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CAMINO DE SANTIAGO: --Ruta MOZÁRABE--

SEVILLA—SANTIAGO por la VÍA DE LA PLATA y la Variante Sanabresa


por Antonio García Márquez

Indice : Capítulos I - II- III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII- XIII - XIV - XV - XVI - XVII  - XVIII - IXX - XX -

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XXV - XXVI - XXVII - XXVIII - XXIX -
XXX  - XXXI - XXXII - XXXIII - XXXIV - XXXV

- XXXVI - XXXVII - XXXVIII - XXXIX - XL  XLI - XLII  - XLIII - XLIV - XLV - XLVI - XLVII - XLVIII - - XLIX - L


    

Cap.L / (41ªEt.=18,0Km) OUTEIRO/Vedra –SANTIAGO (2 Octubre, Sábado) 

Me levanto a las 6,45 y toda la casa está oscura como boca de lobo. Un poco antes, en mi típico despertar fisiológico  ya había recogido el cargador con la batería de la cámara. Durante el “apagón nocturno” solo se dispone en este albergue de unas tenues luces de emergencia, que apenas permiten ver donde pisas; tanto en los dormitorios como en el pasillo y el comedor.  Con ese inconveniente lo voy a tener muy difícil para escribir el borrador de apuntes de la jornada de ayer, porque en la zona de mesas la oscuridad es casi total…. Salgo con todos los trastos y a duras penas puedo ordenar la mochila sobre una mesa. Luego no puedo hacer otra cosa que preparar pacientemente los bocadillos para F, mientras voy comiendo mis sardinitas con los picos de la barra de pan. Sobra barra y sobra jamón, así que me hago otro bocadillo pequeño para mí. Intento a continuación ponerme a escribir algo pero me es imposible; si necesito limpiar bien el cristal de las gafas para hacerlo con buena luz, con esta semioscuridad no hay nada que hacer.     

A las 7 en punto he dado un toque a F, como hacemos normalmente. A esa hora un goteo de peregrinos va y viene ya de aquí para allá, topando por el pasillo mientras arrastran sus bagajes… Nadie dice nada, pero todos queremos salir pronto por aquello de los atascos en el sellado de credenciales y posterior acceso a la catedral. Veo a Paco y Araceli y nos saludamos con señas, aún hay gente que duerme.  Como me aburro, mientras viene F  acabaré liquidando también el montadito de jamón que me he preparado; luego pasa un yanqui ofreciéndome un plato con uvas y también me las como. Se nota que la uva de ribeiro está madura por las veredas… Ya está relatado que hemos visto mucha en las últimas etapas; yo me había abstenido de probarlas, pero estos americanos no se contentan con hacer las fotos…

A las 7,30 se encienden de golpe todas las luces, cuando ya maldita la falta que nos hacen. Casi todo el mundo se las ha apañado como ha podido y ya está saliendo o ha salido del Albergue. Llega inmediatamente después Francesc y le entrego sus bocatas: ante mi perplejidad se sienta y se los come de inmediato, ¡oh sorpresa!,  es la primera vez que hace esto estando conmigo. Siempre le insisto en la importancia de comer bien antes de salir, para tirar fuerte al principio, cuando estamos perfectamente descansados. Lástima que “ahorita” mismo nos falte el café.  

Mientras come F veo aparecer la nívea cabeza del francés Pierre y rápidamente voy a su encuentro, le doy la mano y le pido el favor de hacerse una foto conmigo.  Paco que está  por allí nos sacará la instantánea. Pero un poco nervioso por la petición y rojo como un pimiento, un sonriente Pierre nos ruega que le esperemos un momentito..: ¡primero ha de pasar por el lavabo a peinarse! Un minuto después lo tenemos entre nosotros dispuesto a posar, muy feliz por ser el decano del Refugio.  Será esta una imagen para subir la moral en el futuro, que me servirá para superar eventuales dudas cuando indefectiblemente acudan los achaques… Nos abrazamos sonrientes mientras Paco lanza la instantánea, y ahí queda la imagen para la historia: ¡83 + 67 = 150 años que nos contemplan!, ¡abuelos al poder! (img nº1)... Nos despedimos de Pierre, y antes de guardar la cámara saco también unas fotos a la pareja lucentina; quiero tener alguna imagen cercana de ellos.  

