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Estación Espacial 3D - LA HISTORIA - RODAJE - CURIOSIDADES - NOTAS DE PRODUCCIÓN

 Estación Espacial 3D 

-LA HISTORIA-

Gracias a las espectaculares imágenes en 3D, el público del cine IMAX® podrá viajar a un mundo fantástico y situado en el vacío espacial, a 352 km sobre la Tierra, sin sentirse atrapado en una nave o en un buque. En efecto, se sentirá propulsado a un espacio totalmente nuevo y magnífico. Mientrastanto, bajo sus pies, una enorme estructura de doradas alas gigantes, flotará  grácil  entre nubes, cruzando los océanos. 

Esta es la historia de la primera Estación Espacial Internacional y de sus magníficos arquitectos. Organizados en equipo, como en cadena, 44 hombres y mujeres han llegado a conseguir lo que muchos tildaban de empresa imposible: montar un laboratorio de investigación orbital,  único en su género, enmedio del tremendo vacío del espacio.  

Montada en el casco de un traje espacial, vemos una cámara que enfoca algo así como el exterior de la Estación y a un astronauta que pasea por los escalones del módulo. De repente, pierde el equilibrio y sale flotando, fuera de la plataforma de la Estación. Mientras avisa por radio a uno de los tripulantes, pone en funcionamiento su equipo de salvamento personal en la parte trasera de su traje. Poco después y mediante unos chorros cortos de propulsión, alcanza la plataforma sano y salvo. Estira la mano y vuelve a estar en contacto con el módulo. 

“!Vale! ya lo tengo”, dice   
“Ya puedes andar”, responde la radio.   
“Toco base, voy a respirar hondo” 

En el Johnson Space Center Virtual Reality Lab., el astronauta norteamericano Scott Parazynski termina su último ejercicio satisfactoriamente. Ha conseguido escapar de su peor pesadilla: sustraerse de la Estación y flotar libre  por el espacio (se trata del ejercicio que acabamos de ver). Estos complejos ejercicios permiten a los hombres y mujeres que construyen la Estación Espacial hacer sus prácticas antes de ensamblar las estructuras definitivas y, asimismo, desarrollar tácticas para poder afrontar cualquier estado de emergencia que pudiera darse. 

La primera fase de construcción en la Estación Espacial fue diseñada y terminada por miles de personas de 16 paises distintos. Los elementos utilizados eran tan grandes y pesados que tuvieron que transportarse desde la Tierra de uno en uno. Los tests de comprobación se realizaron en varias partes del planeta, desde el Centro Espacial Kennedy en Florida hasta algunos centros en Rusia. Desde entonces, y como si de un rompecabezas gigante se tratara, todas las demás piezas se han ido construyendo en la Tierra, durante la primera fase y nadie sabe con certeza si van a funcionar, ni siquiera a caber, todas juntas en el espacio. 

A medida que vemos avanzar hacia la fase 2 (en órbita), el primer componente que se lanza al espacio es ZARYA (que significa “amanecer” en ruso), construido por la Agencia Espacial Rusa. Contemplamos con estupor como un cohete de protones carga con 2 millones de peso/impacto para propeler ZARYA al exterior de la atmósfera de la Tierra, en dirección al espacio. 

Más adelante, le sigue una lanzadera espacial de la NASA con el módulo UNITY en su plataforma de carga. La compuerta de ZARYA se cierra y la astronauta Nancy Currie opera el brazo mecánico para alcanzar a ZARYA mientras se eleva a UNITY para emplazarla en su posición. (Es un magnífico momento para Currie y según sus propias palabras: “fueron los 15 minutos más largos de toda mi vida”). Cuando ambas están unidas, se puede decir que ha nacido la Estación Espacial. Y cuando los fundamentos están emplazados, los encargados de construirla pueden pasar a efectuar su trabajo. 

Para los astronautas “constructores” parte del aprendizaje consiste en pasar horas y horas sumergidos en un tanque cuya capacidad es de 6 millones de galones, al tiempo que construyen unas maquetas de tamaño real de la Estación Espacial (trabajar en estas condiciones bajo el agua es lo que más se parece a la ingravidez). Como los primeros arquitectos que construían catedrales y grandes puentes, estos hombres y mujeres construyen un sueño gracias a la fe que tienen en su proyecto. Aun antes de acabarlo, estas gentes habrán realizado 160 paseos por el espacio, lo cual significa dos veces y media más de lo que hicieron sus predecesores. 

