascensión final al Alto del Calvario; el resto parece
bastante cómodo a priori. Llamo a F. cuando paso camino de
los aseos, pero luego no le esperaré para consumir mi habitual
desayuno de sardinas; porque su preparación es un poco laboriosa, ya
que me gusta limpiarlas cuidadosamente con el diminuto ‘kit’
tenedor-navaja que llevo. Realizo este menester bajo las luces del
par de farolas que hay en la explanada delantera del albergue,
justamente el mismo escenario donde habíamos cenado en la víspera.
Luego no tarda mucho en aparecer Francisco, y nos
encaminamos a uno de los bares cercanos para tomar café.
Naturalmente, al café también me apunto. Francesc suele
tomarlo sin acompañamiento, salvo raras excepciones, algo que me
choca mucho… Nunca entenderé como puede acometer mi compañero estas
durísimas jornadas con el estómago casi vacío; para mí supondría un
serio ‘hándicap’, y por eso procuro tener preparado el
aprovisionamiento desde la tarde anterior. Cuando en alguna ocasión
no he podido cargar las pilas adecuadamente antes de la salida lo he
pasado luego bastante mal….
Carlos y Antonio de
la Rosa
también se reúnen con
nosotros en el bar, pese a no haber quedado citados mutuamente; se
incorporan cuando estamos a punto de salir del local. Les
acompañamos poco rato, los dejamos desayunar tranquilos y nos
adelantamos en la salida. Como estamos seguros de que nos alcanzarán
a medio camino nos despedimos con un “hasta luego...”; ellos andan
bastante más ligero que nosotros, por hábito y también por su
juventud (rondan los 40). Como apuntábamos anteriormente, hemos
hecho buenas migas con esta pareja. Se ha convenido con ellos que de
no coincidir por el camino, quién llegue primero intentará reservar
las plazas de los cuatro en el albergue de Almadén...
Son las 7,05 cuando abandonamos el establecimiento, iniciando el
primer tramo de esta etapa por el arcén de la misma cra. comarcal
C-433 en la que se asienta nuestro albergue y el propio bar.
A la salida del pueblo, conectaremos con la calzada provincial
SE-185, por la cual continuaremos hacia nuestro destino.
Caminaremos a lo largo de 17 Km. por esa carretera, que por la
carencia casi absoluta de tráfico mas bien aparenta ser una
pista forestal asfaltada. A ambos lados de la misma de extienden
enormes fincas adehesadas, cuyas espléndidas portadas se abren
a izquierda y derecha de esta vía. Cuando llevamos unas dos horas de
marcha, decidimos parar ante una de ellas para descansar unos
minutos. En su encalada fachada hay una amplia jardinera, cuyo borde
es lo suficientemente ancho como para sentarse cómodamente. Es el
lugar perfecto para que Francesc consuma su bocata, y yo le
acompaño comiendo algunos frutos secos con un trocito de pan que me
había sobrado. Mientras comemos tranquilamente me fijo en el letrero
de la finca, aplicado con letras de cerámica sobre el ala derecha de
la enjalbegada pared: “Dehesa Yerbabuena”. El nombre me suena
mucho; luego me confirmarían que se trata de uno de los iconos de la
prensa rosa de nuestro país, donde se casaron la famosa cantante
Rocío Jurado (q.e.p.d.) con el torero José Ortega Cano.
Los aledaños de la entrada de esta dehesa son típicos de las
cortijadas andaluzas (ver
fotos).
F. Colomer y Antº de la Rosa
junto a la “dehesa Yerbabuena”
Nos dan las 9.30h. y estábamos todavía sentados en el famoso plató,
ese que durante años estuvo en el punto de mira de infinidad de ‘paparazzis’,
aunque sin poder olvidar que seguíamos en “La
Vía de la Plata”
y el “Camino Mozárabe a Santiago”…. Pero hete aquí, quién
comparece ahora la mar de flamenco por esta ruta señera, cubierto
con su castizo sombrero de paja: nuestro reciente y flamante amigo
Antonio de
la Rosa,
quién también toma
asiento en el poyete de la jardinera para dar buena cuenta de su
almuerzo. Cinco minutos después reemprenderíamos la marcha con él….
