CAMINO DE SANTIAGO: --Ruta MOZÁRABE--

SEVILLA—SANTIAGO por la VÍA DE LA PLATA y la Variante Sanabresa


por Antonio García Márquez

Indice : Capítulos I - II- III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII- XIII - XIV - XV

XVI
- XVII  - XVIII - IXX - XX - XXI -
XXII - XXIII - XXIV -
XXV - XXVI - XXVII - XXVIII - XXIX


 
Cap.XXIX /(25ªEt.=18,4Km) VILLANUEVA de C. -ZAMORA y Visita a TORO (9-10 Mayo, Dom./Lunes)  

     La mañana se presenta muy nublada en esta 3ª jornada del viaje, aunque sin síntomas de traer agua de inmediato. Como de costumbre, me encuentro bastante descansado; lo que evidencia que  he dormido perfectamente toda la noche. Es algo habitual en mí, especialmente cuando estoy en El Camino; particularmente,  encuentro imposible no descansar bien después de andar  un montón de kilómetros durante la jornada. Esta noche la murga de los ronquidos ha venido de JL, pero eso no me ha impedido en absoluto el descanso. Cuando dan las 7,15 me acabo de afeitar y aviso a los colegas que les espero afuera, en las proximidades del bar. No tengo mucha esperanza de que vengan a abrirlo tan temprano, pero si alguien de la casa me observa por los alrededores podría darse el caso… Cruzo la plaza y en principio no veo ni un alma por el pueblo. 

Para los que estamos en una peregrinación de muchas jornadas, el domingo es un día más de la semana; no percibimos ninguna diferencia. Pero en esta ocasión me sorprende no observar signos externos desde el vecindario, evidenciando ser domingo precisamente... Según veo, estos pueblecitos minúsculos de la España profunda tampoco cambian para nada en domingo. Claro que, nosotros vivimos con paso cambiado respecto a los lugareños. Nos hemos acostado pronto en la víspera y salimos muy tempranito en la mañana dominical, y a esas horas no se ha movido ni el gato por aquí...  

En Villanueva de Campean desde luego, como otros muchos lugarejos españoles, tampoco se madruga en domingo. Me resigno y me aburro de lo lindo durante un cuarto de hora largo, esperando a los colegas; desde que unas campanadas me confirmaban que eran ya las 7.45h. Me he dedicado a examinar detenidamente la gran plaza que separa nuestro refugio del Ayuntamiento, que permanece totalmente desierta... En cuanto al bar, ya contábamos con que estaría cerrado a estas horas, pues aunque nos habían dicho que normalmente abre a las 8 cabe imaginar que en domingo lo hagan algo más tarde... Cuando llegan JL y F son casi las 8.0h; y tras breve debate, decidimos esperar pacientemente un buen rato, sentados en el banco de piedra de la puerta; por ver si suena la flauta, y algún alma caritativa la abre, para disfrutar dentro con el ‘indispensable’ cafelito mañanero...  

  La flauta no suena, y a las 8.10 nos ponemos en marcha, sin café; ahora ya está confirmado que ese “normalmente” no reza aquí en días festivos. 

< foto 1: (Villanueva de Campeán-Entrala), en las  inmediaciones de San Marcial (9.40h, -km7-)> 

Transitamos por pistas llanas y rectas hasta las inmediaciones de San Marcial. En mis apuntes no estaba muy claro este tramo de etapa, y las indicaciones no eran precisas; pero cuando tenemos a la vista un pueblo (sin duda el antes citado) las flechas amarillas nos desvían a la derecha, hacia una pista en ascenso durante 300 m. Finalizada la ascensión, no hemos llegado a ver ni una marca amarilla en los cruces de pistas...  ¡Esta claro que nos han metido un gol!; porque igual que algunos pretenden atraerse a los peregrinos, hay quienes prefieren evitarlos. Chascados y ‘toreados’ sin piedad por los lugareños, nuestro enfado es monumental: -hay motivos sobrados para mandar un mensaje de “agradecimiento” a la plana mayor del ayuntamiento de San Marcial...  

