Cuidado con lo que comes: aprende a interpretar las fechas de caducidad de los alimentos

Aprender a interpretar las fechas de caducidad y de consumo preferente de los alimentos es determinante para hacer compras más inteligentes y, adicionalmente, reducir el desperdicio de alimentos, lo que tiene un impacto tanto para nuestras finanzas como también para el medio ambiente. 

En general, la fecha de caducidad hace referencia a que, después de la misma, el producto no debe ser consumido porque, sencillamente, no es apto. Sin embargo, cuando se trata de fechas preferentes, hace referencia al momento en que la calidad de un producto comienza a deteriorarse, pero el consumo del mismo continúa siendo apto. Un buen ejemplo de ello es que, el aceite de oliva caducado se puede consumir porque se trata de un producto con fecha de consumo preferente, pero no con caducidad. 

¿Qué dice la ley sobre las fechas de caducidad en alimentos?

Tal como lo hemos mencionado, los conceptos de fecha de caducidad y de consumo preferente son distintos. Por eso, resulta tan necesario saber el significado de cada término cuando vamos a elegir ciertos productos o alimentos.  Aquellos con fecha de caducidad hacen referencia a la fecha límite para su consumo porque después de ello no son aptos y pueden afectar la salud del consumidor.

Por otro lado, los alimentos con fechas preferentes son un poco más flexibles porque hace referencia a una recomendación, pero en caso de consumir el alimento después de esa fecha, no afectará la salud en ningún momento. Entonces, ¿para qué la fecha de consumo preferente? Porque después de esa fecha el alimento comienza a perder propiedades y calidad general, pero siempre y cuando sea correctamente almacenado, no debe suponer ningún peligro para la salud. 

En tal sentido, la ley aclara en detalle todo lo concerniente a la fecha de caducidad de productos y alimentos. En el Real Decreto 1334/1999, se dictamina que cualquier producto de carácter alimentario debe ser específico con “fecha de duración mínima o fecha de caducidad”.   

La fecha de caducidad es la fecha límite, mientras que la fecha preferente hace referencia a la fecha recomendada. Conocer esta diferencia es clave para que el consumidor no tenga confusión entre lo que es o no comestible. De allí que, en los alimentos de mayor duración se encuentren fechas preferentes. 

¿Qué alimentos suelen tener fecha de caducidad y cuáles fechas de consumo preferente?

Por lo general, la fecha de caducidad está bien marcada en productos que son perecederos, tales como la carne, el pescado, etc. Mientras que, en el caso de tratarse de productos congelados, debe indicar claramente la fecha de congelación. 

Por otro lado, en lo que respecta a las fechas preferentes, generalmente hace referencia a alimentos como el arroz, la pasta, enlatados, aceite de oliva, aceite vegetal, chocolates. En estos casos, consumirlos después de esa fecha no supondrá ningún peligro para la salud, pero es posible que la textura, sabor y calidad general del alimento comience a reducirse. 

En el caso de que se trate de un producto perecedero y, por tanto, incluya una fecha de caducidad, es importante respetar dicha fecha porque de lo contrario podemos arriesgarnos a sufrir una intoxicación alimentaria, incluso cuando el alimento sea cocinado a altas temperaturas. No hay forma de saber, después de esa fecha, si el alimento es inocuo y seguro. 

En el caso del aceite de oliva, como comentamos anteriormente, se trata de un alimento con fecha de preferencia y no de caducidad, por lo que se puede consumir con total seguridad después de la fecha indicada. Por supuesto, para aumentar la calidad del producto, es importante almacenarlo en un lugar seco y a la sombra, además de siempre taparlo correctamente. Más allá de la fecha de caducidad o de preferencia, es importante seguir las indicaciones de cada alimento para garantizar la conservación de los mismos. Algunos requieren ser refrigerados, otros congelados y otros, simplemente, ser almacenados a temperatura ambiente en espacios secos y en donde no reciban los rayos del sol de forma directa. El proceso adecuado de conservación y el conocimiento de la diferencia entre caducidad y fechas preferentes son determinantes para reducir el desperdicio de los alimentos.