Cap.XXXIX / (31ªEt.=33,0Km) SAN SALVADOR de
Palazuelo-REQUEJO (3 Julio, Sábado)
Salimos a las 7.20hh, con la ilusión de encontrar algo que desayunar
en Entrepeñas, pequeño pueblo distante solo 4 km de San
Salvador. El hambre no impide que apreciemos el hermoso y
variado paisaje, que surge a nuestro paso entre las brumas de esta
hora tempranera. El terreno en permanente y suave descenso durante
los primeros dos kilómetros, empieza a ondularse progresivamente a
continuación… Hemos salido del pueblo por un estrecho callejón que
nos permite comprobar lo bonito que es todavía este lugar,
pese a haber perdido seguramente el 80% de su antigua población…
<
img 1: (San Salvador de Palazuelo, salimos a
las 7,20h) típica vivienda sanabresa y detalle de un
horno adosado >
De hecho es
ahora cuando estamos atravesando íntegramente el corazón del
pueblo viejo, de arriba abajo. La calleja por la que
descendemos, flanqueada por viejas casas de piedra en ruinas, se
asienta en una empinada ladera y según bajamos, podemos constatar
que la mayoría de las viviendas tienen el inconfundible sello
rural leonés: dos plantas con los corrales ocupando la planta
inferior, y una galería abierta al exterior en la planta alta, la
cual está conectada directamente a la calle por una escalera vista,
adosada al muro... (img
nº1izq).
Hay viviendas de
un solo cuerpo rectangular y otras de dos cuerpos en ángulo recto,
rompiendo estas últimas la monotonía de la recta calleja. De tanto
en tanto, los edificios de dos cuerpos conforman recoletas terrazas,
donde suele haber algún banco de piedra, o bien los clásicos
poyos que se usaban para subir a las caballerías… Además de
contener las cuadras y corrales del ganado, en los bajos siempre
suele verse en uno de los fondos la rústica cocina-hogar.
Finalmente, en algunas casas se distingue claramente desde fuera la
existencia de antiguos hornos, evidenciados por el resalte
“absidial” en los muros y las originales chimeneas (img
nº1der).
Por lo que
podemos apreciar de pasada, en esta población se llegaron a
aglutinar como un centenar de viviendas, la mayoría de las cuales
están hoy en ruinas. Según leo en internet, en la actualidad
hay 78 habitantes censados en el lugar… Tras dejar el pueblo
cruzamos una zona boscosa no demasiado tupida, con claros abundantes
donde por cierto seguimos sin ver ganado
(véase abajo
img. nº2izq)...
Pronto pasaremos por las primeras corredoiras de este viaje,
que anuncian ya la cercana Galicia…; también empiezan a verse por
la zona lustrosos castaños, jóvenes y redondeados, muchos de ellos
agrupados en plantaciones.
< img 2: (S.
Salvador-Entrepeñas) campiña en las afueras de San Salvador
(k1,5-7.35h) / aprisco a 1/2km de Entrepeñas (k3-8.00h) >
Antes de
alcanzar Entrepeñas, lugar al que accedemos tras un delicioso
recorrido por larga y plana pista de muy buen caminar, adelantamos a
4 vecinos que van de paseo, algo inusual en nuestro devenir por el
Camino. Estamos en la periferia del pueblo, sumergidos en una
agradable zona boscosa, donde nos hemos cruzado con una pequeña
ermita. Abundan en ese entorno los afloramientos de crestas rocosas,
que nos permiten ver idílicos panoramas alrededor
(img.
nº2der).
El encuentro
con los vecinos nos anima a pensar que podríamos encontrar a estas
horas algo abierto donde desayunar… ¡Pero ca!, ¡pobres de nosotros!,
llegamos y pasamos junto a Entrepeñas a las 8.11, y
encontramos el pueblo totalmente desierto; lamentablemente, ni este
lugarejo ni en Asturianos hallaremos ningún bar. No
llegaríamos ni a olerlos, porque seguramente nos los hay. Esto
empieza a ser preocupante; ni siquiera pasaríamos en ese intervalo
ante una simple fuente donde rellenar nuestras exiguas reservas de
agua… El recorrido es muy bonito sí, precioso diría yo, pero un
desastre en cuanto a servicios para los peregrinos…
< img 3: (Asturianos
–a 1km-) vacada autóctona junto iglesia de la Asunción
/ la ‘jefa’ sale a nuestro encuentro (k6-8.49h) >
Pero no
debemos ponernos nerviosos ni precipitarnos, hay que ir paso a
paso... Un ligero despiste pasado 1/2 km desde Entrepeñas,
nos complica el acceso hacia Asturianos, cuyo sendero sale
por el lado izquierdo de la carretera local y no está bien
señalizado. Deberemos retroceder 300 metros para encontrar nuestro
camino. Luego cruzaremos sobre la moderna autovía por un elevado y
estrecho viaducto; desde el cual se divisa perfectamente la citada
población a unos 2 km. El corto paseo hasta ese pueblo nos reserva
agradables estampas campestres. Muy cerca de la localidad
atravesamos un apacible prado en el que varios grupos de vacas
autóctonas pastan con sus terneros. Al pasar junto a ellas aparentan
estar impasibles mientras disparo unas fotos, aunque una que podría
ser la ‘jefa’ se acerca curiosa hacia el reportero
(img nº3
arriba)…
< img 4: (Asturianos,
iglesia de La Asunción) cigüeñas en la espadaña / y
peregrino en el ábside (k7-8.57h) >
Tras la colina que
corona el prado empieza a dibujarse la silueta de un relevante
edificio religioso, cuyo aspecto y dimensiones anuncia de lejos que
debe ser algo importante. Cuando nos situamos ante su fachada me
acerco a leer un rótulo de cerámica que está incrustado sobre el
arco de la puerta principal: estamos ante la Iglesia de la
Asunción, actualmente parroquia de Asturianos (img
nº4).
