Inicio | Nacional - Internacional - Rural | Guías | Ocio | Hoteles | Restaurantes | Bodegas | Embutidos | Reportajes

GRECIA

NAVEGANDO ENTRE LAS ISLAS DEL MAR EGEO  

Cuenta una vieja leyenda, que Dios cuando creo la tierra, al descansar el domingo para contemplar la inmensidad de su obra, apoyo su mano en la costa gallega y entre los surcos de sus dedos surgieron las famosas rías gallegas.  

Si algo de cierto tienen esas afirmaciones, aunque de leyenda se trate, no queda menos cierto que, al igual que reza en una canción de Charles Aznavour:  Dios, al crear el mundo,  la tierra y el hombre creó un pequeño paraíso natural y dijo “…ahí queda eso…” El nombre de ese pequeño paraíso terrestre ha cambiado una y otra vez a través del tiempo y de la historia pero hoy,  por todos conocidos, se llama GRECIA.

Ante el encanto y la belleza del entorno, no es pues de extrañar que los Dioses paganos de la mitología labraran sus lares en esas idílicas islas griegas.    

Encantador litoral de las Islas  

Conocer Grecia, surcar las aguas templadas del mar Egeo, atracar en uno de los pequeños puertos, cuando no, algo alejado del muelle donde el traslado al embarcadero se realiza por medio de lanchas motoras, y visitar sus islas, es el postre, la guinda, de un  suculento almuerzo.  

Nuestra guapa y competente guía - Directora de la Oficina de Turismo de Grecia en Madrid.  

Un compañero de viaje y de redacción que ya había publicado su artículo, me pidió que, para no repetir (sic), escribiera sobre la “Grecia  Clásica”,  pero, honradamente: ¿podemos hacer una apología de la Grecia antigua, magna o clásica en un texto relativamente corto?… Pienso que no.

Henri Pirenne necesitó tres grandes tomos para escribir su trilogía sobre Egipto… (Según los entendidos, lo mejor que se ha escrito sobre Egipto y las dinastías egipcias). Agradecí en sumo grado su ofrecimiento,  pero le aseguré que mi relato sería muy distinto, aunque bien es cierto que algunos datos específicos,  por su interés cognoscitivo, caerían por su propio peso.   

Por lo general, el turista de todas las condiciones y de todas las edades pasa un poco de la historia, de la cuna civilizadora que fue Grecia, de los grandes pensadores o filósofos por más que, entre otras cosas,  todas las religiones partan de una inequívoca corriente filosófica. La república, la política, el siglo V y Perícles quedan como pura anécdota… Resulta pues lógico que el público en general no tiene por qué conocer todos los pormenores de los distintos países en sus primeros balbuceos. Sin embargo, tengo la más firme convicción que todo el mundo conoce, a través de sus interpretes, “Zorba el Griego” y  “Espartaco”…  

Por turismo entendemos que salimos del ambiente rutinario y vamos a conocer nuevas latitudes. ¿pero estas nuevas latitudes se limitan realmente a ver la torre Eiffel,  hacerse una foto al lado del Laoconte, La Piedad o el Coliseo o, mejor, enviar tarjetas a  parientes y  conocidos desde el Cairo o  Punta Cana?  

Para terminar esta pequeña exposición me remitiré a un artículo que escribió, hace dos o tres años, tal vez cuatro, en una revista de moda, nuestro periodista y mejor locutor,   Jose María Iñigo, y que titulaba con aplastante realismo: “ Turismo Integral”.  

El artículo era realmente interesante por cuanto tocaba unos puntos que el turista  no ve, no quiere ver, no aprecia o sencillamente no le interesa.

