CAMINO DE SANTIAGO: --Ruta MOZÁRABE--

SEVILLA—SANTIAGO por la VÍA DE LA PLATA y la Variante Sanabresa


por Antonio García Márquez

Indice : Capítulos I - II- III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII- XIII - XIV - XV

XVI
- XVII  - XVIII - IXX - XX - XXI -
XXII - XXIII - XXIV -
XXV - XXVI - XXVII - XXVIII - XXIX - XXX

 - XXXI - XXXII - XXXIII - XXXIV - XXXV


 

Cap.XXXV /  PROLOGO del Tramo (II.1) Santovenia-Verín (Junio 30-Julio 06/ 2010)

PROLOGO   

1- Nuestro Objetivo para este Año Jacobeo y su planteamiento 

      Cubrir el último tramo de la Ruta Mozárabe por la variante orensana y alcanzar Santiago el día 4 de Octubre o antes; ese ha sido concretamente nuestro objetivo de este año. Francesc Colomer, compañero en muchos de mis viajes por las rutas jacobeas tenía la ilusión de entrar en la Catedral precisamente en el día de su santo. Quería asistir a la misa del peregrino en fecha tan señalada para él y comulgar envuelto por el embriagador aroma del botafumeiro...; qué mejor colofón para una aventura con la que todavía se atreve a sus 73 años… Me lo propuso a principios de año, y me pareció un gran proyecto. Decidimos entonces  realizar esta ruta a finales de primavera o inicios del verano… 

    En la primera semana de Junio hemos estudiado juntos el plan de etapas, dándonos cuenta de que el proyecto podría suponer más de 15 jornadas; demasiadas como para acometerlo de un tirón. Tanto él como yo obtenemos regularmente el ‘preceptivo permiso’ de nuestras señoras para estas salidas, pero un viaje tan largo sería demasiado para su comprensión y paciencia…

     De manera que hemos tomado la decisión de dividir el recorrido en dos semitramos. El primero, entre Santovenia y Verín, lo iniciaríamos antes de finalizar el presente mes de Junio, para finalizarlo dentro de la primera semana de Julio tras un recorrido total de 203 km; a este intervalo lo hemos designado como tramo II1. Son fechas idóneas por disponerse de muchas horas de luz, y tener previsiblemente una climatología favorable…. Como jubilados, podemos permitirnos elegir las fechas idóneas. En cuanto al semitramo restante (II2), lo realizaremos si no hay algún impedimento insuperable a inicios del próximo otoño. En ese recorrido alcanzaremos  Santiago tras caminar unos 200 km, según marcan las guías. 

     Como solemos hacer habitualmente, decidimos encontrarnos con una semana de antelación para reservar conjuntamente billetes de tren  hasta Madrid. En esta ocasión preveíamos complicaciones para llegar al punto de partida; porque en Madrid hay que tomar un bus hasta Zamora, y desde allí otro que nos lleve a Granja de Moreruela ó Santovenia..  

    Pero antes de entrar de lleno en el relato de la aventura, creo conveniente recordar de nuevo el significado del Camino Mozárabe, y describir brevemente sus tres grandes ramales, con kilometrajes y principales ciudades de paso (véase el punto 2 de este PRÓLOGO).  Finalmente resumiremos en extracto las 7 etapas que hemos cubierto en el presente viaje (punto 3), para tener una visión completa del recorrido antes de entrar a detallar cada jornada etapas,  anotando en ese resumen fechas,  kilometrajes y todas las poblaciones de paso.

 

< imagen 1: cuadro sinóptico del Camino Mozárabe, bifurcación entre Granja de Moreruela y Santovenia> 

2- La Ruta Mozárabe y sus dos variantes a partir del río Esla (véase cuadro arriba) 

      El Camino Mozárabe fue en la Alta Edad Media el más utilizado por los cristianos del sur peninsular, aquellos que permanecieron en sus lugares de origen tras la conquista musulmana. Las comunidades cristianas integradas en el Califato de Córdoba tenían libertad de movimiento para trasladarse fuera de sus localidades de residencia, y nadie les impedía aventurarse más allá de lo que se suponían fronteras seguras… Tampoco tenían que rendir cuentas a nadie a su regreso, tras un viaje que podía durar en el mejor de los casos unos seis meses. En aquella época no se había inventado todavía el estado policial; con pagar tus impuestos cuando correspondía conservabas íntegramente todos tus derechos de ciudadano.   

