Por Ferran Martínez-Aira
Ángel Manuel Ramos del Olmo España miraba las gráficas y las predicciones cuando estalló el Covid-19. Empezaba el momento de familiarizarse con representaciones numéricas y términos estadísticos que se han acabado convirtiendo en parte de nuestro día a día. Comenzábamos a otear la curva que tocaba escalar y aplanar, pero ahora, mes y medio después, se ha superado el pico y toca cambiar la perspectiva. ¿Qué nos espera? Los mismos matemáticos e investigadores que intentaron predecir la situación actual echan cuentas y calculan contrarreloj los posibles escenarios que veremos en las siguientes semanas y meses. Una situación con muchos escenarios y demasiadas variables.
En España, hay numerosos grupos de investigadores que llevan desde antes incluso de que llegase la epidemia a nuestro país con modelos que intentan predecir la posible evolución de la situación, y no han parado con el confinamiento, todo lo contrario. Equipos como Momat, de la Universidad Complutense de Madrid, o el que une la Universidad Rovira i Virgili y la Universidad de Zaragoza ya piensan en las siguientes situaciones y presentan un futuro sin ‘pico’. Pero las posibilidades de que volvamos a encontrarnos con una situación como la que estamos viviendo en estos instantes, o incluso peor, son aún más factibles ahora si no se toman, y la población no sigue, las medidas correctas. mapa-de-riesgo-de-propagacion-del-coronavirus-en-espana “Todos los grupos manejamos diferentes escenarios para el futuro y trabajamos nuestros modelos para que puedan predecirlos de forma lo más certera posible, aunque, claro, todo puede variar”, explica a Teknautas Álex Arenas, jefe del grupo de investigación de la URV. Su equipo fue de los primeros en modelar cómo sería el impacto de la epidemia en las diferentes provincias españolas y ahora trabajan en dos escenarios de futuro basados en un posible desescalamiento de las medidas y vuelta a una cierta normalidad. El primero es geográfico (cómo podría ser una salida progresiva por provincias) y el segundo trata una posible salida intermitente (con tiempos de más libertad y tiempos de confinamiento), hasta encontrar una solución definitiva.
Como Arenas, el grupo del Momat, dirigido Ángel Manuel Ramos del Olmo, también simula varios escenarios y trabaja en ellos, aunque alguno parece casi imposible que se dé. “El modelo matemático que nosotros hemos desarrollado tiene en cuenta las características especiales de esta pandemia y puede estimar su evolución para diversos escenarios”. Incluso estudian una situación tan complicada como que “todas las medidas de control y distanciamiento social se eliminen de golpe una vez que la pandemia lleve un tiempo disminuyendo, en ese momento no hay todavía suficiente población inmune y el comportamiento del virus no varía significativamente por mutaciones, cambios de virulencia o condiciones climatológicas.”.
Esta situación provocaría un aumento de muertes e infectados, cayendo en una situación casi peor que la actual, pero Ramos del Olmo cree que es algo casi imposible de ver, pues “nuestra forma de vida ha cambiado bruscamente y probablemente no volveremos a la antigua normalidad, sino a una nueva normalidad en la que probablemente no bajaremos del todo la guardia”. Quitar todas las medidas de control de golpe y acabar con el distanciamiento social en un instante es algo que ni siquiera entra en la cabeza de estos expertos. Pero sí otean otras salidas progresivas.
Álex Arenas
Ahora, según Arenas, viene uno de los momentos más cruciales de la evolución de la epidemia, o quizás el más importante. Se trata de la salida del confinamiento. Según el matemático, de no seguirse las mejores medidas, podemos volver a una situación parecida a la actual o incluso peor. “La gente se debe concienciar de que pasar la curva no es el final. Lo del pico tiene ese peligro, que imaginamos que superada esa curva todo ha pasado, y esto no es así. Hay que ser claros y concienciarnos como adultos de que esto va para largo, que tenemos que ser disciplinados y que al menos habrá que seguir con restricciones hasta que tengamos una vacuna o un tratamiento exitoso contra el virus”, apunta el experto.