< img 1: (Albergue Outeiro –conc. Vedra-)  con Pierre (83) el decano // (cruceiro Ardarís, conc. Boqueixón –k3-8.28h) ronda de despedidas > 

Salimos a las 7,40 junto a los cordobeses y la valenciana Isabel, aún con muy poca luz. Abandonamos el lugar caminando por la pista asfaltada que cruza Outeiro siguiendo la bisectriz del monte justamente por su cima. Nuestro plan es ir por estas pseudocarreteras gallegas hasta las inmediaciones de Susana, donde encontraremos la N-525. En principio coincidiremos con nuestros acompañantes por este tramo, siguiendo rigurosamente las marcas del Camino.  A las 8,30 hemos alcanzado las inmediaciones de Ardarís (concello de Boqueixon). En este lugar se cruzan dos carreteras locales y hay un oportuno crucero; un escenario que nos va de perlas para hacernos unos a otros varias fotos para el recuerdo,  y excelente ocasión para irse despidiendo de los colegas (img nº1der). Tras la postrera sesión fotográfica, Araceli y Paco se adelantan. Isabel aún seguiría junto a nosotros varios km más, pero luego se iría alejando poco a poco como en otras ocasiones… Habíamos comentado con los colegas nuestra idea de hacer esta etapa íntegramente por el arcén de la nacional N-525, asidua compañera desde que salimos del Valle de Tera en la provincia de Zamora (véase Nota 20 al final del capítulo); ellos no lo tenían tan claro y en principio eran partidarios de continuar por el camino trazado, siguiendo las marcas.

Siendo una etapa corta también nosotros lo habríamos hecho, pero no quería arriesgarme a perder el tren de las 3 de la tarde, y estaba seguro de que por la carretera ganaríamos al menos una hora. Sé muy bien que el habitual atasco para obtener la Compostela se incrementa de manera brutal a últimas horas de la mañana. Francisco no hubiera tenido problemas aunque llegáramos algo más tarde, porque tenía previsto quedarse un par de días en la capital para celebrar en ella su 73º cumpleaños… Al despedirnos de los amigos, pensábamos en la posibilidad de hallarles en la periferia de Santiago, cuando su camino y el nuestro se hubieran juntado de nuevo ‘ante las barbas del apóstol’. Esa conjetura tenía en cuenta que nuestro más corto itinerario compensaría su mayor velocidad de marcha… Pero finalmente no se daría el caso, y no los veríamos más; porque al parecer la ruta señalizada se desvía hacia la parte este de la ciudad haciendo un gran rodeo, y llegarían aproximadamente casi una hora después que nosotros. Días después me lo comentaría telefónicamente Araceli, añadiendo que llegaron a verme en la cola del arzobispado, muy cerca ya de la puerta de acceso, cuando llegaban para intentar gestionar la célebre su “compostela”. Ellos también tenían previsto quedarse una jornada en Santiago y supongo que, como Francesc, pasarían el trámite al día siguiente.     

< img 2: (Rubial ,p. Lestedo / conc. Boqueixón –k4.1-8.47h-)  antiguo pazo, cruceiro y placa con la  leyenda del traslado de Santiago > 

Muy cerca de Rubial pasamos junto a un interesante Pazo; del que solo se conservan parte de los muros de cierre y un cruceiro, por lo que puedo ver desde fuera. Pero lo que me ha llamado la atención de este sitio es la curiosa placa adherida al muro, muy cerca de la puerta de carruajes. Hago las fotos de conjunto y detalle, sin poder leer bien la inscripción en esos momentos; algo que podría hacer tiempo después tranquilamente en casa, y me parece oportuno reflejarlo aquí. Con rústico lenguaje castellano y tosca grafía, se cita en ella la leyenda del traslado de Santiago  (véase arriba img nº2). Esa leyenda ya la hemos incluido en el relato anteriormente (Ver Nota 19 al final de la 40ª etapa).     

 Cruzamos poco después la parroquia de Sergude, donde a las 9.15 paramos a tomar café en el Bar-Pulpería Rosende. En este intervalo del concello de Boqueixón abundan las pequeñas viñas familiares, emparradas junto a los muros o formando galería en los porches de algunas casas. Tienen uvas tintas a punto de ser vendimiadas, que aparentan ser del tipo ribeiro. Justamente al avistar el bar vimos a Isabel, a punto de desviarse por un camino señalizado con el clásico cartel de la vieira. Ella ha debido retroceder en algún cruce debido a un despiste, porque la veíamos de lejos diez minutos antes, y la reencontramos ahora saliendo por la derecha a escasos metros de nosotros. Le preguntamos desde lejos si quería acompañarnos con el café; pero decide continuar, siguiendo las marcas… 

  En la foto que se adjunta (img nº3 abajo) veremos a la valenciana por última vez; aparece frente a una típica parada de bus intentando localizar el itinerario señalizado. La saco en el reportaje porque resulta útil para explicar la  toponimia gallega; y porque la imagen refleja bien el ambiente del Camino en esta antiquísima comunidad: una peregrina despistada tratando de orientarse en su complicado su entramado rural... Si os fijáis, el rótulo de la parada reza “Deseiro-Sergude” en el lateral izquierdo, a lo que debo añadir el letrero que figura en el lado frontal: “Concello de Boqueixón”, que no puede verse directamente en la imagen por el reflejo del sol. Este último designa en Galicia al municipio, como bien sabemos; y el rótulo lateral al lugar Deseire  y la parroquia de Sergude. Por cierto, ya no volveremos a ver a Isabelita.