La lanzadera DISCOVERY, cuyo comandante es Brian Duffy y está pilotada por Pamela Ann Melroy –la tercera mujer que ejerce esta tarea-, aterriza con la Estación y apea a la tripulación, cuyo trabajo consiste en colocar los “aperos básicos”, entre los que se incluyen las tareas propias de lampista, electricista y establecimiento de comunicaciones. A bordo también está el especialista japonés de la misión, Koichi Wakata. Su trabajo consiste en instalar el Z1 Truss, o núcleo de los sistemas de la estación, para lo cual necesita utilizar el brazo robotizado de la estación.  

Recuerda Wakata: “cuando tenía 5 años vi aterrizar el Apolo en la Luna y, para mí, ahí empezó todo, aunque, por otra parte, pensaba que mi sueño nunca podría hacerse realidad. Para un japonés, en aquel tiempo, era totalmente imposible llevar a cabo una proeza de aquel género.”  

Una vez terminada con éxito su instalación, Koichi recibe el aplauso clamoroso de toda la tripulación.  

“Estaba moviendo el brazo del robot muy despacio porque el Z1 Truss pesa casi 18.000 libras y necesitábamos alinearlo con mucha precisión al módulo UNITY. Todos me daban ánimos y alguien gritó: ‘eres un gran tipo’. Fue un momento maravilloso”, agrega Wakata.  

Los astronautas Leroy Chiao y Bill McArthur (conocido como “BillyMac”) se preparan para su primer paseo de trabajo por el espacio. Vemos como otro equipo compuesto por Jeff Wisoff y Miguel López-Alegría (conocido como “L.A.”) les conducen hacia la esclusa neumática. Chiao y BillyMac empujan manualmente la antena de comunicaciones de la Estación para situarla en su lugar.  

Otras tareas que observamos: cables que están siendo emplazados para hacer la instalación eléctrica para cuando llegue el laboratorio del DESTINY; Chiao instalando una caja de herramientas de alta tecnología para futuras tareas; todo ello con la colaboración de Wakata.  

“Cada día emplazaba el brazo robótico para su funcionamiento y colocaba a una persona del equipo de “paseantes” en un extremo, a fin de que lo situara en el sitio preciso para efectuar las tareas propias de los “paseantes”, explica.  

(Mientras completaba su tarea en el exterior de la Estación, Chiao pudo comprobar que su temor a morir estaba “a prueba de bomba”).  

Más adelante vemos a L.A. y a Jeff en el exterior de la Estación comprobando su kit personal de salvamento, conocido como SAFER (y que habíamos visto anteriormente en el Johnson Virtual Reality Lab.). Con Jeff aposentado en un extremo del brazo de la Estación y L.A. atado a la estructura mediante un cable delgado, el test de “vuelo” se da por terminado con éxito total. L.A. alega que se siente como “un satélite humano que gira alrededor de la Tierra a 7.616 mts por segundo. Una experiencia realmente increíble.”  

La misión está terminada y el DISCOVERY se va, dejando 3 componentes unidos, que son los que hasta el momento, constituyen la Estación Espacial (ZVESDA o vivienda, ZARYA o almacén y el nódulo Z1 Truss y UNITY, a donde irá unido el próximo material que llegue). La Estación está lista para albergar a sus inquilinos.  

Los primeros habitantes de la Estación, conocidos como tripulación Expedición-1, van a salir desde el Cosmódromo Baikonur, la plataforma rusa, situada en un desierto de Kazakhstan. Hace 40 años, en este mismo lugar, Yuri Gagarin, el primer hombre que fue a la Luna, se disponía a efectuar su salida y ahora lo hacían dos de sus compatriotas, Yuri Gidzenko y Sergei Krikalev junto con el comandante Bill Shepherd (Navy S.E.A.L.) para ser los primeros humanos abordo de la Estación Espacial. 

Shep ha traido a su mujer, Beth (que es la preparadora física de los astronautas) a la plataforma de lanzamiento rusa. 

Dice Beth: “Tuve suerte porque gracias a mi cargo de preparadora física he podido venir; las famílias rusas, en cambio, han tenido que quedarse todas en casa.” 

Entre las actividades de atender a la prensa y las preparaciones de ultimo momento, Shep y su mujer encuentran tiempo para pasear por los jardines del recinto. 

Beth agrega: “Cuando Shep y yo nos paseabamos por aquella arboleda, que tiene mucha historia, me costaba creer que si estábamos aquí era porque había estado trabajando con tanto ahínco y que finalmente podíamos estar juntos, pensando en toda aquella gente que había ido y venido y que este hombre que estaba a mi lado –mi marido-, iba a formar parte de aquel histórico episodio. Algo muy especial para los dos.” 

