Diez (más una) experiencias en la nieve en Suiza, incluso sin calzarse un esquí

El país se ofrece muy seguro, sin cuarentena, y con propuestas muy originales para todos los gustos

Suiza ha levantado las restricciones que tenía hacia sus viajeros y ya no es necesaria la cuarentena de diez días vigente desde hace meses. Por supuesto, el país mantiene las medidas de seguridad habituales para garantizar una estancia saludable y segura, que pueden consultarse en este enlace

La llegada del invierno convierte a Suiza en la idílica imagen que tenemos de este país. Las primeras nieves comienzan a cubrir las montañas, las estaciones de esquí se preparan para acoger a los amantes de los deportes de invierno y las ciudades ultiman los detalles para inaugurar los primeros mercadillos de Navidad.
Suiza es un país con un fuerte arraigo en tradiciones y costumbres locales, siendo el invierno una de las épocas más prolíficas en festividades populares. Pero sus habitantes son también ingeniosos y creativos y ofrecen propuestas originales en cada parte del país para todos los gustos, incluso para aquellos que no piensan calzarse unos esquís. Estas son diez (más una) de las más originales.
Paseo con raquetas, baño caliente y fondue

El plan comienza en Göschenen con un paseo por el bosque con raquetas de nieve disfrutando de la belleza del paisaje y del silencio solo interrumpido por el crujir de la nieve y acompañados por un guía experto.

Para reponerse del ejercicio, les espera una tina de madera al viejo estilo con agua caliente en la que tomar la primera copa bajo el cielo estrellado y con vistas al glaciar Damma.

Se completa la experiencia, como suele ser habitual en Suiza, con una buena fondue de queso en un establo alpino.
Deslizarse en trineo por la pista más larga de Europa: 11 km.
 
La pista para trineos Big Pintenfritz que une Faulhorn y Grindelwald Oberäll pasando por Bussalp es una de las más largas de Europa con sus 11 kilómetros de recorrido y salva un desnivel de 1.350 metros.

Aunque es bastante rápida, vale la pena frenar de vez en cuando para disfrutar de las preciosas vistas del Eiger, el bosque nevado y con un poco de suerte, los ciervos en la linde del bosque. Los trineos se pueden alquilar en Grindelwald o en la estación de montaña First.

Dormir en una cueva de 120 millones de años
 
Hölloch se encuentra en el Muotathal y es el sistema de cuevas más grande de Europa. No importa si hay una tormenta de invierno o si la luna brilla, aquí abajo se entra en otro mundo seguro a una temperatura constante de unos 6 grados, con más calor que allá arriba, en la nieve que hace bajo cero. En el eterno silencio del inframundo, lejos de la civilización, se pueden apreciar las inmensas dimensiones de esta gigantesca cueva con más de 200 kilómetros explorados.

Durante dos días los aventureros se sumergen en las profundidades de Hölloch y se despiden de la vida cotidiana. Dentro de ella se aprecian hermosas estalactitas, formaciones rocosas de más de 120 millones de años de antigüedad. Pasarán la noche en un vivac confortablemente equipado, donde disfrutar de una fondue y una zona confortable con agua corriente en la cocina, baños (aunque especiales y lugares cómodos para sentarse y acogedores para dormir con un aislamiento óptimo.
Paseo invernal con huskies, lamas o yaks
 
Si te gustan los animales, te encantarán los huskies, cariñosos, obedientes y con unos preciosos ojos azules. Pero lo más importantes es que son perros de competición, que han participado en muchas carreras en Europa. Durante una o dos horas, el musher profesionalmuestra a los huéspedes cómo conducir un trineo. Después de que los perros y los visitantes se hayan olfateado lo suficiente, los animales corredores salen a pasear y se disfruta un momento único en el que se descubre la velocidad, la fuerza y la resistencia de los perros de trineo viajando como conductor o pasajero.

Otra opción menos conocida es hacer el paseo con lamas que son atentas, cuidadosas y tan suaves como un peluche… aunque de cerca no tienen nada de juguete, ¡son enormes! Con la silla montada y el equipaje bien atado, comenzará un paseo delicioso por los bosques y prados nevados de Brienz. Sin duda, el aire fresco del invierno y el trote enseguida abrirán el apetito. No hay mejor momento para disfrutar de una deliciosa fondue alrededor del fuego, que pondrá el sello perfecto para la excursión con las llamas. Si se busca una experiencia aún más excitante y sentirse casi como en el Himalaya, se puede hacer una travesía acompañados de yaks. La experiencia aporta a toda la familia una gran bocanada de oxígeno y permite disfrutar de la naturaleza.

 Texto: Enrique Sancho  Fotos: Turismo de Suiza 

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