Su
bodega museo es una pequeña caja de sorpresas dispuesta a
desatar sus esencias ante cualquier visitante con sus dos
museos: uno de artes populares y arqueología y otro en el que
se exponen herramientas, máquinas, bibliografía y objetos
antiguos relacionados con el arte de hacer vino (unas 4.000
piezas).
Llegará
un momento en que no sabremos si es una bodega con museo o
un museo con bodega.
No
cabe duda que los grandes vinos del sur, el Jerez, el Marsala,
el Madeira..... Y, también, el Pedro Jiménez, son vinos
especiales. Y no entendamos” especial”, como un término
legal, son especiales porque son vinos con alma, que se
construyen en el interior de las bodegas donde manda la calma,
la penumbra y el olor húmedo de las maderas viejas y donde,
además, y esto es lo más importante, al final de todo hay un
hombre, un personaje.
Así sucede en Bodegas Toro Albalá, a cuyo frente se encuentra
una persona singular- Antonio Sánchez-, gran enólogo que ha
elaborado vinos para todas las grandes firmas de
Montilla-Moriles. Un hombre de curiosidad y saber enciclopédico.
Entre sus vinos, Antonio Sánchez está especialmente orgulloso
de sus pedros ximénez, que rozan la perfección desde el
hermano pequeño Don PX hasta el gran Bacchus 1,939.