Cap.XIX/(17ªEt.=20,4Km)GRIMALDO-GALISTEO y EPÍLOGO Tramo I2(1
Junio, Miérc.)
Si esta última etapa tiene un recorrido
relativamente corto es porque hemos preferido no correr riesgos
con los enlaces para el regreso a casa. Por ello teníamos
planeado de antemano terminar en Galisteo, pueblo pequeño
cercano a Plasencia, donde confiamos llegar con tiempo
sobrado para tomar el bus de Barcelona mañana mismo. Alargando
algo el recorrido podríamos no llegar a tiempo a esa ciudad,
perdiendo en consecuencia nuestro bus; y tendríamos problemas
para encontrar alguna combinación vía Madrid, donde posiblemente
habría que pernoctar.
Cuando terminas esta preciosa aventura del Camino,
su encanto se rompe de inmediato y en seguida te entra la prisa
por regresar a casa; siempre nos ocurre igual. Por lo tanto
nosotros nos seguiremos apuntando en esta jornada al madrugón, y
a las seis de la mañana ya estoy ‘tocando diana’ a mi compañero
Francisco, el cual salta sin tardanza del catre para
dirigirse al único servicio del que disponemos en la casa. Yo no
lo necesito ahora, porque suelo despertarme espontáneamente
antes de las cinco para hacer “aguas menores”; y ya de pasada he
aprovechado el viaje para hacerme un ‘aseo exprés’ de cintura
para arriba, ese que popularmente suele denominarse “el lavado
del gato”.
A las 6.20h estamos ambos en la puerta del albergue,
debatiendo si nos esperamos o no a que Adela abra el bar.
Ella nos aseguró durante la cena que tendría lista la cafetera a
las 6.45, y nos podría servir el desayuno a partir de ese
momento. En esta ocasión es F. quién apuesta por marchar
de inmediato, él es capaz de andar fuerte a primera hora sin
ingerir ningún alimento previamente. Yo en cambio no hubiera
tenido inconveniente por esperar al café en esta ocasión, porque
me falta ese madrugador desayuno al que estoy habituado antes de
arrancar. Lamentablemente, Adela no nos pudo preparar en
la víspera un par de bocatas por faltarle pan. De manera que
hoy tendré que iniciar la jornada con ese pequeño ‘hándicap’.
Arranco tras mi colega poco convencido de lo que hacemos,
porque no creo que por media hora de demora se hubiese puestoen
peligro el buen fin de nuestro objetivo… Pero mirando el plan de
ruta,observo que tenemos un punto teóricamente ‘civilizado’ en
el recorrido donde sería posible hallar algún bar; justamente
donde la pista que hemos de tomar se encuentra con la carretera
de Riolobos, muy cerca de la N.630. Con suerte, por allí
podríamos encontrar alguna gasolinera…, y quizás en ella o muy
cerca algún bar. Como me encuentro fuerte, y la etapa en todo
caso no será larga, consiento en salir de inmediato y nos
ponemos en marcha a las 6.30h. Antes hemos tenido tiempo de
charlar unos momentos con nuestro inefable colega Jesús,
quien sin mediar ninguna consulta por nuestra parte, se ha
acercado a nosotros para recomendarnos que hagamos la etapa por
carretera hasta el cruce de Ríolobos. Nos advierte que el
tramo de pista que recomiendan las guías cruza por lugares muy
pantanosos, y es inseguro tras las recientes lluvias….
Le agradezco al vasco la sugerencia, prometiéndole que lo
pensaremos, pero en realidad no lo íbamos a pensar nada; ya
estaba decidido que iríamos por las dehesas... Lo que vi en mi
excursión vespertina me gustó mucho, y algo me dice que el bueno
de Jesús en lugar de ayudarnos trata de ahuyentarnos…. Me
da la impresión de que nuestro colega prefiere tenernos lejos,
no fuera que llegásemos a “levantarle la caza”; o al menos
procura evitar que nuestras interferencias le supongan pérdida
de prestigio ante sus amigas, por cuestionar sus “grandes
conocimientos” del Camino….
A las 6.54, caminando todavía en semi-oscuridad por la
carretera de Holguera, encontramos a la derecha el
1er. portillo, por el que nos sumergiremos bruscamente en la
dehesa. Una vez cruzado tendremos que vadear una
fuente-abrevadero, junto a la cual se estanca el agua formando
un balsa oblonga de unos 6 por 2 metros. Tres grandes piedras
nos permiten vadearla cómodamente. Esa será toda la dificultad
“pantanosa” que nos encontraremos durante los próximos 11 km,
aquella que pretendía evitarnos con su aviso nuestro inefable
colega Jesús...
Aunque entre dos luces, desde el primer momento percibimos
un hermoso entorno natural. El terreno es muy abierto, más que
dehesa se trata de una limpia pradera alfombrada de finos
pastos, que se extiende sin distinguirse bien sus confines con
ligera inclinación de derecha a izquierda. A la derecha de
nuestro camino los pastos remontan una loma que en sus confines
parece estar coronada por bosques, probablemente de espeso
encinar; aunque su naturaleza es difícil de precisar, por la
escasa visibilidad y por distar unos dos km. de la vaguada por
la que caminamos. A nuestra izquierda los pastos se prolongan
indefinidamente, salpicados por grandes encinas aisladas,
distantes más de 30 metros entre sí.
<foto1:
(Grimaldo-Riolobos),espaciosa
dehesa en el amanecer(7.10h)>
Desde el primer momento nos vamos topando con
algunassomnolientas vacas, que no se inmutan a nuestro paso;
todas están ramoneando ya la fresca hierba... Por fortuna para
ellas, no han tenido que esperar como nosotros a que alguien les
‘abra el bar’... Se las ve gordas y lustrosas; con libreas de
los más variados pelajes, como siempre por aquí. Las hay grises,
blancas, marrones y coloradas, con todos los tonos intermedios
que os podáis imaginar.
La pista no está enlodada en absoluto, aunque podemos
visualizar algunas charcas entre la hierba a izquierda y
derecha, allí donde el terreno presenta alguna hondonada. La
inclinación general de este tramo y la naturaleza de su suelo,
cuya composición me veo incapaz de confirmar (posiblemente una
mezcla de calizo y arcilloso) da como resultado un terreno
firme, que no presenta ninguna dificultad a nuestro avance.
