CAMINO DE SANTIAGO: --Ruta MOZÁRABE--

SEVILLA—SANTIAGO por la VÍA DE LA PLATA y la Variante Sanabresa


por Antonio García Márquez

Indice : Capítulos I - II- III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII- XIII - XIV - XV

XVI
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XXII - XXIII - XXIV -
XXV - XXVI - XXVII - XXVIII - XXIX - XXX

 - XXXI - XXXII - XXXIII


 

Cap.XXXIII / (29ªbEt.=21,6Km) ÁLIJA DEL INFANTADO-LA BAÑEZA (14 Mayo, Viernes)

 Mientras hacíamos nuestras partidas de dominó en la víspera, habíamos perfilado el diseño de la penúltima etapa; la cual podíamos hacer ‘a priori’  por dos vías: 

 1) La vía “100% rural” supone un itinerario por pistas a partir de La Nora , siguiendo inicialmente el curso del río Órbigo por su margen izquierda hasta Navianos; para enfilar luego un sinfín de cruces por diferentes pistas en los alrededores de S. Juan de Torres . Desde aquí hasta La Bañeza más pistas, debiendo cruzar otra vez el viejo ferrocarril y las inevitables A-VI y nacional N-630.

2) La segunda alternativa consiste en seguir la carretera local lija-La Bañeza, durante toda la etapa. Esta opción presenta a priori el interés cultural de varios pueblecitos cargados de historia, con acento especial en Quintana del Marco.

En nuestra decisión final de hacer la etapa por la ruta 2) había influido, sobre todo, el deseo de ahorrarnos los problemas de orientación que suponen los múltiples cruces de pistas de la opción 1). A estas alturas, ya no estamos para muchas aventuras. Hay ganas de pasarlo bien, pero sobre todo de llegar a la meta.  

La etapa resultaría plácida, sin ningún contratiempo ni aventura llamativa. Ni siquiera nos encontramos con los habituales alicientes culturales. Porque en esta ocasión el único pueblo con atractivo cultural (Quintana del Marco) nos quedaba un poquito apartado de la carretera y, por informaciones previas, sabíamos que buena parte de su patrimonio arqueológico había sido enviado a museos de León y Madrid. Finalmente nos contentaríamos con ver la torre de  su iglesia y castillo desde la distancia... Otro día volveremos con coche para hacer el tour turístico. 

Me levanto pronto como siempre, a las 7hh, y aprovecho el madrugón para darme una última vueltecita por Álija, cámara en ristre, porque este pueblo me ha encantado y quería añadir algunas fotos a mi reportaje. Estas horas tempranas son idóneas para patear pueblos; percibes cómo inicia la gente sus quehaceres en las casas, y también los primeros movimientos cotidianos de la calle. El aire fresquito y puro de la mañana es una delicia; aunque tengas el estómago vacío, pidiendo a gritos ese café que siempre se nos resiste a 1ª hora por estos andurriales... Mis sensaciones físicas son simplemente correctas al abandonar la casa: siento las ultimas punzadas de la ampollita del pié y el persistente dolor en la rodilla derecha, que al arrancar en frío tras  horas de descanso suelen molestar un poco; luego ya irán desapareciendo los síntomas con el caminar… Precisamente hoy, notaría que esas molestias ya habían desaparecido al regresar al Refugio en busca de mis amigos. Un buen síntoma que tendría su confirmación en el resto del viaje: ambas molestias quedarían felizmente olvidadas. 

Salimos de Álija a las 7.45h, como casi siempre sin café. La carreterita local que nos ha de conducir hasta La Bañeza es muy tranquila; y el paisaje variado, pero no tiene nada espectacular que reseñar. La carretera transcurre durante casi toda la etapa relativamente cerca del río Jamuz, un afluente del Órbigo; gran río junto al que hemos caminado desde hace dos días y que seguiremos viendo a la derecha desde lejos hasta la entrada de  La Bañeza.  A partir de ahí se despegará definitivamente de nuestra ruta, para continuar con su habitual curso norte hacia Hospital de Órbigo. Es fácil adivinar la posición del río en cualquier momento por la exuberancia de árboles de ribera, que se divisan perfectamente desde la carretera.  Mientras ando cavilando sobre el devenir de la etapa. JL y F han puesto el turbo en la periferia del pueblo, y rápidamente me cobran una ventaja que no logro reducir; igual tenían prisa por llegar al siguiente lugar habitado, ante la posibilidad de hallar algún bar donde hacer el cafelito...  

