Lanzarote, la isla volcánica diseñada por César Manrique

Lanzarote, la isla volcánica diseñada por César Manrique

By Enric Ribera Gabandé

Desde el volcán de la Corona se divisa los Jameos del Agua, diseño del maestro, una conducción de lava subterránea que moldeó el espacio

 La isla de Lanzarote no sería la misma sin César Manrique. A pesar de que los volcanes crearon la orografía y el paisaje, Manrique le dio sentido estético y urbanístico, redondeando espacios naturales con su mágica sabiduría que poseía en arte.

Manrique ha sido alabado y discutido al mismo tiempo, pero nadie discute que Lanzarote es una isla diseñada a través de su ingenio e inteligencia. En Guatiza, en el Jardín de Cactus, emerge una de sus muchas obras, donde reza: “Bajo el gobierno de Manrique, Lanzarote es una isla de diseño, de anidada arquitectura, acorde con la tierra volcánica y conjugando el negro del suelo con el blanco de las paredes y el verde de las ventanas y paredes”.

Desde el volcán de la Corona se divisa los Jameos del Agua, diseño del maestro. Una conducción de lava subterránea moldeó este espacio para desembocar en el mar, petrificándose las piedras desde la Cueva de los Verdes y hasta las aguas del Atlántico.

El nombre de los Jameos del Agua viene dado por unos cangrejos ciegos que viven en las aguas del interior de la cueva. A pocos kilómetros de los Jameos del Agua se ubica el Mirador del Río desde donde se divisa la inmensidad del océano y la isla de la Graciosa.

El Parque Nacional de Timanfaya National Park está protegido por su singularidad, por su gran valor orográfico, por la belleza que entraña, y por el diseño volcánico abstracto que representan las piedras y la lava secada en la superficie. El parque de Timanfaya National Park  agrupa a unas 5.000 hectáreas desde el año 1974. Su volcán estuvo en erupción por última vez entre 1730 y 1736, aunque en 1824 se registró una pequeña actividad.

La flora y fauna del Parque Nacional de Timanfaya tiene como exponentes a la paloma Bisbita, al Caminero y al Cabuachullo trompetoso (fauna), al Salucho blanco, y la Calcosa (flora).

Pájara, las mejores playas del Atlántico

Pájara (Fuerteventura) presume, y con razón, de tener las mejores playas del Atlántico, playas de arena finísima, negra y blanca, descontaminadas y seguras, para el disfrute de la gente.

Fuerteventura es también turismo rural, con unas 1.000 camas censadas en este segmento, y por supuesto, turismo de estancia prolongada con un parque total de 70.000 camas, de las cuales el 60% son plazas hoteleras, y un 40%  son apartamentos.

Oliva luce con orgullo los encantos que brinda una bella isla, tranquila y plástica, donde su patrona, Nuestra Señora de la Candelaria, preside desde el siglo XVIII un altar barroco de estilo canario, y la casa de los Coroneles, que fue en este siglo el centro económico, social y militar, el cual perteneció a la familia Cabrera Betancourt. Es una de las piezas arquitectónicas más emblemáticas de la isla. Este lugar ahora es un centro de arte, y en su interior se localiza un amplio patio canario construido en madera.

Islote de Lobos

El Islote de Lobos brinda a los visitantes la posibilidad de hacer un tour caminando a lo largo de unas dos horas de duración, observando desde la distancia el Parque Nacional Isla de Lobos, lugar donde no está permitido el acceso, ya que en él se encuentra la Pardela, ave protegida y en peligro de extinción.

Foto Nº 1,- Los Jameos del agua, Lanzarote. Fotos Nº2,- Timanfaya National Park.  

Foto Nº3,- Playa de arena negra, de Fuerteventura.   Foto Nº 4,-  Islote de Lobos, Fuerteventura.