SONETO


      SAN VALENTIN    

S O N E T O

Estoy perdidamente enamorado de una mujer tan bella como ingrata; mi corazón otra pasión no acata y mis ojos su imagen han plasmado.

Si escudriño en mi pecho, triste creo que otra hermosa me diera sólo enojos y si sereno miro, ante mis ojos su figura gentil tan sólo veo.

Con voz trémula le dije mi cariño; y sarcástica y cruel exclamó: «¡Niño, conoces el amor sólo de nombre!»

Y desde entonces sufro lo indecible… ¿Por qué, amada mujer, crees imposible en un cuerpo de niño un alma de hombre?

Miguel Hernández