Beth sabe que no va a ver a su marido durante algún tiempo (la Expedición-1 va a durar más de cuatro meses). Dice Beth: “la Estación Espacial Internacional nos enseña que somos capaces de ir a otros planetas y de explorar otras formas de vida fuera de la Tierra. Lo encuentro realmente excitante y me encantaría unirme a ellos.” 

La Expedición-1 se dispone a dirigirse a la Estación a bordo de un cohete Soyuz, que hace las veces de taller del programa espacial ruso. Apenas si existe lugar para los 3 miembros de la tripulación y su equipaje en una cápsula del tamaño de un Volkswagen Beetle. El viaje durará dos días y, por otra parte, cuesta creer que desde aquí se han lanzado 406 misiles. 

A diferencia de un lanzamiento norteamericano, la plataforma de aquí está repleta de gente que ha acudido a despedirles además de los medios de cumunicación. Shep está aturdido.  

Dice Bill: “no esperaba estar aquí, en un día nublado como este, rodeado de cientos de personas, porque en Norteamerica sería inaudito. Este contacto tan íntimo con la familia y los amigos que están aquí, en los momentos más cruciales antes de salir volando.... es muy excitante.”  

Beth agrega: “después de cuatro años y medio de ir y venir, poder verle hoy, día del lanzamiento, hace que todo haya valido la pena y el esfuerzo. ¡Está tan contento!”  

Dice Shepherd acerca del Soyuz: “es bastante incómodo estar sentado con la barbilla clavada en las rodillas durante cuatro horas, pero también hay que decir que el Soyuz es muy fiable y que en un mal día, te puede llevar y traer sin ningún problema. Una cosa va por la otra.”  

Se efectúa el lanzamiento sin ningún contratiempo.  

Dice el comandante: “el mayor riesgo es salir de la atmósfera de la Tierra hacia una órbita segura. Cuando te acercas al fin del vuelo con motor y estás flotando por la órbita, te relajas y notas lo contento que estás por haberlo conseguido.”  

Después de un lanzamiento y un orbitaje satisfactorios, la tripulación alcanza la Estación aún sin saber con certidumbre qué va a encontrarse allí. No obstante, antes de iniciar la nueva tarea, se toman unos minutos para estirar las piernas y para ordenar los bártulos del viaje de dos días que acaban de realizar.  

Bill está asombrado de lo grande que es el espacio de la Estación comparado con el de la cápsula del Soyuz o el de los transbordadores norteamericanos y comenta: “cuando abrimos el nódulo y conseguimos utilizarlo, nos quedamos impresionados de su capacidad, acostumbrados como estábamos a las estrecheces del Soyuz o incluso de la lanzadera”.  

A menudo la tripulación debe efectuar una serie de ejercicios agotadores porque no ignora que su musculatura, bien trabajada en la Tierra, se debilitaría con rapidez en la zona de gravedad cero.  

El cosmonauta Sergei Krikalev mira por una de las dos ventanillas del ZVESDA y dice: “estamos acostumbrados a estudiar mapas que nos muestran paises bien delimitados por fronteras y sin embargo aquí, en el espacio, no hay barrera artificial que nos separe. Nos sentimos unidos a toda la humanidad de la Tierra”.  

Por lo que respecta a la sección “imprevistos”,  se observa que la unidad de aire acondicionado del ZVESDA no funciona como es debido y Shep y Sergei proceden a repararla no sin antes forcejear con todos los cables del suelo a fin de extraer el aparato y, a la sazón, poner en funcionamiento una unidad de repuesto. Más tarde, Shep se conecta por radio a fin de responder a las preguntas que realizan los escolares de todo el continente norteamericano.  

Mientrastanto, en la Tierra, en el Kennedy Space Center, se está instalando el laboratorio científico al área de carga del satélite ATLANTIS; se trata, quizá, del componente más importante del ISS (Estación Espacial Internacional) y es la última aportación a la estación DESTINY. Con la llegada del ATLANTIS es la primera vez que la tripulación de la Expedición-1 tiene compañía.  

(En su primera emisión radiofónica desde el DESTINY, uno de los astronautas visitantes observa que el ISS “se ve, se siente y huele muy bien... y que sin lugar a dudas el esfuerzo ha valido la pena... es un aparato muy hermoso.”) 

Además del laboratorio científico, el ATLANTIS transporta otros materiales, como por ejemplo ropa y agua. Más adelante, cuando el ATLANTIS esté mejor equipado que en la actualidad, podrá llevar a cabo actividades de investigación como por ejemplo, la búsqueda de nuevos medicamentos, de tratamientos para combatir el cáncer y materiales más avanzados para su posterior utilización en la Tierra. 

Su misión terminada, el ATLANTIS se retira; área de cargo vacía. 