       La Ruta Mozárabe la podemos dividir en tres itinerarios (ver esquema imagen nº1): uno común,  (comprendiendo los tramos I1 a  I4 , por la Vía de La Plata) hasta Granja de Moreruela ó Santovenia (Zamora) y otros dos opcionales (tramos II1-II2, itinerario sanabrés-orensano) o bien (tramos I4b –IIb,  itinerario leonés) que alcanzan Santiago por ramales divergentes y territorios de muy diferente naturaleza (ver también Prólogo I4 en Cap. XXVI).  

      El tronco principal de esta Ruta (tramos I1 a I4) sigue la dirección Sur-Norte desde la ciudad de Sevilla hasta las cercanías del rio Esla en la provincia de Zamora, donde alcanza las poblaciones citadas. Discurre íntegramente por la famosa calzada romana XXIV, hoy conocida como Via de la Plata. Al llegar al río Esla los peregrinos del siglo XI y siguientes podían elegir entre dos opciones.- (a) Cruzar el río por el antiguo Puente de Quintos , situado a medio camino entre las actuales poblaciones de Granja de Moreruela y Santovenia del Esla. Una vez cruzado ese mítico puente, se dirigían en primer término a Tábara, camino de las tierras de Sanabria. La segunda opción (b) suponía vadear el citado río por otro puente romano, que estaba ubicado en las cercanías de Benavente.  Ninguna de estas estructuras romanas se ha conservado hasta nuestros días, habiendo sido suplantados por modernos viaductos, adaptados al tráfico rodado. Del puente romano situado más al norte (Benavente) no quedan vestigios; pero cuando eventualmente baja el nivel del río, aún podemos ver varias arcadas del viejo puente de Quintos en su orilla este.

      En la primera variante citada (a), la infraestructura romana estaba situada entre Granja de Moreruela y Santovenia. Una vez atravesado el Esla, se progresaba en desde ella en dirección a Ourense  por la vega del río Tera. En la segunda variante (b) había que proseguir en dirección Norte hacia Astorga, ciudad donde finalizaba la calzada imperial romana, hoy denominada como bien sabemos Vía de la Plata. En Astorga se conectaban con el camino francés hasta Santiago.  

El kilometraje total y los principales sitios de paso de estos itinerarios son los siguientes:


Itinerario (I1-I4): Sevilla-Granja de Moreruela -616km-,           (por La Vía de La Plata

 

Itinerario (II1-2): Gr. de Moreruela-Santiago -394km-,      (por Sanabria y Ourense)  

 

Itinerº (I4b-IIb): Gr. de Moreruela-Santiago -349km-,      (por Astorga)
                       

pasando por Santiponce, El Real de la Jara, Monesterio, Zafra, Mérida, Cáceres, Galisteo, Baños de Montemayor, Valdelacasa, Salamanca y Zamora

 

pasando por Tábara, Calzadilla de Tera, Rionegro del  Puente, Puebla de Sanabria, A Gudiña, Verín, Xinzo de Limia, Allariz, Ourense, Cea, Lalín y Silleda

 

pasando por Benavente, Álija del Infantado, Astorga, Ponferrada, Villafranca del Bierzo, O Cebreiro, Sarria, Portomarín y Melide

       Totalizando estos itinerarios 1010 km por la variante sanabresa y 965 km por la variante leonesa  