En los
kilómetros inmediatos se sucederán varias dehesas espectaculares
sobre el lado izquierdo de nuestra camino, en especial una
denominada “El Tinajar” de cuya notable fachada también
obtengo un par de fotos. A estas alturas ya se ha
incorporado Carlos, y avanzamos juntos los cuatro durante el
resto del tramo asfaltado. La belleza de las amplias y bien cuidadas
dehesas que flanquean nuestros pasos me deslumbra. La vista se
pierde en leves colinas salpicadas por grandes encinas, bajo las que
pastan tranquilamente las vacas y terneros autóctonos; no se
vislumbra por aquí ninguna otra clase de ganado…
Sobre las 11hh cruzamos la entrada de “ElBerrocal”, extensa
dehesa cuya titularidad es pública y queda enmarcada dentro de los
dominios de la Sierra
Norte Sevillana
. El cambio de escenario es bien notorio, porque se hacen mucho más
agrestes las colinas y sus densas manchas de encinas y alcornoques.
Bajo los árboles se nota la acción del tractor, pero sin la
extremada limpieza de monte bajo que hemos visto en los kilómetros
anteriores. Es una dehesa más natural, dentro de lo natural
que puede considerarse el termino “dehesa”: un espacio rural
manipulado y admirablemente transformado por el hombre durante
muchas generaciones…. Si lo visto en el tramo de asfalto nos gustó
mucho… esto aún gusta más, no me canso de sacar fotos con la cámara
digital: ¡qué gran amiga de este peregrino curioso!...
Mis frecuentes paraditas para hacer fotos permiten a F.
no descolgarse demasiado..., porque F. no anda nada bien: le
molestan horriblemente los pies (se le están formando ampollas) y va
muy incómodo con la mochila. Tras un par de kilómetros de suaves
badenes, ascendemos una pequeña colina y luego bajamos por un valle
poco arbolado, cruzado por un arroyo seco. Sobre nuestra derecha,
distantes unos 5km, contemplamos sorprendidos una imagen que podría
extrapolarse al corazón de África…: un nutrido bando de buitres
asciende en espiral aprovechando las corrientes cálidas del mediodía
(deben ser ahora las 12.30hh); calculo que las grandes rapaces
estarán a mas de 1000 metros de altura… Francisco viene por
detrás, y aprovecho para detenerme unos momento a observar cómo
describen esos grandes círculos, típicos de estas carroñeras. Deben
estar esperando seguramente a que alguien les traiga despojos del
matadero, para arrojarlos sobre algún ‘comedero’ cercano. En estos
tiempos que corren, la escasa ganadería trashumante no les aporta
alimento suficiente, y sabemos que algún servicio de conservación de
la naturaleza se dedica a esa tarea…
Llega Francesc y le señalo el bando de buitres..., pero
enseguida veo que no está el colega para ver películas africanas
precisamente… Con un gesto muy expresivo me dice que viene
fastidiado con la mochila, pero me indica que prefiere coronar
la pequeña cuesta por la que ascendemos ahora, antes de detenerse.
Unos cincuenta metros más adelante llegamos al lugar adecuado, y
decidimos hacer un alto para descansar un poco. Los extremeños, que
nos antecedían casi 40 metros, han decidido adelantarse hasta el
final de etapa porque vamos demasiado lentos, y nos despedimos hasta
vernos en el Refugio sin concretar horarios…
Aprovechando la parada, intento mejorar la posición de la mochila de
F. Me he fijado en que la longitud de los tirantes
principales, que soportan la mayor parte del peso, es
notoriamente desigual. De manera que trato de emparejarlos lo mejor
que puedo, alargándolos a ambos un poco hasta lograr que la mochila
descanse directamente sobre la cadera.
Al
reemprender la marcha parece que F. va ahora algo
mejor, pero tiene muy difícil lo de los pies. Me fijo ahora en sus
botas y creo que la clave está en el impropio modelo que trae. Son
bastante rígidas, y el empeine demasiado estrecho. Parecen más
bien unas botas para esquiadores… Se lo digo a Francesc, y
acordamos tratar de localizar algo mas adecuado en el Almadén.