 

< img 3: (Deseiro / p. Sergude / c. Boqueixón)  Isabel busca orientarse // (p. Sergude / conc. Boqueixón) casa peones camineros (k7-9.36h> 

Mientras descansamos unos minutos saboreando el café, examinamos en los papeles lo poco que nos queda para finalizar el viaje de este año, completando de paso el Camino Mozárabe. Desde el bar-pulpería Rosende  llegaremos muy pronto a la conexión con la carretera N-525, muy cerca de A  Susana  (parroquia compostelana de Marrozos), y ya no dejaremos esa importante vía hasta llegar a Santiago. El camino marcado que acaba de tomar Isabel, como la mayoría de peregrinos, les lleva hacia el clásico acceso de quienes llegan a Santiago desde el este, dando desde aquí un gran rodeo. Es decir, se trata de encauzar a todo el mundo hacia el gran albergue del Monte do Gozo; situado en el mítico monte homónimo por el que acceden a la capital jacobea quienes vienen por el Camino Francés y la Ruta del Norte. La idea es correcta, porque siendo muy difícil gestionar la Compostela en el mismo día que se termina una etapa normal, terminando la penúltima en Monte do Gozo tienes a la catedral a solo 5 km; pequeño intervalo que puedes hacer en poco más de una hora el día de “tu entrada triunfal en Santiago”.  Para lograrlo nosotros ha sido preciso madrugar mucho, y acortar al máximo la etapa (18km) atajando por la carretera nacional.

Con nuestro itinerario entraremos por el lado Sur, pasando muy cerca de la estación de ferrocarril; que forzosamente ha de ser el acceso natural de quienes en épocas clásicas procedían de Ourense y el  ramal sanabrés del  camino mozárabe. Es decir, entrando por el arcén de la nacional N-525 nos vamos a ajustar más al trazado original de la ruta sureña que los que han seguido escrupulosamente las marcas actuales. Aunque haya razones para justificar el desvío, se debería informar a la gente con algún panel orientador; como los que hemos visto en alguna jornada precedente. Los peregrinos deberían tener  por esta zona la posibilidad de elegir entre dos vías de acceso, con los kilometrajes de cada una de ellas y alojamientos alternativos. No ofrecer esa posibilidad de elección significa señalar una ruta no ajustada a criterios históricos, que además supone unos 5 km más por un terreno bastante más duro…. 

     Poco antes de alcanzar la conexión en Susana, adonde llegamos a las 9.41, encontramos una antigua casa de peones camineros perfectamente conservada. Saco de ella otra de esas fotos que pueden ilustrar la memoria viva de este país (img nº3derecha  y Nota 21 al final del capítulo). Desde Susana a los suburbios de Santiago nos quedaban por cubrir unos 6 km., que haríamos desde ese lugar en algo más de una hora y cuarto.

     Me gusta la ruta de acceso que hemos elegido. A pesar de ir por el arcén de la carretera el recorrido no deja de ser agradable en ningún momento. A Susana es un lugar de la parroquia compostelana de Marrozos. Mirando a izquierda y derecha desde el arcén de la carretera no se ve  ningún núcleo poblacional compacto, sino viviendas o grupos de ellas dispersas. Ya de regreso en casa, revisando el itinerario con el buscador de Google,  comprobaría  que toda esta parroquia es así; algo que se explica por la proximidad de la metrópoli compostelana.

 

< img 4: (O Sisto / p. Marrozos)  panorámica sureste del entorno de  Santiago  (k9.8-10.17h> 

     A poco de dejar atrás las escasas viviendas de A Susana que flanquean la N-525 a nuestro paso, alcanzamos la cima del outeiro Marrozos, suave elevación  que da paso a la travesía de O Sisto. Desde este lugar, perteneciente a la misma parroquia de Marrozos, empezamos a divisar de frente un amplísimo panorama, ya en descenso, que tiene su epicentro en el nudo vial que dará paso al conjunto histórico de Santiago (img nº4). En el horizonte de la capital se ven ya perfectamente las nubes de  la tormenta que se avecina, anunciada para el mediodía; no nos podemos dormir…

     En esa dirección detectamos desde este lugar la amplia depresión de un valle fluvial, donde se distingue ya perfectamente el importante cruce de autovías que desvían el tráfico pesado hacia Ourense y A Coruña, evitando su tránsito por el extrarradio de Santiago. La gran panorámica que vemos tiene como telón de fondo una elevación en cuya cima se dibuja una larga hilada de edificaciones, que suponemos son  barriadas periféricas de la capital; aunque el conglomerado del centro urbano queda oculto desde aquí. Tiene esta vista la virtud de permitirnos contemplar desde muy lejos, unos 5km aproximadamente,  las bardas de la capital jacobea… Sin llegar a verla todavía sentimos desde aquí el latido de Compostela,  y nuestra imaginación se impregna ya con el aroma del botafumeiro.