<foto2:
(Grimaldo-Riolobos),estepa
con retamas y genistas en flor (7.23h)>
Tras lo visto en las anteriores etapas de esta ruta,
incluyendo aquellas del año 2009 por las provincias de Sevilla y
Badajoz, no me hubiera imaginado yo poder contemplar un paisaje
más hermoso en una sola etapa; pero en esta jornada estamos
superando todo lo visto con anterioridad. Es tan bello lo que
vamos encontrando que nos congratulamos pronto por no haber
seguido los consejos de Jesús; nos hubiéramos perdido el
mejor escenario natural en lo que llevamos realizado de la
Ruta Mozárabe. Estos 11 km. son impagables; por destacar
algo resaltaría tres aspectos: la serenidad del entorno, la
gran variedad paisajística y el equilibrio. Aquí no te
impacta la Naturaleza…; te acaricia los sentidos y te engulle en
su regazo, sin apenas darte cuenta.
Me ha gustado tanto el recorrido que si alguna vez tuviera
que mostrar a alguien lo que es un entorno rural bien
conservado, donde se compagine la belleza con la utilidad, donde
te sientas cómodo en absoluta soledad, yen una naturaleza tan
virgen como pueda ser la sabana africana, lo traeré sin
pensarlo aquí. Aunque claro está, en la comparativa anterior
habría que cambiar cebras y leones porcorderos y vacas...
<foto3:
(Grimaldo-Riolobos),encina
junto al Camino en coto de caza mayor(7.53h)>
Se trata de una cómoda excursión de unas 3.5 horas, asequible
para cualquier persona, niño, adulto o anciano…Los traería aquí
para recorrer de nuevo con ellos estos 11 inolvidables
kilómetros, sumergidos en belleza de principio a fin. Nadamejor
para describirlo que repasar tranquilamente el álbum fotográfico
de la etapa. Pero al no ser posible reproducir aquí todas esas
imágenes, describiremos abreviadamente el contenido de las
mejores estampas; indicando el km. aproximado a partir del
primer portillo (carretera de Holguera) y anotando
entre paréntesis la hora:
--km.00 (6.55)-- Fuente-abrevadero con balsa y vado. Al
fondo varias vacas pastando en la pradera
--km.01 (7.14)-- Espléndido panorama de un rojizo amanecer
--km.02 (7.28)-- Estepa florida
--km.03 (7.46)-- Evidencias de la calzada romana
atravesando un tramo invadido por retamas
--km.04 (7.54)-- Vieja dehesa muy bien conservada como
coto de caza mayor
--km.05 (8.16)-- La reserva de caza ocupando zona de monte
bajo, con afloramientos de roca calcárea
--km.06 (8.26)-- Dehesa jovenpara explotación ganadera,
alfombrada de pasto fresco
--km.07 (8.38)-- Profunda vaguada adehesada
--km.07, 5 (8.43)-- Caballos en un claro de la dehesa: tres
yeguas blancas y un potro marrón
--km.08 (8.51)-- Vacas bravas de capa negra en pradera
adehesada
--km.09 (9.10)-- Gran dehesa alfombrada de gramíneas y
peregrino en el lindero
--km.10 (9.38)-- Dehesa áspera por afloramientos de pizarra
--km.11 (9.43/55)-- Meandros del arroyo Boquerón y
presa del Embalse
--km.11.2 (10.01)-- Vadeando del arroyo Boquerón por
la “poza de las mimbreras”
--km.12 (10.31)-- Vaca retinta recién parida protegiendo a
su ternero
--km.12.5 (10.38)-- Primer avistamiento de Galisteo,
distante aún 6.5 Km.
<foto4:
(Grimaldo-Riolobos),joven
dehesa, acariciada por la brisa y sol sesgado
(8.26h)>
Cuando a las 9,45 topamos con las hoces delArroyo
Boqueróne iniciamos su descenso, deberemos bajar dando un
pequeño rodeo por una pista de grava hasta el lecho de ese curso
de agua, flanqueado en este punto por espesas mimbreras
salvajes. Un sendero nos dirige hacia el lugar donde se puede
vadear el curso del arroyo saltando por una sucesión de
irregulares piedras… Indudablemente podríamos haber tenido
dificultades en este vado, si el río hubiese bajado más crecido.
Pero el cenizo de Jesusito no hizo alusión a este
lugar concreto como dificultoso, sino al recorrido en su
conjunto… También debo recalcar que, en cualquier caso, no tengo
ninguna duda de que hubiéramos vadeado el riachuelo sin otro
problema que la necesidad de descalzarse.
<foto5:
(Grimaldo-Riolobos),clara
dehesa con ganado bravo (vacada “morucha”)(8.51h)>
Quizás en el pasado el cruce del Arroyo Boquerón pudiera
presentar más dificultades, pero en la actualidad su caudal está
regulado por la pequeña presa que hemos visto antes de descender
a su cauce;una presa cuya amplitud a simple vista no debe
superar los 60 metros. Por su tamaño más parece un azud
para laminar las aguas del arroyo, en beneficio del regadío, que
un embalse para prevenir inundaciones aguas abajo. En mi opinión
solonos hubiera podido detener en sus orillas una gran tormenta,
desencadenada justamente en el momento más inoportuno.
Tras cruzar el arroyo, paramos unos momentos a descansar y
vemos como se acercan los alemanes. Vienen a todo trapo, cosa
que nos sorprende en una etapa tan plácida como esta, siendo aún
las diez de la mañana. Si como suponemos han tomado el café de
Adela antes de salir, lo habrán hecho sobre las 7.15 de
la mañana como muy pronto. Siendo el tramo total recorrido de
unos 13 Km., me sale una media de 5.3 Km/h… Uno de los teutones
se me acerca y me explica que seguramente regresará hoy mismo
hacia Madrid, para tomar el primer avión de regreso su país… Me
da otras explicaciones, que no entiendo muy bien, pero se
refiere en algún momento a un problema de salud de su hermana..,
o algo por el estilo.
<foto6:
(Grimaldo-Riolobos),embalse
y vado del Arroyo Boquerón(9.55h)>
Siguen su camino los germanos y se incorpora seguidamenteFrancisco,
que se había apartado unos momentos para aligerar el vientre;
tras lo que reanudamos la marcha en busca del cruce con la
carretera local deRiolobos. Solo diez minutos después
llegamos a dicha carretera, donde siguiendo el guión de la etapa
hemos de torcer a la derecha en dirección a la N-630. Desde
donde estamos hemos de caminar como 1,5Km hasta encontrarnos a
la izquierda, un poco antes de llegar ala carretera nacional,
con un desvíopor caminos ganaderos que nosconducirían hastaGalisteo…Se
menciona en mis apuntes que por eseitinerario hemos de atravesar
en primer lugar la finca Valparaíso, una explotación
ganadera de vacas y corderos.