En Egipto tuve un claro ejemplo de ese desinterés: Un calor de plomo, una marcha por el arenoso Valle de los Reyes, una escalinata metálica, y arriba la entrada de la tumba de un Faraón. El hipogeo de Tutmosis III. A medio camino un tinglado con techo de lona y venta de agua fresca, Coca-Cola, refrescos etc…Los ocupantes de dos autocares se sentaron encima de piedras milenarias y, tan sólo dos personas terminamos el camino. Tal vez nosotros no teníamos calor… tal vez  las más de cien personas sentadas, cada una con su pareja lítica,  pensaban volver en breve…  

Desde estas líneas hago un llamamiento a todos los turistas, los verdaderos turistas, y sé que abundan, invitándoles a que capten los detalles, disfruten y aprecien las pequeñas cosas, a veces insignificantes pero interesantes, emotivas y casi siempre novedosas.  

Para mí este crucero por el Egeo era una cosa novedosa y por lo tanto desconocida. Un crucero no se parece en nada a otro tipo de navegación y menos a otro tipo de turismo. Tal vez un cierto parecido a los tres días de crucero por el Nilo. Sin embargo, al ser el decorado tan distinto, los muelles tan distintos, dos orillas en un sitio, mar abierto en el otro, tampoco existe comparación posible.  

 En el Nilo podías disfrutar de una constante actividad ribereña: barcas cruzando el río aprovechando el pequeño oleaje que provoca el barco al surcar las aguas del río, pescadores tamboreando los flancos de sus embarcaciones para atraer la atención de los peces, niños bañandose en aguas un tanto turbias, por mas que a esa parte del río se le llame “el Nilo Azul”, pájaros encima de ramas dejándose arrastrar por la corriente del río o, como colofón dos niños de muy corta edad siguiendo la estela de nuestra lancha en una barquichuela de apenas un metro y hecha con cuatro tablas: cantando, para recaudar fondos, “Alouette gentille Alouette” y  “Macarena..” en sus respectivos idiomas (unos linces esos pequeños egipcios), palmeras, camellos, vacas, completan un cuadro armonioso en consonancia con Egipto. A lo lejos, las doradas arenas del desierto mezcladas con un sol decadente enrojecen el cielo provocando un crepúsculo único en esa parte del planeta.  

Aquí, también observé la falta de interés de muchos turistas. El puente del barco estaba prácticamente desierto., el calor era sofocante. Los turistas preferían dormir una buena siesta en su camarote, con aire acondicionado al compás del suave ronroneo de los motores o relajarse en uno de los salones, tomando un vaso de cualquier cosa. Francamente, una pena, pues son experiencias, y más que nada vivencias y edades, que no se repiten…  

Nuestro crucero por las islas griegas tenía otro color, otro fundamento, otro enfoque     

¿mejor, peor? No, simplemente distinto. Conocer de cerca un país lleno de insospechado atractivo, lindando con países islámicos,  pero con religión distinta. Un país cercano al lugar dónde se perpetuó el cristianismo durante mil años después de la caída de Roma a manos de nuestro “compatriota” Alarico, a principios del siglo V.  Cerca también de la antigua Macedonia que vio nacer a Alejandro Magno, el más grande de los conquistadores de todos los tiempos, es de entrada un importante reclamo para cualquier persona a quien guste la historia, sienta curiosidad y vibraciones por lo desconocido, y aprecie en su justo valor lo que ha estudiado a lo largo de toda su juventud y cuyos conocimientos, hasta que lo palpa de cerca, se limitan a  los libros y gran profusión de láminas.  

Como quiera que, trastocando un poco los cánones del perfecto periodista, mis artículos, un tanto subjetivos y algo heterogéneos,  se centrarán siempre en vivencias, anécdotas, curiosidades, paralelismos, el imprescindible histórico, así como las costumbres del lugar visitado que es, a la postre, lo que interesa al turista medio actual; pues para profundizar, están los libros especializados;  pero luego, y en la medida de lo posible, siempre se impone la visita a esos sacros lugares…

Y como muestra un botón: casi nadie ha oído hablar de Knossos (Cnosos) y menos del Rey Minos, muchos conocen Creta pero, eso sí, todo el mundo conoce la Leyenda del Minotauro…En infinidad de ocasiones el conocimiento de lo real nos llega a través del mito y el conocimiento total de esa realidad es lo que podríamos llamar, salvando las distancias, un estado de relativo y limitado Nirvana personal.  