 

< img 5: (Santiago, sureste de la ciudad, km17-11.08h)  plafón iglesia de una barriada obrera(años 50)> 

     A las 11,08 pasamos junto  a una iglesia relativamente moderna de la periferia de la capital, y me detengo unos momentos para sacar una de mis últimas fotos. Tiene en su encalado frontis un plafón labrado en piedra berroqueña, que me llama la atención. Es de un estilo funcional que estaba en boga en los años 40/50, austero y rectilíneo en general, prescindiendo de arabescos; un estilo relativamente economicista, apropiado para un país que a duras penas se levantaba del desastre de la guerra civil. Aunque no todo lo que se hizo con esos cánones artísticos me gusta, este plafón si lo encuentro interesante, y representativo de aquella dura etapa de reconstrucción (img nº5arriba). Poco después localizo en una vivienda de 4 pisos otra muestra de la arquitectura civil de esa época; aunque en este caso solo se trate de una simple placa oficialista de la “delegación nacional de sindicatos”,  colocada sobre la fachada de una de las casas de un grupo de “viviendas protegidas (img nº6 abajo). Ambas imágenes confirman que atravesamos ahora una barriada mayoritariamente obrera de la periferia de Santiago, o al menos lo era a mediados del siglo pasado…

 

< img 6: (Santiago, sureste de la ciudad, km17.7-11.19h)  placa identificativa grupo de “viviendas protegidas”(año 1955)> 

  Vamos todo lo recto que podemos hacia la plaza del Obradoiro, siguiendo las indicaciones que oportunamente demandamos a quienes se cruzan con nosotros en el camino. En estos momentos empiezan a barruntarse el cambio climatológico; aún no son las 11,20’ cuando empezamos a sentir en la cara las primeras gotas de la precipitación que se avecina. Viendo el panorama, intento motivar a F. para acelerar algo más el paso; temo que la lluvia se adelante y nos complique el final, ya que aún nos queda un buen rato callejeando por Santiago...  

     Pero Francisco ya tiene bastante con el ritmo que llevamos en los últimos km; y además no tiene mucho sentido apretarle, ya que él no tiene ninguna prisa hoy. De manera decido adelantarme yo,  para llegar a la cola del Cabildo de La Catedral cuanto antes. Esa cola conduce al centro de Acogida a los Peregrinos, una dependencia donde se otorga la famosa Compostela. Allí no tendrá problemas F para localizarme; pero en el supuesto de que no me hallase en esa cola al llegar, algo bastante improbable, acordamos encontrarnos ante la escalera principal de la catedral. 

     Dejo pues a Francesc y aprieto a correr todo lo que puedo. Con todo, no consigo alcanzar el Cabildo de La Catedral hasta las 11,50h. Veinte minutos después llega mi compañero, y desiste de hacer la cola; en ese tiempo no había avanzado yo ni 4 metros por el callejón lateral del edificio. Esto va para muy largo...; y la misa del peregrino está prevista para las 13h, es decir sólo nos quedan 50 minutos. Le digo al colega que se relaje un poco por ahí, dando una vuelta, y volvemos a emplazarnos para vernos en el centro de la Plaza del Obradoiro a las 12.55’, aunque ya vemos que será muy difícil que yo llegue a tiempo de asistir al oficio

Sale Francisco pues a tomarse esa cerveza; callejeando por un centro histórico atestado de visitantes que van y vienen desde y hacia todas direcciones. Nunca había visto tanta gente en Santiago como en esta ocasión (la 6ª en que culmino el Camino desde el año 1991). La espera se eterniza y mi colega no da una sino varias vueltas por el centro de la ciudad, con sus correspondientes cervezas, recalando de vez en cuando por las inmediaciones de la cola para ver por dónde ando. Avanzamos muy lentamente hasta las 13h, momento en que la larga fila de peregrinos empieza a ser engullida por el viejo caserón del cabildo catedralicio. Mientras tanto, yo tuve tiempo para pensar en muchas cosas, que un poco más adelante comentaré (ver el Epílogo de esta Memoria). También tuvo lugar en esta larga espera un encuentro sorprendente, aunque no del todo imprevisto (Ver Nota 22 al final del capítulo).