Mientras
examinaba el llamativo cartel, donde se explican los trabajos de
restauración que se están realizando en el templo, aprovecha
Francisco para sentarse en rato en el banco de piedra situado
frente al mismo, donde apura la poca agua que le queda (img
nº4der).
Me sorprende una
vez más la monumentalidad de los templos en estos pueblos
sanabreses, relativamente pequeños. Eso demuestra el poder económico
que tenía la comarca en tiempos pretéritos, cuando seguramente
deberían estar estos pagos mucho más poblados que ahora, pues de lo
contrario no se entiende. Tras el notable patrimonio visto en San
Salvador, viene ahora esto…
La iglesia está
cerrada obviamente a estas horas, pero seguramente tampoco sería
visitable más tarde, ya que tiene sus tres retablos en restauración.
Por lo que indica el cartel citado anteriormente, el coste
está siendo cofinanciado por la Junta de Castilla y León y el
Fondo Europeo para el Desarrollo Regional (ver
Nota 12 al final del capítulo).
Como
adelantábamos con anterioridad, atravesaríamos Asturianos sin
ver ningún bar ni tienda de comestibles por el camino, hasta
alcanzar la N-525... Llegados a la carretera, tampoco vemos nada a
izquierda y derecha, y no perdemos tiempo en cruzar la calzada para
ver de encontrar algo al otro lado del pueblo.., no queríamos más
decepciones. Resignados con nuestra poca suerte, a las 9.05
proseguimos por el arcén izquierdo de la carretera en dirección a
Puebla de Sanabria; decepcionados y hambrientos, pero con la
convicción de que solo continuando por el arcén de la nacional
podremos encontrar algún sitio donde cargar las pilas, antes o
después…
En el
escenario natural por el que caminamos ahora predomina el bosque de
robles, algunos castaños cuajados de espléndida floración y
abundantes saúcos igualmente floridos, los cuales flanquean el
recorrido delimitando los arcenes de la carretera
(ver más abajo
img nº6izq).
Entre los matorrales del sotobosque predominan variadas retamas y
brezos, que en las húmedas hondonadas ceden terreno ante los
helechos… Un día más seguimos gozando de las bondades del paisaje;
desde la despejada atalaya de una calzada poco transitada en la
actualidad, pese a tratarse de una carretera nacional. Por
el momento tampoco nos podemos quejar de la climatología: día claro,
carente de viento y con agradable temperatura por el momento… De
esta guisa alcanzamos Palacios de Sanabria a las 9.40h; un
lugar de feliz recuerdo para nosotros, porque en él se acabaría
nuestra penuria alimenticia.
< img 5: (Palacios
de Sanabria) tras 20 horas de ayuno, nos saciamos en el
Bar Mirador (k10-9.48h) >
Penetramos en
el Bar-mesón Mirador y enseguida nos dirigimos a la barra
para encargar un buen almuerzo. Vemos allí colgadas toda clase de
tripas de embutido, y en un par de vitrinas expositoras variedad de
opciones de otros condumios. En la primera de ellas, destinada al
almuerzo o tapeo, nos recreamos contemplando: tacos de tortilla,
anchoas en diferentes soportes, y numerosas bandejas de guisos a
base cordero, cerdo o conejo con patatas y otras verduras…. En la
segunda vitrina vemos la repostería acostumbrada para desayunos:
magdalenas, tortas y diferentes pastas de confitería… Los ojos se
nos disparan de una a otra vitrina, pero la mujer de la barra nos
saca de la abstracción diciéndonos a modo de bienvenida ¡que
no le había llegado aún el pan de cada día!, por lo que en
su opinión deberíamos centrarnos únicamente en la 2ª vitrina...
Yo que soy
poco amigo de lo dulce, le pregunto si queda pan del día anterior, a
lo que me responde afirmativamente, por lo que el asunto se resuelve
de inmediato: tomando el pan de ½ kilo que me ha mostrado, dos
tripas de chorizo y varios tomates me dirijo sin más a una de las
mesas, seguido por un Francesc que se ríe con ganas… La
señora nos ha entregado también la botella de vino con vasos, un
par de platos vacíos y la aceitera, con todo lo cual podremos
prepararnos a gusto nuestra primera comida tras 20 horas de ayuno
(img
nº5 arriba).
Liberados de
las mochilas y sentados cómodamente, estuvimos en el Bar
Mirador casi ¾ de hora. Naturalmente acabamos con el pan y
los dos chorizos, que fueron acompañados por la botella casi
enterita del aceptable vino de la tierra. Luego vino el café con
leche y pastas variadas, y sobre las 10.30hh abandonamos muy
satisfechos ese inolvidable y reparador lugar… A partir de ahora,
los hados empezarían a pintar bien para estos peregrinos…
Por cierto,
habíamos confirmado durante el almuerzo nuestra intención de comer
en Puebla de Sanabria, y desde allí continuar hasta
Requejo. La hora y nuestra condición física nos permitían prever
ese plan, salvo que surgieran imprevistos.
< img 6: (Otero
de Sanabria) exuberancia del municipio, conjunto
urbano (k15-11.30h), y pasión por España >
En el tramo de
4 km hasta Otero de Sanabria se acentúa
progresivamente la presencia de hermosos castaños, que llegan hasta
el borde de la carretera; abundando sobremanera en el municipio de
Otero, pueblo que probablemente debe ser la capital de esta
zona, castañera por excelencia. Los ejemplares que estamos viendo a
lo largo de toda la jornada son relativamente jóvenes, con una
alzada comprendida entre los 12 y 20 metros. Las copas de la mayoría
de ellos son redondeadas y su floración verdaderamente
extraordinaria esta temporada; nunca había visto algo igual. Por la
limpieza del terreno bajo esas copas, queda patente que pasamos ante
cuidadas explotaciones, consagradas en exclusiva a la producción de
castañas
(img nº6).
A las 11.30
atravesamos el núcleo urbano de Otero, donde me hago una foto
con un chaval que pasea orgulloso la bandera española…; lo que nos
recuerda que estamos en plena fase final del Mundial de Fútbol
de Sudáfrica
(img nº6der).
