El papel que el crupier ha de jugar en los casinos

Sin duda son un protagonista más de las casas de apuestas: el juego no podría darse si no hubiera un crupier detrás de la mesa dirigiendo la partida. Es fácil imaginárselos vestidos con la elegancia y la destreza que tanto les caracteriza, pero realmente se habla muy poco de la complejidad que puede llegar a esconder su labor.

El término proviene del francés «croupier», que en origen refería a la grupa del caballo. El crupier era, por tanto, el profesional que aconsejaba y asesoraba al jugador en sus diferentes movimientos desde muy cerca, situándose detrás del mismo. Ahora el papel que desempeña en los casinos es mucho más exigente, por lo que vale la pena conocerlo.

Las funciones que ha de cumplir el crupier

El crupier es un profesional con formación y titulación específica y reglada: no cualquiera puede trabajar dirigiendo el juego de los casinos, sino que es preciso contar con una certificación al efecto. Dado que este profesional es el representante del casino durante el juego, la responsabilidad que ha de asumir desempeñando sus funciones es muy elevada.

Además de ocuparse de mezclar y repartir las cartas, las bolas, las fichas o los distintos elementos de cada uno de los juegos, el crupier ha de dirigir su atención hacia infinitas variables de forma simultánea. Se ocupa de gestionar las apuestas de los jugadores y las fichas de la propia casa, por lo que es fundamental que sea ágil y certero haciendo cálculos aritméticos. La traslación de los casinos como el de Betfair al mundo de internet ha automatizado todos estos aspectos del juego, pero aun así es interesante saber que hay profesionales que siguen desempeñando todas estas funciones de manera tradicional.

¿Qué habilidades ha de dominar un buen crupier?

Muchas de las destrezas que ha de tener un buen crupier se deducen de las funciones que ha de desempeñar. Es imprescindible que sean ágiles y rápidos de mente y que conozcan muy bien las reglas de juego, ya que además de tener que llevar las apuestas, han de ser capaces de dirigir las partidas. Su capacidad de concentración tiene que ser muy elevada, pero también su agilidad manual para barajar y repartir los elementos del juego con rapidez y estilo.

Es fundamental que sean observadores y que sepan interpretar la comunicación no verbal de los jugadores para anticipar sus movimientos. Dado que estos profesionales son la cara visible de los casinos, también es muy importante que desarrollen diversas habilidades sociales: la asertividad, la calma, la cordialidad. En definitiva, la del crupier es una profesión que está reservada únicamente a los privilegiados que pueden presumir de todas estas destrezas y que, al final, hacen que ante todo el oficio sea un arte. Los casinos online pueden prescindir de esta figura para llenar sus salas de juego, pero sin duda el crupier será siempre el alma de las casas de juego.

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