              En nuestra primera salida por la Vía de la Plata (año 2004), partimos desde Salamanca para cubrir de un tirón los tramos I4 (Salamanca- Santovenia) y I4b (Santovenia- Astorga). Es decir, optamos por la variante leonesa a partir del río Esla. En la 5ª jornada tuvimos dificultades para localizar las marcas de nuestro Camino a la salida de Granja de Moreruela, porque en los cruces clave no se especificaban claramente las orientaciones de las dos opciones apuntadas en el apartado anterior. Aquella experiencia nos ha servido para tomar las debidas precauciones antes de emprender la marcha. Una vez informados en el pueblo, en esta ocasión no tendremos ninguna dificultad para iniciar la variante sanabresa (tramo II1) desde Santovenia, torciendo hacia el oeste a partir del citado pueblo. A la altura del mismo se ha construido recientemente un moderno viaducto, que sustituye al derruido Puente de Quintos (romano), salvando ese caudaloso río entre los pueblecitos de Bretó y Bretocino. Esta opción nos supondrá incrementar en unos 12 km el kilometraje del recorrido habitual (lo que significará elevar hasta1022km la distancia recorrida entre Sevilla y Santiago). La elección de Santovenia como punto de partida ha sido circunstancial, por los motivos que veremos más abajo; pero no me importa nada el alargo una vez realizada la etapa, porque el intervalo entre Bretocino y la carretera de Tábara es precioso.    

3- Resumen de Etapas del semitramo II1 (SANTOVENIA-VERIN) 

               fecha                      etapa                     recorrido                                                              km. 

             30 Jun. Miérc.          28ª         SANTOVENIA- TÁBARA……………………….        25,0

1 Jul. Jueves          29ª         TÁBARA – CALZADILLA de Tera……………..        28,0

2 Jul. Viernes         30ª         CALZADILLA – S. SALVADOR de Palazuelo….      32,0                     

              3 Jul. Sábado          31ª         S. SALVADOR de P.– REQUEJO….……..………    33,0

              4 Jul. Dom.              32ª         REQUEJO – LUBIÁN…….……….…….………       18,0

5 Jul. Lunes           33ª         LUBIÁN – A GUDIÑA.……….…….………….....     25,0

6 Jul. Martes         34ª         A GUDIÑA – VERÍN……….………….…………      40,0 

4- La peripecia del viaje; una jornada perdida entre paseos por Madrid y los enlaces de bus hasta Santovenia

 Explicar en detalle nuestra jornada en Madrid, y la incertidumbre con los enlaces de bus, daría para hacer un sainete. Quizás en otra ocasión le dedique un artículo monográfico a este tema, pero ahora no me apetece. Tengo anotadas en borrador todas las incidencias de esta mañanita primaveral en la “villa y corte”, trufada de fiascos, y el subsiguiente viaje a Zamora.  Me limitaré a reproducirlas punto por punto; desde nuestro desembarco en la estación de Chamartín… hasta el viaje final en bus a tierras zamoranas. Lo escribiré todo sin omitir el menor detalle, aunque  sin adobar las incidencias con demasiada literatura. Gracias a mis apuntes, aunque redacto este PRÓLOGO pasados más de dos años, puedo reproducir  nítidamente todo el vodevil; especialmente el nº circense que tuvimos que sufrir en las dependencias de Consigna de la citada estación de ferrocarril, gestionada por la empresa Adif  

< imagen 2 (Madrid) plaza de acceso a la estación de Chamartín, con diversos servicios, entre ellos el almacén de CONSIGNA > 

1º) Cogemos el tren en la Estación de Sants de Barcelona, creo recordar que sobre las 22,30h del Lunes 28; para llegar sobre las 7,30h de la mañana a la madrileña estación de Chamartín, ubicada en la parte alta del paseo de la Castellana. No más llegar, antes que nada nos vamos a buscar un billete para el primer tren que salga hacia Zamora, que por desgracia no lo haría hasta las 14,35h. Eso significa que hoy no podremos hacer piernas en el propio Camino, porque llegados a Zamora  aún nos quedará un salto en bus hasta Granja de Moreruela ó Santovenia… Mala suerte, esperábamos poder haber hecho hoy 15 km al menos. En definitiva: un mal principio del viaje, un mal augurio… 

2º) Al querer pagar el billete de Zamora, noto que he olvidado las gafas de viaje en casa; tendré que localizar rápidamente una farmacia para comprarme otras de emergencia.  