La verdad es que no nos pasaba este asunto por la cabeza, porque en
el Camino nos aislamos del mundo exterior… Salvo pequeñas
demoras en la captura de alguna imagen, dejamos atrás el pueblo sin
detenernos por el momento, aunque vamos notando ya el paso de los
km. Poco después haremos un descanso de 10 minutos en una escarpada
ladera boscosa. No nos queda más remedio que apartarnos de la
carretera 30 metros; para ‘escalar’ con ciertos apuros esa pedregosa
ladera, en busca de la escasa sombra de unos arbustos. Allí logramos
sentarnos precariamente para descalzarnos, rodeados por un espeso y
arisco sotobosque de genista espinosa y coscojas... El
asfalto ya está muy caliente a estas horas y nos arden los pies, por
lo que aunque faltan solo unos kilómetros hasta Puebla
sentimos la imperiosa necesidad de ventilar calcetines y botas, para
evitar males mayores en forma de ampollas.
< img 7: (Puebla
de Sanabria) conjunto urbano y castillo
vistos desde Área de Servicio junto N-525
(k18,5-12.58h) >
A las 12.30
reemprendemos la marcha y 40 minutos después llegamos a un área de
servicio cercana a Puebla de Sanabria, donde hemos
visto de lejos el rótulo de un hotel-restaurante. Antes de llegar a
él, logro obtener con la ayuda del ‘zoom’ una buena imagen
lejana del recinto histórico de la capital sanabresa. El pueblo está
en la cima de un prominente cerro, coronado por la inconfundible
mole de su castillo
(foto nº7).
Esa impresionante fortaleza, construida a mediados del siglo XV,
encarna el ‘santo y seña’ de la localidad. La carretera y la
cercana autovía se elevan considerablemente sobre el valle,
permitiendo unas vistas sensacionales de este importante enclave,
capital comarcal y villa blasonada de renombre. Seguimos luego, y
poco después estamos en la explanada del Restaurante La Casona,
desde donde deben quedar unos 2km hasta el centro urbano de
Puebla. Viendo ahora que la depresión de los ríos Tera
y Castro circunda la ciudad, me reafirmo en que no hubiera
sido rentable desviarnos para pernoctar en ella. Entre ida y vuelta
nos habría supuesto una hora ese desvío, además de alargar una etapa
nuestro viaje.
< img 8: (Puebla
de Sanabria) excelente ágape en ‘La Casona’, con
50% descuento a los peregrinos (k18,5-14.33h) >
La comida del
restaurante La Casona nos resulta altamente gratificante, por
la calidad del menú y la buena acogida que dispensan a los
peregrinos en el local. En esta casa recibimos un trato diferencial
respecto al resto de clientela: el menú de 24€ nos sale a nosotros
por 10. Con independencia de eso, podemos comprobar que estamos
indiscutiblemente en un buen restaurante, muy acreditado en la zona
según referencias de Internet… Tanto el servicio, como el
escenario y los menús son de gran categoría; sin lugar a dudas lo
mejorcito que encontraremos en el presente recorrido hasta Verín.
Finalizando la comida veo a Francesc rebosando satisfacción
por todos sus poros, y logro obtener una de sus mejores fotos entre
las que he visto
(img nº8).
Tras revisar en casa el reportaje, está también entre las mejores
del viaje, a lo que ha contribuido sin duda la ambientación del
local.
Antes de salir
del restaurante para reanudar la etapa le cedo a Francisco
una de mis camisas. Él suele llevarlas de manga corta y cuello
excesivamente holgado, lo que le acarrea problemas de insolación. En
la jornada precedente llegó a San Salvador de Palazuelo
con el cuello y brazos enrojecidos, y fue entonces cuando llamé
su atención sobre el tema. Al comentarle eso faltando varios
kilómetros para la meta, me reconoció que ya le estaba picando un
poco la zona del cuello... En ese momento le apliqué un pañuelo
humedecido, pero estábamos entonces con el jaleo de la bota
despegada y el asunto quedó en segundo plano…. Hoy vuelve a quemar
el sol de lo lindo y antes de llegar al restaurante pude convencerle
para que se pusiera una de mis camisas. Yo solo las uso de manga
larga cuando estoy en el Camino, y llevo invariablemente tres
de ellas de diferentes grosores (ver Nota 13
en final capítulo).
En la gran
explanada frente La Casona, compartida con el Hotel
Encinar, hay un monumento dedicado a la peregrinación y al
gremio de restauradores en el entorno del Camino, presidido
por una estatua de granito del santo patrón. El camarero nos
ha pedido posar ante ella para sacarnos un par de fotos, cosa que
hace con mi cámara y con la suya
(img nº8der.,
en la que ya luce Francesc la camisa que le he cedido).
Dice el imprevisto fotógrafo ser devoto de Santiago y amigo
de los peregrinos, aunque aún no ha podido emprender la aventura.
También nos confiesa que le han encargado sus jefes la obtención de
algunas imágenes con peregrinos de todas clases, para incluirlas
tanto en folletos publicitarios como en la página Web del negocio…
Accedemos a eso y tras posar para nuestro anfitrión salimos a las 15
horas por el arcén de la misma N-525, por el que proseguiremos hasta
finalizar la etapa.
< img 9:
Puebla de Sanabria frente a la cola del embalse de
Cernadilla (k20-15.13h) >
A las 15.15
cruzamos el alto viaducto sobre el río Tera, viendo desde
otro ángulo a nuestra izquierda la incomparable imagen de Puebla
de Sanabria; encaramándose en la boscosa colina que la sustenta,
que se eleva desde el lecho del río. El Tera se ensancha en
las inmediaciones de Puebla, conformando frente al pueblo la
cola del embalse de Cernadilla, lo que explica la alzada y
amplitud del viaducto por el que debemos salvarlo (img
nº9).
El tramo hasta
Terroso se nos hace largo, porque de nuevo volvemos a sufrir
con el calor y la insolación. Hay que tomárselo con calma, haciendo
un par de paraditas en el recorrido: la primera de ellas entre el
robledal, en zona de altos pastos; la segunda amparándonos junto al
muro de una casa en ruinas. En esta última nos tomamos tiempo
suficiente para descalzarnos y hacer la diaria llamada telefónica a
casa.