Durante su misión (del 31 de octubre de 2000 hasta el 21 de marzo de 2001), Bill, Sergei y Yuri prosiguieron su labor a bordo de la Estación. Desde allí Bill llegó a organizar su regalo de Navidad para Beth que le aguardaba en casa: un nuevo perrito llamado “Captain”. 

“En algunas épocas, y sin duda alguna durante las vacaciones, podíamos comunicarnos con la familia y las amistades de la Tierra, ya fuera mediante correo elctrónico o por radio – y te dabas cuenta que te estabas perdiendo algunas cosas que te hubiera gustado mucho compartir”, dice. 

A medida que se acerca el día en que la primera tripulación residente habrá acabado su cometido, la Expedición 2 se prepara para la sustitución. Esta incluye a los astronautas norteamericanos Jim Voss y Susan Helms y al comandante ruso Yuri Usachev.  

Susan pasea por la playa cercana a la ubicación de la lanzadera DISCOVERY que les llevará a la ISS (Estación Espacial Internacional) y dice: “mientras paseo por aquí no pienso en nada; contemplo las olas y veo a los delfines; se que durante muchos meses no voy a poder hacerlo y se me antoja que este es el tipo de actividad que echaré de menos. Aún no he dejado la Tierra y ya empiezo a sentir cierta nostalgia.”  

Voss asiente: “el mar es muy hermoso, te das cuenta de la enormidad de la Tierra que por otra parte, no podremos gozar mientras estemos en la Estación Espacial.”  

Susan también habla de la misión que se le avecina: “supongo que cuando esté allá arriba tendré ganas de escribir a mi gente, cada noche, antes de acostarme y, mientras duermo, recibirán mis mensajes y me responderán. Es estupendo haberme preparado durante tres o cuatro años con Jim y Yuri porque nos hemos convertido en una especie de família... muy unida. Nos damos cuenta de nuestro estado de ánimo, de nuestros cambios de humor, hasta el punto de que cuando uno tiene dificultades y necesita estar solo, los demás lo captamos inmediatamente.”  

Dos días más tarde, el DISCOVERY aterriza en la Estación para desembarcar a la nueva tripulación residente y llevarse a los tres precedentes hacia la Tierra. Al igual que estos últimos, Voss está muy sorprendido por el tamaño de la Estación Espacial.  

Voss agrega: “esta Estación Espacial es mucho mayor de lo que había pensado, en realidad se me antoja enorme !Se puede volar entre 20 y 25 segundos para cubrir su longitud y ésto es mucho tiempo en el espacio!”  

La nueva tripulación no pierde tiempo y se pone manos a la obra para dedicarse a efectuar experimentos diversos en el laboratorio (entre ellos los referidos a estructuras moleculares, adherencias a cristales, germinación de semillas y crecimiento de plantas en condiciones de gravedad cero, efectos de exposición a radiación cósmica, etc.) En el caso concreto de la investigación de efectos en los humanos, expuestos a gravedad cero, a largo plazo, los astronautas instalan el Human Research Facility , un ordenador que registra y conserva todo tipo de datos sobre los cuerpos de los astronautas durante su permanencia en el espacio. Esta información vital permitirá en el futuro realizar exploraciones y viajes de mayor calado. Otros experimentos parecen apuntar hacia la posibilidad de mejorar la vida en la Tierra con nuevos instrumentos tales como los chips informáticos más veloces y los metales más ligeros pero más resistentes.  

Shep, el comandante saliente, da las últimas instrucciones a Yuri y observa: “el hecho de intercambiar este cometido espacial un norteamericano y un ruso, significa un hecho histórico para mí, una buena muestra de lo que los humanos pueden llegar a conseguir.”  

Así las cosas, los miembros de la Expedición 1, montan en el DISCOVERY rumbo a su hogar. Los de la Expedición 2, prosiguen con sus experimentos y otras tareas domésticas (como por ejemplo, almacenar el agua) e incluso les sobra algo de tiempo para decorar sus aposentos.  

Voss se explica: “un día, Yuri descubrió que una cebolla había germinado y le salía un rabillo, que colocó en una bolsa de plástico y envolvió en una toallita. La planta prosperó, echó raíces y, aunque no nos la comimos, fue muy agradable tener una planta verde y ver como iba creciendo. Por su parte, los fines de semana, Susan se entretenía con el experimento MACE, que consistía en contemplar la dinámica de una nave espacial... donde se mide la respuesta de todo un sistema de giroscopios y se controlan los mecanismos de su movimiento con unas barras largas provista de masa en sus extremos.”  