Entre las salidas que contempla su equipo, de momento la más plausible sería la que imagina unos próximos meses marcados por momentos de algo de apertura y momentos de confinamiento total. Algo que Arenas imagina como un coche cuesta abajo y sin marcha. “Tú necesitas ir pisando el freno para que el coche no se embale demasiado, pues esta medida iría un poco en ese camino. Podríamos abrir de forma muy controlada para no parar el sistema y que la economía pueda funcionar un tiempo y luego parar otra temporada todo para evitar que los casos se disparen más de lo que el sistema pueda controlar. Así, podríamos tener una situación que aunque no fuera perfecta por lo menos no colapsaría el sistema ni llegaríamos a gráficas como las actuales”.
La idea del equipo de Arenas no es totalmente nueva sino que se viene hablando de ella desde los años ochenta, y otros centros como el Imperial College de Londres, uno de los más prestigiosos en este campo del mundo, ya lo planteó hace días. “Al final, hay un puñado de estrategias y todos los equipos trabajamos con ellas dando nuestra propia visión y con nuestros propios modelos. No hay tantas soluciones funcionales por explorar y, vuelvo a incidir, lo importante es aguantar de la mejor forma posible hasta conseguir una vacuna o un tratamiento que sirva de medida definitiva para acabar con el problema”, añade Arenas.
Por su parte, Ramos del Olmo y los suyos acaban de presentar uno de sus últimos análisis, que muestra la evolución de la enfermedad en la Comunidad de Madrid hasta finales de mayo si todo continúa, más o menos, como hasta ahora. Este análisis contempla un plazo bastante corto de tiempo, pero ya da una idea de lo que puede estar por venir.
Aquí se puede ver ya la dificultad de pensar en lo que pasará en el futuro, pero hay que añadir aún más incertidumbre, ya que algo que destacan Ramos del Olmo y su equipo son los problemas que dan los datos oficiales recabados hasta ahora. “Un buen modelo matemático debe ser capaz de reproducir lo que ha pasado hasta ahora y de estimar lo que puede pasar en el futuro, dependiendo de los posibles escenarios de confinamiento, medidas sanitarias y de control, etc. que se planteen. Siempre, eso sí, con el hándicap de la calidad de los datos que se reportan sobre la enfermedad, que en muchas ocasiones es insuficiente y no permite calibrar adecuadamente el modelo (lo que puede generar estimaciones con mucho margen de error)”, apunta.
Por último, el matemático asegura que están trabajando en diversos escenarios de cara al futuro, pero no pueden dar más datos de momento pues no es un trabajo terminado. Arenas tampoco ha publicado aún el resultado de sus modelos y todos, además, corren el peligro de que les pase como a otros grupos de investigadores, que se vean obligados a borrar sus publicaciones y análisis por problemas con los datos que recaban las instituciones.
Eso mismo le ha ocurrido a otro de los equipos que habían llevado la delantera en la modelización de la epidemia y que ha tenido que frenar sus publicaciones e incluso borrarlas por el problema con los datos. El grupo de investigación de matemáticas Modelling Uncertainty Quantification, del IMM de la Universidad Politécnica de Valencia, había lanzado el pasado 2 de abril una publicación con diversos gráficos sobre la epidemia en el corto y el largo plazo, pero este lunes tuvo que borrarlos porque desde el 2 de abril el Ministerio de Sanidad confirma un problema con el dato de personas hospitalizadas. Cada comunidad da un dato diferente y eso trastoca todo el modelo.
“La consecuencia de esto es que cualquier estudio que esté utilizando estos datos debe revisarse, en particular, el nuestro. Es por esto que vamos a retirar los informes publicados el 1 y 2 de abril. Lo sentimos mucho, y esperamos pronto publicar nuevos informes corregidos, si bien será difícil que sean aplicables a toda España por la falta de homogeneidad de los datos en las diversas comunidades autónomas”, apuntaba el equipo valenciano. Tanto el de Ramos del Olmo como el de Arenas siguen trabajando pese a estos problemas en los datos, pero dan una idea de por qué es tan difícil hacer predicciones sobre lo que viene. Además de los problemas que puede dar una enfermedad nueva y desconocida, está la poca calidad de la información que llega.
“Nosotros seguiremos trabajando para ofrecer a las autoridades la mejor información posible y ayudarles a tomar las decisiones correctas y pertinentes con todos los problemas que debemos enfrentar, pero creo que debemos dejar claro que hay que seguir siendo disciplinados, claros y seguir a rajatabla las recomendaciones. Algo seguro es que si nos saltamos todo esto, nos tendremos que enfrentar a una situación incluso peor que la actual”, concluye Álex Arenas.