Tenemos algo de
suerte al reemprender la marcha, porque un bendito nubarrón nos
obsequia con su gratificante lluvia. Solo serían 5 minutos, pero
nos saben a gloria; pocas veces fue la lluvia tan bien recibida como
en esta ocasión. Aunque nos secamos en seguida, tenemos la suerte de
que el chubasco viaja hacia Terroso, como nosotros; de manera
que durante 20 minutos podemos disfrutar de su benéfico rastro,
caminando sobre una calzada recién regada que desprende una
refrescante nube de vapor de agua. Poco después alcanzamos
Terroso, que íbamos viendo al fondo de una recta interminable.
Pasado ese pueblo la carretera se empina ya paulatinamente, porque
estamos iniciando el ascenso del Alto del Padornelo, famoso
puerto que subiríamos al día siguiente, y a cuyos pies se encuentra
nuestro destino de hoy.
< img 10:
(k32-18.36h) llegando a Requejo –a 1km-, meta de la
jornada / alojamiento en albergue municipal (k33-18.50h) >
Llegamos al centro
urbano de Requejo a las 18.50h, sintiéndonos relativamente
bien pese a tratarse de otra etapa larga. Haciendo balance, hemos
recorrido en las 4 primeras del viaje 122km, lo que supone un
promedio de 30,5km/jornada; algo que merece una reflexión... (ver
Nota 14 al final del capítulo).
Al entrar en el
pueblo nos sentíamos satisfechos, por completar con éxito una
ajetreada jornada que se inició con hambruna, y luego se ha
desarrollado en escenarios de lo más variado; una jornada que se
hizo dura en los últimos kilómetros, especialmente para Francesc,
con el prolongado repecho que nos ha traído hasta la meta. En estas
circunstancias el sobrepeso de su mochila se nota mucho, ya que mi
colega no suele cargar con menos de 10kg, mientras que mi
‘impedimenta’ apenas supera los 7….
Nos encontramos en
el Albergue Municipal con varios compañeros, entre los
que hay 3 ingleses de nuestra quinta y una joven pareja
hispano-germana. Con estos últimos entablamos breve conversación, en
la que nos ponen al corriente de cómo funciona la casa. Catherine
y Diego se han conocido en esta ruta sanabresa, y por
lo visto y oído llevan compartiendo varias jornadas.
Nuestro
albergue ocupa el nivel inferior de un caserón restaurado de dos
plantas
(img nº10der).
Disponemos de una gran sala dormitorio con 10 literas (20 plazas),
más un par de aseos ‘etiquetados’ para mujeres y hombres
respectivamente, aunque como es habitual en el Camino los
usamos indistintamente. Como “otros lujos” también tenemos mantas,
una mesita redonda de plástico y varias sillas de lo mismo. No hay
cocina ni otros servicios, pero poco más se puede pedir en un lugar
donde solo te solicitan como aportación 5€. La señora que cuida de
la casa la tiene bastante limpia; concretamente no hay nada que
reprochar a los aseos, y ni siquiera escasea ese papel higiénico tan
necesario….
Dado que en la
jornada anterior no habíamos lavado ropa, busco la posibilidad de
hacerlo aquí, pero no logro localizar el lugar apropiado donde
realizar la tarea. Dando una vuelta completa al edificio, solo
encuentro un improvisado tendedero para colgar la colada; está en el
descampado de la parte trasera, donde alguien ha sujetado un alambre
entre dos árboles… El recurso habitual en estos casos es hacer la
colada en los aseos, pero dada su pequeñez desisto del ello…
Finalmente, me conformaré colgando la ropa sudada del día en el
improvisado tendedero; las pocas horas de sol que restan podrían ser
suficientes para tenerla seca antes de irnos a dormir… Liquidado el
asunto, paso a continuación a la ducha, de donde acaba de salir
Francesc, y luego me cambio de ropa para salir.
Como de costumbre
me pongo las sufridas chanclas y dejo las botas en el pequeño
vestíbulo de entrada. Luego bajo al patio para tender la ropa como
había previsto. En el alambre, parcialmente ocupado por la
indumentaria de los ingleses, no queda ni una sola pinza libre; en
vista de lo cual, tendré que sujetar mis prendas con el ingenioso
recurso aprendido de otro peregrino en mi anterior viaje: atándola
consigo misma mediante un elemento relativamente simple que comento
en nota marginal (Nota 10 abajo) . Se trata de una
solución muy adecuada para el peregrinaje, que se extiende ahora
como la pólvora en las rutas jacobeas; un recurso sencillo para
resolver un problema muy tonto, con el que solemos encontrarnos a
menudo en el Camino; al cual encontró remedio alguien al que
no conocemos, y que sin duda merece algún premio a la inventiva...
-Nota
10-
Una práctica
solución para colgar la colada:
A los
peregrinos se nos suelen presentar algunos problemas que serían
impensables en la vida familiar cotidiana. Uno de ellos, con el
que me he encontrado en innumerables ocasiones es el colgado de
la ropa, tras realizar la colada… Por desgracia,
estamos ante una de las carencias típicas en los Albergues
Públicos: la ausencia o escasez de las típicas pinzas
que se usan para este menester… Ese ha sido el caso en esta
ocasión, las poquitas pinzas que había en el alambre las habían
copado otros colegas cuando me acercaba yo a tender mis trapos.
Afortunadamente vine a este viaje provisto del ‘equipamiento de
emergencia’ para solucionar el problema: una cajita de
imperdibles (“safety pins”) de buen tamaño. Vi
como los utilizaba otro peregrino en mi viaje del año anterior.
Se trata de sujetar la ropa uniendo dos o tres parejas de
puntos opuestos de cada prenda con esos imperdibles.
Lo he aplicado en Requejo por primera vez, encontrándolo
fácil de ejecutar y muy eficaz. Es sin duda una buena solución
para resolver esta eventualidad; otra recomendación que se
puede hacer a los novatos.
