Los camping y casas
rurales salvan los “muebles” al sector turístico español
A pesar de que alguien
empieza a ver algunos brotes verdes (¿) en el desarrollo
de la economía de Europa –en España de momento, no- , lo
cierto es que este año turístico las cifras de
resultados se van a resentir, tal como estaba previsto y
cantado desde antes de iniciarse el verano, a pesar de
las cifras optimistas que vertió algún iluso en la
materia, que haberlos, haylos.
Es cierto, por otra parte,
que si nos ceñimos al número de turistas que han
circulado por los diferentes destinos, no se ha notado
ninguna disminución considerable. Pero, atención, en lo
que respecta al “cash” de los establecimientos, sí que
se ha sufrido un cierto descalabro. Mucha gente
polulando, poca gente comiendo y bebiendo en los
restaurantes, hoteles y bares. La hotelería también ha
visto disminuir su ocupación en unos porcentajes que van
desde un pingüe 3% hasta el 15% y el 20%, según los
puntos y comunidades.
La pregunta de rigor
surge, ¿dónde se ha alojado el resto de personal? La
respuesta es fácil; en apartamentos repletos de
turistas, por aquello de aprovechar al máximo el dinero
invertido en el alquiler, y, por supuesto en casas
rurales y camping, especialmente. ¿Qué demuestra este
hecho? Simple y llanamente, que hay poco “money money”,
y muchas ganas de vivir unas bien merecidas vacaciones
estivales.
En las comarcas leridanas
-por poner un simple ejemplo- el turismo de casas
rurales salvará y con dificultades el expediente de este
verano, ya que los hoteles en el mes de julio han
experimentado un retroceso en ocupación de un 11% con
respecto al año pasado. Las casas rurales, por el
contrario, cerrarán -a falta de los resultados del mes
de agosto-, a la par ó con un ligero incremento.
Este mismo efecto es
extrapolable a la mayoría de los camping de España.
Mención especial merece los riojanos del Camino de
Santiago que han estado llenos durante casi todo el
verano.
Resulta revelador que uno
de estos centros turísticos, tal como lo describe la
gerencia de este alojamiento de Navarrete (La Rioja), no
“es un terreno en el cual dos hippies con rastras
instalan ahí sus bártulos, tienden las bragas en
cuerdas, encienden un fuego y cantan con la guitarra
bajo las estrellas. No, eso no es un camping”.
Y… es que esta idea
paupérrima y deprimente que algunos aún tienen hay que
cambiarla.
En el pabellón del turismo
hay que saber posicionarse entre revolución o muerte;
aún más en tiempos de crisis
Enric Ribera Gabandé
E.mail:
[email protected]
www.gourmetvinos.com
www.lacuinadecatalunya.cat
Pie de foto:
Camping de Boltaña.