3º) Decidimos dejar las mochilas en Consigna,  para poder dedicar la jornada matinal a patear el centro histórico de Madrid, algo que como buenos peregrinos haríamos caminando Castellana abajo, hasta la mismísima Cibeles 

Llegados a las dependencias de Consigna pago yo, como sucede habitualmente cuando estamos en el Camino; una vez constituido el fondo común que solemos hacer para afrontar todos los gastos compartidos. Tanto F. como yo habíamos perdido el hábito de utilizar los servicios de consigna, que hoy suelen estar completamente automatizados. En primer lugar nos hacen pasar las mochilas por una cinta transportadora, que las conduce al túnel de chequeo radiológico, y a nosotros mismos bajo el arco de control de personas.  Superado eso, llega a continuación  el problema, cuando no somos capaces de programar debidamente el autómata digital que permite la apertura de nuestra taquilla; un único armario de buenas dimensiones, donde quedarán depositadas ambas mochilas y los bastones. De manera que para lograrlo nos tiene asesorar el empleado, de bastante mala gana por cierto…  

Finalizado el trámite  nos aprestamos para dar ese largo paseo de aproximación al cogollo de la capital, ya que entre la estación de Adif y plaza de Cibeles debemos tener al menos 4 km. Esto nos anima un poco, porque nos serviría de calentamiento para ir adaptándonos a las duras jornadas que nos esperan. Pero antes de salir del recinto de la Estación aprovecho para comprar esas imprescindibles gafas, en una oportuna farmacia que encontramos por allí. Afortunadamente tienen un buen repertorio, y encuentro unas con graduación 2.5, que son las que me convienen. Saliendo de la farmacia, tiro la facturita de compra distraídamente, algo que como veremos tendría consecuencias… 

< imagen 3 (Madrid) dos perspectivas de La Castellana en nuestro paseo hasta la plaza de Cibeles > 

4º) Castellana abajo, vamos cavilando sobre la hora en que debemos emprender el regreso, sin correr ningún riesgo de perder el tren. Para saber a qué hora hemos salido de la estación, y así poder hacer cálculos,  se me ocurre buscar el ticket de Consigna, donde debía estar marcada la hora de referencia… Pero no logro hallar el dichoso ticket, y rememorando los pasos que hemos dado recuerdo repentinamente haber arrojado a una papelera la pequeña factura de las gafas, poco después de abandonar la farmacia… Es algo que suelo hacer de manera mecánica, porque no me gusta llevar papelitos inútiles en los bolsillos. Rememorando la acción, recuerdo perfectamente haber hecho una bolita y tirarla para “encestar”, eso sí con gran precisión,  en una de las papeleras que había a las afueras de la estación. Busco y rebusco sin éxito en todos los bolsillos, y me tengo que rendir a la evidencia, para dar por seguro que en esa bolita estaba también el ticket de consigna, porque desde luego no pude encontrarlo. Este problemita se me clava en la mente, y ya barrunto que podría pudrirnos nuestro previsto esparcimiento por los ‘madriles’... 

5º) A las diez de la mañana nos sentamos en los aledaños de la Puerta del Sol, para hacer un almuerzo que nos sirva ya como colación de mediodía… Es una elección con la que pretendemos anticipar en lo posible el regreso, para solucionar la imprevisible problemática de consigna…; porque conociendo este país me huelo que podríamos tener una demora considerable. El almuerzo que nos traen resulta de una calidad lamentable, a base de platos combinados mal aliñados y peor recalentados. No disponiendo de mucho tiempo para cambiar el desaguisado,  lo despachamos a medias rápidamente. Tras el café, que también sirve para quitarnos el mal gusto de boca de “lo otro”, nos disponemos a regresar sin más demoras. Ni siquiera hemos invertido un cuarto de hora en despachar el infumable almuerzo. En cualquier caso, tampoco podíamos permitirnos mucho descanso; no hay más remedio que volver pronto para gestionar la recuperación de las mochilas….