Cuando me
disponía a salir del albergue, me confirma F
algo que ya había apuntado antes: se quedaría descansando en la
habitación, mientras yo iba a en busca de aprovisionamientos. Esta
vez me he comprometido a no volver de vacío. Luego pensaba dar una
breve vuelta por el entorno, donde aparentemente no habría mucho que
ver…
< img 11: (Requejo
de Sanabria) iglesia parroquial de San Lorenzo //
Ermita de La Virgen de Guadalupe >
Casi todo lo que
visito de Requejo está en el Barrio de Bajo, situado
junto a la carretera nacional en el lado izquierdo de la misma, y
en el margen opuesto a donde se encuentra el albergue. En esa
barriada, y precisamente frente a la calle Manonga donde está
nuestro refugio, se encuentra la ermita de Guadalupe,
patrona de la localidad, junto la que habíamos visto al llegar una
pequeña tienda de comestibles. Ambas están situadas en una pequeña
placita de forma triangular colindante con la N-52; una plaza que
podría ser el ‘check point’ de este pueblo para los
peregrinos. Un poco más arriba de la misma está el Ayuntamiento,
en una explanada que se abre también a orillas de la carretera.
Al pasar ahora
junto a la ermita de Guadalupe la veo
engalanada con guirnaldas florales
(img
nº11der),
por acontecer precisamente en estos días las fiestas patronales
del lugar. Lo que explica otros adornos observados
anteriormente en ventanas y balcones, y ver pasear alguna gente con
niños endomingados y aires festivos…
Pero antes de
cargar las viandas en la tienda, que según me dicen permanecería
abierta hasta las 20h, trato de averiguar dónde hay algún bar o
mesón para donde desayunar al día siguiente; y una señora me señala
la ubicación de un par de ellos unos 500 metros más arriba,
siguiendo el margen izquierdo de la N-525.También me aclara que el
núcleo mayor de la población está alejado de aquí unos 500 metros a
la izquierda, cuesta abajo; y que hay otras dos pequeñas barriadas
en el lado derecho de la carretera nacional, cuesta arriba. Esta
distribución urbana dificultaría bastante mi acostumbrada visita al
casco histórico del pueblo. Por lo que veo, se trata de un lugar
relativamente pequeño, pero complicado de visitar por estar muy
desperdigado en la ladera de la montaña y con el obstáculo de la
ancha carretera nacional de por medio. Para colmo, la iglesia
parroquial de San Lorenzo está en las afueras, siguiendo
la carretera en dirección Orense; encaramada en un cerro a la
derecha de la citada N-525
(img
nº11izq).
Rumiando a fondo
el asunto, acabo desistiendo del intento, concluyendo con que habré
de prescindir de mi arraigado ‘hábito histórico-cultural’; en primer
lugar porque me esperan en el albergue y no tendría tiempo,
pero también porque no hay ningún monumento de especial relevancia
en Requejo. Sí que lo hay en el ámbito de la
naturaleza de su entorno: en otras circunstancias me habría gustado
visitar el bosque de Tejedelo, tesoro natural
contenido íntegramente dentro del municipio, distante unos 5km de
donde estamos. De haber llegado a mediodía, seguramente me habría
acercado a verlo... Se trata de un espacio protegido único en
nuestro país, que conserva entre su masa forestal un centenar de
tejos milenarios; posiblemente el más importante reducto
de esta reliquia vegetal en toda Europa
(img nº13 y
Nota 15 al final capítulo).
Pero hay que
dejar de lado las aspiraciones culturales, para centrarse antes que
nada en solucionar nuestra prioridad alimentaria… Regreso pues a la
tienda de comestibles, entrando en ella para comprar todo lo que
necesitamos para cenar y el almuerzo del día siguiente.
Afortunadamente la tienda está abierta hoy, pese a ser día festivo,
y además tienen todo lo necesario; ¡menos mal!, hoy no nos
quedaremos sin cena, y mañana habrá almuerzo a su hora.
< img 12: Sábado
festivo en Requejo: futbol TV (Paraguay-España) //
fiestas patronales Virgen de Guadalupe >
Cumplida la
tarea primordial, me acerco nuevamente a la Ermita, donde en
honor a la Virgen, han decorado el arco metálico que da
acceso al atrio con una vistosa guirnalda floral
(img
nº12der).
Avanza la tarde (20.34h) y el aire de fiesta viene ahora de
todos lados, reforzado en esta ocasión por el ambiente futbolero
relacionado con el Campeonato Mundial de Sudáfrica
(img
nº12izq).
España juega esta misma noche los cuartos de final
contra Paraguay, y ya he visto algunos ‘forofos’ por las
inmediaciones portando banderas nacionales; están calentando motores
en los prolegómenos de un partido histórico, que los menores de 70
años no hemos conocido… Por cierto, antes de salir del albergue
ya habíamos tomado la decisión de acercarnos a ver ese evento por
TV, acompañados por el madrileño Diego, si es que
encontrábamos algún lugar para ello…
Con idea de
elegir el local más apropiado, decido acercarme ahora a la zona de
restaurantes y bares que la vecina me había señalado, situada en
este mismo margen de la carretera como a 500 metros más arriba de
la Ermita. En el intervalo veo algunas casas, a lado y lado
de la calzada, exhibiendo en sus balcones banderas españolas
mezcladas con otras de diferentes países, así como diferentes
adornos relacionados con la festividad local. Aprovecho el paseo
para sacar fotos de ambiente
(img
nº12izq),
hasta toparme con los dos únicos establecimientos que ofrecían el
partido en directo…. Ambos están llenos de gente a estas alturas de
la tarde, aunque falta casi una hora para iniciarse el encuentro. En
la puerta del primero de ellos hay un gran cartel donde confirman
que se podría ver el choque a partir de las 21.15h; noticia con la
que decido regresar ya al albergue. No tenemos demasiado
tiempo, porque debo recoger mi ropa, cenar con F. y dejar
todo preparado para cerrar la jornada al regreso del encuentro….