Examinando el itinerario nos viene a la memoria que
seguimos en ayunas; de manera que miro de nuevo el pequeño mapa
que llevamos,para comprobar que lo íbamos a tener crudo…
Riolobos es un pueblín diminuto que debe estar como a 2.5 Km
hacia la izquierda de nuestro punto de partida, más o menos la
misma distancia a la que debe hallarse la N-630 en la dirección
opuesta. Por lo que vemos y presentimos será muy improbable
hallar alguna gasolinera o bar por estos andurriales, ni
siquiera en el cruce entre lacarretera local de Riolobos
y la N-630.De hecho, esta carreterita local es una estrecha
pista asfaltada, por la que hemos de caminar en permanente
ascenso en la dirección de la citada calzada nacional... Al ver
en el mapa, que el punto donde debemos desviarnos parece
encontrarse a casi 1 Km de la intersección de esta carretera con
la N-630, nos queda la duda de si vale la pena hacer dos Km
extra sin la garantía de hallar algún bar en ese cruce....
Discutimos unos momentos lo que conviene hacer;
concluyendo en que si al llegar al punto de desvío no vemos la
N-630, indicaciones claras de que cerca de ese punto haya algún
bar, o en su defecto alguien que nos confirme su existencia, lo
mejor sería echar un trago de agua y continuar nuestra ruta por
la pista. Pronto saldremos de dudas; a las 10.27 encontramos
nuestro desvío y alargando la vista en la dirección que
llevábamos no vemos ni rastro de la dichosa carretera nacional.
Sin abrir boca, enfilamos la pista que se abre ante nosotros,
que continúa en ascenso, a través de un paraje cuajado de
colinas recubiertas de magros pastos, retamas y ginestas, donde
ramonean libremente las vacas. Por su lado derecho nuestro
camino está limitado por una cerca de alambre; no así el
izquierdo, por lo que encontramos algunos animales invadiendo la
pista, o pastando pacíficamente junto a nosotros por ese lado.
Apenas hemos caminado 150 metros por nuestro nuevo entorno,
cuando descubro al otro lado de la cerca una vaca que trataba de
ocultar a mi vista al recental que acababa de parir. Me ha
sorprendido la escena porque Francisco, que me antecedía
unos 30 metros en esos momentos, ha pasado ante ella sin
advertir el acontecimiento, y por lo tanto no me pudo avisar del
asunto.... El gran tamaño de la madre impedía ver lo que quería
ocultar, moviéndose lentamente mientras yo avanzaba.... Pero al
llegar a su altura observé los ojos suplicantes de la vaca, y
bajando la vista pude entrever entre sus patas al tesoro que
quería esconder; de forma que solo tras rebasar a la pareja unos
metros, pude observar nítidamente al ternerillo. Saltaba a la
vista que el parto se había producido unos minutos antes, porque
el recién nacido aún está humeante, enroscado en posición fetal
y con los ojos cerrados.
<foto7:
(Riolobos-Galisteo);alumbramiento
(finca “Valparaiso”, 10.31h)>
Para inmortalizar la imagen, vuelvo pausadamente sobre mis
pasos mientras desenfundo la cámara. La vaca permanece inmóvil
ahora, intuyendo que el peligro ha pasado; lo que me permite
sacar un par de fotos de la escena, una de ellas con ‘zoom’
enfocando al neonato. Aunque están los alambres de por medio,
estarán seguramente entre las mejores imágenes del viaje (ver
reportaje gráfico)
Aún sin ser tan espectacular como el tramo cubierto hasta
el Arroyo Boquerón, el escenario que recorremos en estos
momentos sigue siendo muy hermoso. Los cerros que se extienden a
ambos lados de la pista carecen de árboles, pero presentan al
parecer buenos pastos, como evidencia la abundancia de ganado
vacuno y lanar que vamos encontrando en nuestro avance. En las
hondonadas y coronado las colinas se mezclan las verde-amarillas
genistas, en plena floración, con las más escasas
retamas de tono gris-azulado. Grandes abrevaderos para el
ganado, excavados en el suelo, han sido intercalados sabiamente
a intervalos de un kilómetro aproximadamente. Todas las reses
que vemos ofrecen una imagen inmejorable, moviéndose libremente
en estos grandes espacios a su entero albedrío, sin perros ni
pastores a la vista. La concentración de animales por kilómetro
cuadrado no debe ser muy grande, según podemos apreciar a simple
vista; de hecho, no alcanzamos a ver en ningún momento los
establos donde indudablemente debe acogerse este ganado por la
noche, o cuando sobreviene el mal tiempo.
<foto8:
(Riolobos-Galisteo),avistamientos
deGalisteo y viaducto La Calera)>
A las 10.38h avistamos por primera vez la villa amurallada
de Galisteo, que según mi hoja de ruta ha de estar
en este momento a unos 6.5 km. Esta visión nos relajaun poco
pero, aunque ya nos vemos prácticamente en el pueblo, todavía
nos quedaba mucha tela que cortar como pronto veremos... Muy
poco después distinguimos como a 2 Km sobre nuestra izquierda el
largo viaducto de La Calera, salvando la vaguada
del arroyo Zarzosa. Paramos unos instantes para sacar un
par de fotos, y sin permitirnos descargar la mochila y
reanudamos nuestro camino.
A las 10.57h la nuestra pista desciende yahacia el verdeante
entorno fluvial delpueblo, y durante unos momentos divisamos por
última vez Galisteo, viéndose todavía completo el recinto
medieval, con sus imponentes murallas almohades y la emblemática
torre “picota”(Nota
19
al final del capítulo).
Como telón de fondo aparecen ala vista unos montes aparentemente
poblados de pinos, y mucho más lejos, cerrando el horizonte en
dirección Norte, la cortina de montañas azuladas de la Sierra
de Béjar, puerta de acceso a Castilla y León.
<foto9:
(Riolobos-Galisteo),bajando
hacia el entorno fluvial de Galisteo (10.57h)>
Como decíamos, en nuestra segunda visualización de Galisteobajábamos
ya hacia una profunda depresión fluvial, zona muy complicada que
cruzan arroyos y canales de riego. Pronto veríamos que se
trataba de la compleja red hidrográfica del río Alagón y
su tributario el Jerte. Por desgracia para nosotros,
precisamente aquí y a causa de un desencuentro entre
propietarios y administración, en cierto momento desaparecerán
las marcas delCaminoy se complicaría mucho el acceso a la
meta. De haber sabido a priori lo que nos esperaba, más nos
hubiera valido desviarnos hacia Riolobos por la carretera
local que habíamos dejado atrás;aunque el itinerario es más
largo, allí hubiéramos podido disfrutaral menos nuestro café...