Minotauro o antecedentes del toro bravo en Grecia  

Nuestro recorrido de tres días se centraba principalmente en cinco o seis islas, y como se comenta más arriba empezaremos por la más impactante a primera vista.  

SANTORINI  

Una historia de más de 3000 años, una serie de invasiones, la explosión de un volcán y la fragmentación de las tierras, pueblos sepultados durante 3500 años bajo toneladas de cenizas vieron la luz a mediados del s.XX gracias al profesor Marinâtos que rescató, además, importante material arqueológico. El vacío que provocó una de las explosiones del volcán cuya actividad sigue vigente aún en nuestros días, provocó un tsunami (maremoto) que destruyó la vecina Creta minoica.

Todavía, son muchos los eruditos que sitúan en este lugar, la mítica Atlántida…  

Hoy la antigua Thira de los dorios es un enclave de águilas. Un pueblo colgado en un acantilado a trescientos metros sobre el nivel del mar. El puente del buque se llena de gente para vislumbrar, ya desde muy lejos, un espejismo, un pueblo blanco ¡y que pueblo!. Un pueblo que parece adormilado sobre abruptas paredes volcánicas. El encalado de sus casas ilumina prácticamente toda la parte alta de la isla. A medida que el barco se va acercando, el pueblo parece estar más alto y nos damos cuenta que los pequeños salientes del acantilado están aprovechados por los lugareños para mil quehaceres, incluidas casas,  balcones y terrazas que parecen estar ahí desafiando la ley de la gravedad en un arriesgado equilibrio.  

Como era de suponer no existe puerto, sólo un pequeño embarcadero dónde el barco no puede atracar por lo que pisamos tierras firme por medio de lanchas motoras que nos trasladan al mencionado embarcadero. Ahí, surge la polémica ¿como subir al soleado pueblo que vimos desde la lejanía?  Existen tres posibilidades: andando, subiendo los 580 escalones de pequeña altura,  tipo grandes baldosas, a lomo de mula, o en teleférico. Personalmente, no me seducía ninguna de las tres por razones obvias. (cansancio, peligro y… más peligro por cuanto el teleférico sube casi en vertical.) Sin embargo optamos por esta última versión por reunir en conjunto las mejores condiciones a primera vista, para ganar tiempo, (deformación agónica del ciudadano de grandes ciudades) y porque una decisión había que tomar.

 

Santorini, Teleférico hacia el vacío

Confieso que nunca había oído hablar de Santorini, nombre impuesto por los venecianos en el siglo XIII en honor a su patrona Santa Irene siendo este nombre una exaltación de paz y concordia entre pueblos vencedores y vencidos (en el Santoral Onomástico nos aclaran que el nombre de Irene es una exaltación  de la Paz auténtica – no la del sometido, sino la del aliado). Ya en Madrid, comenté el viaje con un amigo conocedor de la zona y, lo primero que me preguntó si había visto Santorini. Tras una breve charla cuyo tema central era Grecia, me di cuenta que él también interpretaba a la perfección lo que era ese turismo integral del que hablaba J.M.Ïñigo.  

La única ciudad que me impactó de la misma manera que Santorini es Marváo en el Alentejo portugués, aunque la vida abierta que tiene de cara al mar y el turismo, no la tiene la pequeña joya-bastión portuguesa… pero sí otros encantos.  