Poco
después, tras un prolongado descenso, vislumbramos a un par de km.
la fantasmagórica ruina del la antiguo poblado de “El
Berrocal”, recortándose sobre la pelada ladera de un otero. El
conjunto de las ruinas evidencian que aquí vivieron en su época al
menos una decena de familias, compartiendo alegrías y penas en estos
ásperos parajes, relativamente lejos de las poblaciones más
cercanas. Mi imaginación echa a volar pensando en los pros y contras
de la apartada vida pastoril, especialmente la que se practicaba
antes de la invención del automóvil. Sobre todo me imagino las
tribulaciones que debían pasar ante cualquier emergencia médica,
ante cualquier disputa de las que pueden surgir para enturbiar la
armonía del grupo…Se me ocurre que estos antepasados debían ser
como una especie de robinsones en el corazón de la dehesa…
Castilblanco- Almadén, ruinas del poblado “El
Berrocal ”
Mucho me hubiera gustado acercarme a fisgar entre los muros de las
semi-deshechas casas, que distinguimos a unos 150 metros; pero
el camino que asciende hacia ellas supone una subida extra, y F.
no está para demasiadas aventuras…
Ascendemos a continuación una colina recubierta por jóvenes pinos.
La pista, que por esta zona adquiere un bonito color rojizo, pasa
entre las jóvenes coníferas manteniendo un curso relativamente
recto; que me permite divisar a la pareja de extremeños distanciados
ya más de 1 km., desapareciendo tras la cima. A las 13.25
iniciamos el descenso de este monte, ubicado aparentemente en
el centro de esta inmensa finca, y muy poco después
atravesamos su lindero norte junto al tortuoso cauce de otro arroyo,
este con algunos afloramientos de agua a intervalos. Se acerca ahora
la mayor dificultad de la etapa, y posiblemente de todo este tramo.
Tras serpentear un largo trecho por el pedregoso camino que sigue el
curso del arroyuelo; sorteando quejigos, lentiscos y jaras, y
flanqueados a izquierda y derecha por ásperas encinas y
roquedos, a las 14.00hh se inician las durísimas rampas del cerro de
El Calvario... Para conquistarlo hemos de ascender 160
metros en menos de un km, con algunas rampas del 30%.
Le
pregunto a F. por su estado y él trata de tranquilizarme;
subirá a su aire, es decir bastante despacio a causa de las
molestias en los pies, pero sin detenerse hasta alcanzar la cima...
Finalmente acordamos que me adelante yo, y así lo hago. Cuando
inicio el ascenso diviso un par de balconadas colgadas en la rocosa
cima de El Calvario, y en una de ellas los vivos colores del
atuendo de nuestros amigos… Por lo que a mi respecta, subo sin prisa
y sin acusar apenas el esfuerzo; teniendo a F. detrás
no tenía ningún sentido ir a tope. Al llegar a la cima descargo mi
mochila y recorro la escueta cumbre, donde veo al menos tres
miradores, abiertos en distintas orientaciones. Los paisajes son
espectaculares, especialmente el que se abre en la dirección
suroeste, correspondiente a la zona de Los Berrocales por
donde hemos caminado durante 4 horas. Hay por la zona varios
expositores explicando las características histórico-geográficas del
entorno, muy bien ilustrados. El pico del Calvario supone una
discreta elevación de 573 mt. sobre nivel del mar, pero no deja de
ser espectacular por lo abrupto de sus laderas y el salvaje paisaje
que le rodea. Vale la pena venir a disfrutar de este entorno
natural, prácticamente virgen, y gozar al final contemplando estos
agrestes paisajes.
Pasan
unos 20 minutos cuando veo llegar a F., a menos de 200 metros para
la cima, y me dirijo raudo a su encuentro. Pero Francesc no
me deja llegar a su altura, avisando que no precisa ayuda porque
prefiere no detenerse ni un instante, ni siquiera para despojarse de
la mochila; me reitera que solo lo haría al llegar arriba...
Ya
relajado F. tras el esfuerzo, y tras hacer algunas fotos, no
estaríamos mucho rato contemplando el panorama; aún quedaba mucha
tela por cortar, porque la bajada del Calvario es por lo que
sabemos todavía peor que la subida… Eso es precisamente lo que
podremos constatar muy pronto. A las 14.45 iniciamos el descenso por
una vertiente sumamente pedregosa, y con abundantes surcos
provocados por las aguadas de las últimas tormentas. En un largo
trecho la pista ha desaparecido, convirtiéndose en una peligrosa
torrentera; lo que significa un auténtico infierno para Francisco,
debido fundamentalmente al precario estado de sus pies. Una hora
exactamente nos costará llegar al albergue de Almadén,
situado para más “INRI” en la otra punta del pueblo; donde a las
15.45 formalizamos nuestra inscripción en el pequeño mostrador de
Recepción. Hemos sido los últimos en llegar, pero
afortunadamente este albergue es relativamente grande (18
plazas). Con nosotros se totalizará una inscripción de 13 personas;
incluyéndose 7 peregrinos y los 6 “turistas” desalojados en
Castilblanco… (Ver
Nota 4 al final de la etapa).
