Esto es un hecho incontestable. Que la imagen
internacional (inexistente) de la cocina española
que ha imperado a lo largo y ancho de muchas
décadas de paella y sangría, ha cambiado mucho y
de una manera rápida en los últimos años, la cual
cosa ha asombrado a medio mundo.
Para Adrià,
la mejor manera de sembrar la nueva imagen de España
allende ésta debe ser a través de establecimientos de
tapeo informal y de calidad, sean tradicionales o
modernos; es el modelo a exportar. También piensa de la
misma manera el chef catalán Ramón Freixa, asesor de
Sótano, un bar de tapas situado en el Hilton Warf de
Melbourne, en Australia, que es partidario del tapeo
como el gastroconcepto made in Spain más exportable. “El
concepto español para vender fuera tiene que ser tapear,
algo informal, sea más tradicional o más moderno”,
apunta Freixa.
Nacho
Vázquez, chef alicantino del mismo nombre, define al
tapeo como un modelo “fast food” a la española, con
calidad del producto, técnica y una fusión de tradición
e innovación. Para éste, los ingredientes del tapeo
deben ser: informalidad, barras y mesas corridas, comer
con los dedos (finder food), minicocina, rápida rotación
de clientela para lograr una amortización del tiempo más
que el producto y horarios ininterrumpidos. Una manera
de comer desenfadada y divertida.
Vamos a
ver si ésta es la fórmula de futuro que más le interesa
a la cocina española de élite en el exterior. ¿O con
ello se dará un paso atrás?
Enric
Ribera Gabandé
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