 

< img 7: (Santiago) fachada de la catedral en la plaza del Obradoiro (13.33h) // detalle hornacina superior enmarcando al Apóstol (s.XVIII)>    

     No salí del Centro de Acogida hasta las 13.20’, y cuando llego a la Plaza del Obradoiro aún tardaría otros diez minutos en localizar a mi compañero (img nº7). Allí me encontraría a un Francesc aburrido y desesperado (en la imagen, figura azul oscuro junto al parteluz de la portada). Me explica que cuando llegó a la plaza a la hora prevista de nuestro encuentro, y vio la cantidad de gente que la abarrotaba, decidió buscar un punto alto para verme venir… Pese a eso hemos estado a punto de no encontrarnos… Dice que me vio llegar al centro del inmenso recinto, desde lo alto de la escalinata de la catedral, y empezó a gritarme; pero lo único que ha sacado el pobre ha sido un poco de ronquera y un catarro, porque los vientos fresquitos de la inminente tormenta están empezando a barrer Santiago.  

Cruzamos la praza d’Obradoiro, donde capto como fondo su ángulo sureste (img nº8abajo), mientras nos replanteábamos qué hacer siendo ya las 13.33h. La cosa parece muy clara: lo de entrar a la catedral está prácticamente imposible. Además ya ha empezado la Misa del Peregrino,  quedando aún mucha gente en cola que desespera de poder entrar… Se añade a eso el inconveniente de que sólo yo tendría preferencia de acceso, por disponer de mi Compostela; mientras que F necesitaría una bula de Benedicto XVI, o poco menos, para poder acompañarme...

   Decidimos pues dejar de lado el asunto de la misa; Francisco dispondrá de dos días para visitar la catedral y yo, la verdad, solo tengo in mente irme cuanto antes a la estación de tren a por mi billete. Por otro lado, él tenía que buscarse un hotel para dos días; y si queríamos celebrar de alguna forma la culminación del camino mozárabe, nos parecía idóneo hacer la despedida comiendo juntos en la propia estación. De manera que decidimos cambiar el rumbo; y mientras bajamos en busca de mi billete de tren, intentaríamos encontrar un hotel por el camino… 

< img 8: (Santiago) plaza Obradoiro , ángulo SE y Colegio San Jerónimo // una tapa Colomer al final del Camino (13.39h) >  

     Tratamos pues de orientarnos por el entorno de la catedral, buscando al acceso más corto hacia el ‘último objetivo compartido del viaje’, y en  ese ‘cambio de agujas’ ve Francesc en el suelo una tapa de fundición de la vieja época, con el rótulo de su empresa. Su ojo de lince en esta materia no falla.., y en efecto se trata de una tapa “Colomer” de las clásicas (120kg), que sobrevivirán  al paso del tiempo como las viejas losas de granito de su entrono (img nº8der). Logradas las pertinentes fotos, que servirían para componer la imagen mostrada, pronto enlazaremos con la Rúa do Hórreo, amplia avenida  que se dirige recto hacia la estación de tren; y ya muy próximo a ella vemos a mano derecha un hotel que tiene buena pinta. Entra un momento F dejando fuera su mochila,  y en seguida sale confirmándome que se quedará aquí. Seguiré por el momento yo solo calle abajo,  porque mi colega prefiere descargar cuanto antes la impedimenta y asearse un poco en la habitación. De manera que acordamos vernos en el restaurante de la estación sobre las 14h; F se podría duchar tranquilamente, mientras yo intentaba gestionar mi billete para el primer tren….  

Recordaba yo de mis viajes anteriores que había una excelente combinación ferroviaria entre Santiago y BCN, cambiando de tren en Astorga;  para tomar en la capital maragata el que bajaba de La Coruña a las 10 de la noche, con destino final en la ciudad condal. Pero en taquilla me informan que hace algún tiempo eliminaron la conexión Santiago-Astorga, y hay que retroceder a La Coruña para tomar directamente el tren de BCN. El tiempo total del viaje será el mismo, porque se compensa el invertido en retroceder hacia Coruña con las  dos horas de espera de Astorga. Este cambio tiene para los usuarios el inconveniente de que no tendremos la oportunidad de cenar en algún mesón de esa ciudad, como hacíamos en aquellas dos horas de espera. Total, que habré de cenar, algo peor, en el tren; y probablemente nos saldrá el viaje  más caro, sumando billete y cena. Como es natural, y siempre ocurre en estos casos, gana RENFE y perdemos los demás… Porque la antigua ‘compañía estatal’ factura un trayecto más largo, y perdemos cuartos los usuarios y el mesón cercano a estación astorgana. Esto es el progreso español… Pero bueno, lo importante en el día de hoy es que conseguiría  llegar a mi casa a la misma hora de siempre… 

Todo saldría a pedir de boca y la verdad es que pude comer bastante a gusto junto a Francesc en el bar-restaurant  de la estación, improvisando un excelente menú con las raciones y tapas de picoteo que tenían en la barra. 

