Por Ferran Martínez-Aira
Si papel higiénico volaba de las grandes superficies durante los primeros días del estado de alarma, ahora le toca el turno a las bicis. ¿Hasta qué punto el inicio del desconfinamiento en España ha supuesto una explosión en el interés por la bicicleta?. Los profesionales del sector confirman un considerable aumento de ventas en las últimas semanas del vehículo de dos ruedas que inventó el francés Pierre Michaux en 1839.
Juan Ochoa, propietario de Bicimanía, tienda especializada en bicicleta de montaña, asegura que “Hemos vivido una primera semana de locura. Tenemos cuatro o cinco líneas que han estado echando fuego todos los días, a todas las horas en que estábamos abiertos. No pasaban tres minutos sin una llamada. Y todos buscando bicis de primer precio”.
“Hemos notado una auténtica explosión. La gente estaba con unas ganas tremendas y la demanda también ha sido de taller, aparte de compra”, confirma Javier Lumbreras, propietario de Calmera, una de las tiendas de mayor solera. “Ha superado lo normal, se ha notado tanto en bicis de ocio como de transporte, todos los ámbitos. Tenemos un público que no se había planteado la bici y ahora se ha comprado una como medio de transporte o la han rescatado del trastero. Luego hay un publico habitual que tiene mayores ganas todavía de disfrutar”, apunta. “También ha crecido la entrada en taller de bicicleta usada, de gente que tenía la bici guardada y sin usar, que la ha rescatado tanto para el deporte como desplazamiento. Ha crecido en las dos vertientes”.
Pero no solamente ha crecido el interés con las tiendas abiertas (mediante cita previa). Probikeike es una de las más reconocidas del sector. Sus amplias instalaciones de más de 2000m2 no podían ser aún abiertas. Sin embargo, el fenómeno está siendo el mismo. “El taller ha crecido mucho, pero el comercio a través de Internet es una locura, la demanda ha aumentado como nunca. Ha ido funcionando durante estos dos meses, pero estos últimos días la diferencia ha sido bestial en la tienda electrónica. Pensábamos que iba a ser demanda de ocio, pero tenemos mucha demanda de primeros precios de bicicleta de montaña. Desde 400 euros y 3.000 euros, este está siendo el rango de precio medio” explica su responsable, Pere Cahué.
De “tromba postconfinamiento” califica el fenómeno Juan José Aparacio, propietario de Golpe de Pedal. “Pero también es cierto que los bolsillos están jorobados y no se venden gamas altas” explica sobre la fuerte demanda de la bicicleta económica. “Hay un boom porque la gente se ha tirado a la calle con bicis de supermercado, pero que ahora las quieren arreglar”. A pesar del auge, no siempre la nueva situación es fácil para las tiendas recién abiertas. ”Es mejor tener la persiana bajada según qué trabajos, pero hay mucha gente que no es del mundillo, que hace difícil responder a la demanda. Hay que rogar al cliente que pidan citas, porque nos encontramos un porcentaje muy grande que se presenta a puerta fría y te ponen en un brete. No te puedes convertir en el cómplice del mal hacer que muchos no se toman en serio. Nosotros intetamos cumplir pero necesitamos que la gente cumpla las normas”.
Desde Mammoth, otra importante cadena de tiendas, Miguel Rodríguez confirma esta fiebre por aquirir una bici o poner a punto la que teníamos olvidada en el trastero. “Hay mucha demanda de taller, porque mucha gente ha descubierto o redescubierto la bici, tanto como elemento de ocio y deporte como de medio de transporte, y han sacado bicis que llevaban meses o años sin usar” ¿Qué tipo de bicicleta y cliente está adquiriendo o pidiendo información de bicicletas? ¿Ocio, transporte…? “El mayor aumento de demanda se ha producido en bicis infantiles y en bicis de adulto de menos de 1.000 euros. Aún es pronto para sacar conclusiones sobre el uso que se dará a estas bicis, pero todo parece indicar que, tras esta crisis, la bici saldrá reforzada como medio de transporte urbano y se verá cuando se vaya recuperando la actividad en todos los ámbitos”.
¿Hasta qué punto será esta una tendencia puntual, fruto del desahogo, o una visión más amplia ante la nueva realidad del coronavirus? “Estoy seguro que este fenómeno que estamos viviendo en el sector viene para quedarse. No sé si un diez o un veinte. Porque habrá gente que montando en bici piensa que puede ser más feliz, que puede guardar la distancia social, y el tema del medio ambiente”, apunta Cahué, optimista ante el creciente peso específico de la bicicleta como modo de transporte en Barcelona, una ciudad ya de gran concienciación en este apartado.
El sector confirma así la vuelta de una gran cantidad de bicis de “trastero y de terraza”, del “ciclista ocasional”, como subraya Juan José Aparicio, y por tanto, bicis para revisión. Por ello, pedimos a los especialistas consejos básicos para quien se interesa ahora por la bici y estudia adquirirla. “Si ya se tiene bici, conviene antes de nada llevarlas a un taller para revisar elementos internos que no se ven, porque una bici arrinconada mucho tiempo tiene problemas. En general recomendamos revisar transmisión, frenos y cubiertas, aconseja Ochoa. “Incluso lubricantes, que ahora son muchos mejores que los aceites”.
“Aunque se piense que sea arrimar el ascua a la sardina, se aconseja acudir a una tienda especializada por el seguimiento. Y luego, un nivel de calidad mínimo que no le dé muchos problemas después… o que estos sean menores. Las bicis de 100 o 200 euros no las trabajamos porque son de baja calidad. Hay bicicletas dignas por 400 euros e incluso por menos. Luego, puedes entrar en otro segmento”, sugiere Lumbreras. “Muchas veces, cada cien euros que nos gastemos de más en una bici de 500 a 1000 repercuten en una mejora de calidad de componentes que se nota”, dice Ochoa. Para Aparicio, el producto ‘low cost’ no cubre unos mínimos, ni siquiera de seguridad: “Si hubiera control administrativo, muchas bicis que se comercializan en España no se podrían vender”. Y con las bicis eléctricas, que son un poco más complejas, el problema de falta de fiabilidad se puede agudizar. Lo mejor es ponerse en manos de profesionales, que les expliquen qué son como ciclistas, qué necesitan y así podemos recomendar a cada cual su cosa”. “No hay que precipitarse por las ganas de comprar rápido porque eso puede llevar a errores”, añade Ochoa.
Si tenemos que compartir bici con medios de transporte o dejarla en edificios, la mejor opción sería una bici plegable porque se pueden llevar como equipaje de mano en tren, metro y autobús y es fácil guardarla en la oficina. Si la velocidad de desplazamiento es un aspecto importante o la tengo que usar con ropa de calle y no tengo la opción de ducharme o asearme cuando llego al destino, la bici de pedaleo asistido sería la elección adecuada.