Cap.XXXIII / (29ªbEt.=21,6Km) ÁLIJA DEL INFANTADO-LA
BAÑEZA (14 Mayo, Viernes)
Mientras hacíamos nuestras partidas de dominó en la víspera,
habíamos perfilado el diseño de la penúltima etapa; la cual podíamos
hacer ‘a priori’ por dos vías:
1) La vía “100% rural” supone un itinerario por pistas a partir de
La Nora , siguiendo inicialmente el curso del río
Órbigo por su margen izquierda hasta Navianos;
para enfilar luego un sinfín de cruces por diferentes pistas en los
alrededores de S. Juan de Torres . Desde aquí hasta
La Bañeza más pistas, debiendo cruzar otra vez el viejo
ferrocarril y las inevitables A-VI y nacional N-630.
2) La segunda alternativa consiste en seguir la carretera local
lija-La Bañeza, durante toda la etapa. Esta opción presenta
a priori el interés cultural de varios pueblecitos cargados de
historia, con acento especial en Quintana del Marco.
En nuestra decisión final de hacer la etapa por la ruta 2) había
influido, sobre todo, el deseo de ahorrarnos los problemas de
orientación que suponen los múltiples cruces de pistas de la opción
1). A estas alturas, ya no estamos para muchas aventuras. Hay ganas
de pasarlo bien, pero sobre todo de llegar a la meta.
La etapa resultaría plácida, sin ningún contratiempo ni aventura
llamativa. Ni siquiera nos encontramos con los habituales alicientes
culturales. Porque en esta ocasión el único pueblo con atractivo
cultural (Quintana del Marco) nos quedaba un poquito
apartado de la carretera y, por informaciones previas, sabíamos que
buena parte de su patrimonio arqueológico había sido enviado a
museos de León y Madrid. Finalmente nos contentaríamos con ver la
torre de su iglesia y castillo desde la distancia... Otro día
volveremos con coche para hacer el tour turístico.
Me levanto pronto como siempre, a las 7hh, y aprovecho el madrugón
para darme una última vueltecita por Álija, cámara en
ristre, porque este pueblo me ha encantado y quería añadir algunas
fotos a mi reportaje. Estas horas tempranas son idóneas para patear
pueblos; percibes cómo inicia la gente sus quehaceres en las casas,
y también los primeros movimientos cotidianos de la calle. El aire
fresquito y puro de la mañana es una delicia; aunque tengas el
estómago vacío, pidiendo a gritos ese café que siempre se nos
resiste a 1ª hora por estos andurriales... Mis sensaciones físicas
son simplemente correctas al abandonar la casa: siento las ultimas
punzadas de la ampollita del pié y el persistente dolor en la
rodilla derecha, que al arrancar en frío tras horas de descanso
suelen molestar un poco; luego ya irán desapareciendo los síntomas
con el caminar… Precisamente hoy, notaría que esas molestias ya
habían desaparecido al regresar al Refugio en busca de mis
amigos. Un buen síntoma que tendría su confirmación en el
resto del viaje: ambas molestias quedarían felizmente olvidadas.
Salimos de Álija a las 7.45h, como casi siempre
sin café. La carreterita local que nos ha de conducir hasta La
Bañeza es muy tranquila; y el paisaje variado, pero no tiene
nada espectacular que reseñar. La carretera transcurre durante casi
toda la etapa relativamente cerca del río Jamuz, un afluente
del Órbigo; gran río junto al que hemos caminado desde hace
dos días y que seguiremos viendo a la derecha desde lejos hasta la
entrada de La Bañeza. A partir de ahí se despegará
definitivamente de nuestra ruta, para continuar con su habitual
curso norte hacia Hospital de Órbigo. Es fácil adivinar la
posición del río en cualquier momento por la exuberancia de árboles
de ribera, que se divisan perfectamente desde la carretera.
Mientras ando cavilando sobre el devenir de la etapa. JL
y F han puesto el turbo en la periferia del pueblo, y
rápidamente me cobran una ventaja que no logro reducir; igual tenían
prisa por llegar al siguiente lugar habitado, ante la posibilidad de
hallar algún bar donde hacer el cafelito...