Quizás por ese desdén de los lugareños, la primera marca de paso que leo en mis notas tras la salida reza textualmente -carretera de Entrala-. Es decir, no teníamos que pasar por San Marcial; sino por un cruce con su carretera de acceso a Zamora, una vez superado ese lugar. Como teníamos un hambre de mil demonios después de 1,5 horas de marcha, decidimos parar a almorzar, mientras estudiábamos la situación. En esas estábamos, cuando acertó a pasar por allí un vecino de nuestra quinta, que venía de echar un vistazo a la viña... El hombre se quedó un ratito de charla con nosotros; porque no todos los días aterriza por estos pagos algún mortal con quien poder hablar un rato. Nos dijo que el pueblo que teníamos un poco más adelante era Perdigón (un lugar que no figuraba en mis notas), al que debíamos rodear por la izquierda para acceder poco después a Entrala. En fin, que habíamos dado una vueltecita de 3 km, que debemos al desapego de los “marcialos”… Menos mal que el paisano nos aseguró que en el ese pueblo si encontraríamos un bar abierto. Como llevábamos “mono” de café, decidimos por unanimidad ir a buscarlo a toda costa, una vez terminado el bocata.

Después de un par de km de aproximación, que se nos harían largos,  entramos por fin en el ansiado Entrala... Bueno, la verdad es que no sabíamos bien si estábamos en la entrada o en la salida...; porque después de tantas vueltas por estas llanuras sin fin, habíamos perdido literalmente el norte en relación con nuestra ruta hacia Zamora. 

Por otro lado, el equipo estaba un poco nerviosillo a estas alturas, ‘atreviéndose a cuestionar  el abnegado trabajo organizador’ de este guía-... Menos mal que ya en el bar, con el que dimos tras un par de vueltas por el pueblo, demostraron tener carácter de auténticos hospitaleros. Se portaron bastante bien con nosotros: indicándonos con todo detalle la pista buena para enlazar con los accesos a Zamora, y hasta nos regalaron a cada uno una carterita monedero la mar de chula... Esas atenciones bien merecen un recuerdo elogioso, tomen nota: “Merendero LA ERMITA”, telfº 980.57.63.01. 

Salimos de Entrala por la pista que nos indicaron, y a medio kilómetro volvemos a encontrar las marcas amarillas en un cruce. Se ve enseguida que hemos retomado la cañada ganadera. Desde ese cruce, vemos a la izquierda relativamente cerca el caserío urbano de San Marcial, mientras que en el sentido opuesto (hacia la derecha) nos enfilábamos recto hacia nuestra meta: Zamora. Si hubiéramos venido hasta aquí siguiendo esa carretera local, o pista paralela como debería ser, ya estaríamos cerca de la célebre ciudad del Duero. Pero en fin, estas aclaraciones solo servirán para aquellos que se apunten a la aventura siguiendo nuestro guión, o para nosotros mismos si decidimos repetir viaje algún día.  

Llegados a este punto, debo disculparme por no haber obtenido  imágenes en directo a lo largo de esta etapa. Al pasar a limpio el relato, años después, soy incapaz de justificar esa carencia; aunque probablemente hubo algún problema con la cámara de fotos. También podría deberse a la monotonía de los paisajes de la presente jornada y la falta de incidencias. Otro motivo pudo ser la inquietud por caminar sin señales hasta Entrala, y los posteriores problemas que iremos viendo hasta la llegada a Zamora. Las imágenes que veis intercaladas durante el recorrido las he conseguido vía internet. Ese es el motivo de luzca en ellas un sol radiante, en una jornada en la que el astro rey brilló prácticamente por su ausencia.

 

< foto 2: (Entrala-Zamora) unos minutos de descanso cerca de Morales del Vino (11,0h, -km11,5-)> 

   Aunque la etapa es corta, estamos en el tercer día de marcha y empiezan a salir dolores y síntomas de agotamiento general. Son  típicos en los recorridos de varias jornadas, y no nos cogen por sorpresa a quienes ya los hemos sufrido antes... JL va ya justito de fuerzas, porque empieza a sufrir ese típico ‘síndrome’ del Camino por vez primera; de manera que tenemos que detenernos un rato en medio del pastizal. Estamos en una extensa área de terreno inundable; una especie de hondonada por la que el Camino se hace más dificultoso por las recientes rodadas de los tractores.  Francisco y yo, que por el momento no acusamos ningún problema importante, decidimos imitar a JL, y nos tumbamos también entre el herbazal..., mientras se perciben atisbos de que la lluvia se aproxima…  

Tras la reanudación, a falta de 5 km. para Zamora empieza a llover; aunque siendo por el momento llevadera la cosa, no  nos detenemos  para enfundarnos el chubasquero. Por el contrario, optamos por acelerar el paso; escudriñando el terreno en busca de algún abrigo apropiado donde parar,  para poder hacerlo con más comodidad.... Pero no hay manera;  no se ven árboles ni casas, ni un simple barracón rural; nada que permita ejecutar esa simple tarea, pese a tener una amplísima vista por delante.... Allá lejos, entre la bruma que levanta  la lluvia, se vislumbra Zamora, la deseada. Me acordé del Cid: .."No se tomó Zamora en una hora"...