Los 3,8 km. que nos separan de La Nora pasan en un vuelo, a esas alturas llevo un retraso de 300mt respecto a los colegas. El pueblo se ve como a 500 m. a la derecha. Es lógico que todos los villorrios estén siempre situados por este lado, porque han crecido junto al río…Pero nosotros no tenemos ganas de darnos el paseo, ante el temor de volvernos a llevar un chasco y quedarnos nuevamente sin café, con un 1 km. de propina…
 

 

< imagen 1: (Genestacio) paramos para almorzar  frente a iglesia de Sta. Marina > 

Tras sobrepasar La Nora, llegamos a Genestacio sobre las 9h. Es una pequeña aldea que al menos nos ofrece unos bancos en la plaza, en los que comemos tranquilamente nuestros bocatas. Al fondo del recinto vemos en sombra la fachada occidental de su iglesia de Santa Marina, a la que poco después sacaría una foto en perspectiva (img 1). Según he leído conserva un interesante retablo, conteniendo 22 tablas góticas del s.XV. Lamentablemente el templo estaba cerrado y no pudimos verlas. Diez minutos de descanso fueron suficientes para dar buena cuenta de los bocadillos, remojados con unos tragos de agua a falta de otra cosa; aunque afortunadamente encontramos un bar abierto 1,5km después, en las afueras de Quintana del Marco, donde paladeamos con fruición nuestro largamente esperado café. 

 El centro de ese pueblo queda como a ½ km de la carretera, pero ni siquiera nos planteamos dar una vuelta. Si al menos tuviéramos acceso a su iglesia, aún se podría compensar el esfuerzo; pero sabemos que hoy día están todas cerradas, salvo en festivos siempre que den la misa a esa hora concreta. No es hoy el caso, siendo viernes. 

 

< imagen 2: (Quintana del Marco)  (*) busto romano  encastado en la espadaña de la igl. De San Pedro > 

Sabemos de Quintana que había sido importante enclave romano, del cual han aparecido numerosos restos arqueológicos; aunque la mayor parte de ellos fue expoliado y/o trasladado a las capitales regional y estatal. Sin embargo tengo entendido que aún conserva algunas cosas interesantes, que aconsejan volver en otro momento a verlas. Por ejemplo, hay varios mosaicos en casas particulares que son visitables a horas convenidas. Pero como habíamos apuntado, por esta vez nos contentamos con ver desde lejos las dos torres que se destacan sobre el caserío: la del Castillo y la de la iglesia de San Pedro. En la segunda de ellas se da la curiosidad de que han encastado en la espadaña una antigua estatua romana, que la mayoría de expertos suele atribuir al emperador Marco Aurelio (véase arriba imagen 2). Según parece, los lugareños tuvieron la peregrina idea de colocar ahí ese busto “etiquetándolo” como de San Pedro, el santo patrono de este templo; y naturalmente así lo tenían asumido los devotos del Lugar… Pero la cosa no quedaría ahí,  según se ha dictaminado años después (véase abajo Nota 20 ).  

Nota 20-Una broma arqueológica en la Iglesia de San Pedro de Quintana del Marco- Si llego a saber a tiempo la broma ‘expuesta arriba’ (me enteré al final de esta jornada, ya en La Bañeza) me habría acercado a ver el ‘desaguisado’ en directo, perdiéndome el café. Bueno a decir verdad, el detalle del mismo lo he sabido con precisión hace unos minutos, leyendo noticias recientes en la red. Hasta ahora, se pensaba que el busto en cuestión sería una pieza de 2ªcategoría, o incluso una imitación. Pero no, se trata de una obra de notable valor artístico; quizás el mejor busto romano de la región leonesa.