Los 3,8 km. que nos separan de La Nora pasan en un
vuelo, a esas alturas llevo un retraso de 300mt respecto a los
colegas. El pueblo se ve como a 500 m. a la derecha. Es lógico que
todos los villorrios estén siempre situados por este lado, porque
han crecido junto al río…Pero nosotros no tenemos ganas de darnos el
paseo, ante el temor de volvernos a llevar un chasco y quedarnos
nuevamente sin café, con un 1 km. de propina…
<
imagen 1: (Genestacio)
paramos para almorzar
frente a iglesia de Sta. Marina >
Tras sobrepasar La Nora, llegamos a Genestacio
sobre las 9h. Es una pequeña aldea que al menos nos ofrece unos
bancos en la plaza, en los que comemos tranquilamente nuestros
bocatas. Al fondo del recinto vemos en sombra la fachada occidental
de su iglesia de Santa Marina, a la que poco
después sacaría una foto en perspectiva
(img 1).
Según he leído conserva un interesante retablo, conteniendo 22
tablas góticas del s.XV. Lamentablemente el templo estaba cerrado y
no pudimos verlas. Diez minutos de descanso fueron suficientes para
dar buena cuenta de los bocadillos, remojados con unos tragos de
agua a falta de otra cosa; aunque afortunadamente encontramos un bar
abierto 1,5km después, en las afueras de Quintana del Marco,
donde paladeamos con fruición nuestro largamente esperado café.
El centro de ese pueblo queda como a ½ km de la carretera, pero ni
siquiera nos planteamos dar una vuelta. Si al menos tuviéramos
acceso a su iglesia, aún se podría compensar el esfuerzo; pero
sabemos que hoy día están todas cerradas, salvo en festivos siempre
que den la misa a esa hora concreta. No es hoy el caso, siendo
viernes.
<
imagen 2:
(Quintana del Marco)
(*)
busto romano encastado en la espadaña de la igl. De San
Pedro >
Sabemos de Quintana que había sido importante enclave romano,
del cual han aparecido numerosos restos arqueológicos; aunque la
mayor parte de ellos fue expoliado y/o trasladado a las capitales
regional y estatal. Sin embargo tengo entendido que aún conserva
algunas cosas interesantes, que aconsejan volver en otro momento a
verlas. Por ejemplo, hay varios mosaicos en casas particulares que
son visitables a horas convenidas. Pero como habíamos apuntado, por
esta vez nos contentamos con ver desde lejos las dos torres que se
destacan sobre el caserío: la del Castillo y la de la
iglesia de San Pedro. En la segunda de ellas se da la
curiosidad de que han encastado en la espadaña una antigua estatua
romana, que la mayoría de expertos suele atribuir al emperador
Marco Aurelio
(véase arriba imagen 2).
Según parece, los lugareños tuvieron la peregrina idea de colocar
ahí ese busto “etiquetándolo” como de San Pedro, el santo
patrono de este templo; y naturalmente así lo tenían asumido los
devotos del Lugar… Pero la cosa no quedaría ahí, según se ha
dictaminado años después
(véase abajo Nota 20 ).
Nota 20--
Una broma arqueológica en la Iglesia
de San Pedro de Quintana del Marco- Si
llego a saber a tiempo la broma ‘expuesta arriba’ (me enteré al
final de esta jornada, ya en La Bañeza) me habría
acercado a ver el ‘desaguisado’ en directo, perdiéndome el café.
Bueno a decir verdad, el detalle del mismo lo he sabido con
precisión hace unos minutos, leyendo noticias recientes en
la red. Hasta ahora, se pensaba que el busto en
cuestión sería una pieza de 2ªcategoría, o incluso una
imitación. Pero no, se trata de una obra de notable valor
artístico; quizás el mejor busto romano de la región leonesa.
El colofón del disparate se produjo hace un
par de años, cuando unos cacos escalaron en Febrero de 2013 la
espadaña para llevarse la cabeza de Marco Aurelio.
A la noticia no debió dársele mucha importancia entonces, ya
que no hubo gran repercusión de ella a nivel nacional.
Afortunadamente la pieza fue recuperada meses después, mediante
un brillante servicio de la Guardia Civil (octubre
2013). Fue esta recuperación la que puso esa pieza arqueológica
en órbita, ya que acudieron a estudiar el busto diversos
expertos, coincidiendo en la indiscutible categoría de
una escultura datada en el siglo II de nuestra era. Como
remate a la ‘broma’, los especialistas han coincidido, tras un
minucioso estudio de la pieza, con que no estamos ante un
retrato del emperador Marco Aurelio; aunque si se trata
de una importante obra romana, ejecutada plausiblemente durante
el período imperial. Se considera como probable sea el retrato
escultórico del propietario de la importante villa romana de
“Los Villares”, donde fue encontrado. La pieza está
expuesta provisionalmente en el museo de León.
<
imagen 3:
(Quintana del Marco)
castillo del linaje Luna-Quiñones (s.XV), vistas de la
torre del homenaje >
En cuanto al castillo, su único resto visible y
relativamente bien conservado es la poderosa torre del homenaje,
cuadrada con 12m de lado
(ver arriba img.3).
