“Ha nacido una estrella”: Lady Gaga convence en la gran pantalla

“Ha nacido una estrella”: Lady Gaga convence en la gran pantalla

Por Ferran Martínez-Aira

Todo un placer sentarse en una de las butacas del PHENOMENA, el mejor cine de Barcelona, para visionar “HA NACIDO UNA ESTRELLA” que este próximo viernes se estrena en las salas. Esta nueva versión del clásico de 1937 de William A.Wellman es el debut cinematográfico detrás de las cámaras del actor Bradley Cooper y la consagración como actriz de la multipremiada diva del pop Lady Gaga dando vida a Ally, una aspirante a cantante, a quién el músico Jackson Maine (Bradley Cooper) lanza al estrellato.

Ambos personajes tocan la fibra del espectador durante los 135 minutos de metraje. Ella sin maquillaje, a pesar de que Gaga intentó convencer sin éxito a su director para que  la dejara utilizar sus inseparables cosméticos. Cooper reveló que la prohibición era simplemente para conocer “como es el personaje”. Lady Gaga convence en la gran pantalla, explotando su indiscutible talento y voz privilegiada al lado de Bradley Cooper, que exhibe oficio en cada plano que el mismo ha elaborado sin escatimar recursos gracias a los 36 millones de dólares de presupuesto.

En un primer momento, parece que Cooper vaya a hacer el recorrido inverso al de Gaga, dado que su personaje se expresa con un acento sureño que, pese a sonar relativamente verídico, resulta evidente que está forzado. Sin embargo, si hay una cualidad que caracteriza a Cooper es la transparencia de su personalidad actoral. Así, su encarnación de una estrella de la música atormentada por el alcoholismo emerge tocada por un halo de bonhomía y dignidad. Una combinación de factores que convierte esta nueva “HA NACIDO UNA ESTRELLA” en un film singular: lejos de la sensación de condena irremediable que transmitía James Mason en la magistral versión de 1954 (con Judy Garland), y también al margen del festín de egolatría e infantilismo de Kris Kristofferson en la olvidable versión de 1976 (con Barbra Streisand), Cooper consigue dar forma al drama de un hombre bueno condenado por los traumas de infancia, la soledad y la fiereza de su adicción.