Según sabríamos tiempo después, se puede continuar desde ese
pequeño lugar hasta Galisteo siguiendo una pista
asfaltada, que nos habría llevado sin sobresaltos hasta nuestro
destino... Pero eso lo veríamos claro pasado algún tiempo, por
Internet. Y digo todo lo que antecede porque para cubrir
los 5 Km que nos restaban desde el último avistamiento de
Galisteo (10.57h), hasta alcanzar nuestra meta a las 13.10,
pasaríamos 2.13 horas perdidos entre tupido herbazal, lodo,
alambradas, y finalmentesemi-cubiertos por un mar de margaritas
silvestres.... Fue toda una aventura, en la que por momentos
sentimos gran desazón por no ver claro si nos quedaban minutos u
horas para salir del atasco. Como bien está lo que bien acaba,
trataré de relatar algo de esa aventura para reírnos un poquito…
A las 11.04 cruzamos un canal bastante caudaloso y,
siguiendo una ostensible flecha amarilla que había tras pasar el
pontón, tomamos una pista paralela hacia la derecha. A unos
cincuenta metros hay una casa en ruinas, donde encontramos
varias señales contradictorias, una de ellas marcando un sendero
perpendicular al canal, que parece dirigirse recto hacia
Galisteo…Decidimos seguir caminando y tras 150 metros
encontramosun cartel de madera con otra flecha, indicando que
por esta pista nos dirigimos hacia San Gil.
Se plantean pues dos opciones: proseguir paralelamente al
canal en dirección San Gil, o cortar a campo
través por el sendero que vimos junto a las ruinas, recto a
Galisteo... Mirando mis apuntes, deduzco que la
última señal tiene “gato encerrado”, ya que la opción de ir al
primero de ellos es algo más larga que seguir recto en dirección
a nuestra meta prevista; siendo por otro lado Galisteoun
pueblo más importante e interesante según nuestros
informes.Aunque eso sí, en ambos lugares disponen de Albergue
de Peregrinos.
<foto10:
(crucecanal izq. río Alagón),error en las
marcas y sendero finalmente erróneo (a 5km de
Galisteo, 11.04h)>
--Ya estamos en lo de siempre...--, le comento a
Francisco, --... la rivalidad entre pueblos vecinos para
atraer peregrinos no se detiene ante nada--; dando por
sentado que en esta guerra de intereses ambos rivales pueden
llegar incluso a ocultar las señales orientadoras, cuando estas
favorecen al contrario, para colocar en lugar destacado las
propias, etc. . Volvemos pues atrás hacia la casa en ruinas, y
como no hace mucho hemos visto de lejos nuestro destino
previsto, agudizo ahora la vista en la dirección aproximada y
logro detectar el chapitel de la célebre torre “picota”
de Galisteo, sobresaliendo apenas por sobre la cima de
una colina en dirección aproximadamente norte, concretamente en
la perpendicular del canal por su lado izquierdo.
Para acometer con energía el trecho final, nos paramos a
descansar unos momentos junto a las ruinas; donde tras bajar las
mochilas aprovechamos para beber varios tragos de agua.
Finalmente, echamos a andar por el recto y bien visible sendero
que ya habíamos vistoantes; el cual sale que sale en la citada
dirección justo desde donde nos encontramos. Atraviesa ese
camino una apacible pradera que se extiende plana ante nosotros
durante al menos 500 metros, justamente hasta perderse tras una
loma.
A medida que progresamos por el sendero,no acabamos de verlo
claro del todo; porque poraquí no hay marcas de ninguna clase, y
eso siempre es peligroso en el Camino, especialmente
cuando no circulamos por carreteras. Estas son siempre una
opción segura, por muy pequeñas que sean. En los primeros 300
metros cruzamos un terreno baldío, totalmente abandonado, aunque
aparentemente cultivable… Por el momento no preocupa el
territorio, pero sí nos preocupa no ver absolutamente a nadie
por estos andurriales, ni siquiera animales... Un importante
golpe de ánimo nos llega cuando dos ciclistas hacen sonar sus
timbres, llegando desde atrás. Nos hemos de apartar del sendero
para dejarles pasar, ya que no podrían hacerlo sin riesgo,
porque los pastos son demasiado altos para las bicicletas y
entre ellos afloran piedras y surgen otras irregularidades… Por
unos momentos me he planteado preguntarles sobre sus
conocimientos de la zona, pero desisto cuando veo la bandera
italiana en sus mochilas; siendo extranjeros me imagino que
conocen esto menos que nosotros. En cualquier caso tampoco
tuvimos opción de preguntar, ya que llevan un ritmo de pedaleo
endiablado y nos sobrepasan en un suspiro... En fin, nos
consolamos imaginando que pueden haber sido aconsejados por
alguien de los alrededores, y van ahora directos a Galisteo
por la dirección correcta…
Poco a poco la pradera va siendo más irregular. Una vez
alcanzada la cima de la loma, que divisábamos desde la acequia y
tras la que confiábamos seguir viendo la posición del pueblo,
solo vemos ahora a lo lejos una serpenteante arboleda y tras
ella una colina lo bastante alta y larga como para borrar
completamente el horizonte montañoso lejano que habíamos visto
una hora antes. De Galisteo ni rastro, debe estar con
seguridad tras esa enorme colina. Pero no hay que darle más
vueltas al examen de lo que vemos a lo lejos; tenemos otras
preocupaciones inmediatas que debemos resolver ya si no queremos
dar marcha atrás. En la cima de la loma, harto irregular y
pedregosa, detectamos bajo la maleza los restos de una vieja
edificación, y tras ellos desaparece el sendero que veníamos
siguiendo. Nuestro avance se hace ahora bastante dificultoso,
aunque lo seríaaúnmás al topar con una alambrada, tras la que
encontramos un barranco inabordable: hemos de andar
paralelamente a esa alambrada durante 50 metros, para pasar
luego con apuros entre los alambres y continuar bajando en
dirección a la arboleda.
Superamos con algunas dificultades los primeros 30 metros
tras la cerca de alambre, por tratarse de un abrupto terraplén,
hasta llegar a una zona de menor pendiente. Pasado ese
obstáculo, empiezo a reflexionar sobre nuestra situación, que no
me gusta nada, particularmente por carecer totalmente de
referencias; ni las tenemos cercanas (las marcas), ni las
vemos de lejos (la villa de Galisteo)… Desde que
abandonamos la cercanía del canal, apenas he intercambiado
palabras con Francesc por este inhóspito lugar;
evidentemente hay motivo para que ambos empecemos a estar
preocupados, porque no vemos cómo poder salir del atolladero en
que estamos... Me paro unos momentos, esperando que se aproxime
mi colega que viene ahora por atrás, y decidimos mirar de
orientarnos durante unos minutos antes de continuar adelante...