La fortaleza perteneció al linaje de los Luna-Quiñones,
siendo construida en el s.XV por don Diego Fernández de
Quiñones I, merino mayor de Asturias. Pese a los escasos
restos conservados, lo que resta de este interesante castillo
medieval está declarado por el estado español “bien de interés
cultural”, figurando inscrito como tal desde 1949.
Desde lejos no era posible obtener buenas imágenes de los citados
monumentos arquitectónicos de Quintana del Marco, pero una
vez más las sacaría luego de la red; un fantástico
recurso del que disponemos hoy en día para mejorar la presentación
de nuestros ‘relatos de viaje’. Es muy llamativo el remate
almenado de esta sugerente torre, con saeteras y garitas defensivas
en los cuatro lados.
Según veo en internet mientras paso a limpio estas
notas, acaban de poner en venta esta torre medieval,
junto con una vivienda adosada y parte del viejo recinto amurallado;
totalizándose una superficie de 1500 metros cuadrados…
<
imagen 4:
(Villanueva de Jamuz)
> castillo del linaje Luna-Quiñones (s.XV), donde residió don
Suero de Quiñones
A las 9.45h reemprendemos la marcha, alcanzando a las 10.30
Villanueva de Jamuz (km11.6); de la que obtenemos un par de
imágenes de otro castillo, sin apenas
detenernos
(Nota 21 al final capítulo).
En esta ocasión hemos tenido la suerte de pasar junto a él, y
disponer además de un buen ángulo para conseguirla. La imagen fue
captada por JL, y el peregrino que se ve en la parte
inferior derecha, justo en el límite del encuadre es un servidor; lo
cual certifica la autoría y el protagonismo de la instantánea…
Este castillo tuvo por constructor al mismo personaje que el de
Quintana del Marco: D. Diego Fernandez de Quiñones, el
cual podría ser considerado como valido del rey Juan II
de Castilla durante su minoría de edad. Pero
seguramente este baluarte nobiliario ha gozado y gozará de mayor
fama que el del vecino pueblo; por haber sido morada de D.
Suero de Quiñones, personaje legendario del que hablaremos
en la mencionada
Nota 21.
Tiramos sin parar hasta Santa Elena de Jamuz (km15,4), y poco
después tomamos un respiro descargando mochilas, para cambiar
impresiones. Desde hace rato vemos venir de lejos a la parejita ‘italobrasileira’...,
y decidimos por unanimidad incrementar el ritmo de marcha. Sabemos
que elegir primero en los albergues supone una gran ventaja.
Afortunadamente, a estas alturas ya me he recuperado de las
molestias y puedo apretar la marcha. Tanto es así, que seré yo ahora
el que tire delante, haciendo sacar la lengua a los otros. Partimos
para el asalto final a las11.55, estando sobre el km16 de etapa,
restando unos 5,5km de Camino para finalizar la etapa…
<imagen
5:
(La Bañeza) con Bárbara y Fernando,
esperando la apertura del albergue -
MONTE URBA-
(km21,6-13h) >
A las 12,55 estamos en la puerta del Albergue de
La Bañeza, y es una pena haber corrido tanto porque la
vecina que custodia las llaves no está en su casa. Nos sentamos a
esperar pacientemente, porque la buena señora tardaría 40 minutos en
aparecer. Antes de llegar ella, se han incorporado Bárbara y
Fernando, que se han retrasado un poco para conseguir en un
‘super’ su acopio de comida
(foto 5).
Bárbara viene contenta; le han regalado una ristra de
chorizo, que nos ofrece para aliviar la espera. El albergue
municipal “Monte Urba” está situado en un altozano, desde el
que se domina la ciudad. Nos habían dicho que era un edificio
bastante nuevo, de gran capacidad y buenas instalaciones.
<imagen
6:
(La Bañeza) albergue –“Monte Urba”-,
dormitorio y salón-comedor
Cuando ¡por fin! aparece nuestra “aposentadora”, podemos comprobar
que se trata, en efecto, de un excelente albergue; con todas
las instalaciones imaginables (incluida lavadora automática y
cocina). Hay un par de dormitorios grandes, en cada uno de los
cuales se alinean una veintena de camas (no hay literas). Las camas
son reclinables, procedentes de la donación de un hospital de
Madrid, que las había sustituido por material más moderno. Para
nosotros ... ¡un lujo!.
La casa dispone también de un gran salón, con varias de mesas. En la
pared de fondo del mismo incluso han colocado un televisor, lujo que
considero innecesario en el ambiente de un peregrino a Santiago...
