Por Ferran Martínez-AiraUn estudio de la empresa líder en venta online de electrodomésticos acerca de las horas que los españoles pasan usando su móvil reveló que, antes del decreto del estado de alarma, la media diaria estaba en 3 horas y 15 minutos, de las que consultar las redes sociales llevaba casi la mitad de ese tiempo. Pero en apenas un mes y medio, ese uso se ha disparado más de un 55% hasta las 5 horas y 5 minutos, una cifra que se ve incrementada en el rango de población que va de los 16 a los 25 años, cuya media está en 6 horas y 20 minutos, en gran medida debido a que tienen que compartir más tiempo con sus familias y en muchas ocasiones quieren ver sus propias películas y series. Además, actualmente un 50% de los españoles llega a mirar el móvil una vez cada 5 minutos y un 80% reconoce que es lo último que ve al acabar el día e irse a dormir y lo primero que consultan por las mañanas al despertarse. Hay que tener en cuenta que, además, que en España hay actualmente más teléfonos móviles que habitantes y que más del 95% de las viviendas españolas poseen, al menos, uno. Cifras que según ha podido comprobar Puntronic.com se han disparado en el último mes con un aumento de las ventas de estos dispositivos de un 35%. Pero, con tanta ventaja útil y entretenimiento añadido, a veces se olvida que, incluso la mejor cosa del mundo puede volverse dañina si se usa de forma inapropiada. Y esto es precisamente lo que está empezando a pasar con los móviles: que, a base de usarlos todo el día, están apareciendo nuevas patologías que tienen a médicos y psicólogos bastante preocupados. Sin querer ser alarmistas, ya que es entendible que a día de hoy los smarthphones están haciendo el confinamiento más llevadero a muchísimas familias, Puntronic.com cree conveniente hacer un repaso a cuales son estas nuevas enfermedades que están apareciendo y como poder ir �desenganchándose� poco a poco de un uso excesivo del móvil de cara al desconfinamiento: 1. Fomo. Este acrónimo viene del inglés �fear of missing out� que significa �miedo a perderse algo� y está relacionado sobre todo con las redes sociales, y la sufren casi el 70% de los usuarios de estas redes. Quienes padecen este nuevo síndrome sienten una necesidad constante de mantenerse conectados e informados de todo lo que hacen sus amistades o lo que ocurre en su ciudad, pero no por un temor irracional a la desinformación, sino porque no quieren que nadie pueda pensar que se han perdido algo que dice o hace alguno de sus amigos, una noticia interesante, que otras personas puedan hacer cosas más divertidas o populares o miedo a quedarse �fuera� por no haber compartido alguna campaña viral.Otra manifestación del �Fomo� consiste en sufrir ansiedad por no tener el smartphone más nuevo del mercado o por creer que se perderá algún avance tecnológico importante. Esta patología puede conllevar aparejados trastornos de ansiedad y depresión. 2. Nomofobia. Este otro neologismo, que viene del acrónimo en inglés �no-mobile-phone phobia�, y cuya patología principal es el miedo a la desconexión. Que se nos agote la batería, no tener suficiente cobertura, que se nos estropee el móvil y sobre todo el temor a salir a la calle sin llevarlo encima normalmente por haberlo olvidado en casa, ya antesdel confinamiento más de un 75% de los usuarios reconocía tener miedo a salir de casa sin él. Lo que se describe es un trastorno de ansiedad con todas sus manifestaciones (taquicardia, pensamientos obsesivos, dolor de cabeza o de estómago, sudores, etc.) cuando no se puede utilizar el móvil, y que se origina porque, estar permanentemente conectados con los demás produce una dependencia emocional que se manifiesta en forma de ansiedad cuando esa comunicación no es posible temporalmente. Las personas que padecen nomofobia sufren una necesidad de aceptación social elevada, una baja autoestima e inseguridad. 3. Vibranxiaety.También conocida como �vibración fantasma�. Se trata de un error del cerebro que está alerta a las señales exteriores, y que tiene como origen la obsesión o dependencia por el sonido o vibración del móvil, es decir, pensamos que hemos oído sonar o vibrar nuestro smarthphone cuando no lo ha hecho. Y esto se produce porque las notificaciones del teléfono provocan una respuesta emocional positiva que hace que el cerebro genere dopamina, que es el neurotransmisor que se ocupa del placer, la motivación o el deseo. Esta sustancia también es la que está relacionada con las adicciones porque, si un estímulo causa placer, nuestro cerebro buscará repetirlo.Se estima que el 80 % de las personas siente alguna vez estas vibraciones fantasma y, por lo tanto, es relativamente normal, pero si su frecuencia es alta o muy alta, puede ser porque el cerebro se está comportando respecto al móvil tal y como se comportaría el cerebro de un drogodependiente ante la sustancia que consume. 