Sin tiempo para el aseo por el momento, nos dirigimos a “casa
Concha”, un mesón justamente acreditado donde se come bastante
bien. El precio supera el de los menús a los que estamos habituados
en el Camino, pero hoy nos merecemos ese extra; ni siquiera
hemos reparado en el precio hasta la hora de pagar. En cualquier
caso tampoco sale demasiado caro, 24€ por barba; relativamente
barato si tenemos en cuenta la calidad y el excelente servicio.
Quedamos contentos en definitiva, por bien servidos y alimentados,
tras disfrutar con: revuelto mixto de verduras y jamón (1er
plato) y guisado de venado, acompañados del clásico tinto
de verano, amén de postres y cafés.
De
nuevo en el albergue, sacamos las bolsas de aseo personal
para ducharnos cuanto antes, aunque con la pancha llena no apetecía
demasiado…Luego cogemos con ganas la litera; han sido una treintena
de Km. con la propina final del cerro “El Calvario”, y eso se
nota…
Desde mi litera contemplo las cuatro esquinas del dormitorio donde
estamos todos alojados. Esto parece un cuartel: hay 9 literas
separadas por estrechos pasillos, y nada más; ni siquiera una silla
donde sentarse para cambiarse de ropas o calzado. Cuando redacto en
limpio esta Memoria no recuerdo haber visto algún mobiliario
auxiliar, que facilitase la manipulación de nuestros enseres. A la
Sra. Manuela, una hospitalera cumplidora aunque mal encarada,
que despacha a los peregrinos con el talante de los peores cabos y
sargentos de la “mili”, no le preocupan esas menudencias…Ella va a
lo suyo, y no se anda con contemplaciones ni mojigangas. Según me
han dicho, la casa tiene habitaciones pequeñas supletorias...; pues
bien, no sé qué uso les debe dar la señora hospitalera: hoy las
podríamos haber ocupado, pudiendo estar todos muchísimo más cómodos,
en vez de vernos como sardinas en lata en este barracón...
Tras la siesta, a las 18.45 salgo a echar un vistazo por el pueblo.
Francisco se queda en el albergue de nuevo, porque sus
pies no están para bromas. Ya lo había apuntado yo anteriormente:
estamos en la tercera jornada, cuando hacen crisis los puntos
débiles o insuficientemente entrenados de nuestro aparato locomotor…
Mientras paseo, trato de encontrar algún comercio que venda calzado,
así como un supermercado o tienda de comestibles. Lo segundo lo
solvento enseguida, no demasiado lejos del albergue hay un colmado
donde logro abastecerme de los alimentos necesarios. En cuanto a la
tienda de calzado, tampoco tardo mucho en topar con ella. Se trata
de un establecimiento polivalente donde encontrarás las cosas
mas dispares, de esos que únicamente suelen verse en los pueblos
alejados de las grandes capitales. Localizo en ese local un par de
botas idóneas para F y las reservo, con el compromiso de pasar luego
con mi compañero para probarlas. El tendero me advierte que cerrará
la tienda a las 21.00hh.
Desde ese comercio me dirijo hacia el cogollo del pueblo; hasta
alcanzar la plaza de
La Constitución
accediendo por la calle de Colón. Voy bajando por un
sugerente paseo lateral, enmarcado por una doble fila de naranjos,
desde el que veo en perfecta enfilada las torres de dos edificios
emblemáticos: Iglesia de Santa María de Gracia y Torre del Reloj.
He tenido la fortuna de llegar al lugar apropiado justamente en
el momento más oportuno: las imágenes de las torres quedan
inmortalizadas en mi cámara digital, enmarcadas entre naranjos y
bajo un intenso cielo azul presidido por la luna llena…. Es un
colofón tan bueno para esta jornada que ni siquiera me planteo
visitar el interior del templo. Prefiero quedarme con el aroma de
esas imágenes exteriores. Cuando dan las 20.15 h. en la Torre
del Reloj,
avanzo hasta alcanzar la placita de
la Constitución,
para sacar desde allí la última foto de esa perspectiva urbana; a
continuación decido regresar de inmediato a nuestro albergue.