     Durante nuestro mísero yantar, hemos comentado la cuestión que nos preocupa, y Francesc  coincide conmigo en que podemos tener problemas; el “pájaro” que lleva las instalaciones de consigna no tenía muy buena pinta, y en sus explicaciones sobre el manejo del autómata que permio abrir la taquilla se ha mostrado bastante seco,  y visiblemente impaciente al ver que éramos novatos… Por otro lado, el completo protocolo de seguridad, que hemos debido pasar para acceder al almacén y depositar nuestro bagaje, nos sugiere que siguen aquí un protocolo muy estricto. De manera que,  ante una deficiencia de identificación podrían complicarnos mucho la recuperación de nuestras pertenencias… Esto son sin duda secuelas de los gravísimos atentados terroristas que sufrió Madrid en 2003, que afectaron a esta misma estación principalmente, y a otras del área metropolitana de la capital… 

< imagen 4 (Madrid) paseo de Recoletos (el más antiguo de la capital, notablemente transformado en Febrero de 2002

6º) Inquietos por el problemón que podríamos tener para recuperar nuestras pertenencias, decidimos retornar pronto Castellana arriba, con buen muy buen paso; deteniéndonos únicamente unos instantes al atravesar el paseo de Recoletos . Advertí en el mismo una notable transformación  respecto al parque urbano que  conocí en el año 1965. Ese verano estuve alojado varios meses en la capital de España, mientras cumplía las prácticas del servicio militar en Hoyo de Manzanares (milicias universitarias).

   Tras conseguir un par de imágenes del céntrico paseo, reanudamos nuestro regreso a la estación, sin poder saborear demasiado del panorama que nos rodeaba, pese a disfrutar de un tiempo espléndido; había que llegar cuanto antes a la Chamartín. Finalmente, a las 11.15 ya estamos en Consigna, sentados en un banco y esperando a que venga el ‘inspector’ que examinaría nuestro “caso”… Tras entregarnos sendos formularios de solicitud para rellenar, el desatento empleado del citado servicio se ha limitado a señalarnos un banco de espera, y a pegar luego un telefonazo al policía a quién, según él, correspondía en exclusiva la resolución de nuestro problema… Luego nuestro “carcelero” se repanchiga impasible en su butaca, viendo como la gente entra y sale, y solo se levanta de vez en cuando para asesorar mínimamente a algún novato, que como nosotros aún no sabe el procedimiento de apertura y cierre de las taquillas. Huelga decir que nuestros iniciales intentos de ablandarle, para acelerar la resolución del problema, no han servido absolutamente para nada…: le hemos hecho memoria de que cuando depositamos nuestra valija estábamos solos con él, intentando que nos recordara por los visibles bastones de peregrinos; también hemos apelado al espíritu de la peregrinación, invitándole a que él mismo comprobara nuestras credenciales (depositadas en las mochilas), chequeándolas con los D.N.I., etc., etc... Pero nada de nada, nos ha reiterado en tono desabrido y visiblemente enfadado que debíamos rellenar las solicitudes… y esperar a que viniera el inspector. 

< imagen 5 (Madrid, ‘Consigna’ estación de Chamartín) la aburrida sala de taquillas donde perdemos casi una hora > 

         Hemos cumplimentado rápidamente los formularios y se los hemos entregado al ‘guardián’, pero el esperado inspector de policía tarda demasiado en aparecer; los minutos pasan lentamente durante un buen rato, y nadie da señales de vida. La impaciencia nos corroe, y el asunto no acaba de tener buena pinta. El caballero de marras, que en la mayor parte del tiempo es nuestro único acompañante en la gran sala, ni siquiera se molesta en tranquilizarnos. Acaba por agotarse mi paciencia y tras media hora me acerco a rogarle que vuelva a llamar al inspector, porque no entendemos cómo puede demorarse tanto, siendo nosotros pasajeros en tránsito…, a la espera de otro tren. El “consignero” me atiende de mala gana,  y  a poco le veo como vuelve a tomar el teléfono mecánicamente, dando muestras nuevamente de estar fastidiado, ahora por nuestros requerimientos e impaciencia…. 