    El colofón del disparate se produjo hace un par de años, cuando unos cacos escalaron en Febrero de 2013 la espadaña para llevarse la cabeza de Marco Aurelio.  A la noticia no debió dársele mucha importancia entonces, ya que no hubo gran repercusión de ella a nivel nacional. Afortunadamente la pieza fue recuperada meses después, mediante un brillante servicio de la Guardia Civil (octubre 2013). Fue esta recuperación la que puso esa pieza arqueológica en órbita, ya que acudieron a estudiar el busto diversos expertos, coincidiendo en la indiscutible categoría de una escultura datada en el siglo II de nuestra era. Como remate a la ‘broma’, los especialistas han coincidido, tras un minucioso estudio de la pieza, con que no estamos ante un retrato del emperador Marco Aurelio; aunque si se trata de una importante obra romana, ejecutada plausiblemente durante el período imperial. Se considera como probable sea el retrato escultórico del propietario de la importante villa romana de “Los Villares”, donde fue encontrado. La pieza está expuesta provisionalmente en el museo de León.
 

 

< imagen 3: (Quintana del Marcocastillo del linaje Luna-Quiñones (s.XV), vistas de la torre del homenaje 

         En cuanto al castillo, su único resto visible  y relativamente bien conservado es la poderosa torre del homenaje, cuadrada con 12m de lado (ver arriba img.3). La fortaleza perteneció al linaje de los Luna-Quiñones, siendo construida en el s.XV por don Diego Fernández de Quiñones I, merino mayor de Asturias. Pese a los escasos restos conservados, lo que resta de este interesante castillo medieval está declarado por el estado español “bien de interés cultural”, figurando inscrito como tal desde 1949.

 Desde lejos no era posible obtener buenas imágenes de los citados monumentos arquitectónicos de Quintana del Marco, pero una vez más las sacaría luego de la red; un fantástico recurso del que disponemos hoy en día para mejorar la presentación de nuestros ‘relatos de viaje’. Es muy llamativo el remate almenado de esta sugerente torre, con saeteras y garitas defensivas en los cuatro lados.

       Según veo en internet mientras paso a limpio estas notas, acaban de poner en venta esta torre medieval, junto con una vivienda adosada y parte del viejo recinto amurallado; totalizándose una superficie de 1500 metros cuadrados…

 

< imagen 4: (Villanueva de Jamuz) > castillo del linaje Luna-Quiñones (s.XV), donde residió don Suero de Quiñones  

A las 9.45h reemprendemos la marcha, alcanzando a las 10.30 Villanueva de Jamuz (km11.6); de la que obtenemos un par de imágenes de otro castillo, sin apenas detenernos (Nota 21 al final capítulo). En esta ocasión hemos tenido la suerte de pasar junto a él, y disponer además de un buen ángulo para conseguirla. La imagen fue captada por JL, y el peregrino que se ve en la parte inferior derecha, justo en el límite del encuadre es un servidor; lo cual certifica la autoría y el protagonismo de la instantánea…

Este castillo tuvo por constructor al mismo personaje que el de Quintana del Marco: D. Diego Fernandez de Quiñones, el cual podría ser considerado como valido del rey Juan II de Castilla durante su minoría de edad. Pero seguramente este baluarte nobiliario ha gozado y gozará de mayor fama que el del vecino pueblo; por haber sido morada de D. Suero de Quiñones, personaje legendario del que hablaremos en la mencionada Nota 21. 