Para nuestra desgracia, mientras la lluvia se hace más y más intensa, se levanta un  inoportuno viento que colabora lo suyo para calarnos de arriba abajo en minutos. Nos vemos obligados a parar en medio del llano, para colocarnos a toda prisa los impermeables. En estos momentos te das cuenta que, por más que te esmeres con los preparativos del viaje, siempre vas corto de medios contra el agua... Poco después continuamos nuestra marcha, como fantasmas multicolores: los chubasqueros impermeables, manguitos, gorras, etc. Etc,. son poco contra esta lluvia cruzada y persistente, que se ha complicado sobremanera por la acción del viento. A mí me quedan al descubierto las mangas del jersey, porque solo me he puesto el chubasquero-mochilero y los manguitos del pantalón (-¡cualquiera se pone a desmontar la mochila en busca del impermeable de cuerpo entero, con la que estaba cayendo!...-). Finalmente,  acabo cogiendo dos bolsas de plástico y me las pinzo como puedo sobre las mangas...; afortunadamente  ya queda poco para la meta. Por suerte, y gracias a la previsión de J.L; en Zamora también teníamos un buen alojamiento reservado, como el 1er. día en Salamanca. Eso nos tranquilizaba en estas circunstancias, porque al llegar podríamos parar a comer, y descansar de paso, en el primer restaurante que juzgáramos aceptable.

 

< foto 3:  Vista del centro histórico de Zamora y su emblemático puente medieval (S.XII) > 

    Accederemos a Zamora por el ‘puente romano’ (en realidad del siglo XII), que supera el río Duero frente al corazón de la ciudad vieja. Pero antes de cruzarlo, nos metemos en la carpa de plástico de una parada de bus, para arreglarnos un poco la estrafalaria protección contra el agua que llevamos encima. Yo aprovecharía a fondo el excelente resguardo, para abrir la mochila y colocarme por fin un fino chubasquero de cuerpo entero que llevaba al fondo de la misma. Momentos que emplea Juán Luis para sacar un par de fotos; que por desgracia no podrían ser luego aprovechadas para ilustrar este reportaje, por resultar demasiado borrosas….

     Curiosamente, cuando ya estábamos bien pertrechados y empezábamos a reemprender la marcha, amainaría progresivamente el chubasco, hasta cesar por completo la precipitación en pocos minutos. Podríamos decir que en esta ocasión también se cumple, aunque ‘a la inversa’, la célebre ley de MurphyVolvemos pues a detenernos, en mitad del puente, para proseguir ahora con la ropa impermeable bajo el brazo. Mientras lo atravesábamos, pudimos admirar desde el mismo las excelentes vistas de la ciudad, aunque sin perder tiempo en sacar fotos. La que veis más arriba, la he obtenido obviamente de la red.

 

< foto 4Iglesia de San Juan Bautista, (ó San Juan de Puerta Nueva) de Zamora (estilo románico (S.XII) > 

      Ya en la orilla opuesta, bastan 10 minutos para llegar al corazón de la urbe, tras superar por varias callejas unos 30 metros de desnivel.  A las 14h estamos en la gran Plaza Mayor de Zamora, en cuyo centro se yergue la importante iglesia románica de San Juan Bautista (véase arriba Foto 4). Frente a ella,  muy cerca del Ayuntamiento y junto a la esquina noreste de la plaza, tenemos la suerte de encontrar un restaurante inmejorable para comer  sin demora (ver su situación en la imagen, señalado con una R ) Visto el lugar, su ambiente y la oferta gastronómica, no consideramos necesario tantear ningún otro sitio. Nos gustó tanto, que al día siguiente repetiríamos en el mismo establecimiento. Por 9 € tuvimos el siguiente menú: 

- (1er.plato): sopa de caldo  (todos)

- (2º plato): pollo guisado (JL-A), bistec ternera (F) 

         No logro recordar su nombre del local, aunque sí su ubicación; muy fácil de retener en la memoria  por las circunstancias arriba apuntadas. Lo recomiendo a quienes lean este relato.