Tras un rápido aseo, nos fuimos a buscar donde comer. Lo haríamos, y
bastante bien, en el Mesón-Rte. “La Brasa”:
(1er. plato) : Alubias a “La Bañezana” (todos..., ¡no
faltaba más!)
(2º plato) : Codillo al horno (JL y F), Estofado de
ternera (A)
Cuando regresamos al Refugio vimos que no había llegado nadie
más; junto a Bárbara y Fernando volvíamos a ser cinco.
La verdad es que, a pesar de encontrarnos con ellos en varias
etapas, nunca llegamos a establecer una conversación larga con esta
pareja, ni siquiera a coincidir en un simple paseo... Ello es debido
al idioma, como suele ocurrir en estos casos. Fernando sabía
un poquito de español y Bárbara apenas nada. Luego estaba lo
de las comidas: nosotros siempre hacíamos la de mediodía afuera, en
algún Mesón o Restaurante, y cenábamos exclusivamente a base de
frutas. Ellos hacían todas las colaciones en los refugios;
preparándose habitualmente cereales, leche con galletas y otras
mandangas por el estilo, tanto para desayuno como en las comidas
principales. Aparte lo expuesto, tampoco se les veía muy
comunicativos, especialmente a Fernando. Sólo que se hubieran
arrimado a nosotros, cuando hacíamos las partidas de dominó o cartas
(como esta noche), es seguro que les hubiéramos invitado a jugar;
pero ellos iban por libre, ante lo que nada hay que objetar
naturalmente...
A las 15.45 nos metimos en las altísimas camas hospitalarias para
hacer una siestecita. En esta ocasión, como disponemos de 18 lechos
donde elegir, nos hemos instalado bastante separados de ellos: la
pareja ‘italobrasileira’ en el fondo, y nosotros más cerca de la
puerta de acceso al salón; así no habría tanto problema con los
ronquidos.
<imagen
7:
(La Bañeza) dos perspectivas de la calle Astorga, su
principal arteria comercial>
A las 18.45 salimos a dar una vuelta por La Bañeza. Se nota
que es capital comarcal, aunque para los que vivimos en grandes
ciudades nos parece un pueblo no muy grande. El comercio y
mobiliario urbano que observamos es un poco anticuado, tirando a
ramplón (y que me perdonen los bañezanos). El tipo de escaparates de
muchos establecimientos nos recuerda lo que se veía por la España de
los años cincuenta y primeros sesenta… Esto no tiene justificación,
porque la comarca tiene recursos. En cambio vimos bastante más nivel
en Benavente, como también lo veríamos al día siguiente en
Astorga, que por cierto viene a tener la misma población que
La Bañeza.
<imagen
8:
(La Bañeza) Francesc y Antonio ante plaza e
Iglesia de San Salvador (s.X/XVII) / portada renacentista
(año 1595)
Visto lo visto por las principales calles céntricas, apenas sacamos
media docena de fotos…: un par de perspectivas de la iglesia de
San Salvador
(ver arriba),
otras en la plaza Mayor flanqueada por el Ayuntamiento
y la iglesia de Sta. María
(véase abajo),
y finalmente una imagen de la solitaria calle Astorga, a la
que llegábamos pasadas las siete de la tarde y su abundante comercio
estaba cerrado. Lamentablemente, tampoco en La Bañeza
tendríamos la oportunidad de asistir a misa, siendo viernes… Pese a
todo, aún tuvimos suerte; mientras callejeábamos, pudimos comprar
algo de fruta y avíos para el bocata en un ‘super’, y con ello
dimos por finalizado nuestro paseo vespertino.
<imagen
9:
(La Bañeza) plaza Mayor e Iglesia de Santa María (s.X/XVII)
/ -la piedad- obra de Gr. Fernández (hacia 1620)
A las 21h estábamos de regreso en el Albergue. Hicimos
nuestra cana acostumbrada: un par de tomates con un rastro de sal y
4 o 5 piezas de fruta variada. Lo del tomate es una pasión
compartida con Francesc desde el año anterior, a la que se
añade sin problemas JL. Alguien nos dijo que es muy
conveniente para recuperarse de la pérdida de sales, ocasionada por
la sudoración de la etapa. La verdad es que al día siguiente nos
levantamos siempre bastante recuperados, notándolo especialmente
durante toda la mañana. Por lo que a mí respecta, este régimen de
cena resulta fundamental para poder dormir bien; hace algún tiempo
que tengo olvidada una sempiterna gastritis nocturna, que estuve
padeciendo una veintena de años.