Tiramos sin parar hasta Santa Elena de Jamuz (km15,4), y poco después tomamos un respiro descargando mochilas, para cambiar impresiones. Desde hace rato vemos venir de lejos a la parejita ‘italobrasileira’..., y decidimos por unanimidad incrementar el ritmo de marcha. Sabemos que elegir primero en los albergues supone una gran ventaja. Afortunadamente, a estas alturas ya me he recuperado de las molestias y puedo apretar la marcha. Tanto es así, que seré yo ahora el que tire delante, haciendo sacar la lengua a los otros. Partimos para el asalto final a las11.55, estando sobre el km16 de etapa, restando unos 5,5km de Camino para finalizar la etapa… 

<imagen 5: (La Bañeza) con Bárbara y Fernando, esperando la apertura del albergue -
MONTE URBA- 
(km21,6-13h) > 

A las 12,55 estamos en la puerta del Albergue de La Bañeza, y es una pena haber corrido tanto porque la vecina que custodia las llaves no está en su casa. Nos sentamos a esperar pacientemente, porque la buena señora tardaría 40 minutos en aparecer. Antes de llegar ella, se han incorporado Bárbara y Fernando, que se han retrasado un poco para conseguir en un ‘super’ su acopio de comida (foto 5). Bárbara viene contenta; le han regalado una ristra de chorizo, que nos ofrece para aliviar la espera. El albergue municipal “Monte Urba está situado en un altozano, desde el que se domina la ciudad. Nos habían dicho que era un edificio bastante nuevo, de gran capacidad y buenas instalaciones.

 

<imagen 6: (La Bañeza) albergue –“Monte Urba”-, dormitorio y salón-comedor 

 Cuando ¡por fin! aparece nuestra “aposentadora”, podemos comprobar que se trata, en efecto, de un excelente albergue; con todas las instalaciones imaginables (incluida lavadora automática y cocina). Hay un par de dormitorios grandes, en cada uno de los cuales se alinean una veintena de camas (no hay literas). Las camas son reclinables, procedentes de la donación de un hospital de Madrid, que las había sustituido por material más moderno. Para nosotros ... ¡un lujo!.

La casa dispone también de un gran salón, con varias de mesas. En la pared de fondo del mismo incluso han colocado un televisor, lujo que considero innecesario en el ambiente de un peregrino a Santiago... Tras un rápido aseo, nos fuimos a buscar donde comer. Lo haríamos, y bastante bien, en el Mesón-Rte. “La Brasa:  

(1er. plato) : Alubias a “La Bañezana” (todos..., ¡no faltaba más!)

(2º plato) :    Codillo al horno (JL y F), Estofado de ternera (A)       

Cuando regresamos al Refugio vimos que no había llegado nadie más; junto a Bárbara y Fernando volvíamos a ser cinco. La verdad es que, a pesar de encontrarnos con ellos en varias etapas, nunca llegamos a establecer una conversación larga con esta pareja, ni siquiera a coincidir en un simple paseo... Ello es debido al idioma, como suele ocurrir en estos casos. Fernando sabía un poquito de español y Bárbara apenas nada. Luego estaba lo de las comidas: nosotros siempre hacíamos la de mediodía afuera, en algún Mesón o Restaurante, y cenábamos exclusivamente a base de frutas. Ellos hacían todas las colaciones en los refugios; preparándose habitualmente cereales, leche con galletas y otras mandangas por el estilo, tanto para desayuno como en las comidas principales. Aparte lo expuesto, tampoco se les veía muy comunicativos, especialmente a Fernando. Sólo que se hubieran arrimado a nosotros, cuando hacíamos las partidas de dominó o cartas (como esta noche), es seguro que les hubiéramos invitado a jugar; pero ellos iban por libre, ante lo que nada hay que objetar naturalmente... 

A las 15.45 nos metimos en las altísimas camas hospitalarias para hacer una siestecita. En esta ocasión, como disponemos de 18 lechos donde elegir, nos hemos  instalado bastante separados de ellos: la pareja ‘italobrasileira’ en el fondo, y nosotros más cerca de la puerta de acceso al salón; así no habría tanto problema con los ronquidos.