Otro de los grandes atractivos que posee Santorini aparte de sus vistas panorámicas, es el sinuoso trazado de sus calles delimitando cada baldosa con pintura blanca cuya visión de conjunto parece imitar un mosaico bizantino. Sus calles estrechas y sinuosas, (algunas con arcadas), siguen los suaves desniveles del terreno, y por todas partes abundan las cafeterías, las terrazas, las banderas griegas, las tiendas de souvenirs, no faltando por supuesto los lugares de culto. Preciosas capillas, iglesias, museos y la famosa catedral ortodoxa consagrada a la Ipapantí  (presentación de Jesús en el Templo, - levantada en 1827) dan una sensación de bienestar, de sosiego en ese lugar suspendido en el aire con alfileres; un collage a tamaño natural dónde por unos instantes pierdes la noción del tiempo, tu cabeza no piensa, y el viento es el encargado de dirigir tus pasos…  

Capilla, ermita o santuario…  

MIKONOS  

Es la isla preferida de los turistas de todas las nacionalidades. Sus playas y su animada vida nocturna la convierten en una de las islas más populares y refinada de las Cícladas.

Tratándose de una zona relativamente llana: el trazado de sus calles, estrechas y enmarañadas tenían por objeto frenar los vientos y protegerse de los ataques de los piratas. Esta misma circunstancia la convierte en la actualidad en uno de los lugares más concurrido y fotografiado de Grecia.  

En este animada urbe se imponen dos visitas: ver al disecado pelícano Petros que fue mascota de la isla durante 29 años y ver el busto de la libertadora Mantó Mavrogéneus que venció a los turcos en la guerra de independencia a principios del s.XIX, emulando por su heroicidad y hazañas, a las legendarias Pucelle d´Orléans o Agustina de Aragón.  



Hermanos o hijos de Petros  

También tenemos en esta isla importantes museos como el Arqueológico, Etnográfico, Marítimo, etc. En cuanto a llegar, bordeando la playa, hasta la pequeña Venecia con sus balcones asomados al mar y ver las maravillosas puestas de sol desde las terrazas de cualquier bar situadas a apenas dos metros por encima del agua es un recuerdo que guardarás a vida.

Ambiente de las calles de Mikonos a la caída de la tarde  

La fama de Mikonos reside  en sus playas, algunas de tipo familiar, otras de nudistas con camping, tabernas, discotecas - y otras como Super-Paradise frecuentada por homosexuales, todas con deportes acuáticos y a muy poca distancia las unas de las otras.  

PATMOS  

Cuna religiosa por excelencia. Se la conoce como “La Jerusalén del Egeo” debido a la llegada de San Juan  a la isla en el año 95 dC. donde escribió el Apocalipsis. Hoy se puede visitar el Monasterio erigido en su honor a final del siglo XI que guarda un verdadero tesoro en joyas, iconos, piezas de plata, etc.

La Semana Santa ortodoxa en Patmos es un auténtico acontecimiento en toda Grecia por ser uno de los lugares más emblemáticos de las islas. Aquí se puede ver al Abad del Monasterio, lavar en público los pies de doce monjes al igual que lo hiciera Jesús con sus discípulos antes de la Última Cena.  

Patmos atrae por igual a peregrinos que a turistas, por cuanto, independientemente de las engalanadas capillas y monasterios esparcidos por toda la isla, Skála, su capital respira un aire de elegante y refinado bienestar gracias sobre todo a sus tiendas de alto standing, su paseo marítimo y su vida social. Desde su puerto, rivalizando entre yates, cruceros y transbordadores, zarpan barcas, caiques e hidrotaxis con destino a las principales playas de la isla.  

El hilo conductor de la vida en Grecia: mar, trabajo y fe.

KUSADASI.  

