ZAMBOMBAS DE JEREZ

ZAMBOMBAS DE JEREZ

 

Al llegar diciembre, Jerez de la Frontera se convierte en el escenario de una de las costumbres culturales y festivas más auténticas del folclore andaluz: las zambombas.

Desde el siglo XVIII, en la víspera de la Nochebuena, amigos y familiares se reunían en los patios de las casas de vecinos y gañanías para cantar villancicos. Hoy como entonces el espíritu entregado, alegre y desenfadado de la celebración hace que cualquiera pueda arrancarse y unirse al grupo.

Llegando diciembre en Jerez hay zambombas por todas partes, especialmente los sábados. Centenares de zambombas. En cada calle, plaza o plazoleta resuena la ronca zambomba y el coro de improvisados tenores.

Son la evolución de las que se celebraban al aire libre en casas de vecinos, donde a menudo se compartía una única cocina de Picón. Durante toda la noche se cantaba y bailaba, hasta el alba, justo a tiempo de dormir unas horas antes de continuar con las celebraciones del Día de Navidad. Se trata de una noche que sigue siendo larga, de ahí que diga la copla que con las zambombas “hay noche pa rato”.

En ellas se forma un corro alrededor de las hogueras y de forma espontánea, se cantan y bailan villancicos mientras se reparte vino, anís, ponche y dulces navideños para todos. El instrumento fundamental: la zambomba, de ahí el nombre de la fiesta y a él se suman el almirez, la pandereta y la botella rayada de anís.

De entre todas las que se celebran en Jerez, destacan las que tienen lugar en las peñas flamencas jerezanas los sábados de diciembre anteriores a la Navidad.

Por los barrios de la Cruz Vieja, Cerrofuerte, Santiago, el Mercado y Albarizuela suenan en las últimas noches del año los compases de estas coplas navideñas con un sabor netamente jerezano.

Y es que la zambomba está en auge, y cada año son más las asociaciones vecinales, entidades culturales, centros educativos, peñas flamencas y hermandades que organizan una zambomba. Todo el mundo participa y se pierde el carácter individual del cante flamenco: no hay una separación entre el público y los protagonistas.

Orígenes

La zambomba y la misa flamenca son las celebraciones más genuinas de la festividad católica andaluza. Se trata de la manifestación de una cultura oral de siglos, heredada de los mayores y oralmente transmitida de padres a hijos.

Al llegar diciembre, Jerez de la Frontera es escenario de una de las costumbres culturales y festivas más propias del folclore andaluz, las zambombas. Desde el siglo XVIII en la víspera del de la Nochebuena, amigos, vecinos y familiares se reúnen en los patios y corrales de las casas de vecinos y gañanías. En ellas se forma un corro alrededor de las hogueras, donde se cantan y bailan villancicos de un modo espontáneo mientras se reparte vino, anís, ponche y dulces navideños. El instrumento fundamental es la zambomba, de ahí el nombre de la fiesta.

La Zambomba tiene una diferencia fundamental con el resto de las fiestas flamencas, y es que se trata de una celebración con un fuerte carácter participativo, mientras que en las demás fiestas y juergas hay una separación entre protagonistas (cantaores, tocaores y bailaores) y público, en la zambombas todo el mundo participa cantando o tocando algún instrumento. Así se pierde el carácter individual del cante flamenco, para convertirse en un canto a coro aflamencado. Algunos investigadores apuntan a que este aflamencamiento del villancico podría dar lugar a la aparición de un nuevo palo dentro del flamenco, como ocurrió con la saeta.

Zambomba en la peña ‘ La Bulería’, en Jerez de la Frontera.