Cerca del
refugio me avisa alguien que vayamos al tanto si hemos colgado
ropa a secar en el tendedero; al parecer se habían producido algunos
robos días atrás... Paso pues a recoger mi ropa antes de subir al
dormitorio, y afortunadamente la descuelgo ya casi seca, sin faltar
nada. La verdad es que no sentía ningún temor a que me quitaran
algo, ya que siempre llevo ropa barata, comprada en “mercadillos de
fin de semana”; con seguridad las prendas robadas deben haber sido
de marcas acreditadas….
En el
dormitorio sólo me encuentro con Francesc y el madrileño
Diego; se supone que los tres ingleses y la alemana Catherine
deben haber salido a cenar fuera. En nuestras conversaciones con
Diego hemos notado que el chaval va justo de perras; y quizás
por eso se ha preparado algo frío para cenar en el albergue,
en vez de salir con su amiga y hacerlo fuera...
Francisco
y yo preparamos nuestra cena en la pequeña mesa de plástico, antes
de acercamos a ver el partido con el madrileño. Cuando repartíamos
en bandejas nuestro trinchado de frutas, él estaba terminando su
cena sentado en la litera. El chaval nos ofreció oportunamente
compartir su comida con nosotros, algo que habíamos declinado. Así
que en correspondencia, le ofrecimos una parte de nuestra fruta, que
fue aceptada sin remilgos; Diego dio buena cuenta de ella con
evidente satisfacción.
Mientras
comíamos juntos, en buena camaradería, el joven colega se mostró
confiado y respetuoso con nosotros, intercambiando impresiones sobre
su coyuntura formativa e inminente inserción profesional…
Salimos del
Refugio con el partido ya empezado, pero íbamos sin prisas. Al
pasar junto a la placeta de la ermita vemos un cartel anunciando
baile para esta noche… Se supone que el ofrecimiento va destinado al
vecindario, pero no se excluye a los eventuales peregrinos. Sin
pensarlo mucho se me ocurre sugerir a Francesc si nos “íbamos
de marcha”, aprovechando la ocasión, y se echa a reír…; era una
broma claro.
El partido
contra Paraguay conseguiríamos verlo casi completo, pero sin
lograr acomodarnos mínimamente hasta que faltaban 20 minutos para el
final. Al entrar logramos abrirnos paso con dificultad entre el
gentío, hasta hacernos un hueco junto a una ventana… Luego fuimos
mejorando nuestra ubicación hasta conseguir sentarnos en una mesa,
donde hubo que pedir una jarra de cerveza para no hacer la ‘gorra’.
Terminaríamos la fiesta celebrando la victoria de España con un
café.
Me había
llevado al bar el mapa de la siguiente etapa (5ª) y las notas
anexas. En ellas tenía marcado como final Lubián, un pequeño
pueblo serrano de gran sabor, muy recomendado en las guías.
En esta ocasión tendríamos una etapita corta de tan solo 18 km, que
ya tocaba. Lo comentamos, confirmándolo rápidamente, y tampoco
tardamos demasiado en decidirnos con el itinerario a seguir…: esta
vez lo haríamos íntegramente por pistas, siempre que fuera posible,
siguiendo un recorrido algo irregular pero con muchos alicientes…
Iba a ser una etapa para ir relajados, casi toda ella atravesando
abundante boscaje; un entorno donde poder guarecerse del calor en
los momentos de agobio. La otra opción podría haber sido continuar
casi todo el tramo por la N-525, para girar a la derecha a la altura
de Lubián, justamente en el cruce que une este pueblo con
Hermisende…
Nos
planteábamos no madrugar mucho, ya que no tendría sentido en esta
etapa por ser muy corta; aunque dábamos por seguro que a la salida
de Requejo no encontraríamos nada abierto donde
desayunar…Damos por descontado que los tres establecimientos que
vemos ahora bullir de gente no abrirían antes de las 10 de la
mañana, después de una larga verbena de fiestas y /o la celebración
del post-partido…
A la salida
del bar, nos comenta Diego que con su amiga
Catherine tenían otros planes de viaje para mañana; ellos
madrugarían para hacer una etapa larga, con final a determinar por
el camino, y en consecuencia ya no los veríamos. Ante esa
circunstancia, nuestra despedida del chaval vino precedida por una
charla en profundidad, mantenida mientras caminábamos sin prisas
durante el regreso al albergue; una plática en la que nuestro
joven colega nos puso al corriente de sus dudas y tribulaciones,
mostrándose receptivo ante los comentarios y consejos que pudimos
ofrecerle
(véase Nota 11
al final del capítulo).
Nos retiramos
a dormir a las 22.45hh. En la litera repaso lo acontecido en la
jornada antes de conciliar el sueño, especialmente nuestra reciente
charla con Diego. Me vienen a la cabeza otros encuentros con
gente joven, de algunos de los cuales tuvimos buenas noticias
después, e incluso hemos vuelto a encontrarles en el Camino….
Francesc y yo hemos compartido algunas de esas experiencias,
que siempre recordamos como muy gratificantes. Esperamos y deseamos
que Diego salga reforzado de este viaje y enderece el rumbo;
amén.
-Nota
11-
Un
joven peregrino en la encrucijada vital:
Diego
es un buen chaval, que hace su primera incursión en el Camino
buscando aclarar ideas. Con 24 abriles aún no sabe lo que hará
en los próximos años. Podríamos decir que está ahora en la
encrucijada vital de la post adolescencia, crucial etapa por
la que todos hemos pasado. Una encrucijada de la que unos pocos
privilegiados/as logran salir antes de los 20 años, la mayoría
de personas entre los 20 y 30, y algunos nunca para su
desgracia…
Durante el
regreso del bar reemprendimos la charla iniciada con el chaval
mientras cenábamos. Estuvimos un buen rato hablando con él sobre
su coyuntura actual, en el que nos expuso las dudas e
inquietudes que le preocupan desde hace meses, especialmente
tras una grave ruptura familiar con sus padres… Obviamente, no
transcribiremos en esta nota los detalles de sus confidencias,
nada excepcionales por otro lado, pero que por obligada
discreción me abstendré de mencionar. Lo sustancial es subrayar
ante mis lectores el nivel de confianza que despierta el
escenario del Camino, entre peregrinos de toda
naturaleza, condición y edad. Una comunión que se da muy
raramente en otros escenarios de la sociedad.