La situación se está complicando más y más por momentos: 1)
Hemos perdido de vista a Galisteo, 2) no vemos ni rastro
de caminos o carreteras, tampoco casas, y 3) hemos perdido de
vista a los dos italianos, en los que teníamos depositada algo
de confianza... Entendemos el porqué de la desaparición de
Galisteo de nuestro horizonte; hemos descendido hacia el
fondo de un valle y por tanto se pierden las perspectivas
lejanas; solo remontando la ladera opuesta volveremos a ver el
pueblo. Pero el quid de la cuestión lo tenemos ahí cerca, a
menos de 200 metros: esa espesa arboleda, que intuimos señala la
presencia de un curso de agua. Si logramos atravesarlo
empezaremos a respirar un poco..., ¿pero podremos vadearlo?!.
Aunque el terreno es ahora mismo absolutamente salvaje, no
hay otra que seguir avanzando hacia la arboleda, ladera abajo y
en dirección norte... Junto a ella incluso podría haber algún
camino, sendero o lindero, donde viésemos posiblemente
indicaciones o marcas que nos orientaran hacia algún vado ó
pontón que cruce ese cauce... Según nos vamos acercando se
confirma que vamos a encontrarnos con un río o arroyo
relativamente caudaloso, porque la arboleda está formada por una
cortina impenetrable de árboles y arbustos de ribera. Antes de
llegar a ella, desde unos 150 metros, intentamos atisbar alguna
ruptura en la pared arbórea para atajar hacia ese lugar, con la
esperanza de encontrar ahí ese puente o vado …; pero nada
parecido a eso localizamos, por lo que seguimos bajando,
atravesando una vegetación cada vez más espesa.....
Unos minutos después la situación se nos complicará mucho
más, lejos aún de la arboleda. De repente comenzamos a chapotear
sobre un terreno enfangado, que apenas se ve bajo las altas
hierbas. En esas condiciones no nos atrevemos a descender
directamente al río, porque por momentos la cosa se podría
complicar más aún... La situación me parece ahora absurda,
irreal; no entiendo cómo puede encharcarse el terreno estando
situado en una ladera que baja hacia ese cauce…
De entrada se nos funden los plomos, y tardaremos más de
media hora en recibir la luz que aclare el porqué de esta
estúpida situación. Venimos observando que el herbazal es ahora
extremadamente verde y lustroso, y empezamos a detectar que
corren paralelamente a la ladera infinidad de regatos de agua,
dispuestos por tanto perpendicularmente a nuestro avance...
Hundiéndonos en en el barrizal por momentos, y alucinando de
nuestra situación,seguiremos un buen rato sin tener ni idea de
dónde ni cómo proviene tanta agua. Llega un momento en que hay
que salir como sea de esta pesadilla, porque tenemos a 50 metros
la orilla del aparente río y ya estamos enfangados,
hundiéndonos más y más en el barro bajo el peso de las mochilas;
no hay más remedio que retroceder sobre nuestros pasos….
<foto11:(finca
Larios, ante el arroyo de las Monjas) perdidos
y atascados en el lodazal(a 4km de Galisteo,
11.33h)>
Tiramos para atrás a duras penas, rodeados de barro por
todas partes. Lo curioso es que eventualmente nos encontramos
sobre suelo duro durante varios metros, para a renglón seguido
volver a hundirnos en el lodo. Es algo inexplicable, que
tardaremos todavía un buen rato en descifrar. Un poco
desalentados, además de la desorientación total en que estamos
sumidos ahora tras dar tantas vueltas, a las 11.33hh nos
sentamos en una vieja cisterna oxidada que alguien abandonó por
aquí… Según mis apuntes pensábamos que esto podría ser el rio
Jerte, o bien el Alagón (ver
abajo Nota 18),
donde aquél desemboca, pero aún no entendíamos que siendo esto
una pendiente que desciende hacia el río esté prácticamente
inundada, cuando el cauce del mismo debe estar a una docena de
metros de desnivel más abajo. No puede ser debido a inclemencias
climatologías recientes, ya que hoy tenemos un sol espléndido y
desde hace 4 jornadas no cae una gota de agua por esta
comarca... Tras debatir el qué hacer; hacia donde nos
encaminarnos desde este “punto negro”, y descartado el avance
directo hacia el río, tenemos tres opciones: a) hacia el Sur
desandando el camino hasta el canal y tomando la dirección de
San Gil, b) hacia el Oeste paralelamente a la arboleda hasta
lograr alcanzar algún sendero que nos acerque a ella y
recorrerlo hasta encontrar un hipotético pontón, c) hacia el
Este donde poco antes hemos divisado junto a los árboles una
gran casa rodeada de palmeras. Finalmente nos decidimos por esta
última opción.
-Nota 18-El Arroyo de las Monjas
obstaculiza nuestro acceso a Galisteo-
No era ni el río Alagón ni su tributario el Jerte
el curso de agua que nos cerraba el paso hacia Galisteo,
sino el Arroyo de las Monjas, del que pronto
describiremos nuestro feliz encuentro. El intríngulis
fluvial queda resuelto al enfrascarme en la redacción final
de esta Memoria, con el valioso auxilio de
Internet. Este arroyo desemboca directamente en el
Alagón unos 400 metros después de que este río reciba
las aguas de su principal afluente el Jerte, cuya
última población ribereña es precisamente Galisteo.
No tenía yo ni remota idea de que en el corazón de
Extremadura existiese un humedal tan importante como este,
aunque también tiene otros. De hecho, el Arroyo de las
Monjas es un curso permanente de agua de respetable
caudal, yo diría que al menos 2 /m3 por segundo en el
momento de nuestro encuentro, cuando estaba próximo el
período de estiaje.
Manteniéndonos paralelos al cauce, caminamos unos 200
metros en dirección a la notable edificación avistada, cuando
empezamos a sentir el ladrido de varios perros. Esto no me da
“buena espina”, podría tratarse de alguna explotación ganadera
cercada de alambradas y con perros sueltos por en medio. Desde
nuestra posición, todavía a 700/800 metros de la cotijada no
vemos señales de haber gente allí, ni tampoco accesos o
vehículos en su cercanía, por lo que desistimos de acercarnos
directamente a esa finca y buscaremos otra alternativa… Estamos
cavilando cuando vemos que baja hacia la casa un lindero, junto
al que se alinea una sucesión de postes con setos. Por encima de
ellos distinguimos en un momento determinado que baja en
dirección al río un vehículo, y poco después un par de ciclistas
o motoristas. Esto nos decide a buscar algún atajo en diagonal
hacia el lindero; si baja tráfico rodado, se supone que debe
dirigirse hacia algún puente, que lógicamente debería conducir
hacia Galisteo…
Al llegar junto al lindero no encontramos ninguna pista ni
carretera, porque se halla 40 metros más atrás de la alambrada.