7º) Me reincorporo al banco con  F y, para amenizar la espera, a poco entra en escena una graciosa familia mejicana. Con ellos viene un policía, y por lo que oímos también tienen un problema, que podría ser más grave que el nuestro. Les han bloqueado una maleta por llevar dentro una espada de forja toledana repujada, de las que venden a los turistas como ‘souvenir’ en la capital del Tajo. Al parecer habían llegado hace un par de horas de Toledo, y quisieron depositar las maletas en consigna para moverse cómodamente por la estación. Además se habían planteado comer algo ahora, para proseguir con su plan de viaje a otro lugar de España…, algo que ya será imposible. Pues nada, en maldita la hora que metieron esa maleta en la cinta de consigna: tras hora y media de ir de aquí para allá, de una dependencia a otra, aquí siguen atascados.… Como es natural, el túnel de chequeo  ha detectado el metal haciendo saltar la alarma…, pero solo al “sujeto” de estrechas entendederas que nos toca sufrir también a nosotros se le puede ocurrir sospechar de esta típica familia mexicana, con dos críos de 7 u 8 años y su oronda mamá, cuyo único “delito” ha sido gastarse sus dineros en  uno de los clásicos “souvenirs tipical spain” que suelen llevarse los turistas de la  capital castellano-manchega… La desesperación del bigotudo cabeza de familia se agrava por momentos ante nuestros ojos, porque tienen billetes para un tren que sale hacia el Norte en menos de 15 minutos…

       Afortunadamente, el policía-inspector que finalmente se ha acercado para aclarar su caso demostró tener sentido común… Tras oír los graciosos razonamientos y súplicas del “manito” y su patética puesta en escena, que parecía sacada de alguna película de Cantinflas: con solo examinar brevemente el “cuerpo del delito”, solventó el problema a los simpáticos mejicanos y les dejó ir. Incluso noté como se excusaba sin mencionar en nombre de quién.., por haberles tenidos tanto tiempo a causa de algo tan trivial.   

8º) También nosotros tuvimos suerte con el “poli”, porque una vez despachados los aztecas de inmediato nos solucionó la ‘papeleta’. Al ver nuestra pinta, y tras mostrarle los carnets de identidad, ni se molestó en comprobar las credenciales de peregrino que sugerí enseñarle. Hizo sin más preámbulos un ademán al “consignero” para que nos abriera la taquilla y se marchó pitando. Para dejar más en evidencia al “celador”, ni siquiera quiso recoger los formularios de solicitud que el  vigilante nos había hecho rellenar y ahora le ofrecía insistentemente… 

Nos dan las 12,00 cuando por fin hemos escapado del absurdo trance que acabo de relatar y acudimos, ya más calmados, a una amplia sala de espera anexa al bar-restaurante de la estación. Nos vemos ahora en el  lugar idóneo para aguardar la hora de dirigirnos a nuestro andén; la sala está  equipada con larga barra de bar,  más una treintena de mesas en el espacio principal y un pequeño recinto colindante para servicio de comidas. El largo y agitado paseo de Madrid, rematado con el ajetreo recién relatado,  nos han quitado la gana de comer, pero tenemos la garganta seca a causa de la inquietud y coincidimos en pedir una jarra doble de cerveza y una bolsa de patatas chips. Cómodamente sentados en una mesita, decidimos tomárnoslo con calma, sin movernos de este lugar durante algo más de dos horas.   

9º) Sale puntualmente nuestro tren, y a las 16.55 llegamos a Zamora, para dirigirnos rápidamente a la contigua estación de buses. En pocos minutos estamos ante la taquilla de la línea de Benavente, con la esperanza de tener parada en Granja de Moreruela, que es nuestro objetivo prioritario. Tampoco ahora nos acompañará la suerte; hemos perdido por 10 minutos el 1er. bus de la tarde. Ahora habrá que esperar al siguiente, que saldrá a las 18,30… Y no solo eso, para más “inri” ese autobús no se detiene en Granja de Moreruela…, siendo su siguiente parada Santovenia, 10km más al norte.  Eso es al menos lo que indican los paneles digitales que cuelgan en la sala de espera, y junto a la parada del bus…Así pues, nos disponemos resignadamente a soportar otra hora y media de espera… y sacamos esos billetes hasta el citado pueblo que ya conocíamos, por haber comido allí camino de Benavente, en la fantástica etapa 27ªb, realizada el año 2004. 

