Día Europeo de Conmemoración de las Víctimas del Estalinismo y el Nazismo

El Día Europeo de Conmemoración de las Víctimas del Estalinismo y el Nazismo, también conocido como Día Internacional del Listón Negro, que se celebra el 23 de agosto de cada año, fue designado por el Parlamento Europeo entre 2008 y 2009 como Día europeo conmemorativo de las víctimas de todos los regímenes totalitarios y autoritarios, para que sean recordadas con dignidad e imparcialidad, el cual se ha observado anualmente por la Unión Europea desde el año 2009. Con el nombre de Día del Listón Negro, el 23 de agosto también ha sido adoptado por Canadá como el día nacional en memoria de las víctimas del comunismo y el nazismo.

El 23 de agosto se conmemora el día en que el Pacto Mólotov-Ribbentrop fue firmado, cuando la Alemania Nazi y la Unión Soviética se dividen Polonia entre ellas, hecho descrito por el Presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek en 2010 como «la colusión de las dos peores formas de totalitarismo en la historia de la humanidad». El objetivo de este día de recuerdo es preservar la memoria de las víctimas de deportaciones y exterminios en masa, y al mismo tiempo, enraizar la democracia con más firmeza y reforzar la paz y la estabilidad en Europa.4 La propuesta del 23 de agosto como día internacional en recuerdo de las víctimas del totalitarismo fue propuesto por la Declaración de Praga sobre Conciencia Europea y Comunismo, firmada el 3 de junio de 2008, por Václav Havel y otros políticos europeos y activistas de derechos humanos.

El día de conmemoración se originó en las manifestaciones del Día del Listón Negro contra la Unión Soviética que un 23 de agosto de 1986 se celebraron en 21 ciudades occidentales como Nueva York, Ottawa, Londres, Estocolmo, Seattle, Los Ángeles, Perth, y Washington DC., para llamar la atención sobre los crímenes y violaciones de los derechos humanos bajo el comunismo y para conmemorar a las víctimas de la Ocupación de las Repúblicas Bálticas. Estas protestas llegaron hasta los países bálticos desde 1987, culminando con la Cadena Báltica de 1989 en el contexto de las Revoluciones de 1989 contra el comunismo. Los manifestantes llevaban velas y las antiguas banderas nacionales bálticas decoradas con cintas negras en memoria de las víctimas del terror soviético.