Esta noche, y para variar, hicimos unas manitas de cartas jugando a
“La Pocha”; una especie de “Brisca” que se juega en la
provincia de Valladolid. Enseñé las normas a JL y F; con tanto
provecho para el alumnado, que no ganó precisamente el maestro. Lo
hizo finalmente Francesc, con una remontada espectacular en
las últimas manos. Otro día os explicaré las reglas de este juego...
A las 23,00 cada mochuelo a su olivo...
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Nota 21--
El Castillo de Villanueva de Jamuz y su
propietario Don Suero de Quiñones .- Al pasar
junto a este castillo se me ocurrió sacar un par de fotos de
él, sin detenerme siquiera a mirar una leyenda reflejada en el
expositor situado junto a sus muros. Por eso no tuve noticia en
ese momento del ilustre inquilino que vivió entre sus muros a
mediados del siglo XV: nada menos que D. Suero de Quiñones,
protagonista del más famoso y curioso hecho
romántico-caballeresco del medievo español, y si me apuráis
europeo… Los acontecimientos se desarrollaron entre Julio y
Agosto del año 1434, no muy lejos de aquí; concretamente junto
al pequeño lugar de Puente de Órbigo, en
el que arranca un largo viaducto que cruza el citado río 26km
más al norte de Villanueva de Jamuz...
No es este el momento de extenderse en
detalles sobre estos hechos históricos, absolutamente ciertos.
Como fue certificado oportunamente por Cervantes
en su inmortal Quijote; unos hechos de los que hay
abundante noticia en Internet. En todo caso, haremos una
mención detallada de los mismos cuando redactemos la etapa
correspondiente del Camino Francés, que termina
en la actual población de Hospital de Órbigo;
población situada frente a Puente al otro lado del
río, inexistente en las fechas que se celebró el torneo; la cual
debe su nombre a un Hospital de Peregrinos, construido en
época altomedieval.
En cuanto al castillo donde habitó Don
Suero en Villanueva de Jamuz, fue edificado a
principios del siglo XV por su padre: don Diego Fernández
de Quiñones, importante personaje de la corte de
Juán II de Castilla y León; el cual tenía el rango de
merino mayor de Asturias, título sinónimo al
de adelantado en las regiones meridionales de España y
tierras americanas. Ese cargo era de tipo administrativo y
judicial al más alto nivel, comparable a un ministerio de alto
rango actual. Gracias a esa preeminencia gozaba de amplio apoyo
real, y determinados privilegios; lo que con el tiempo le valió
para acumular varios mayorazgos. Estos cargos se podían
transferir testamentariamente a los hijos; y eso fue lo que hizo
en los últimos años de su vida, correspondiendo a D. Suero
(su segundogénito) el Mayorazgo de Villanueva de
Jamuz, con su Castillo (img 4) y
circunscripción territorial.
Nota 22--
En
los orígenes de La Bañeza: Monasterio de
San Salvador, en el Monte Urba.-
En las inmediaciones de la confluencia de del río
Tuerto con el Órbigo había a principios del s.X un
pequeño asentamiento de población conocido como Vanieça.
Muy cerca de ese Lugar, corriendo los primero años de
dicha centuria, y siendo monarca leonés Ramiro II,
un piadoso ciudadano de origen mozárabe decidió construir un
monasterio. Dándose ya en esa época una importante afluencia de
gentes en el Camino Mozárabe a Santiago, su fundador dejó
constancia de que la institución había de “servir
preferentemente para el socorro y asistencia a los
peregrinos”... El asentamiento de la Iglesia y dependencias
monásticas se realizó sobre una elevación del terreno conocida
como Monte Urba, exactamente donde podemos ver
ahora la Iglesia de San Salvador; parte de cuyo ábside
pertenecía al cenobio fundacional, del cual deriva su nombre.
En 932 está documentada la entrega de dicho monasterio a
Genadio, Obispo de Astorga (más tarde San Genadio).
Se conserva un documento citando esa donación, por cuenta de un
tal Abamor Eximiz y su esposa
Cendina.
Años después (Agosto 939) RamiroII obtuvo
en Simancas la primera gran victoria cristiana
sobre los musulmanes de Al-Andalus; cuyas
consecuencias empezarían a llegar a estas tierras a partir de
977, con las iniciales correrías del califato. En el año 997
Almanzor pasó por aquí camino de Astorga,
destruyendo totalmente el centro monástico. Sería reconstruido a
principios del siglo XI, pero las posteriores reconstrucciones y
modificaciones nos han legado un templo mixto, donde se aprecian
estilos que van desde el renacimiento hasta el
plateresco. Lo más notable su portada
renacentista (ver img 8).