Lo que encontramos junto a los postes, que soportan varias
hiladas de alambre espinoso, es una vieja acequia rota por
diversos puntos, por los que escapan ladera abajo numerosos
regueros de agua... En este momento empieza a llegar la luz a
mi mente; agudizando entonces la vista a lo largo de la acequia,
poco más abajo del lugar en que estamos distinguimos serios
desperfectos en las vetustas junturas de hormigón del cauce, por
cuya brecha se derrama un caudal de agua bastante más
importante…: ahí tenemos la explicación del enfangamiento
que nos ha paralizado media hora a 50 metros del río. Antes
alcanzar el cauce fluvial, el agua que escapa a borbotones por
las innumerables roturas de la acequia debe estar inundando
desde hace tiempo los surcos de arado de estos campos, que
corren paralelos al río; unas aradas realizadas vete a saber
cuándo en la falda de la colina. De esta forma se han llegado a
empapar muchos centenares de metros de ladera por diferentes
alturas….No entra en cabeza alguna que estos daños sean
desconocidos para dueños y autoridades competentes de estos
contornos; pero salta a la vista que no hacen nada por
repararlos:-¡Qué despilfarro, Señor!..., y luego decimos que
España es un país donde falta el agua…-
Pero nuestra aventura no terminaría aquí, no, porque
tuvimos que remontar 500 metros ladera arriba antes de poder
cruzar la cerca de espino y la acequia; pues si bien el dichoso
cauce de esta era un coladero, no sucedía lo mismo con la cerca,
a la cual tuve que apalancar en el punto más apropiado para
poder pasar al otro lado y dirigirnos hacia el camino. Y mira
por donde, resulta que los 40 metros que nos separan de la
ansiada pista están casualmente en barbecho en el punto que
hemos elegido para cruzar. Y no es un barbecho cualquiera este,
sino una espesa manta florida, una casi impenetrable manta de
diminutas margaritas que llegando a sobrepasar en ocasiones
nuestras partes nobles ofrecían durísima resistencia al avance…
(no os perdáis las fotos).
<foto12:
un mar de margaritas, último obstáculo hasta Galisteo
(a 4,5km, 12.13h)>
Superada esta última y “florida” barrera, por fin alcanzamos esa
pista; y una vez en ella tomamos nuevamente la dirección del
río. Unos 100 metros más abajo se bifurcaba esta hacia la
derecha en dirección a San Gil, mientras otro ramal baja
recto en dirección norte atravesando un portillo. En este último
vemos por fin un cartel colgado sobre una vieja encina con una
flecha amarilla, bajo la que un rótulo de Galisteo(a
4,5Km) nos volvía a poner en el mapa de la etapa a las 12.23h.
Es decir, desde que cruzamos el canal izquierdo del río
Alagónha transcurrido aproximadamente una hora y 20 minutos,
y solo hemos progresado 1/2Km respecto a nuestro objetivo: en
definitiva más de una hora perdida en esta increíble
encrucijada.
Desde la bifurcación hasta Galisteo ya no habría más
sobresaltos, pero aún tendríamos que sudar un poco para llegar a
la meta. En el punto donde hemos localizado la señalización solo
deben quedarnos unos 3,5 Km. para alcanzarla, pero se nos harán
largos porque el cansancio y desasosiego acumulados nos tenían
que pasar factura… A las 12.33 alcanzamos un pontón que nos
permitió salvar un arroyo bastante caudaloso. No nos cabe la
menor duda de que se trata del curso de agua que nos había
barrado el paso durante una hora larga, ya que poco antes hemos
dejado a la izquierda varias edificaciones grandes, con aspecto
de granjas o explotaciones ganaderas, flanqueadas a poniente por
varias altísimas palmeras. Estas son sin duda las grandes
construcciones que veíamos de lejos cuando estábamos encallados
en el barro frente al supuesto río; también ahora sentimos
ladrar a los perros al pasar. En el pontón no vimos ningún
rótulo del curso fluvial, pero posteriormente comprobaría que se
trata del Arroyo de las Monjas, un afluente del río
Alagón. Sus aguas marronosas pasan muy remansadas bajo el
pontón, cuyo vano no supera los 8 metros. Examinando las
márgenes del curso de agua y la espesura selvática que lo
circunda vemos claro que hubiera sido complicadísimo vadearlo
por el cauce… Nos habríamos tenido que dar un baño integral, ya
que el arroyo baja muy encajado entre paredes casi verticales;
le calculo un calado de al menos 2 metros bajo el puente, y por
lo tanto habríamos tenido que lanzar las mochilas antes de
cruzarlo a nado; en plan Tarzánvamos…. Desde el
Arroyo de las Monjas hasta Galisteo tenemos que
ascender ahora la gran colina que nos viene impidiendo ver el
pueblo. El ascenso, por amplia y recta pista, se nos haría harto
fatigoso, bajo un sol abrasador a estas horas del mediodía.
<foto13:
Galisteo y sus vaquitas, final feliz (nuestra
meta a 1/2Km, 13.02h)>
Escampadas aquí y allá por las faldas desnudas y algo pedregosas
de la colina, a ambos lados de la pista, volvemos a ver muchas
vacas; pero ahora ya no estamos para fotos, solo tenemos ojos
para buscar la célebre torre “picuda” sobre el horizonte;
estamos deseando llegar. Divisaremos el pueblo faltando 500
metros para alcanzar sus murallas, iniciado ya el descenso tras
rebasar la cima pasada una pronunciada curva. El deseado
avistamiento acontece exactamente a las 13.02h; os aseguro que
es la mejor estampa del viaje, o al menos así nos pareció a
nosotros… Un poco más relajados ya, de nuevo se nos abre la
mente a la percepción de la belleza; todo vuelve a ser ahora
agradable, maravilloso, enternecedor…: a la izquierda de nuestro
camino, una cincuentena de vacas con sus terneros se esparcen
por la suave y verdeante ladera, y al fondo de la vaguada
observo junto a la pista la última balsa-abrevadero de la
jornada. Una jornada en la que prácticamente solo hemos visto
vacas, vacas por todas partes, que como suele ser corriente por
aquí visten los más variados pelajes, con la única excepción de
un solitario rebaño de corderos. El ganado vacuno de estas
latitudes supone una cálida aunque distante compañía. Estos
animales no suelen inmutarse ante nuestra presencia, ya deben
estar más que acostumbrados. Vamos bajando hacia Galisteo
y trato de captar, ahora sí, las últimas imágenes; en una
jornada pródiga en buenos panoramas y excelentes estampas de
flora y fauna…
Mirando distraídamente la vecina ladera, llama mi atención en
un momento dado un recental retinto de pocos días...