10º) Aburridos de tanto calentar asientos, hasta el punto de tener ya el trasero dolorido, tras aguantar la primera media hora de espera  nos acercamos nuevamente a las taquillas, para indagar si el chófer nos permitiría bajar del coche en Granja… El empleado  lamenta decirnos que no, y aclara que en la línea en cuestión hay ligeras variaciones en las paradas del recorrido según los horarios… Por ejemplo: el bus que acabamos de perder si tiene parada en Granja en el viaje de ida; y en cambio este que tomaremos ahora, que hace en la ida la parada de Santovenia, se detendrá en Granja de Moreruela al regreso desde Benavente.  Es decir, si nos apetece pernoctar Granja habría que hacer esos 10 km. de retorno con el mismo bus que nos dejará en Santovenia...; y en ese va y viene a Benavente tarde el bus 40 minutos exactamente.  

11º) Definitivamente, hoy no nos sale nada bien; es de esos días negros que suelen acontecer en el Camino, posiblemente para poner a prueba nuestro temple… Nos volvemos compungidos a nuestro banco y seguimos dándole vueltas al asunto... Pese a que nos lo han pintado mal, decidimos tratar de convencer al chofer sobre la marcha, para que nos permita bajar del bus en Granja en el trayecto de ida; aunque sea abonándole un plus equivalente al importe del trayecto de retorno desde el pueblo siguiente… No nos queda otra opción que intentarlo de esa forma; porque lo de llegar hasta Benavente, y luego retornar  con el mismo bus hasta Granja se me antoja demencial;  además,  nos haría perder un tiempo precioso para la única actividad prevista inicialmente en esta jornada vespertina…: caminar desde Granja hasta el emplazamiento del importante Monasterio Cisterciense de Sta. María, sito a unos 4 km del pueblo. Una obra singular del s. XII, aunque en ruinas; un monumento sin parangón posible, según muestran las imágenes que tengo obtenidas de él vía Internet  (véase  foto nº3 del capº XXXI).

     Con la expresada ilusión nos subimos a nuestro bus a las 18,30h. Pero por desgracia, el chofer que nos había tocado en suerte (otro ‘fenómeno’) es muy estricto con los itinerarios y las normas, y no atenderá  nuestra petición. El vehículo ha llegado puntualmente a la terminal de buses y, tras depositar las mochilas en el cajón que nos indica el conductor, le traslado nuestro ruego… Pero no duda ni un segundo en desestimarlo; nos aclara que le es imposible, porque cuando lo ha hecho en alguna ocasión le han amonestado sus superiores…  

Llegamos a Santovenia a las 19.30. El bus nos deja justamente ante el Hostal Esla, donde pernoctaremos; porque viendo la hora, descartamos ya definitivamente la opción de ir a Granja de Moreruela. De nuevo nos hemos quedado sin ver su famoso monasterio; que visitaremos en otra ocasión, dedicándole el tiempo que se merece.

 5- Alojamiento en Santovenia y planteamiento de la 1ª Etapa 

      Una vez instalados en nuestra habitación, bajamos para sentarnos ante la puerta del hostal, donde volvemos a recurrir a una jarra de cerveza para relajarnos tras los avatares adversos de la jornada, y plantear la primera etapa de nuestro viaje. Decidimos estudiar las posibilidades que tenemos de dirigirnos directamente desde aquí hacia Tábara…; es la opción que vemos mejor para no tener que hacer un nuevo viaje de aproximación con bus. Si no viéramos claro el itinerario entre Santovenia y esa importante población, meta prevista de la jornada,  tendríamos que hacer mañana a primera hora esos diez km de retorno hacia Granja, en el primer bus que llegue desde Benavente; para tomar desde allí las marcas del Camino, que serán las mismas que ya seguimos en 2004… Pero afortunadamente pudimos identificar con bastante fiabilidad un buen itinerario desde el mismísimo Santovenia, y por lo tanto saldríamos directamente desde aquí; hay un nuevo puente que cruza el Esla desde el cercano Bretó 

< imagen 6/7 (Santovenia) Francesc ante el mapa de la Vía de la Plata / vista aérea del pueblo y ruta de salida (flecha amarilla)    