En la primera noche de recorrido por las Islas Griegas y levantando ancla desde Mikonos nuestro estilizado buque Ocean Majesty de la Cia. Monarch Cruises nos acerca al vecino puerto Turco Kusadasi donde llegamos sobre las siete de la mañana. Por anómalo que pueda parecer hoy, las corrientes migratorias y de conquistas a través de unos 3000 años de historia aC (aunque se han descubiertos restos arqueológicos que datan de 7000 años aC), han contribuido a establecer una cierta corriente de tolerancia y comprensión entre los pueblos en ciertos lugares del mundo, ya que etnias ancestrales y fronteras arbitrarias trazadas en despachos por potencias extranjeras, capitalistas o dominantes, no guardan, la mayoría de las veces, ninguna relación entre sí: la conferencia de Berlín a finales del s.XIX para el reparto y ayuda a África es un buen ejemplo de ello.  Pese a todo, no podemos olvidar que los principios culturales y civilizadores que hemos heredado los europeos, empezaron en esa parte del Mare-Nostrum cuyos principales artífices fueron Grecia, Egipto y algo posterior, Roma. En cuanto a las grandes corrientes religiosas, podemos considerar que parten todas de una troncal: la hebrea.  

Hago especial hincapié en el párrafo anterior porque en esa parte de Turquía seguimos pensando que estamos en Grecia. No en balde, estuvieron heredando la esencia griega durante 400 años y hasta principios del s.XI., aunque más tarde ocurriera todo lo contrario entrando Grecia en el circuito del Imperio Otomano. En Kusadasi, todo es similar. La vestimenta (salvo que quieras tomarte un baño turco: entonces te darán, para la circunstancia, una djellaba y unas babuchas, pero no el típico tarbouch), las tiendas, el tacto a la hora del elegante pero imprescindible regateo, la diversidad de artículos que ofrecen las tiendas, gente de mar en plazuelas dejándose retratar de buen grado, trato abierto y desenfadado son una baza de inestimable valor para cualquier turista que se siente a gusto y relajado en todo momento.  

Curtidos hombres de mar  

Si sólo con esa pequeña visión pensamos que seguimos en Grecia, que podemos decir a la hora de profundizar. Los restos arqueológicos son sencillamente abrumadores. Cerca del puerto, Éfeso y su famoso Templo de Diana considerado como una de las siete maravillas del mundo de la antigüedad, hoy completamente en ruinas. Sin embargo se pueden ver otros monumentos como el Foro, el Odeón, la biblioteca, las Termas y el Gran Teatro que sigue deslumbrando por su magnitud y capacidad para 24000 personas. De regreso al autocar pasamos por la Vía Arcadia por la que, en otros tiempos, desfilaron en fastuosa comitiva Marco Antonio y Cleopatra.

La vía arcadia

 

Más allá, el Monasterio de Koresos, en cuya pequeña capilla estaba ubicada la casa de la Virgen María y donde se cree que pasó los últimos días de su vida. Controversias de los eruditos al respecto, pero la realidad es que el Vaticano declara ese lugar como lugar de peregrinación…  

Al igual que en todas las islas visitadas, los mercadillos, las tiendas inundando literalmente las calles  en las dos aceras rebosan de artículos de lujo, joyas de oro,  alfombras (estamos cerca de la antigua Persia), cuero,  maravillosos artículos de cobre y bronce recuerdan una y otra vez el esplendor de Grecia, así como otras baratijas que hechizan a primera vista, como puede ser por ejemplo el Mataki “el ojo de la suerte” de origen indefinido (griego o turco) o  el Koboloi (nombre españolizado) que esta entre el típico llavero y la pulsera, pero que no es ni uno ni otro y además, no sirve para nada, pero… pero lo llevan los malotes – pues su única función es girarlo alrededor del índice. Puedo asegurar que allí, tiene un atractivo muy especial. Creyendo que era una pulsera de donde colgaba el famoso Mataki lo vi un poco grande y le pregunte al dueño: hombre afable, parsimonioso y entrado en años, si los tenían más pequeños. Me aclaró que no era una pulsera y acto seguido lo giró alrededor del dedo. Le pregunté para que servia, se rió y levantó los hombros. No lo compré pero cuando llegue a Madrid mi hijo, que trabaja con una chica griega, me preguntó si le había traído un Koboloi… Hoy, sé de qué se trata.  