Posiblemente se había extraviado de su ‘mami’; y ahora trata
inútilmente de engancharse a la ubre más cercana, siendo una y
otra vez rechazado por el retoño de su propietaria... El ternero
de esta,mucho más voluminoso por ser casi añal, le va cerrando
el paso hasta ocupar finalmente la posición, aunque no necesite
mamar precisamente en ese momento; mientras el pobre ternerillo
se queda unos momentos chascado, visiblemente confundido. Luego,
de forma un poco atolondrada baja por la ladera sin rumbo fijo…,
parándose y cambiando de dirección de forma errática. Luego
levanto la vista y miro un centenar de metros más abajo: al
fondo de la vaguada, otros colegas de su edad se agrupan
distraídamente junto al abrevadero...
Viendo esas imágenes y hablando de abrevadero, me inunda
una pequeña desazón poco antes de llegar a nuestro objetivo: --en
esta jornada de despistes y barreras imprevistas...¿encontrarán
esos ternerillos su correspondiente ubre?, ¿hallarán estos
peregrinos una buena mesa donde resarcirse de sus
tribulaciones?... o ¡es que estamos en una jornada aciaga para
todos por alguna rara conjunción astral!....
Finalmente, pese a todos los inconvenientes, arribamos a
Galisteo a las 13.10, una hora perfecta para buscar donde
sentarnos a comer. No será preciso ascender la colina donde,
tras la muralla, se asienta la villa vieja; junto a la
carretera que enlaza este pueblo con Coria y Plasencia,
que debemos cruzar para acceder al centro urbano, topamos con el
mesón “Los Emigrantes”, que tiene muy buena pinta. Hemos
observado bastante concurrencia en las mesas que tiene por
fuera, donde los lugareños hacen el aperitivo, y también hay
bastantes vecinos sentados en la barra del bar. Ver movimiento
en un establecimiento hostelero siempre es buena señal, da
confianza a quienes no conocemos el lugar. Entramos pues en el
mesón y pasamos directamente al comedor, para acomodarnos en una
mesa bien situada. Es pronto para la clientela habitual y solo
hay otro par de mesas ocupadas, con gente que hace también el
aperitivo, posiblemente familiares o empleados. No tardarán en
atendernos, para tomar nota de un par de jarras de cerveza.
-----------------------------------------------------
-Nota 19-Galisteo, monumentos esenciales
y su referenciahistórica-
No siendo este interesante pueblo punto de pernocta, sino
solo el lugar donde finalizamos nuestro tramo I2 de la ruta
Mozárabe, del mismo modo que será el punto de partida para
el tramo siguiente, mi conocimiento del lugar es
necesariamente superficial. Manifiesto esto con pena, porque
lo considero muy interesante, hasta el punto que no descarto
visitarlo de lleno en el futuro, sea por mor del Camino,
o por cualquier otra circunstancia.
Dicho lo que antecede, paso a citar en esta
nota sus tres elementos arquitectónicos más llamativos;
visibles desde fuera para cualquiera que pase ante el
pueblo, sin ni siquiera penetrar en el conjunto urbano: 1)
La murallade origen almohade, 2)“La
Picota”, torre del homenaje del antiguo
castillo-palacio y 3) El puente medieval
sobre el río Jerte. Solo la mención de estos elementos
patrimoniales, nos ponen de manifiesto la notoria
importancia histórica dellugar.
La muralla almohade fue
construida bajo dominio musulmán a inicios del siglo XIII.
Tiene una altura media de 11
metros y un grosor de más de 2 en casi todo
su perímetro, que abarca la totalidad del pueblo medieval.
Se construyó a base de cantos rodados de considerable
tamaño, aglutinados con argamasa. Tiene 3 puertas de
diferente trazado:
pta. del Rey, de la Villa y
de Santa María,
siendo esta última la más monumental.
Del antiguo castillo-palacio,
de conserva la famosa torre “picota”,
corrientemente mencionada como “la Picota”.
Se trata de la torre del homenaje de
un castillo construido durante el s.XIV por los señores de
la villa, sobre la estructura de un anterior alcázar
musulmán. Su notable cuerpo cuadrangular está edificado
de pétrea sillería, significando la relevancia del original
baluarte cristiano como bastión de primera línea durante la
reconquista. En sus cuatro caras se mantienen sendos
matacanes, soportados por cuatro ménsulas
trilobuladas, aunque se perdieron los dos últimos
anillos de sillería y parte de las almenas. Tiempo después
de estar consolidada la reconquista, durante el
señorío de los duques de Montellano, el castillo fue
transformado en residencia palaciega de la que, tras su
demolición en el s.XIX, solo se conservaría esta fuerte
torre. Sobre su terraza almenada se construyó tiempo después
de la construcción original (¿s.XV?) un cuerpo octogonal de
ladrillo, rematado con gallardo chapitel, del cual
proviene la denominación “picota”.
En cuanto al puente “romano” sobre el
río Jerte, se trata realmente de una obra
bajo medieval cuya fecha exacta de
construcción (1546) fue costeada por el
Conde de Osorno, titular del señorío de Galisteo
en esas fechas. Es una construcción notable de unos 400
metros de longitud, contando los estribos. Consta de 7 arcos
de sillería granítica, construidos con distinta
directriz: medio punto, escarzanos y apuntados.
-------------------------------------------
Finalmente, es oportuno mencionarque el
señorío de Galisteo se inició con
Fernando de La Cerda (aprox. 1280),manteniéndose
con el infantado de la Cerda hasta aprox. Inicios
del s.XIV. Posteriormente entraría en escena la dinastía de
los condes de Castañeda y Osorno, que derivan a
ducado en 1631. Por esas fechas alcanzó el señorío su
máximo esplendor (familia Manrique de Lara),
manteniéndose pujante hasta 1722. En su demarcación
vinieron incluidos una serie de lugares del entorno,que
posteriormente devendrían en municipios tras la caída del
antiguo régimen en el siglo XIX; a saber: Pozuelo de
Zarzón,Guijo de Galisteo, Montehermoso, Riolobos, Holguera,
Aceituna, Aldehuela de Jerte, Carcaboso y Valdelobispo.
Llegaría La decadencia del señorío
con el advenimiento de una nueva dinastía: el ducado
de Montellano,a partir de 1722.Finalmente, tras más de
un siglo de progresiva pérdida de influencia, y tras la
caída del antiguo régimen, en1880el palacio fue
demolido; suponiendo el definitivo colapso de 6siglos de
señorío.
