LOS SEIS SÍNTOMAS DEL CHANTAJE EMOCIONAL

LOS SEIS SÍNTOMAS DEL CHANTAJE EMOCIONAL

1. EXIGENCIA: Jim quiere algo de Elena. Sugiere que, dado que la relación entre ambos es tan estrecha y que comparten gran parte del día, lo más lógico sería irse a vivir juntos. 

«Prácticamente ya estoy viviendo en tu casa- le dice Jim a Elena-. Lo único que nos falta es oficializar esta situación». Agrega que, dado que el departamento de Elena es muy amplio y que, de todos modos, la mitad de sus pertenencias ya están allí, la transición sería muy simple.

Hay ocasiones en que los chantajistas no expresan con tanta claridad o que quieren, sino que tratan de que el otro lo adivine. Jim, por ejemplo, habría podido plantear su deseo en forma indirecta: mostrarse resentido en ocasión del casamiento de un amigo y decir, después de haberle preguntado a Elena, con insistencia, qué le pasaba: 
«Quisiera poder compartir más tiempo contigo; a veces me siento tan sólo…», para agregar, finalmente, que le gustaría irse a vivir con ella.

A primera vista, la sugerencia de Jim parece nacida de un profundo amor y no tiene las connotaciones de una demanda.
Pero pronto resulta evidente que está decidido a obtener lo que quiere y que no piensa discutir el tema o cambiar de idea.

2. RESISTENCIA: A Elena,

la idea de que Jim se mude a su casa la molesta, y expresa ese sentimiento diciéndole que no está preparada para ese cambio fundamental en la relación. Lo quiere mucho, pero, por ahora, quisiera que él tuviese su propia vivienda.

Si Elena fuera una persona menos franca y directa, su oposición podría llegar a expresarse de otra manera. Quizás se distanciara de Jim, mostrándose menos afectuosa, o diciéndole que ha decidido pintar su departamento y que él tendrá que llevarse sus cosas hasta que haya terminado con los trabajos. Por el contrario, expresa su resistencia sin ambigüedades y el mensaje queda clara. La respuesta es «no».
3. PRESIÓN: Cuando Jim se da cuenta de que Elena no reacciona como él quiere, no hace el menor esfuerzo por entender los sentimientos de ella sino que, por el contrario, la presiona para que cambie de idea. Aal principio actúa como si estuviera dispuesto a discutir el tema, pero esa discusión se convierte en un monólogo que tiene el tono de un sermón. Transforma la afirmación de Elena en una exposición de fallas de ella y plantea sus propios deseos y exigencias como algo sumamente positivo. «Solo quiero lo mejor para los dos. Quiero darte más cosas. Cuando dos personas se aman, deberían desear compartir su vida cotidiana. ¿O es que no quieres compartir tu vida conmigo? Si no fueras tan egocéntrica, podrías abrirte más a las cosas buenas de la vida».

De inmediato pasa a una actitud más seductora y pregunta: «¡Es que ya no me amas lo suficiente como para tenerme siempre a tu lado?. Otro chantajista podría incrementar la presión insistiendo

con vehemencia en que, al vivir juntos, el vínculo entre ambos se estrechará y la relación mejorará aún. Sea cual fuere el estilo utilizado, la presión termina por aparecer, por más que se la disfrace con expresiones benévolas tales como, por ejemplo, las de Jim al manifestar cuánto le duele la renuencia de Elena.

4. AMENAZAS: Al ver que sus deseos chocan contra una pared, Jim hace saber a Elena que, si ella no cede a su pedido, sufrirá las consecuencias de su negativa. El chantajista puede amenazar con causar dolor o desdicha. Podrá decirnos cuánto lo estamos haciendo sufrir. Podrá tratar de conquistarnos con promesas relativas a todo lo que nos dará o cuánto nos amará si hacemos lo que nos pide. Jim presiona a Elena con amenazas veladas: «Si no eres capaz de asumir este tipo de compromiso, después de todo lo que compartimos y significamos el uno para el otro, quizás sea mejor que empecemos a tratar de conocer a ora gente». No amenaza directamente con romper la relación, pero a Elena le resulta imposible ignorar lo que sus palabras implican.

5.OBEDIENCIA: Elena no quiere perder a Jim y se dice a sí misma que tal vez sea un error de su parte decirle que no quiere que vaya a vivir con ella, a pesar de que la idea de una convivencia le sigue resultando incómoda. Ha analizado sus reparos de disuadirla. Algunos meses más tarde, Elena depone su resistencia y Jim se muda a su casa.

6. REITERACIÓN: Al triunfo de Jim sigue un período de paz y serenidad. Ahora que ha conseguido lo que quería, aflija la presión y la relación parece estabilizarse. Elena sigue incómoda con la situación generada, pero también siente una gran alivio al haberse librado de la presión y

recuperado el amor y la aprobación de Jim. Éste, por su parte, ha comprobado que presionar a Elena y hacer que ella se sienta culpable es una receta infalible para obtener lo que se le ocurra. Y Elena se ha dado cuenta de que la forma más rápida de cortar con la tácticas de presión de Jim es ceder a sus deseos. De esta manera, ha quedado establecida la base para un esquema reiterativo de exigencias, presiones y capitulaciones.

Estas seis características constituyen el núcleo del síndrome del chantaje emocional.