El
ambiente de Almadén de
la Plata
y su rimbombante nombre han despertado mi curiosidad; por lo que me
he permitido recabar datos en Internet sobre este pueblo y su
historia, que reseño en nota aparte
(Nota 5 al final del capítulo).
Llegado
a nuestro refugio, me encuentro con que Francisco
tiene pocas ganas de bajar a la tienda para probarse las botas. De
manera que, por un motivo u otro la visita se va demorando durante
media hora... Cuando logro arrancarlo del albergue son casi
las 9 de la tarde, y al llegar al establecimiento un cuarto de hora
después lo encontramos ya cerrado; pero F. no se lamenta por
ello… y yo desisto de localizar el domicilio del dueño. Retornamos
entonces a nuestro refugio porque ya es hora de cenar, cosa
que haríamos en la placita situada ante la entrada del mismo.
Tenemos
frente a la casa un murete de ladrillo de poca altura, delimitando
el recinto en que se asienta el Albergue con la acera de la
calle. Hace muy buen tiempo, y es muy buen sitio para sentarse
a cenar nuestra cotidiana macedonia de frutas. Luego decidimos ir
directamente “al grano” y pasamos a examinar los pies de F...
Viendo los
preparativos, se acerca muy interesado en el asunto nuestro amigo
Antonio de
La Rosa.
Con él de testigo, me dispongo a curar a Francesc.
Tiene en la planta del pié izquierdo una gruesa ampolla de 5 a 7 mm,
cuyo contorno es bien visible, a la que tendremos que extraer el
humor, y varias mas pequeñas en fase incipiente alrededor del talón,
todas en el mismo pié. Además, presenta zonas enrojecidas en ambas
plantas, indicadoras de que bajo esa piel, demasiado fina y
sensible, había alto riesgo de aparición de otras lesiones o
ampollas.
Tras años de desuso, íbamos a sacar provecho finalmente a mi
diminuto ‘kit’ terapéutico, donde tengo una aguja para pinchar la
ampolla grande, que es la más dolorosa. Esa aguja hay que
desinfectarla, aplicándole una llama y, llegado el momento, no
tenemos mechero ni cerillas... Pregunto al amigo Antonio de
la Rosa
y tampoco lleva por no ser fumador, de manera que debo entrar
albergue a buscar la solución. Al pasar junto a la sala-comedor
me acerco al grupo “turístico”, que está cenando en ese momento, y
tras preguntar doy allí con lo que buscaba: me prestan un mechero.
Ya
perfectamente equipados procedemos a curar a F. con la
colaboración del buenazo de Antonio, el cual se lo está
pasando pipa en el Camino según veo. Con su intervención,
Antonio de la Rosa ha empezado a practicarse en eso de los
‘primeros auxilios’, concretamente con el peregrino Francesc
como conejillo de indias. Pero no penséis mal, lo hizo a la
perfección. Tanto es así que empezaré pinchando yo… pero termina la
curación el extremeño, demostrando una superior habilidad para esos
menesteres. Desde este momento, decidimos por unanimidad cederle los
‘trastos de curar ampollas’ al Dr. De
La Rosa,
para lo que queda de viaje….
Antes de retirarnos a dormir hemos charlado un rato con la pareja
francesa (Jacques “el gran roncador” y Christine, su
mujer). También ellos habían salido a la puerta del albergue
a pasar un rato a la fresca, y se han acercado a presenciar la
curación de F. A raíz de la conversa les hemos podido conocer
mejor. Son gente simpática y de carácter muy abierto, con los que
resulta fácil congeniar. Ambos hablan bastante bien el español, tras
varios años andando por el Camino Francés y desde esta semana
por esta Ruta Mozárabe.