     Aislada  en el centro de la plaza Mayor  impacta la sobria imagen de la citada iglesia, también conocida como  San Juan de Puerta Nueva, por la cercanía de una puerta de la muralla que recibe este nombre. La vemos perfectamente desde nuestra mesa, en el interior del restaurante. Luego me acercaría a examinar su exterior con detalle, admirando la delicada labra de sus extraordinarias portadas. Es sin lugar a dudas uno de los mejores ejemplares del románico de esta antigua y noble ciudad, donde hay otros 15 templos construidos parcial o totalmente dentro de ese estilo arquitectónico.  

A las 16 h llegábamos a la Residencia Juvenil Doña Urraca, donde JL había reservado habitaciones para dos noches, cumpliendo el programa de descanso previsto. El hallazgo de la ‘Resi’ fue un acierto de JL, porque en ella estaríamos muy bien alojados durante dos días. En recepción nos proporcionaron  información de otras ‘residencias juveniles de la comunidad castellano-leonesa, donde eventualmente podríamos recalar en otros viajes. Es un dato a tener en cuenta para futuras aventuras, cuando no exista posibilidad de alojarse en los habituales refugios o albergues de peregrinos. El precio diario de 10,17€ (incluido desayuno) es muy ajustado, y las habitaciones están bastante decentes, con baño incluido. 

< foto 5(Zamora) Murallas: puerta de doña Urraca y
Catedral
: cúpula del cimborrio, recubierta con escamas pétreas (s.XI)
 

 Después del aseo y una buena siesta hicimos la primera visita turística a Zamora. Es impresionante el número de monumentos en una ciudad tan pequeña, que no supera los 60.000 habitantes. Vimos muchas cosas, especialmente sus principales iglesias; pero de nuestro recorrido, al que dedicaremos toda la tarde, debo destacar la muralla (de origen romano) y el recinto donde se encuentran juntos el viejo castillo de doña Urraca y la catedral románica. En la foto de arriba se muestra la puerta principal de acceso al castillo (pta. de doña Urraca) y la cúpula del curioso cimborrio de la catedral,  joya del románico del Duero. Naturalmente, por limitaciones de tiempo nuestra vuelta turística se centró exclusivamente en los exteriores… Por destacar algo sobre el resto, hay que traer a esta ‘tribuna’ esa excepcional  cúpula bizantina del cimborrio de la catedral, gallonada y recubierta con escamas de piedra; indiscutiblemente la imagen señera Zamora (foto 5). En cuanto a la Muralla, la estuvimos recorriendo por el interior del recinto del castillo. Allí pudimos localizar el famoso  “portillo de la traición”, cantado en los antiguos romances de inicios del siglo XI; célebre puerta por donde acertó a escapar Vellido Dolfos del acoso del Cid, después de asesinar al rey castellano Sancho II (ver abajo imagen combinada 6)

 

< img 6(Zamora) Murallas: detalle del “portillo de la traición
 cantado en los romances, visto desde dentro y desde fuera.
 

  La tarde con nubes y claros invitaba al paseo, pero no estábamos para mucho trote y a las 9,15 volvimos a la ‘Resi’. Esa noche nos fuimos a dormir con un café con leche, porque no se pudo hacer la compra de fruta por estar el comercio cerrado.
 

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DESCANSO EN ZAMORA-Excursión a TORO (10 Mayo, Lunes) 

El desayuno, barra libre, en la Residencia fue muy abundante, incluidos unos deliciosos “croissants” recién hechos. Durante la sobremesa, JL y F decidieron prolongar el relax quedándose toda la mañana en Zamora, mientras el que suscribe cumplía con el objetivo previsto de visitar Toro.  

 Cogí un bus que me acercó a esa importante ciudad, también ribereña del Duero, que dista de Zamora unos 40 km. La importancia de Toro radica en su esplendoroso pasado; como acredita el que fuera durante siglos capital de una provincia española (hasta 1.799) y sede episcopal. Su colegiata de Santa Maria la Mayor es uno de los templos más originales de España. De arquitectura  catalogable dentro del románico leonés, el cimborrio que corona su crucero es parecido al de la catedral zamorana, aunque con doble fila de linternas.  