 

<imagen 7: (La Bañeza) dos perspectivas de la calle Astorga, su principal arteria comercial> 

A las 18.45 salimos a dar una vuelta por La Bañeza. Se nota que es capital comarcal, aunque para los que vivimos en grandes ciudades nos parece un pueblo no muy grande. El comercio y mobiliario urbano que observamos es un poco anticuado, tirando a ramplón (y que me perdonen los bañezanos). El tipo de escaparates de muchos establecimientos nos recuerda lo que se veía por la España de los años cincuenta y primeros sesenta… Esto no tiene justificación, porque la comarca tiene recursos. En cambio vimos bastante más nivel en Benavente, como también lo veríamos al día siguiente en Astorga, que por cierto viene a tener la misma población que La Bañeza.

 

<imagen 8: (La BañezaFrancesc y Antonio ante plaza e Iglesia de San Salvador (s.X/XVII) / portada renacentista (año 1595) 

Visto lo visto por las principales calles céntricas, apenas sacamos media docena de fotos…: un par de perspectivas de la iglesia de San Salvador (ver arriba), otras en la plaza Mayor flanqueada por el Ayuntamiento y la iglesia de Sta. María (véase abajo), y finalmente una imagen de la solitaria calle Astorga, a la que llegábamos pasadas las siete de la tarde y su abundante comercio estaba cerrado. Lamentablemente, tampoco en La Bañeza tendríamos la oportunidad de asistir a misa, siendo viernes… Pese a todo, aún tuvimos suerte; mientras callejeábamos, pudimos comprar algo de  fruta y avíos para el bocata en un ‘super’, y con ello dimos por finalizado nuestro paseo vespertino.

 

<imagen 9: (La Bañezaplaza Mayor e Iglesia de Santa María (s.X/XVII) / -la piedad- obra de  Gr. Fernández (hacia 1620) 

A las 21h estábamos de regreso  en el Albergue. Hicimos  nuestra cana acostumbrada: un par de tomates con  un rastro de sal y 4 o 5 piezas de fruta variada. Lo del tomate es una pasión compartida con Francesc desde el año anterior, a la que se añade sin problemas JL. Alguien nos dijo que es muy conveniente para recuperarse de la pérdida de sales, ocasionada por la sudoración de la etapa. La verdad es que al día siguiente nos levantamos siempre bastante recuperados, notándolo especialmente durante toda la mañana. Por lo que a mí respecta, este régimen de cena resulta fundamental para poder dormir bien; hace algún tiempo que tengo olvidada una sempiterna gastritis nocturna, que estuve padeciendo una veintena de años. 

Esta noche,  y para variar, hicimos unas manitas de cartas jugando a “La Pocha”; una especie de “Brisca” que se juega en la provincia de Valladolid. Enseñé las normas a JL y F; con tanto provecho para el alumnado, que no ganó precisamente el maestro. Lo hizo finalmente Francesc, con una remontada espectacular en las últimas manos. Otro día os explicaré las reglas de este juego...

A las 23,00 cada mochuelo a su olivo...

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Nota 21-El Castillo de Villanueva de Jamuz y su propietario Don Suero de Quiñones .- Al pasar junto  a este castillo se me ocurrió sacar un par de fotos de él, sin detenerme siquiera a mirar una leyenda reflejada en el expositor situado junto a sus muros. Por eso no tuve  noticia en ese momento del ilustre inquilino que vivió entre sus muros a mediados del siglo XV: nada menos que D. Suero de Quiñones, protagonista del más famoso y curioso hecho romántico-caballeresco del medievo español, y si me apuráis europeo… Los acontecimientos se desarrollaron entre Julio y Agosto del año 1434, no muy lejos de aquí; concretamente junto al pequeño lugar de  Puente de Órbigo, en el que arranca un largo viaducto que cruza el citado río 26km más al norte de Villanueva de Jamuz...

   No es este el momento de extenderse en detalles sobre  estos hechos históricos, absolutamente ciertos. Como fue certificado oportunamente por Cervantes en su inmortal Quijote; unos hechos de los que hay abundante noticia en Internet. En todo caso, haremos una mención detallada de los mismos cuando redactemos la etapa correspondiente del  Camino Francés, que termina en la actual población de Hospital de Órbigo; población situada frente a Puente al otro lado del río, inexistente en las fechas que se celebró el torneo; la cual debe su nombre a un Hospital de Peregrinos, construido en época altomedieval.  