Durante la charla nos enteramos, por un casual, de que Jacques
es astrónomo de profesión...: siendo esta una noche bastante
diáfana, óptima para la observación directa del firmamento, y
habiendo localizado yo la posición de la osa mayor, se me ha
ocurrido señalarla a los demás…, aunque ¡si llego a saber a priori
el oficio del ‘gabacho’ igual me callo!…, pues pensando Jacques
que soy profundo conocedor de las constelaciones, me ha cogido del
brazo y no me ha soltado hasta pasados 10 minutos; para mostrarme en
ese tiempo la posición de media docena de ellas y varios planetas,
hasta dejarme literalmente apabullado…
Después de la clase de astronomía sale a la palestra el tema del
‘grupo turístico’, que hoy ha logrado ocupar plaza en el albergue
público junto a nosotros. Si estos tienen nuestro mismo plan de
viaje, podrían dejar algún peregrino auténtico sin cobijo al
día siguiente.
Y
nos tememos eso teniendo en cuenta la pequeñez del único Refugio
disponible en el Real de
la Jara
(12 plazas), lo que ya le haría insuficiente para quienes nos
alojamos en Almadén, en el supuesto que llegáramos a él
todos; solo faltaría que acudieran además algunos ciclistas, u otros
peregrinos accediendo desde diferente itinerario. Esto es algo
imprevisible como sabemos, pero las perspectivas que se nos
presentan son bastante negras si no hacemos algo.… Obviamente,
ignoramos los planes de viaje que tienen ‘los turistas’ de marras,
pero si optan por ir allá será imposible evitar que se anticipen por
mucho que madruguemos. De entrada acordamos una estrategia conjunta,
tanto con Antonio como con los franceses, para proteger
nuestros intereses: 1) si alguno de nosotros lograra, madrugando
mucho, llegar con antelación a ‘los 6 turistas” al albergue
de El Real reservaría las 7 plazas necesarias para el grupo
de peregrinos. 2) como segunda opción estudiaríamos la manera de
poder avisar a los responsables de dicho albergue,
poniéndoles en antecedentes sobre la falsa identidad de “peregrinos”
que pretenden exhibir estos impostores… A esas alturas del debate se
incorpora al grupo Carlos, que venía de cenar fuera, y le
ponemos al corriente del acuerdo.
Tras el
pacto convenido, nos quedamos afuera unos minutos F y yo,
discutiendo la conveniencia de que mi colega se tomase al día
siguiente una jornada de descanso, salvo que milagrosamente esos
pies se encontraran mañana en condiciones para afrontar otra dura
etapa. Muy cerca del albergue tenemos la parada del bus de
línea, que podría tomar a las 10.00hh y le llevaría sin
problemas a El Real de
la Jara.
Yo le insisto mucho en que sería lo mejor en cualquier caso, ya que
teníamos aún por delante 7 etapas. De ser así, las gestiones
relativas a ‘vacunarnos’ contra la presencia de los “turistas” las
haría el propio Francisco… Nos retiramos adormir a las
22.20h.
Ya
en la litera, me vuelve a la cabeza la incertidumbre del alojamiento
en nuestro destino de mañana. Antes de llegar al dormitorio había
podido comprobar que el ‘grupo turístico’ estaba haciendo aún
la sobremesa en el comedor, jugando unas partidas de cartas... Sin
duda esta buena gente me estaba “quitando el sueño”, y mientras
recibo la visita de Morfeo, trato de idear alguna fórmula
mejor, para neutralizarles en la batalla por la consecución de las
escasas plazas de El Real. Finalmente se me ocurre una
estrategia. En este albergue, la sra. Manuela
lleva un registro de entrada, similar a los que han de tener
legalmente los establecimientos comerciales del ramo de hostelería;
y en ese registro es preceptivo anotar los elementales datos
personales de cada residente, incluidas dirección postal y D.N.I.
Con esos datos en mi poder, se puede redactar una convincente
Nota personalizada con los nombres de los “turistas”, en la que
trataría de concienciarles que en casos como el de la etapa de
mañana debería ser iniciativa de ellos, que viajan en automóvil,
no disputar las escasa plazas disponibles a los peregrinos que vamos
a pié. Como apuntábamos antes, habida cuenta de que a
los 7 peregrinos de aquí podrían unirse algunos más, es
prácticamente seguro que el albergue de el Real de La Jara
no tendrá cabida para turistas en la jornada venidera, por lo que
ellos deberían buscarse, con la ayuda del coche, otro lugar conde
dormir mañana. Han de ponderar que nosotros no dispondremos
en la próxima etapa de otra opción que ese albergue público,
salvo la de dormir al raso en cualquier porche, como en algunas
ocasiones hemos tenido que hacer…
Con este sutil plan logro relajarme y entro de inmediato en el
reparador “sueño de los justos”…. Lo que vendría después, al
poner en práctica el mismo, lo acabaré de relatar en notas al
margen, incluido el final de la etapa de mañana y nuestro
alojamiento en El Real de
la Jara
(Ver Notas 4 y
6).