< img 7(Toro) recorrido urbano, iniciado en  arco de la Corredera  hasta  la Torre del Reloj  

Durante mi recorrido por las calles de la ciudad me molestaría bastante una incesante llovizna, de la que costaba escabullirse; sobre todo porque no me podía refugiar en los templos, por estar cerrados precisamente en  lunes. No obstante, atravesé todo el trazado del centro histórico por un eje viario clásico, entre el conocido como Arco de La Corredera  y la famosa Torre del Reloj, sacando las pertinentes fotos de los puntos clave al inicio y final del mismo (ver arriba img. combinada 7)   

En el final del itinerario había cesado la lluvia; y me explayé un buen rato admirando la vega del Duero desde la explanada de la colegiata de Sta. María, donde un oportuno paisano me inmortalizó en ese maravilloso escenario…  (véase abajo la img. combinada 8).  

< img 8(Toro, explanada y jardines de la Colegiata) el autor ante la Vega del Duero,
 junto a la Colegiata de Santa María (s.XII)
 

Retorno seguidamente a la estación de buses, tomando el que partía hacia la capital zamorana a las 13.15; para encontrarme con JL y F a las 14.30 en el mismo restaurante del día anterior. Ellos habían pasado la mañanita de los más bien, estirando las piernas lo justo para no perder el tono muscular. En cuanto al menú de esta 2ª jornada, nos volvimos a poner de acuerdo metiéndonos entre pecho y espalda: 

-(1er. plato): Estofado de garbanzos con chorizo zamorano    -(2º plato): Bistec de ternera
                       

-Nota 7-  Que nadie se extrañe por la reseña puntual de los menús en cada etapa; eran los momentos más gloriosos del día para los -pobres peregrinos-. Seguro que a JL y F les traen también los mejores recuerdos.
 

      Regresamos a la ‘Resi’ atravesando la muralla por la  Puerta de Doña Urraca (ver más arriba foto 5). La susodicha fue una gran reina, aunque el nombrecito nos inspire algo tenebroso… Cuando el evento del asesinato de Sancho II (que era su hermano), ella reinaba sobre un pequeño territorio, con capitalidad en Zamora. Por lo tanto el tal Vellido Dolfos era vasallo suyo, y seguramente actuaba por encargo de ella cuando asesinó al Rey castellano. En esos momentos Sancho II tenía sitiada la ciudad para anexionarla al reino de Castilla. Total, una simple disputa entre hermanos, y no por el mejor sillón para ver la tele precisamente, como pasa hoy día…

 

< img 9(Zamora) Casa de los Momos (renacentista, año1500) y monumento a Viriato (1883, esculpido por E. Barrón)

Hicimos nuestra buena siesta, y a las 19,0h volvíamos “al asalto de Zamora”, donde obtendría las últimas imágenes del reportaje: -Casa de los Momos-, -monumento a Viriato- e -Iglesia de Santiago del Burgo-, entre lo más destacable. Ya de regreso, compramos la provisión de fruta para la cena en un súper, y también lo necesario para preparar el bocata del día siguiente. JL y F se fueron a dormir sobre las 21,30h. Yo aún me tomaría un ratito antes de acostarme, para pasar los apuntes de la ajetreada 3ª etapa y anotar el pié de algunas fotos.

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   Antonio Garcia Marquez 

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GUIA DEL CAMINO DE SANTIAGO A PIE (En papel)
JOSE M. SOMAVILLA , TUTOR, 2009
Desde la primera edición de esta Guía del Camino de Santiago a pie han transcurrido más de diez años, y veinte desde que su autor, José Manuel Somavilla, descubriese la Ruta Jacobea en 1989 y quedase enamorado de ella. Desde entonces ha recorrido el Camino de Santiago a pie año tras año. Fruto de esa experiencia contrastada que muchos lectores y peregrinos han disfrutado en sus anteriores ediciones, ahora, para esta nueva edición actualizada en 2009 y ampliada, el autor ha elaborado nuevos y detallados mapas de cada una de las 26 etapas del Camino Francés que separan los 750 kilómetros que hay entre Roncesvalles y Santiago de Compostela. A esto ha añadido la variante del Camino Aragonés, con 5 nuevas etapas desde Somport hasta Puente la Reina, punto en el que se une con la otra vía del Camino Francés

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