  En cuanto al castillo donde habitó Don Suero en Villanueva de Jamuz, fue edificado a principios del siglo XV por su padre: don Diego Fernández de Quiñones, importante personaje de la corte de Juán II de Castilla y León; el cual tenía el rango de merino mayor de Asturias, título sinónimo al de adelantado en las regiones meridionales de España y tierras americanas. Ese cargo era de tipo administrativo y judicial al más alto nivel, comparable a un ministerio de alto rango actual. Gracias a esa preeminencia gozaba de amplio apoyo real, y determinados privilegios; lo que con el tiempo le valió para acumular varios mayorazgos. Estos cargos se podían transferir testamentariamente a los hijos; y eso fue lo que hizo en los últimos años de su vida, correspondiendo a D. Suero (su segundogénito) el Mayorazgo de Villanueva de Jamuz, con su Castillo (img 4) y circunscripción territorial.
 


 

Nota 22--  En los orígenes de La Bañeza:  Monasterio de San Salvador,  en el  Monte Urba.- En las inmediaciones de la confluencia de del río Tuerto con el Órbigo había a principios del s.X un pequeño asentamiento de población conocido como Vanieça. Muy cerca de ese Lugar, corriendo  los primero años de dicha centuria, y siendo monarca leonés Ramiro II, un piadoso ciudadano de origen mozárabe decidió construir un monasterio. Dándose ya en esa época una importante afluencia de gentes en el Camino Mozárabe a Santiago, su fundador dejó constancia de que la institución había de “servir preferentemente para  esocorro y asistencia a los peregrinos”... El asentamiento de la Iglesia y dependencias monásticas se realizó sobre una elevación del terreno conocida  como Monte Urba, exactamente donde podemos ver ahora la Iglesia de San Salvador; parte de cuyo ábside pertenecía al cenobio fundacional,  del cual deriva su nombre. En 932 está documentada la entrega  de dicho monasterio a Genadio, Obispo de Astorga (más tarde San Genadio). Se conserva un documento citando esa donación, por cuenta de un tal Abamor Eximiz y su esposa Cendina.

Años después (Agosto 939) RamiroII obtuvo en Simancas la primera gran victoria cristiana sobre los musulmanes de Al-Andalus; cuyas consecuencias empezarían a llegar a estas tierras a partir de 977, con las iniciales correrías del califato. En el año 997 Almanzor pasó por aquí camino de Astorga, destruyendo totalmente el centro monástico. Sería reconstruido a principios del siglo XI, pero las posteriores reconstrucciones y modificaciones nos han legado un templo mixto, donde se aprecian estilos que van desde el renacimiento hasta el plateresco. Lo más notable su portada renacentista (ver img 8).
 

      Antonio Garcia Marquez 

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GUIA DEL CAMINO DE SANTIAGO A PIE (En papel)
JOSE M. SOMAVILLA , TUTOR, 2009
Desde la primera edición de esta Guía del Camino de Santiago a pie han transcurrido más de diez años, y veinte desde que su autor, José Manuel Somavilla, descubriese la Ruta Jacobea en 1989 y quedase enamorado de ella. Desde entonces ha recorrido el Camino de Santiago a pie año tras año. Fruto de esa experiencia contrastada que muchos lectores y peregrinos han disfrutado en sus anteriores ediciones, ahora, para esta nueva edición actualizada en 2009 y ampliada, el autor ha elaborado nuevos y detallados mapas de cada una de las 26 etapas del Camino Francés que separan los 750 kilómetros que hay entre Roncesvalles y Santiago de Compostela. A esto ha añadido la variante del Camino Aragonés, con 5 nuevas etapas desde Somport hasta Puente la Reina, punto en el que se une con la otra vía del Camino Francés

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