Tras un viaje sin incidencias, arribo a la estació de Sants a las 9.00 de la mañana del Domingo día 3, dos días antes de lo previsto. El balance del viaje ha resultado muy satisfactorio, eso es finalmente lo que cuenta.

 

-Nota 20-  Nuestro “Camino” por el arcén de la nacional N-525, ó la opción de circular a veces por carreteras: justificación   

    Serán finalmente más de 300 km sobre el acogedor arcén de la N-525 ó muy cerca de ella. Aunque no pretendo recomendar esta opción como la idónea, nos ha sido útil en esta ocasión. Ha sido posible en este viaje gracias a la Autovía A-52, entre Benavente y Ourense, que se inauguró para descongestionar esta carretera nacional y circula en paralelo con ella durante todo ese intervalo. Eso nos ha permitido caminar por la antigua calzada nacional con poquísimo tráfico, en ocasiones sin encontrar apenas algún coche durante horas.

    En general, la elección de hacer algún tramo relativamente corto por arcenes de carreteras se toma sobre la marcha cuando se dan algunas circunstancias concretas, por ejemplo: a) si no disponemos de buenas indicaciones de las rutas por vericuetos rurales b) para evitar rodeos inútiles en el acceso a determinadas poblaciones, algo que le gusta hacer a algunos alcaldes... c) para evitar caminos cuyo suelo esté en un estado deplorable. d) para acelerar el paso y alcanzar a tiempo algún pueblo donde comer; ya que a partir de ciertas horas podemos quedarnos “compuestos y sin menú”, etc... etc…. Por añadidura debemos tener muy en cuenta que normalmente una carretera es más recta, y por tanto más corta que las reviradas pistas; y además suele permitir el disfrute de mejores paisajes que la mayoría de caminos. Por todo lo expuesto, si el tráfico es mínimo, y el asfalto no está demasiado caliente, la opción de la carretera debe ser muy tenida en cuenta

      No obstante, nunca aconsejaré elegir la carretera como norma, en lugar del camino señalizado. Por supuesto que en ningún caso lo aconsejo a las horas centrales del día, en plena canícula veraniega. Con tiempo despejado y en esos horarios el asfalto arde, eso es de cajón. Si en esta ocasión hemos abusado de caminar por esta N-525 ha sida principalmente por carecer en el recorrido de la  Ruta Mozárabe de una información tan detallada y fiable; como la que tenemos de otras rutas compostelanas, como por ejemplo del célebre Camino Francés que ya conocemos al dedillo. Ahí apenas usamos las carreteras, porque por esa ruta no corremos apenas ningún  riesgo. Está tan bien señalizada y hay tantos servicios a disposición del peregrino, que no tenemos miedo a quedarnos desamparados o desabastecidos en ningún momento. Naturalmente esta abundancia de recursos es la consecuencia de la  gran cantidad de gente circulando por ese itinerario. Esperemos que en un futuro próximo la gente vaya descubriendo el camino mozárabe y podamos decir de él lo mismo.

                                                                 

-Nota 21-  El Peón Caminero, un oficio actualmente extinguido  En efecto, la escueta y perfilada casa que Francesc y yo estuvimos observando durante unos minutos junto a la N-525 fue durante mucho tiempo el cobijo de un oficio extinguido hace años; una familiar imagen cuya inconfundible fisonomía tenemos grabada en la memoria todos los que pasamos de 60 años.  Quedan pocas, pero hace años había muchísimas a lo largo y ancho de la geografía española; tantas que cada 5 km (creo recordar) había una de ellas en las principales carreteras del país (las “nacionales”).

     El peón caminero tenía la responsabilidad de cuidar su tramo de carretera, parcheando con asfalto los desperfectos y sacando del mismo cualquier obstáculo que de forma accidental invadiera la calzada (piedras árboles, etc.). Pero también en estas casas, que les servían como lugar de trabajo y vivienda familiar,  encontraban ayuda y  cobijo los que en sus cercanías sufrían accidentes o incidentes. Esto era muy importante para los viajeros en una época en la que no se disponía de teléfonos móviles y escaseaban los fijos… En la mayoría de estas viviendas se alojaba también la familia del peón caminero; lo que reforzaba como es natural la actividad profesional del mismo, naturalmente sin cobrar por ello ningún extra. En la casa que vemos ahora, que es mayor que las que solían verse por doquier habitualmente, hay dos poderosas chimeneas. Lo comentamos entre nosotros y llegamos a la conclusión de que alguna de ellas (o ambas) debían servir para fundir el alquitrán y preparar el asfalto. Junto a la casa se distingue perfectamente un terreno delimitado, el cual suponemos sería  destinado al huerto familiar.
 