Naturalmente, nosotros correspondimos a la confianza que nos
demostraba nuestro fugaz amigo y compañero de viaje; dando lo
mejor de nosotros mismos, mediante respuestas dictadas por la
experiencia que otorga la edad. Con nuestras puntuales
observaciones hemos tratado de reforzar su autoestima; aportando
sinceros comentarios a todas las cuestiones planteadas, y
sugiriendo algún que otro consejo….
Diego
nos agradece vivamente las atenciones que hemos tenido con él, y
en especial la franqueza y cordialidad con que lo hemos tratado.
Finalmente, antes de penetrar en el albergue nos
despedimos deseándonos suerte mutuamente, con el sempiterno
¡buen Camino! Quién sabe si volveremos a encontrarnos con él
algún día en cualquier vericueto de la Ruta.
El
Camino es un excelente sitio para que chavales como
este encuentren el norte, y el azar o la ‘buena mano de
Santiago’ suelen propiciar que se den encuentros
‘intergeneracionales’ con relativa frecuencia. .. Cuando eso
sucede, los veteranos sentimos la obligación moral de aportar
nuestras experiencia, y puedo afirmar que nadie escurre el bulto
en esas ocasiones, actuando como lo hemos hecho nosotros; esa es
una norma general que suele darse entre jóvenes y mayores en el
escenario de la peregrinación.
-Nota
12-
La
restauración de la Iglesia de la Asunción de Asturianos
invita a reflexionar sobre la incidencia de la Política
en la Cultura
Ha
transcurrido más de un año desde nuestro recorrido por el
lugar cuando paso a limpio mis notas; y al no disponer de
otras informaciones obtenidas “in situ,” he podido encontrar en
Internet datos sobre la restauración de esta iglesia,
pudiendo constatar que fueron tres los retablos
recuperados en esas fechas. Incluso he bajado un par de fotos,
donde puede verse el conjunto del notable altar mayor y
un detalle del mismo. No aparecen datos concretos sobre la
antigüedad del templo pero sí de los retablos, que fueron
tallados y pintados entre finales del siglo XVII y primer tercio
del XVIII… Pero no quiero hablar ahora de arte suntuario; lo
que me mueve a insertar esta nota no es la iglesia en sí, ni sus
retablos, sino una reflexión que se me ocurre sobre la
iniciativa restauradora.
He
recorrido España en toda su extensión durante muchos años, y por
lo tanto he visto sobre el terreno suficientes muestras como
para poder subrayar la importancia que tiene la fracción
política que manda en cada Autonomía, en cuanto a la
recuperación del patrimonio público. Desde luego no hay que ser
un lince para adivinar quién manda en cada lugar, cuando vemos
donde se gastan esos dineros públicos. El caso que nos ocupa
evidencia que en la comunidad castellano-leonesa manda un
partido conservador, mucho más respetuoso con los valores
culturales religiosos que otras formaciones políticas de este
país, alguna de ellas autodenominada ‘progresista’, que han
gobernado en varias legislaturas. Porque desde luego, para
gastarse “una pasta” como suele decirse en restaurar los tres
retablos de la iglesia parroquial de un pequeño pueblo, de sólo
200 habitantes, hay que ser inequívocamente conservador y
necesariamente filo cristiano.
Naturalmente no voy a usar estas líneas para resaltar o
menoscabar lo que hacen quienes representan, en las diversas
autonomías, a los dos antagónicos y grandes partidos de España.
Tampoco hace falta hacerlo, porque todo aquel que me conozca o
lea esta Memoria sabe ya mis inclinaciones y gustos.
Aun así,
vaya por delante mi respeto por quienes optarían por gastar el
presupuesto destinado a patrimonio en otros bienes
culturales no religiosos, que también los hay y muy remarcables
en este país. Pero desde luego, en el caso de esta semi-despoblada
gran comunidad castellano-leonesa, me alegro mucho que
mande quien manda, pues de lo contrario se estaría perdiendo
para siempre buena parte de lo poco que en su día dejó en pié el
famoso ministro Mendizábal. Y si subrayo esto no es tanto
por defender la tradición cristiana en concreto, sino por
conservar nuestro acervo cultural en general, nuestro arte y
nuestras tradicionales centenarias, vinculadas a cualquier
opción religiosa o seglar.
-Nota
13-
Un apunte
sobre los riesgos de insolación, en
especial si se camina a pleno sol
en las horas centrales del día
El
Camino de Santiago es un ‘escenario perfecto’ para
tostarse a pleno sol en ocasiones, especialmente si lo hacemos a
pié. Hay etapas soleadas en las que se dan otros condicionantes
desfavorables como: ausencia de cobertura arbórea, falta de
viento y cubrir largos tramos sin cambiar de dirección… Si
además de todo eso no llevamos la adecuada ropa de
protección , las consecuencias pueden ser graves o
gravísimas; porque no se trata únicamente de ligeras
quemaduras o molestas ampollas, todos hemos oído
algo sobre el alto riesgo que supone para la salud desarrollar
un melanoma maligno… Por ese motivo creo
importante recalcar aquí algo que todos deberíamos conocer, pero
que desgraciadamente es pasado por alto por muchos. No es lo
mismo venir a esto del Camino que disfrutar unas horas
en la playa, intercalando el ‘solete’ con algún que otro
chapuzón, o incluso con alguna incursión al chiringuito cercano
para tomar una cerveza: en el Camino se pueden presentar
jornadas en las que tenemos que marchar durante las horas
centrales del día sin protección de arbolado. Entre Mayo y
Octubre, época de mayor insolación, el horario de riesgo sería
el comprendido entre las 11 y las 18 horas. Pero es que
tratándose del Camino no estamos hablando de una hora ni
dos, pueden ser 5 ó 6 horas en estas condiciones… Para
afrontar situaciones como la apuntada tenemos que llevar
protección total en cabeza, cara, cuello, brazos y piernas;
en otras palabras, como si estuviéramos en pleno desierto del
Sahara. Y por favor, que nadie me tilde de exagerado; quién
así lo considere, que de un salto a la presente Memoria y
se vaya al tramo final de la 7ª etapa de este viaje, entre A
Gudiña y Verín...
