LɘICO : ORIGEN DE LA PALABRA FERIA

La palabra es latina (feria, feriae; pero se usaba en plural: feriae, feriarum). Se serv�� de ella los romanos para designar las fiestas y el descanso. No se trataba del descanso del trabajo, puesto que eran los esclavos quienes trabajaban, y no se instituyeron para ellos las ferias, sino que se refer��a la cesaci�n de toda actividad civil para vacar al culto religioso (vacare diis) y a los festejos que lo acompa�aban.

Por eso llamaban custodire ferias a �guardar las fiestas�, porque efectivamente hab���fiestas de guardar�. De todos modos se extendi� su significado a toda clase fiestas y �vacaciones� (entrecomillo porque se trata de un concepto que no conocieron los romanos tal como lo usamos nosotros). Parece que el alemᮠasumi� plenamente en su l鸩co esta vinculaci�n de las ferias a las fiestas religiosas, puesto que adem᳠de Markt (preferiblemente Jahrmarkt =mercado anual) a la feria la llaman Messe, es decir Misa. Nada tiene esto de extra�o, a poco que conozcamos la s�lida imbricaci�n que tuvieron siempre los grandes mercados (ferias propiamente) y las fiestas religiosas.

Los mercaderes, sin distinci�n de religiones, se apostaban con sus mercanc�� a la salida de los templos, aprovechando no s�lo la aglomeraci�n, sino tambi鮠el aire festivo y la euforia religiosa, que disponen el ᮩmo al gasto.

Al ir tan unidos el vacar para los actos religiosos y el mercadeo, pas� la significaci�n del nombre tambi鮠a este �ltimo. As��e desarroll� ya en lat��el verbo feriari, con los significados que tiene nuestro feriar: comprar y vender en la feria, trocar o permutar, y se extendi� a dar propinas y regalar. Sin perder por ello el significado festivo, que sigue conservando curiosamente tanto en el verbo como en el adjetivo feriado, que significa �inhᢩl para los tribunales� (luego fue para cualquier trabajo). Recordemos de paso que estos d�� antes de llamarse feriados en el calendario romano se llamaban nefastos; y eran llamados as��orque deb�� ser ocupados en el culto a los respectivos dioses. Cultos a los que luego se llam� ferias. Precisamente por la abundancia de d�� feriados que ten��el calendario forense, fue necesario editar para los abogados, ya desde muy antiguo, un calendario especial al que llamaban di�til, porque en 鬠se se�alaban los d�� �tiles (es decir los no feriados) para actuar ante los tribunales.

M᳠a�n, cuando ya en los primeros tiempos del cristianismo, entendieron la gente de letras que era impropio nombrar los d�� de la semana con los nombres paganos de los dioses-astros, decidieron que exceptuados el dies Saturni, que ya tra��el nombre de Sᢡdo desde el juda��o, y el dies Solis, el d��del Sol, que pasar��a ser el Dies Dom��cus (propiamente Dom��ca) = Domingo, e impl��tamente la Feria Prima, es decir la primera fiesta lit�rgica dedicada al culto, los dem᳠d�� de la semana se llamar�� tambi鮍 ferias. El lunes, feria secunda; el martes, feria tertia; el mi鲣oles, feria quarta; el jueves, feria quinta, y el viernes feria sexta. Es decir que para la Iglesia todos los d�� son feriados para el Se�or, siendo el primero y principal de ellos el domingo. La �nica lengua a la que ha pasado esta denominaci�n de los d�� de la semana es el portugu鳮

Quedan, pues esas reliquias l鸩cas del antiguo significado religioso de las ferias. Por lo dem᳠el comercio se alz� con el santo y la limosna. Se qued� con el nombre de feria, manteniendo no obstante como marca de su anterior esplendor, el carᣴer de especial solemnidad. En efecto, si en alemᮠuno de los sin�nimos de feria es mercado anual, en nuestra lengua, de hecho la inmensa mayor�� de las ferias son anuales y coinciden con las fiestas patronales, viniendo a ser un elemento a�adido de las fiestas y celebraciones religiosas. No s�lo eso, sino que en muchos lugares el nombre de feria ocupa el lugar del de fiesta mayor. La variedad de estas ferias es muy considerable. Me ocupar頤e algunas de ellas en sucesivos art��los.