El transbordador espacial ENDEAVOUR aterriza en la isla Honshu, Japón, cargado con un contenedor especial, el RAFFAELLO; se trata de un vehículo de alta tecnología, de los tres iguales existentes, construido por la Agencia Espacial Italiana. Los astronautas en el interior de la lanzadera son de tres nacionalidades distintas: el canadiense Chris Hadfield, Yuri Lonchakov, nacido en Kazakhstan y el romano Umberto Guidoni.  

Guidoni apunta: “el hecho de trabajar en el espacio nos une mucho a todos. Son muchos los paises que colaboran en la construcción de la Estación Espacial y ello significa la unidad de culturas e historias diversas... de un modo u otro esto nos hace cambiar un poco a cada uno.”

Hadfield comenta: “no se trata únicamente de un lugar para vivir una aventura, sino que es también agradable, motivador e interesante. Me encantaría poder pasar una parte de mi vida aquí. Me chocó comprobar que el equipo que vive aquí tratara este lugar como si fuera algo separado de la Tierra; para ellos, lo es. Son como una pequeña entidad, un equipo compacto en su propio pequeño mundo. Me parece interesante que los humanos tengan la oportunidad de empezar a comprender que, una vez separados de su madre, se convierten en seres cada vez más singulares, más separados del resto y en ruta hacia el universo.”

Después de la partida del ENDEAVOUR, la tripulación se enfrasca en una actividad complicada: la de enfundarse los trajes espaciales y, acto seguido, montar en su vehículo de escape, el taxi Soyuz, para volar alrededor de la Estación.  

Advierte Jim: “ si en caso de emergencia tuviéramos que abandonar la Estación Espacial a bordo del Soyuz, nos enfundaríamos los trajes rusos. Toda su parte delantera es como un gran agujero por el que nos metemos en su interior. Allí encontramos el material necesario que recogemos mediante dos bandas de goma elástica y que permiten sellar el traje para que aguante la presión. Cuando estás ahí dentro metido y tienes que dirigirte al Soyuz, debes pasar por una compuerta bastante pequeña que debes abrir, deslizarte hacia el asiento central y cerrar la compuerta; sólo entonces puedes acomodarte, mediante flotación, en uno de los asientos laterales. De este modo, disponemos de dos compuertas que nos separan del espacio y si una sufriera un escape, nos quedaría la segunda como medida de protección.”  

La antena rotativa del Soyuz podría dañar seriamente el hogar de los astronautas; así pues se disponen a salir y a apartarse con mucha cautela.

Y ahí la tenemos, ¡la casa en el espacio!  

El astronauta Voss comenta: “volar en una nave espacial dentro de otra es una experiencia inaudita.”  

Hasta la fecha, los paseos espaciales debían efectuarse mediante salida por un transbordador previamente emplazado a estos efectos; esta situación ha cambiado con la llegada a la Estación de la esclusa de aire y de la instalación del resistente brazo separable que permite ser accionado en ambos extremos y realizar un paseo por el exterior (gracias a la colaboración del equipo canadiense). El novedoso brazo forma parte integral de la instalación de la esclusa o “puerta principal” de la Estación.  

El astronauta Voss lo explica así: “la esclusa de aire adosada es, básicamente, como una habitación que utilizamos para entrar y salir, como si se tratase de un porche emplazado en la Estación Espacial, cuya función es la de permitirnos pasear desde allí hacia el espacio cuando no disponemos de la lanzadera. Es como un operador de grua normal y corriente y controlamos su funcionamiento mediante dos controles manuales. Para visualizar nuestras operaciones mientras manipulamos el brazo nos servimos de las  cámaras montadas en el exterior del brazo. Lo que más me asombra es saber que hemos sido capaces  de construir todo ésto en diferentes paises aún cuando distábamos miles de kilómetros unos de otros, además de utilizar sistemas distintos y, no obstante los hemos montado en el espacio  y logrado que funcionen.”  

Instalación lograda, esclusa terminada y puerta interior adicional colocada... se puede decir que la construcción del hogar espacial autosuficiente ha llegado a su fin.  

En años venideros (se espera que la ISS dure 15 años) tanto la Estación como su familia crecerán gracias a nuevas aportaciones europeas y japonesas.  

Hasta la fecha sólo han sido posibles unas pocas horas de investigación en el espacio, pero a partir de ahora se multiplicarán infinitamente y permitirán que se abran nuevas puertas para la consecución de otros descubrimientos. !Sólo el futuro sabe qué nos depara...!  

Contemplamos a Susan Helms, ensoñada con su nueva familia de camaradas en su hogar espacial, y abandonamos esta magnífica estructura que prosigue su trayectoria orbital a 352 km sobre la Tierra.  

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