Hay
algunos peregrinos, especialmente extranjeros, que suelen
caminar siempre en pantalón corto. Muchos otros con camisas de
manga corta. Algunos sin sombrero, o con sombrero inadecuado,
etc. Es sobre todo a ellos a quienes quiero dedicar estas
recomendaciones: si se lleva un buen sombrero de
ala ancha, incluso podemos ahorrarnos las gafas de sol (yo no
las llevo). A ese imprescindible elemento de nuestro vestuario
debe añadirse camisa de manga larga y
pantalones largos. Estos últimos recomiendo vivamente
que se lleven siempre, al igual que ese sombrero de amplia
protección (tipo “ranger”). Quienes piensen que basta con otros
sucedáneos, como cremas y afeites de protección solar, están
equivocados; porque entre otras cosas eso se deshace después de
una prolongada sudoración. Lo dicho amigos: ¡aquí no
venimos a tomar el sol!, sino a resistir estoicamente su
inapelable radiación, durante periodos prolongados de tiempo en
ocasiones. Y para eso no dejéis de utilizar la máxima protección
posible… Llevar algún vestuario de máxima protección no impide
prescindir de él cuando sea innecesario, pesa poco.
-Nota
14-
Una
adecuada preparación física,
factor clave
para afrontar con éxito la dureza del Camino:
Si repasamos
el trayecto, observaremos que hemos completado aquí con éxito un
ciclo de cuatro etapas de largo recorrido, totalizando 122 km,
siendo las dos últimas de 32 y 33 km respectivamente. Quizás
nunca habíamos iniciado un viaje por el Camino con tal
nivel de exigencia, porque normalmente no solemos empezar tan
fuerte; pero en esta ocasión hemos acudido ambos con una óptima
preparación física, y ese es un factor clave para lograr esta
excelente ‘performance’…
Como decíamos,
tanto Francesc como yo nos hemos preparado a conciencia
para el viaje. Desde mediados de Abril, ambos hemos venido
caminando a diario una decena de km por los alrededores de
casa. Finalmente, durante la última semana intensificamos la
preparación, haciendo largas excursiones de unas 4 horas por el
campo, y procurando incluir subidas y bajadas en esas salidas.
Además, para mejorar el simulacro, hemos hecho el último tramo
de la preparación cargando con mochilas lastradas con 5kg… Ha
sido un pequeño sacrificio que ahora nos reporta dividendos,
plasmándose en una forma física idónea. También es una
demostración de que el ejercicio físico continuado, y
progresivamente intensivo, se puede realizar a cualquier edad.
Es oportuno
recordar una vez más que la preparación previa, con sistemáticas
caminatas, no solo busca potenciar la musculatura y
articulaciones, sino muy especialmente: endurecer la planta
de los pies para evitar ampollas. Estas se suelen presentar
normalmente a partir del 3er. día, haciendo mella en mayor
medida en quienes no se han entrenado para el viaje con
suficiente intensidad y antelación.
< img 15: (Requejo
de Sanabria) El Tejedelo, bosque milenario de tejos
(lat.“taxus baccata”), ((izq)invierno//(der)verano)>
-Nota
15-
El bosque de
Tejedelo y los tejos ancestrales:
Podemos sentirnos orgullosos por conservar en nuestro país 140ha
de un bosque primigenio de tejos (“Taxus
baccata”); árbol ancestral al que nuestros antepasados
celtas veneraban. Es inútil enumerar todas las propiedades que
hacen de este espécimen vegetal un tesoro vivo de la naturaleza,
que conocieron los dinosaurios hace 100 millones de años. Su más
notoria particularidad es sin duda la longevidad,
pudiéndose contar en Tejedelo hasta un centenar
que superan de largo los 1000 años. En la antigüedad llegó a
conocerse como “árbol de la muerte”, porque todas las
partes del mismo contienen la “taxina”, sustancia
tóxica que tomada en grandes dosis llega a paralizar el corazón.
Narraba Julio César en uno de sus libros, que el jefe
germano Catuvolcus se suicidó tomando una infusión
preparada con corteza de Tejo. Pero curiosamente, también
eran conocidos antaño sus poderes curativos: como
antirreumático, abortivo, antimalárico, e incluso como
antídoto contra mordeduras de serpientes y escorpiones.
Resumimos a continuación un compendio de características y
utilidades destacadas:
-
reliquia botánica:
su origen se
remonta al período Jurásico, hace 100 millones de años
-
viviendo entre nosotros:
hace más de un millón de años ya estaban muy presentes en la
Península Ibérica
-
longevidad:
es uno de los
árboles más longevos (llega a milenario), manteniendo su
crecimiento toda su larga vida
-
tamaño:
destaca por su extraordinaria robustez, hasta 4 metros de
diámetro, aunque no llega a superar los 20m (ver img
31ª20)
-
difícil germinación:
necesitan 40 años para alcanzar la madurez, y pocos son los que
llegan a desarrollarse plenamente
-
peligro de extinción:
está desapareciendo en Asia, África y Europa; por talas
indiscriminadas, incendios y cambio climático
- valor
cultural:
símbolo de eternidad, de la vida y de la muerte. Por eso vemos
algún ejemplar en plazas, iglesias y cementerios de toda
Europa
-
importancia histórica:
por las cualidades de su madera (de gran dureza y flexibilidad),
esta fue usada desde hace miles de años como arma de
guerra (arcos y flechas), para
hacer sarcófagos en Egipto, como clavos
en los barcos vikingos y ejes en los carros
medievales.