Turismo rural, intercambio de casas y autocaravanas son para el verano



Por Ferran Martínez-Aira

Aleluya, aleluya: Aumentan las reservas en el turismo rural, uno de los pocos beneficiados en la era post tiranovirus. La facilidad de acceso a estos destinos, a los que se puede llegar en coche propio, está jugando una baza importante para planificar nuestras inminentes vacaciones. La gran oferta de alojamientos rurales en nuestra geografía nos permite optar entre una gran diversidad. Este verano nuestro hotel será un casita en la naturaleza.

Además sin esperar a que finalice el plan de desconfinamiento del Gobierno para una escapada. En la fase 1, que en la mayoría de comunidades autónomas empieza hoy, se autoriza la apertura de estos establecimientos turísticos. Sin embargo, mientras que en este periodo la movilidad se reduce al ámbito provincial, superada la tercera fase, los viajeros podrán desplazarse libremente por todo el país.

El turismo colaborativo será otra de las apuestas de la “nueva normalidad”. El alquiler vacacional y el intercambio de casas, dos modelos que han experimentado un importante crecimiento en los últimos años, se perfilan como dos alternativas en este futuro inmediato, en el que, además de los aspectos sanitarios, el presupuesto será fundamental.

Existen algunas plataformas de intercambio como HomeExchange o Love Home Swap, que pueden ser una salida interesante a esta crisis, sobre todo para las familias. La privacidad y el ahorro son claves a la hora de optar por una fórmula con muchas posibilidades. España, tras Francia, es el segundo país del mundo con más usuarios adeptos a este modelo.

Autopistas y carreteras se verán invadidas por autocaravanas. El caravaning ofrece gran autonomía y libertad de movimientos, horarios y rutas, pero, por encima de todo, garantiza unas condiciones de seguridad e higiene frente al virus superiores a los de otras opciones, lo que hace previsible que se imponga la casa a cuestas.

La manipulación y el acceso a comida, ropa, menaje u otros utensilios utilizados a bordo se ciñen a los ocupantes, y las instalaciones del habitáculo -ducha, retrete o fregadero-evitan el uso de los baños públicos.

Para conducir una autocaravana de hasta 3.500 kilos de peso basta con el permiso B, y los precios se sitúan entre los 100 y 200 euros diarios, dependiendo el modelo, a los que hay que añadir 600 de fianza.

El glamping o vivir colgado en una casa encima de los árboles, disponiendo además de todo tipo de servicios en medio de un bosque, junto al mar o en lo alto de una colina con espectaculares vistas, se perfila como otra de las opciones vacacionales para este verano.

¡Ay mis queridos cruceristas!, uno de los sectores turísticos más golpeados por la crisis sanitaria -su recuperación no llegará posiblemente hasta 2021-, pero si sois aventureros os propongo una alternativa menos glamurosa para seguir disfrutando en alta mar: Alquiler de veleros. Mi propuesta podría ser la sorpresa durante este verano que no veremos ningún transatlántico contaminar nuestros puertos. Además, el nulo riesgo de infecciones exteriores incrementará la demanda de los barcos de vela o a motor, con o sin patrón y a precios más asequibles de lo que os podeís imaginar.