4. Insomnio tecnológico. Hace no tantos años, la gente se iba a la cama y leía antes de dormir o veía la televisión. Ahora, mirar vídeos, contestar whatsapps, jugar o echar un último vistazo a las redes sociales se ha convertido en el hábito nocturno más extendido entre los españoles. 8 de cada diez afirman que es lo último que hacen antes de dormir.Pues bien, la luz azul que emiten estos aparatos inhibe la secreción de melatonina, que es la hormona que favorece que se concilie el sueño. Por lo tanto, cuando se usan móviles y tabletas antes de irse a dormir, la somnolencia desaparece y se producen episodios de insomnio que a la larga pueden elevar el riesgo de alzhéimer, accidentes cerebrovasculares, hipertensión arterial, obesidad, diabetes y depresión. 5. Phubbing o Ningufoneo.El �ningufoneo� o �Phubbing� en inglés, es una de las señales inequívocas de que la persona padece una adicción al smartphone (o al menos una relación muy insana con el aparato). El término hace referencia a ningunear o ignorar a otros y el entorno donde se encuentran por estar concentrados en el móvil. Todos hemos vivido la típica escena en una comida o cena con amigos en el que uno de ellos solo estaba atento a su móvil y no al resto de los participantes de la quedada. Hoy en día se han cambiado estas reuniones con amigos por desayunos, comidas y cenas en familia, pero seguro que la escena se repite en más de una casa. Este fenómeno puede causar aislamiento social, depresión, deterioro de las relaciones interpersonales y baja autoestima. 6. Tendiditis en los pulgares y otras lesiones. El nuevo término de moda es la �whatsappitis�, que se refiere a la adición a esta aplicación de mensajería, y es que, teclear mensajes durante horas en un móvil también tiene consecuencias. Desde hace algún tiempo, las consultas de traumatología ya habían detectado un aumento de casos de pacientes con tendinitis en los pulgares de ambas manos debido a que el uso excesivo de estos aparatos obliga a adoptar una posición forzada y con tensión. Y al mismo tiempo, los dedos índices reciben una carga excesiva del móvil debido a que tienen que sujetarlo ejerciendo una fuerza equivalente a la presión de los pulgares al escribir, que produce también tendinitis en los índices. Y los dedos no son lo único que sufre. Los móviles también están provocando dolores de cuello, brazos y espada por su uso excesivo adoptando posturas inadecuadas. 7. Daños en los ojos. Mirar una pantalla retroiluminada daña la retina de forma progresiva y produce sequedad (más si uno utiliza lentillas), visión borrosa, fotofobia y dolor de cabeza. En concreto, lo más dañino es mirar estas pantallas a oscuras o durante muchas horas seguidas. 8. Efecto Google. Es obvio que internet nos abre un mundo lleno de posibilidades en lo que a la obtención de información se refiere y que nos ayuda a encontrar datos de una manera rápida y eficaz, pero ¡cuidado!, si dependemos totalmente de Google u otros buscadores similares para todo lo que hagamos o hablemos en el día a día nuestro cerebro puede llegar a negarse a recordar información debido a que sabe que tenemos la posibilidad de acceder a ella en cualquier momento y de forma más sencilla.Pero como en esta vida, a grandes males grandes remedios, sigamos los consejos para �desengancharse� de un uso excesivo del móvil:- Desactivar las notificaciones de redes sociales, mensajes, apps, etc y ponernos un horario limitado para consultarlos. – Pedir a nuestros familiares y amigos que si hay algo urgente nos llamen en lugar de enviarnos mensajes.- No tener el teléfono a mano cuando estemos estudiando ni cuando vayamos al baño. – Dejar de utilizar el móvil al menos dos horas antes de irnos a dormir, y en la cama tratar de conciliar el sueño leyendo un libro o viendo la televisión. Además, es preferible usar un despertador de los de toda la vida y a ser posible dejar el smartphone en otro cuarto. – Realizar otro tipo de actividades que sustituyan al uso del móvil como algo de ejercicio o dar paseos ahora que se va a poder, cocinar, leer un libro no electrónico, practicar algún tipo de manualidad. – En los desayunos, comidas y cenas en familia apartar de la mesa el móvil. – Se puede bloquear el acceso a ciertas aplicaciones durante horas o días y de esta manera utilizarlas menos y de esta manera ir desenganchándose poco a poco. – Mantener una postura correcta para que su uso no dañe nuestras cervicales y músculos. Poner el móvil a una distancia prudencial, ni muy pegado ni muy alejado y tratar de no usarlo más de diez minutos seguidos. – Ahora que pasamos más tiempo con nuestra familia, tratar de comunicarnos más, hablar de lo que vamos a hacer en el futuro, recordad viajes juntos y durante este tiempo poner el teléfono aparte y en silencio. – Cuando vayamos a cargar el móvil, lo mejor es hacerlo en una habitación diferente a la que estamos o en el lugar de la casa donde pasemos menos tiempo. – En general, lo más conveniente es ponernos un límite de horas diarias para utilizar el móvil, se puede consultar nuestro uso de tiempo diario y comprobar si estamos cumpliendo los objetivos propuestos. |