LA LEISHMANIOSIS CANINA

LA LEISHMANIOSIS CANINA 

La Leishmaniosis canina conocida vulgarmente como “la enfermedad del mosquito”es  producida por un protozoo del género Leishmania que es transmitido por un mosquito llamado Phlebotumus. Esta enfermedad está muy extendida en nuestro pais.

El perro contrae la enfermedad cuando es picado por un mosquito infectado. Nunca por contacto  directo con animales enfermos. Tampoco se contagia a las personas por esta vía.

Se dan casos aislados de esta enfermedad en personas inmunodeprimidas, ancianos o niños  pequeños  con mal funcionamiento de su sistema inmunitario. Tambien se ha dado algún caso en gatos.

La mayoría de los contagios se producen en los meses de verano, que es cuando más pican estos mosquitos, y sobretodo al amanecer y al anochecer.

No existe ninguna vacuna en el mercado para proteger a nuestros perros. Algunas medidas preventivas que podemos aplicar son:

–         Evitar pasear a los perros al amanecer y anochecer en los meses de mayor riesgo.

–         Colocar en las ventanas telas mosquiteras.

–         Hay en el mercado diferentes productos que actúan como repelentes de mosquitos a base de insecticidas, aceites esenciales(citronella, geranio, lavanda, arbol del neem), ultrasonidos, etc…

–         Poner dentro de las viviendas artefactos repelentes de mosquitos.

Estas medidas de protección frente a la picadura de los mosquitos no son efectivas 100% .

El periodo de incubación de esta enfermedad es variable. Desde el momento en que el animal es infectado por un mosquito hasta que empieza a manifestar síntomas clínicos pueden pasar desde algunos meses a varios años, dependiendo de cómo se encuentre el Sistema Inmunitario del animal.

La enfermedad se puede manifestar bajo  2 formas:

-Forma visceral: la más grave. El parásito afecta a órganos  vitales como el hígado, el bazo o el riñón. Muchos de estos perros mueren por insuficiencia hepática y/o renal grave.

-Forma cutánea: la más benigna. El perro presenta lesiones en la piel como caida de pelo, formación de escamas, seborrea, úlceras que no cicatrizan, etc…

Otros síntomas que pueden hacernos sospechar de la enfermedad son:

-adelgazamiento.   -falta de apetito.    -fiebre.   -alteraciones digestivas: vómitos, diarrea, etc…

-cojeras, debilidad muscular.   -epistaxis.   -aumento de tamaño de los ganglios linfáticos.

-espleno-hepatomegalia (aumento de tamaño de bazo y/o hígado).   -excesivo crecimiento de las uñas.

Como no existe un tratamiento preventivo eficaz, sería recomendable efectuar a nuestros perros un test para detectar esta enfermedad al menos 2 veces al año ( en otoño y en primavera).

Si el perro es positivo y no tiene afectado el hígado y el riñon el pronóstico es favorable y debería someterse a un tratamiento médico para mantener la enfermedad bajo control. El hecho de tener un animal enfermo sin tratamiento supone un riesgo de contagio para los demás animales ya que actúa como reservorio de la enfermedad.

El pronóstico es menos favorable si siendo positivo presenta además una insuficiencia renal.

Los perros afectados deben ser sometidos a analíticas periódicas para evaluar su estado de salud.

Puesto que en el desarrollo de esta enfermedad juega un importante papel el SISTEMA INMUNITARIO, podemos potenciar éste de diferentes maneras como por ejemplo: cambiando la alimentación, con acupuntura, homeopatía, fitoterapia, algunos hongos chinos, etc…La utilización de estas técnicas complementarias junto con el tratamiento médico habitual ayuda a obtener unos mejores resultados terapéuticos en esa enfermedad.

Cristina Delgado Pascual.  Veterinaria coleg 2964

Centro veterinario Palomeras  C/Santa Cruz de Retamar 18. Madrid.

[email protected]  infoplus.qdq.com/palomeras

Leishmania – Todo lo que Debes Saber sobre esta Enfermedad