Siempre nos quedará Les Grands Buffets de Narbonne

Por Ferran Martínez-Aira

El tiranovirus se llevará el ‘buffet’ y traerá la recepción digital a los hoteles. Estos son algunos cambios con los que los establecimientos intentan adaptarse a la situación creada por la Covid-19, algunos de los cuales han llegado para quedarse, mientras que otros son provisionales hasta que se controle el virus.

Uno de los grandes damnificados por el coronavirus va a ser el ‘buffet’ de los hoteles, ya que no sería agradable ni recomendable ver a gente pululando delante de la comida, aunque lleven mascarilla y guantes.

Volveremos al desayuno continental, así como a un importante aumento de las comidas en las habitaciones, donde el cliente estará más tranquilo y sin contacto con nadie.

A la vez, habrá que optar por procesos más simples a la hora de elaborar los almuerzos y dejar de lado la moderna cocina de fusión, que requiere muchos pasos de elaboración, y volver a la comida tradicional, aunque sea provisionalmente, ya que en cuanto volvamos a tener una situación sanitaria adecuada, el ‘buffet’ se restablecerá como otros servicios reinventados a la fuerza temporalmente.

Otra de las novedades tras la pandemia será la recepción de los hoteles, que se digitalizará y, en muchos casos, hará innecesario el mostrador físico de toda la vida. Ya hay aplicaciones móviles que permiten hacer el ‘check-in’ a distancia, de tal manera que cuando el cliente llega al hotel ya está registrado y con la habitación asignada.

Con solo acercar el móvil, que contendrá la tarjeta digital del hotel, el turista no necesitará tocar ningún botón en el ascensor ni tampoco en la puerta de la habitación, siempre y cuando todo esté adaptado al sistema. Incluso hay aplicaciones que permiten hacer el pedido y el pago en el restaurante del hotel sin que venga ningún camarero y solo se establezca una cierta cercanía a la hora de traer la comida.

En China todo el mundo lleva en su móvil una especie de código de barras, que te dice si puedes entrar o no en los establecimientos o tienes que quedarte en casa, aunque este tipo de control es más difícil de establecer en países como el nuestro.

De cara a los estándares del limpieza de los hoteles españoles no tienen nada que envidiar a los de ningún país del mundo, a la hora de reabrir los establecimientos se aplicarán protocolos de limpieza especiales, como la utilización de material de un solo uso o de productos para eliminar bacterias.

Además, las sábanas que se reciben de las lavanderías industriales, en lugar de venir en paquetes de 50, deberán venir en juegos individuales plastificados y todos los establecimientos dispondrán de mascarillas, hidrogel y guantes, además los directivos exigirán seguridad extrema a sus proveedores.

Sin embargo, se espera que a finales de la temporada estival, si el virus está controlado, empiece a haber cierta normalidad en el sector. Los hoteles apostarán de nuevo por el buffet, especialmente en el desayuno, mientras que nuestro buen amigo Louis Privat, director desde 1989 de Les Grands Buffets de Narbonne, uno de los mejores  palacios-buffets  del planeta, se reinventará para recibir a los 800 clientes diarios en su faraónica mansión gastronómica, con comedor estival diseñado por Catherine Deneuve y donde por menos de 40 euros los carpantas de los cinco continentes se dan un homenaje de los que hacen época. Ver para creer y a dos horas en AVE desde Barcelona.

Algunos de los cambios que ha traído el coronavirus han venido para quedarse, pero otros muchos se irán diluyendo a medida que se controle el virus, exista una vacuna o las restricciones sanitarias se levanten. En cualquier caso siempre nos quedará Les Grands Buffetts, respetando “oh la la” la normativa impuesta por el Gobierno Macron.