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-Nota
4-
Turistas
que nos dejan sin plaza en los Refugios de Peregrinos,
algo que empieza a ser habitual en El
Camino:
Es el
primer caso claro de esta naturaleza con el que me encuentro. Un
grupo de personas que seguramente inician su viaje de buena fé,
aunque mal informados, se plantea unas vacaciones de bajo coste
siguiendo la ruta de
la Plata
en coche. En este trayecto suele haber de ordinario plazas
sobrantes, por lo que este tipo de ocupantes es admitido a partir
de ciertas horas de la jornada, cuando la experiencia de los
hospitaleros permite suponer que no van a llegar más peregrinos (a
partir de las 6 de la tarde por ejemplo). Pero según me han
contado, las 6 personas que nos ocupan pretendieron alojarse antes
de tiempo en Castilblanco, simulando ser peregrinos y
exhibiendo sus “credenciales”, con lo que allí mostraron sin duda
‘mala fé’. Por fortuna la avispada hospitalera de ese pueblo
descubrió el engaño, y les puso de patitas en la calle
indicándoles el nombre de varios hostales. Según he oído el
grupo se lo tomó bastante mal y hubo mala gaita, pero tuvieron que
marcharse… En esta 3ª etapa han vuelto a las andadas, y
cuando llegamos al Refugio de
Almadén de
La Plata
ellos ya estaban alojados… Afortunadamente no hay
problema de plazas aquí, y nos hemos podido instalar todos, tanto
peregrinos como “turistas”, quedando finalmente 8 colchonetas de
litera libres...
Con estos antecedentes, y conociendo por mis apuntes la escasez de
plazas del único albergue disponible en El
Real de la Jara, final de etapa de la jornada siguiente,
tenía ya previsto dirigir una nota al grupo citado. Con
ella trataría de convencerles para que omitieran ese destino como
lugar de pernocta en esta jornada, teniendo la opción de
dirigirse a otro pueblo cercano. Ante todo, se trataba de no
vernos enfrascados en un conflicto personal, que no iba a
beneficiar a nadie, y donde ellos tendrían con seguridad todas las
de perder. Como se adelantaba en los últimos párrafos del relato
de esta 3ª etapa, tenía tomada la decisión de madrugar al
inicio de la etapa siguiente, para localizar los nombres de los
intrusos en el libro de registro, y poder alertar si
hubiese lugar a los responsables del albergue de El Real…
También se me había ocurrido hacer esa nota personalizada,
citando nombres y apellidos e incluso su nº de DNI si fuese
posible...
Poco después de las 5 de la mañana de la 4ª etapa, con el albergue
de Almadén a oscuras, me acerqué al mostrador de recepción
para localizar el Libro de Registro… Normalmente suelen
estar disponibles, y fácilmente accesibles para las distintas
personas que deben manejarlo… Enciendo la tenue luz del recibidor
y logro localizarlo bajo la tabla del mostrador. Rápidamente anoto
en una hoja de papel el nombre de los seis ‘falsos peregrinos’: se
trata de dos chicas extremeñas y tres catalanas, a las que
acompaña el único varón del grupo que es marido de una de
estas últimas. Cuando en la sobremesa de la cena me había
visto en la necesidad de interrumpir una de las partidas de cartas
de su larga velada, para pedir las cerillas, pude oír
accidentalmente algunas conversaciones. De esos comentarios pude
deducir que había parentesco o mucha amistad entre todos ellos, y
también que tenían el viaje perfectamente planificado.
Los nombres, que he anotado íntegramente junto al nº del DNI,
certifican dicho parentesco en algunos casos, así como la
coincidencia del lugar de residencia del grupo catalán por un lado
y las dos chicas extremeñas por el otro.