------------ooo000ooo-------------
EPILOGO del Tramo I2:Brindis
y reflexiones; EnlaceGalisteo-Plasencia
Como siempre, lo primero que hemos pedido ha sido una
monumental jarra de cerveza, con la que brindaremos una vez más
por el éxito del viaje. Cuanto mayores nos vamos haciendo,más
satisfacen estos momentos. Saboreamos por tanto esa cerveza a
fondo, más anchos que largos por la conclusión de nuestro
periplo, mientras nos toman nota y empiezan a prepararnos el
menú. También aprovechamos el preámbulo para que nos sellen
nuestra credencial.
Hay sobrados motivos para congratularse por lo bien que nos
ha salido todo de nuevo; porque sabemos perfectamente que esto
no va a durar siempre, y por eso mismo hay que disfrutarlo.
También sabemos que además del atractivo del viaje en sí,
tendremos un premio adicional de salud durante un cierto período
de tiempo. Tanto Francesc como yo hemos comprobado que el
Camino nos proporciona un excelente estado de forma del
que disfrutaremos como mínimo un par de meses, durante los
cuales el nivel de resistencia al ejercicio prolongado se
mantiene relativamente alto, sin secuelas posteriores. Por otro
lado, la superación de este reto periódico viene a ser un
certificado de salud; tocando madera, porque nunca te puedes
fiar del todo. Al menos es un buen test en el plano físico...
Hacer siete etapas consecutivas en el Camino sin
problemas físicos certifica que aún nos queda cuerda...; es un
indicador más revelador en ciertos aspectos que las habituales
analíticas de sangre y orina, o las radiografías.
El mesón “Los Emigrantes” dispone de variados menús,
con las tradicionales especialidades gastronómicas extremeñas;
pero nos decidimos por algo no demasiado graso, coincidiendo en
tomar el clásico gazpacho como entrante y luego ese
socorrido bistec de ternera con patatas de siempre. Solo
faltaría que, tras ver tantas a lo largo de las últimas etapas,
no probáramos la carne de ternera en nuestra despedida. Mientras
tomaba nota, la muchacha que nos atiende nos ha proporcionado el
contacto de un taxista; el cual nos trasladaría a Plasencia
tras hacer sin prisas el café, porque a nuestro conductor le
hemos avisado de que nuestro bus sale con margen sobrado de
tiempo.
A las 14.15 nos recoge el taxista para llevarnos a
Plasencia, distante 10 km de Galisteo. Le comentamos
en el camino la posibilidad de contactarle, porque pensamos
reemprender pronto nuestro recorrido por la Ruta de La Plata,
cosa que pensábamos hacer a finales del próximo Septiembre.
Entregándonos su tarjeta, nos dice el chaval que no habría
ningún problema por su parte, si se le avisa al menos con un día
de antelación. El viaje se nos hace corto, y a las 14.51h ya
estamos junto a la estación de autobuses de Plasencia. Es
mala hora para dar paseos, y quizá por ello no nos apetece
movernos demasiado. Como la estación queda en la parte baja de
la ciudad, algo más cercana a la dehesa ribereña del río
Jerte que al centro urbano, nos ahorraremos subir al
cogollo de la urbe por el momento. De manera que, tras comprar
nuestros billetes para Barcelona, nos bajamos tranquilamente al
parque de la dehesa.
Encontrar este espacio natural ha sido una sorpresa para
mí, ya que no lo había visto en mis dos visitas previas a esta
ciudad extremeña. Por lo que veo ha debido ser urbanizado en
tiempos relativamente recientes, seguramente en los años 90,
tras la consolidación de nuestro sistema democrático y el pleno
desarrollo de las autonomías regionales.
Francisco
decide sentarse en la fresca umbría, aprovechando uno de los
innumerables bancos que hay por allí, mientras yo me dedico a
recorrer pausadamente la orilla derecha del río en su descenso
hacia Galisteo. Ambos hemos comprado un periódico para
matar el rato y lo voy ojeando distraídamente mientras camino…
En mi paseo no desdeño obtener algunas fotos de los rincones más
atractivos, que encuentro junto a la ribera del Jerte.
Recorro algo así como un km. junto al mismo bordedel agua,
extraordinariamente remansada en el transcurso de este
excepcional parque fluvial. Luego retorno para encontrarme con
Francesc junto al amplio canal paralelo, en el mismo
banco donde lo he dejado. Entre el río y el canal queda una isla
artificial donde se asientan variadas instalaciones; entre las
que distingo atracciones infantiles, y algunos servicios del
parque.
Abandonamos la dehesa con tiempo sobrado para ir a
buscar algún detalle con el que obsequiar a la familia, tomar
luego un café cerca de la Estación, y dirigirnos a la zona de
espera de nuestro bus con tiempo suficiente. Tiene este su
salida a las 17.0h, pero como soy bastante inquieto y andarín no
me quise marchar sin acercarme a la Plaza Mayor, aunque
fuese fugazmente. Dejo pues unos minutos F en la barra
del bar, y subo tan ligero como puedo a la Plaza; para limitarme
luego a cruzarle en diagonal y sacar varias fotos, pues el sol
cae a estas horas perpendicularmente sobre mi cabeza. La
emblemáticaPlaza Mayorde Plasenciase ve ahora
prácticamente vacía de gente, por sereste el peor momento del
día;abrasada por un sol plomizoy en la hora precisa de la
siesta… Atravesando la plaza, se entiende enseguida que los
sitios más transitados de la ciudad seanen estas fechas sus
soportales..., de los que me acordaba perfectamente. Sofocado un
tanto por la canícula, regreso sin demora en busca de mi colega;
aunque en esta ocasión bajo las arcadas del celebérrimo reloj
que preside la plaza, y en dos minutos estoy junto a
Francisco.
Tras nuestra fugaz estancia en Plasencia, no
dispongo de elementos suficientes en esta ocasión para hacer
algún apunte, ni siquiera resumido, sobre la importancia de esta
antigua e interesante ciudad. La había visitado la última
vez hace ya mucho tiempo, cuando pernoctamos en ella con mi
mujer, cuya familia paterna es de la comarca. Regresábamos
entonces de unas vacaciones en Portugal, y recorrimos durante
varios días las principales ciudades extremeñas. Tras esa
visita, y por informaciones complementarias de la familia, sé
que la ciudad contiene elementos arquitectónicos de gran interés
que no conozco en directo, aparte de ofrecer a los visitantes el
gran ambiente de su Plaza Mayor y calles adyacentes.
Plasencia habrá que patearla a fondo y disfrutarla en alguna
otra ocasión. Habrá que vivirla y tomarle el pulso del tiempo
actual, para saber en directo cómo es hoy. Solo entonces
podremos hablar de ella con fundamento, para hacerle los honores
que merece.