¿Cuán confiable es la información sobre la salud encontrada en Internet?

Te contamos hasta qué punto puedes confiar en las recomendaciones que existen en la red.

En la actualidad muchos usuarios buscan información sobre su salud en Internet, pese a que muchos de estos sitios no tienen información del todo confiable. Así como hay información actualizada (como en sitios como https://www.favorece.net/), otras páginas ofrecen contenido desfasado, por lo que es recomendable visitar portales de organizaciones con prestigio.

Por ejemplo, una alternativa de valor para empezar a buscar recomendaciones confiables acerca de la salud es el sitio web de los National Institutes of Health (Institutos Nacionales de la Salud). Asimismo, cualquiera de los sitios que tengan el respaldo del Gobierno Federal estadounidense son fuentes de información relevante y con asidero científico sobre la salud.

Entre los otros espacios de salud que podemos recomendarte está MedlinePlus.gov, una página de la National Library of Medicine (Biblioteca Nacional de Medicina), la cual cuenta con información de más de un millar de temas sobre salud de alta confiabilidad. Si bien está solo en inglés, un tutorial te permitirá diferenciar cuál es la información realmente valiosa sobre salud en Internet.

Antes de ingresar a un sitio web para encontrar recomendaciones sobre salud debes tener en cuenta que son muchas las organizaciones y agencias no tan conocidas que ofrecen las mismas. No vayas directamente al contenido, sino conoce de quién proviene esta información accediendo a la sección “Acerca de”.

Es importante que consideres conocer quiénes son los administradores o patrocinadores del portal, puesto que muchos tópicos de salud tienen información que no es de sencillo acceso al público en general. Esto nos ayudará a distinguir si el origen del sitio es de una marca comercial, una agencia gubernamental o un colectivo independiente. Así podrás conocer la misión y visión de quienes hacen posible la página.

Un detalle a tomar en cuenta es el sufijo de la dirección electrónica. Por ejemplo, el .gov revela que pertenece a una agencia del gobierno de Estados Unidos. En algunos países latinoamericanos se emplea el .gob. En tanto, el .edu lo utilizan las entidades educativas como colegios, institutos o universidades; mientras que el .org es destinado a las ONG, las organizaciones sin fines de lucro con finalidad científica, investigativa o médica. Finalmente, el .com es usualmente empleado por las marcas comerciales o los hospitales y clínicas.

En tanto, hay que conocer quiénes son los autores o editores de la información, pues muchas veces se crean estos contenidos de forma empírica y, al no estar calificado, puede llevar a un grave error al paciente. Incluso muchos de estos sitios buscan venderte un producto y te desorientan respecto a la dolencia que puedes estar padeciendo.

Además algunas páginas ofrecen información desactualizada pero que está bien posicionada en Google y termina induciendo a un error. Por eso siempre fíjate en la fecha de la publicación o si tiene alguna actualización. Tómate el tiempo de buscar un sitio con contenido actualizado y con respaldo científico. Detrás de una publicación médica que parece ofrecerte la información que necesitas puede haber un origen comercial. Nunca te guíes con una opinión, sino busca algunas indicaciones que tengan rigurosidad en su investigación.

Finalmente, no dejes de tener en cuenta que el sitio debe tener una política de privacidad y debe reservar tus datos personales. De igual manera evita aquellos que usen ‘cookies’ y puedan vulnerar tu privacidad. Esto porque puede servir para que te aparezcan productos referentes en tus redes sociales u otros sitios web que visites.