Comento más arriba que un crucero es un turismo muy especial, muy distinto que no se parece en nada al turismo tradicional que todos conocemos ya que los desplazamientos los hace el barco a las horas que menos molestan; es decir de noche y a la hora del almuerzo, cuando son trayectos más cortos. Algunos pueden pensar que una actividad diaria en un espacio reducido como puede ser un barco, de unos 200 metros de eslora, no tiene mucho aliciente. Están equivocados, ya que por la mañana puedes bajar a tierra, visitar un lugar y por la tarde otro. Por nuestros propios medios esta tarea sería mucho más ardua. 

Y no hablemos si utilizáramos el autobús o el tren: nos pasaríamos el día haciendo colas para sacar los billetes y nos tendríamos que ajustar a los horarios establecidos. En cuanto al engorro de hacer y deshacer maletas, llevarlas ahora para acá y luego para allá,  esperar turno en el mostrador del hotel y llegar a una habitación que te convence a medias, pues la verdad…y… no sé si sus maletas pesan o no,  pero las mías dan la impresión que estén embarazadas. Un simple pinchazo de noche o unas escobillas defectuosas en caso de lluvia pueden tomar, en carretera, unas proporciones insospechadas.  

El crucero evita todos estos contratiempos además de contar con lujosos camarotes que no tienen nada que envidiar a las habitaciones de los mejores hoteles, te organizas como quieres y cuando mejor te viene, sin la más mínima molestia.  

Yakuzzi climatizado en la última planta del barco

Es cierto que hasta la fecha son pocos los cruceros que parten de nuestros puertos pero, en conversación con el director de una naviera nos aseguró que están estudiando cruceros que partan de Barcelona. Posteriormente Málaga sería también un punto de encuentro importante que tienen en cartera. El primero por la proximidad fronteriza y el segundo por el importante turismo de la Costa del Sol.  

El estudio no sólo afectaría las zonas de partida, sino también promocionar este tipo de turismo para la juventud ofreciendo unos viajes de tres o cuatro días a precios relativamente módicos incluyendo visitas programadas que puedes hacer o desestimar quedándote en el buque o paseando por las proximidades del muelle.  

Otro de los alicientes del crucero en comparación con los demás tipos de turismo es que cualquier época del año es buena para zarpar y hacer el recorrido elegido; pues estamos hablando de un mar cerrado con una única entrada y salida de aguas procedentes del Atlántico (el estrecho de Gibraltar) entrando por la superficie y saliendo por el enfriamiento de las profundidades; si a eso añadimos la fuerte evaporación de la parte Este del Mediterráneo, nos encontramos con ese milagro natural de un flujo y reflujo en un espacio-embudo realmente muy limitado, no llegando a 20 Km. si no recuerdo mal.. Este hecho es el que hace del Mediterraneo un mar cálido, tranquilo y placentero; un mar dónde los barcos actuales se deslizan con suavidad y dónde el típico mareo de los pasajeros es inexistente.  

Muchos piensan que el crucero es cosa exclusiva de magnates y ricachones pero para eso están las Oficinas de Turismo dónde cualquiera puede informarse sobre recorridos, visitas programadas, vuelos a puntos de partida, lugares de interés etc. -  GRECIA por ejemplo, con una población de unos once o doce millones de habitantes y una superficie de aproximadamente la cuarta parte de España tiene unas tres mil islas de las cuales sólo

ciento cincuenta están habitadas. La variedad es bastante compleja: Creta con sus 900.000 habitantes, Atenas con 5.000.000 (casi la mitad de la población total), otras con pequeñas aldeas y poquísimos habitantes y la gran mayoría deshabitadas; y nombres tan evocadores como Esparta,  Peloponeso, Corintio, Rodas, Salónica, Patras o Samotracia nos mete de lleno, queramos o no, en el arte y la historia.  