 

 < img 9: (Santiago, rúa Gelmírez) haciendo cola… a ½ metro de un par de amigos // con M. Carmen y Antonio, a punto de sellar (12.52h) >

 

-Nota 22-  ¿Un milagrito de Santiago?: El encuentro con unos amigos, previsto antes de salir de BCN pero inesperado al final  

      Antes de nuestra partida de BCN teníamos previsto encontrarnos en Santiago con unos buenos amigos míos, el matrimonio formado por Mari Carmen y Antonio Gutiérrez.  Este año han debutado como peregrinos por la ruta francesa, y de su determinación para peregrinar he tenido yo mucha culpa, hasta el punto de haberles preparado con detalle su particular plan de etapas… Todo apuntaba a priori a que nuestro posible encuentro sería concretamente el día 4 de Octubre, fecha precisa en que Francesc tenía que estar en esta capital para poder celebrar su onomástica con una misa en la mismísima catedral. Esto último ya está dicho y explicado. Pues bien, Mari Carmen y Antonio G. habían partido desde  Ponferrada por la ruta francesa tres días antes de que nosotros empezáramos en Verín. Teniendo en cuenta que son novatos, y en previsión de que tuvieran algún día lluvioso planificamos un par de jornadas más de las estrictamente necesarias, de manera que habíamos planeado para ellos hacer en 12 días un viaje que puede hacerse perfectamente en 10. Esto mismo habíamos pensado con F para nuestro trayecto por la ruta mozárabe, previendo 9 jornadas para un tramo que podíamos hacer sin incidencias en solo 7 días. Como finalmente tanto ellos como nosotros tuvimos excelente climatología, ambas parejas hemos llegado a la meta dos días antes, es decir en lugar de encontrarnos aquí el día 4 pues nos hemos venido a encontrar precisamente el 2 de Octubre, es decir hoy mismo. 

    Habíamos acordado con Antonio G. que yo les llamaría a ellos con el móvil al llegar a Santiago; pero finalmente no traje el mío, porque lleva el suyo F y podía prescindir de un ‘trasto’ que no es santo de mi devoción. Ha sido precisamente hoy,  mientras me aburría haciendo la insufrible cola para obtener la Compostela, cuando me ha venido a la cabeza este posible encuentro,  y esperaba impaciente la llegada de mi compañero para hacer esa llamadita … Estaba lamentándome por mi imprevisión, y el olvido de ese compromiso, cuando veo un par de pasos ante mí la espalda y  cuello de un peregrino que se parece un montón al amigo Antonio Gutiérrez y me digo..-No puede ser, ¿será posible?--, pero “tate”  es que miro a su lado y veo la melena alborotada de Mari Carmen que justo entonces gira la cara para atrás y queda lo que se dice “retratá” en mis pupilas. Ella me reconoce y grita y yo le pego un manotazo a Antonio… El resto ya os lo podéis imaginar, todavía nos estamos riendo de la coincidencia en el tiempo y el espacio. ¡Si alguien duda de los milagritos jacobeos, aquí tenéis uno surgido a pocos metros de la basílica de nuestro patrón….(véase arriba foto41ª14, Antonio con camisa cuadros).
 

    EPILOGO    

   El genuino espíritu del Camino.-   

         Culminar nuestro Camino a Compostela ha significado nuevamente una gran satisfacción; sentimiento que de forma inevitable se mezcla con cierto deje de tristeza, porque algo bueno se acaba…  De nuevo se me alegra el alma cuando veo  la ciudad de lejos, y tras pisar Praza do Obradoiro otra vez me invaden las prisas por salir de ella; siempre ha sido así y supongo que siempre lo será.

        Me viene a la memoria nuestra charla de 2003 con un veterano peregrino francés, cuyo nombre no recuerdo; cuando con Francesc terminábamos ese año nuestro primer viaje juntos: el tradicional tramo Astorga-Santiago.  Sentados con nuestro interlocutor en el restaurante self-service del Monte do Gozo, y alargando la sobremesa por lo interesante de sus confidencias; nos repetía machaconamente, de manera obsesiva y con la mirada perdida a través de la ventana: --lo importante no es llegar… sino continuar adelante, ¡aller, aller!--…

        Me caló hondo ese mensaje sin saber muy bien por qué. Ocho años después, y con  5 llegadas a Santiago sobre mis espaldas y pies, he logrado descifrar lo que aquel ‘obseso del Camino’ me quiso transmitir; porque también a mí me invade el desasosiego y la nostalgia siempre que llego a Santiago… Me consta además, porque lo he oído a otros peregrinos en numerosas ocasiones, que esto le pasa a muchísima gente. 