Terminada nuestra cerveza, que acompañamos con un puñado de esos frutos secos que el bueno de Francesc  suele llevar de partida, nos disponemos a salir hacia el centro urbano para confirmar con una inspección visual el punto de salida de nuestra 1ª jornada. La clave nos la dio un vecino que deambulaba frente al hostal; nos ha aclarado que algunos peregrinos optan por cruzar el río Esla justamente frente a Santovenia  utilizando el puente de reciente construcción que han construido entre Bretó y Bretocino. Al primero de estos pueblos, distante solo 3 km, se llega por  una carretera local que sale cerca de la iglesia, desde el mismísimo centro urbano del pueblo. Otra opción, para soslayar el desplazamiento a Granja, sería caminar 6km por el arcén de la carretera N-630 en esa dirección hasta encontrar el cruce de la ZA-123, por la cual podríamos nos dirigiríamos a Tábara cruzando el mismo puente en el que reculábamos en la citada etapa 27ªb del año 2004... Con solo ver un mapa del entorno nos convence como mejor la primera opción señalada, algo más corta y sin ningún tráfico (ver arriba imgs.6/7) 

Visto el planteamiento, decidimos examinar esta misma tarde los dos primeros km. de la etapa, cosa que hacemos enfilando a través de la calle Molinera la carreterita local que conduce a Bretó. De nuevo haremos la excursión vespertina calzando nuestras incombustibles chanclas de baño; -tendremos que hacerles un monumento, ¡hay que ver lo que aguantan!-. Obviamente no encontraremos marcas amarillas por esta ruta, ni con seguridad las veremos hasta mediada la jornada de mañana, concretamente hasta el enlace de nuestro itinerario con la citada ZA-123, poco antes de alcanzar Faramontanos de Tábara 

< imagen 8  (calle Molinera, a 1km del hostal) atardece en Santovenia cuando retornamos de la excursión a Bretó 

     Ya de regreso, en la periferia del pueblo realizo en semipenumbra varias fotos para el reportaje (ver img. 8). No volvería a sacar la cámara. Santovenia tiene poco que ver; ni siquiera intentamos acceder a la iglesia, ¿para qué? ; es seguro que no habrá misa, y menos en un día como hoy con un importante partido de fútbol (España-Portugal), clasificatorio para acceder nada menos que a las semifinales del Campeonato Mundial de Fútbol de Sudáfrica… 

       Viendo el partido nos tomamos a modo de cena un simple café con leche. Ya habíamos merendado algo durante nuestras largas esperas de la jornada, aunque no recuerdo el qué ni dónde; de manera que con ese café tendríamos suficiente por hoy.  El bar del hostal lo encontramos lleno hasta los topes, pero hemos logrado hacernos un hueco entre las mesas donde colocar un par de sillas. De esta manera podremos ver sentados los últimos 15 minutos del encuentro, con la fortuna de presenciar el gol que nos colocaba a las puertas de la gloria…futbolística. En medio del habitual jolgorio de estos casos, justo terminar el partido nos volvemos a abrir paso a duras penas entre el eufórico gentío, para irnos a acostar a las 21.45 horas.

      Antonio Garcia Marquez 

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GUIA DEL CAMINO DE SANTIAGO A PIE (En papel)
JOSE M. SOMAVILLA , TUTOR, 2009
Desde la primera edición de esta Guía del Camino de Santiago a pie han transcurrido más de diez años, y veinte desde que su autor, José Manuel Somavilla, descubriese la Ruta Jacobea en 1989 y quedase enamorado de ella. Desde entonces ha recorrido el Camino de Santiago a pie año tras año. Fruto de esa experiencia contrastada que muchos lectores y peregrinos han disfrutado en sus anteriores ediciones, ahora, para esta nueva edición actualizada en 2009 y ampliada, el autor ha elaborado nuevos y detallados mapas de cada una de las 26 etapas del Camino Francés que separan los 750 kilómetros que hay entre Roncesvalles y Santiago de Compostela. A esto ha añadido la variante del Camino Aragonés, con 5 nuevas etapas desde Somport hasta Puente la Reina, punto en el que se une con la otra vía del Camino Francés

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