Nuestro viaje por ejemplo, para dar una visión de conjunto al lector, viene a costar unos 1300/1400 euros con avión Madrid/Atenas (vuelo con Olympic Airlines), hotel (Metropolitan -*****) en Atenas, traslado al importante puerto del Pireo, embarque en el Ocean Majesty, tres o cuatro días de crucero visitando las islas más arriba mencionadas más Creta y Atenas que serán objeto de otro artículo más adelante, regreso al Pireo y nuevamente noche en Atenas, en el elegante hotel Metropolitan antes de regresar a Madrid al día siguiente.  

Antes de terminar este recorrido por las fascinantes Islas Griegas es importante saber que la tripulación del barco dobla la capacidad total de viajeros, para que éstos puedan ser atendidos en todo momento y bajo cualquier circunstancia. Sólo el magnifico espectáculo que nos ofrecen todos los días de diez a doce de la noche, cuenta con la participación de más de treinta personas. En cuanto a la celeridad del servicio de habitaciones y comedor, da la impresión que estén en todo momento en continua competición…  

Quiero agradecer a todos los que han hecho posible este memorable viaje que nos hace descubrir este otro tipo de turismo “muy integral” y diré lo que dijo el General De Gaulle en cierta ocasión (aunque por motivo muy distinto): He venido, he visto, he comprendido…         

Y no olviden que en Grecia, por las noches, se siguen viendo las estrellas en el cielo, cosa que también podemos ver en todas las grandes ciudades del mundo pero, ahí, sólo en cuentos infantiles y dibujos animados…   

Texto y fotos: Ángel Carrera Calero

Coordinador: José Buitrago Prieto      

Música : varkarola.mid

Datos de interés:  

Oficina de Turismo de Grecia.

c/ Quintana nº 2 – 2 – 28008 – Madrid.

Tel.915484889 – FAX 915428138.  

Olympic Airlines.  Atenas.

Tel.. 30 210-3569111 – FAX 30 210-9267154  

Monarca Classic Cruises  El Pireo

Tel. 30 211-1002020 – FAX 30 211- 1002029  

Hotel Metropolitan (5*)  Atenas

Tel  30 210-9471000 – FAX 30 210-9471010

 

Patras : La Capital Europea de la Cultura en 2006

POSTERS DE GRECIA

 

MÚSICA

GUIAS - LIBROS

LIBROS - GRECIA (SIN FRONTERAS) GRECIA (SIN FRONTERAS)
de VV.AA.
Editorial: EDICIONES B, S.A. 2004
10.95 € 
LIBROS - LO MEJOR DE ATENAS (LONELY PLANET) LO MEJOR DE ATENAS (LONELY PLANET)
de KYRIAKOPOULOS, VICTORIA
Editorial: EDITORIAL PLANETA, S.A. 2004
11.95 € 

En las bulliciosas calles de Atenas se puede encontrar de todo, desde impresionantes monumentos de la Antigüedad hasta las últimas tendencias en arte y moda. Óptima para realizar una visita maratoniana por la sede olímpica, la guía Lo mejor de Atenas reúne toda la ciudad en un bolsillo.

Lenguas Clásicas  :  Griego y Latín  -  Historia y Arte Grecia - Roma  -  Egipto - Mitologia

COCINA GRIEGA

LIBROS - LA COCINA GRIEGA LA COCINA GRIEGA 

de VV.AA.
SUSAETA EDICIONES, S.A.
6.15-USD
5.00€

VIAJES

 

120x60_realmadrid.gif Entradas para musicales en Madrid

BUSCADOR DE HOTELES 



HOTELES en todo el mundo

BOOKINGS
Reserva Hoteles online 

 HOTELES EN : GRECIAAtenas - Creta  - Rodas  - Otras...

MAS DE 10.000 ESTABLECIMIENTOS EN EUROPA Y EL MUNDO




DESTINOS  DE OCIO
  - OFERTA DE VIAJES

Inicio | Nacional - Internacional - Rural | Guías | Ocio | Hoteles | Restaurantes | Bodegas | Embutidos | Reportajes