Dan las 7 de la mañana y me encuentro solo en el comedor-salón de
Almadén, redactando la Nota de advertencia al
grupito. En la misma cito los seis nombres de pila de los
“turistas” y empleo un tono lo mas amable posible, haciendo una
llamada al ‘buen sentido’, y dándoles la oportunidad de evitarse
un chasco, porque les aclaro textualmente que “de ninguna
manera íbamos a permitir a alguien que viene cómodamente en coche
dejar sin alojamiento en un Refugio a ningún auténtico
peregrino”…. Se me ocurre sobre la marcha que la misiva
surtiría más efecto si venía avalada por 3 peregrinos
más, contado con que acaben firmándola conmigo Francesc y
los dos extremeños. Finalmente, he pensado depositar
el Mensaje en el parabrisas de uno de los vehículos con los que
viajan, aparcados muy cerca del Refugio, a los que durante
la tarde anterior les he visto acceder varias veces en busca de
cosas.
Tras colocar el Aviso me planteaba salir muy pronto, para llegar
temprano a El Real y pasar la información sobre estos 6
personajes a los hospitaleros de allí, por si se presentaran
haciendo caso omiso a nuestra advertencia.; pero insisto en que mi
idea es evitar cualquier tipo de confrontación dialéctica con
ellos, ante el hecho consumado de que se nos anticipen en el
albergue de El Real … Para ejecutar este plan deberé esperar
impaciente a que se levanten mis compañeros, y accedan a estampar
su firma en la famosa Notita de marras...
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-Nota
5-
Almadén de La
Plata:
Es un
pueblo con dilatada y fecunda historia, que cuenta en la
actualidad con unos 1500 habitantes. Resulta sorprendente para
quién suscribe la notable importancia de esta villa desde sus más
remotos orígenes, puesta de manifiesto en todas las etapas
históricas de nuestro país. No conozco un caso igual en
poblaciones equiparables demográficamente. Citaremos un resumen de
los relevantes méritos acreditados:
-
Períodos Neolítico y Calcolítico – Evidencias de
nutrida presencia humana. Importante yacimiento de Los
Covachas, entre otros.
- Período Íbero -- Densamente
habitado. Necrópolis íbera
La
Traviesa, entre las mas importantes de Andalucía
-Épocas Fenicia y Griega – Documentado de
manera fehaciente la intensa actividad de la minería:
canteras de mármol, cobre y
Plata.
-Época Romana – Numerosos restos evidencian importantes
fundaciones romanas. Explotación intensiva de las canteras de
mármol, utilizadas entre otros destinos para la construcción
de la ciudad romana de Itálica (próxima a Sevilla)
-Época Musulmana – Consta fehacientemente que se
mantuvieron las explotaciones mineras, de ahí el origen de su
nombre: Al- Ma’din Balat, que significa literalmente “la
mina de la calzada”
-Edad Media
y Renacimiento – Fernando III
de Castilla concedió a Almadén de
la Plata
el título de “Carta Puebla”, que se
adjudicaba a las
poblaciones de importancia estratégica en los reinos hispánicos,
con los privilegios subsiguientes. Los Reyes Católicos le
otorgan el título de Real por su destacada aportación a la
conquista de Granada
Guerra de la Independencia
– Notable contribución a la
victoria de Bailén sobre los ejércitos napoleónicos
Con
arreglo a esta larga y destacada lista de importantes
aportaciones, es evidente que hoy quedan relativamente pocos
restos monumentales de su antiguo esplendor, como pude constatar
en mi paseo por el centro urbano. Los principales elementos de
interés histórico y/o arquitectónico de la villa se concentran
actualmente en las plazas de
la Constitución
y del Reloj: restos del castillo-fortaleza mudéjar
(s. XV), Iglesia de Sta. Mª de Gracia y antigua
Casa Consistorial con su torre del Reloj. De los tres
elementos, cabe destacar en mi escueta visita la antigua
Casa Consistorial (s.XV)
y su anexa Torre del Reloj, construcción esta última de
1905 en estilo neo-mudéjar y equipada con un reloj de gran
precisión. La esbelta Torre
del Reloj se
divisa desde todas partes; es muy llamativa por su vivo color
burdeos, donde se incrustan singulares huecos y relieves blancos.
En cuanto a la Casa
Consistorial,
se trata de un edificio del siglo XV, construida como sede
fundacional del Hospital de los Ángeles. A partir del siglo
XVII devendría en simple ermita, y desde el s.XIX fué utilizada
como sede del consistorio municipal. Continúa siendo hoy
día una dependencia del Ayuntamiento, utilizada
fundamentalmente para celebrar los plenos municipales.