      Intentando descifrar de alguna manera el enigma, se podría decir que terminar el Camino es como morir un poco…; quizás por eso nos ponemos inevitablemente tristes. Estamos probablemente ante un mensaje que trasciende de esta aventura, y pudiera extrapolarse a la vida entera. Porque puestos a filosofar ¿cuál es nuestra común meta en este mundo?..., la meta que ineludiblemente hemos de compartir todos los mortales ?... -Me ahorro por su obviedad la respuesta directa, porque ya está filtrada en la pregunta…; y por eso, bajo ese elemental prisma me permito insistir en ello, llegar a  Santiago es como morir un poco…  

   Finalmente, dándole vueltas al asunto he llegado años después a una conclusión positiva. Puliendo el razonamiento que trataba de transmitirme el francés en su mal español, he acuñado una máxima que expresa de una forma mucho más clara y positiva lo que posiblemente quiso decirme el colega traspirenaico; o en todo caso quizás supone el afloramiento de algo que él no pudo acabar de deducir: ¡no es lo importante llegar, sino estar en el Camino!. Esa es la clave que explica el común desasosiego que invade a tanta gente. Una conclusión que he acabado convirtiendo en mi máxima vital, que estará vigente en mi vida mientras ‘quede cuerda’…, para el Camino de Santiago y para todo lo demás. 

       Y para sacarnos de encima el desasosiego por la finalización del viaje, no hay mejor remedio que ir preparando desde ya una nueva salida. Llegué una vez más a Santiago, y otra vez me apresuro a salir de allí para buscar nuevos retos, con mi mente puesta ya en la continuidad de mi Camino. Arribamos en fin a Santiago y empiezo a descontar días, deseando que llegue pronto la primavera de 2011; para partir de nuevo, esta vez desde Mérida, hacia la meta soñada. Hacia esa meta siempre lejana, a la que nunca quisiéramos llegar... 

Santiago se porta muy bien con nosotros.- 

          Caminar diez días por Galicia en pleno otoño  sin tener un chubasco es realmente difícil. Sin embargo hemos vuelto a ser agraciados por el apóstol, y pudimos desarrollar todo nuestro recorrido sin incidencias climatológicas...; solo en Cea nos cayó un poco de agua, pero ya cuando estábamos a cubierto en un buen Refugio. Aún más afortunados estuvieron mis amigos Mari  Carmen y Antonio, que disfrutaron durante 10 días de un plácido caminar por la ruta francesa. La capa mágica de Santiago nos cubrió durante todas esas jornadas, y esperó a que llegáramos a su casa para descorrerla. En la tarde de nuestra llegada, este mismo sábado 2 de Octubre, el viento y el diluvio se abatieron sobre Compostela, cuando yo viajaba en tren hacia La Coruña y luego Barcelona

       Este año sólo me faltó la guinda de pisar el interior de la catedral, y cerrar el oficio de la misa del peregrino con el espectacular balanceo del botafumeiro...  Para hacer eso cuando la afluencia de peregrinos es masiva es preciso llegar antes de las 10.30h  a la cola del cabildo, o dormir en Santiago para acudir a la catedral al día siguiente; y este año no se planificaron así las cosas. En los años del jubileo compostelano como este, la afluencia es muy alta entre Abril y Noviembre; de forma que, solo viniendo en los meses de pleno invierno se puede visitar cómodamente la segunda gran basílica de la cristiandad.

 

Antonio Garcia Marquez 

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GUIA DEL CAMINO DE SANTIAGO A PIE (En papel)
JOSE M. SOMAVILLA , TUTOR, 2009
Desde la primera edición de esta Guía del Camino de Santiago a pie han transcurrido más de diez años, y veinte desde que su autor, José Manuel Somavilla, descubriese la Ruta Jacobea en 1989 y quedase enamorado de ella. Desde entonces ha recorrido el Camino de Santiago a pie año tras año. Fruto de esa experiencia contrastada que muchos lectores y peregrinos han disfrutado en sus anteriores ediciones, ahora, para esta nueva edición actualizada en 2009 y ampliada, el autor ha elaborado nuevos y detallados mapas de cada una de las 26 etapas del Camino Francés que separan los 750 kilómetros que hay entre Roncesvalles y Santiago de Compostela. A esto ha añadido la variante del Camino Aragonés, con 5 nuevas etapas desde Somport hasta Puente la Reina, punto en el que se une con la otra vía del Camino Francés

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