La voz de Miguel Fleta volverá a entusiasmar en el Principal de Zaragoza

Por Ferran Martínez-Aira

La prodigiosa voz de Miguel Fleta (Albalate de Cinca 1897) volverá a entusiasmar en el Teatro Principal de Zaragoza cuando a finales del próximo año se estrene MIGUEL FLETA, EL MUSICAL, que Aragón tributará por fin a uno de sus hijos más ilustres.

José María Turmo Molinos, gerente del Patronato Municipal de Artes Escénicas y de la Imagen, puso encima de la mesa el proyecto que rondaba por su cabeza hace años y el Ayuntamiento de la capital aragonesa ha dado luz verde esta misma semana a una producción de largo alcance, donde se combinarán: escenografía, espectáculo musical, otros elementos escénicos y la inserción de piezas audiovisuales con sonido original de piezas interpretadas por Fleta.

Para interpretar el papel principal de la producción, el Patronato Municipal de Artes Escénicas y de la Imagen se ha puesto en contacto con cantador de jotas bilbilitano Nacho del Ríopara desarrollar el papel protagonista para este homenaje musical, por reunir todos los requisitos del virtuosismo vocal requerido.

Hijo de Vicente Burró Gayán y de María Fleta Esparraguerri, Miguel Fleta fue el pequeño de una familia de catorce hijos de los que, cuando él nació, vivían sólo siete. Su padre, Vicente Burró Gayán, fue tesorero del Ayuntamiento durante la I República.

Miguel Fleta es el padre de las hermanas Elia Fleta Mirat y Paloma Fleta Mirat, cantantes a dúo de música ligera y jazz en los años 1950–1970. Sus nietas Elia Fleta Mallol y Elizabeth Fleta Mallol formaron el dueto Elia y Elizabeth, pioneras del funk soul latinoamericano en la década de 1970, y conocidas por interpretar el tema “Todo En La Vida”, parte de la banda sonora de la serie Narcos.

Sus primeros pasos musicales fueron en la rondalla de Albalate de Cinca y su primera instrucción musical estuvo a cargo de su padre y de Lázaro Uriol. En septiembre de 1917 destacó en un concurso de jota celebrado en Villanueva de Gállego.​

Fleta estudió en el Conservatorio del Liceo de Barcelona y más tarde estudió repertorio con la profesora belga Luisa Pierrick, la que sería su compañera, además de su mentora y guía.

El tenor de Albalate de Cinca debutó en el Teatro Comunale Giuseppe Verdi de Trieste, interpretando a «Paolo el Bello» en la ópera Francesca da Rimini de Ricardo Zandonai bajo la batuta del propio compositor, el 14 de diciembre de 1919.1​ En 1923 debutó en el Metropolitan Opera House de Nueva York. Durante la década de los años 20 realizó giras por todo el mundo, recorriendo toda Europa y gran parte de América del Sur.

La relación con Luisa Pierrick, con quien tuvo dos hijos —Miguel y Alfonso—, fue apagándose, hasta su separación definitiva en 1926.

Su estancia en América y la influencia de personas hicieron de Fleta una persona dispendiosa en gastos. Su declive se inició en 1927. Una faringitis aguda le obligó a rescindir sus contratos con la Ópera del Metropolitan.

De regreso a España, Miguel se casó en Salamanca con Carmen Mirat Rúa, con quien tuvo otros cuatro hijos. Sin embargo, cuando Fleta recuperó su voz, nunca más fue la misma. Pero su carisma le llevó a recorrer distintos países con giras en Japón, China y América.

El día que se proclamó la República, se dirigió al teatro Gayarre de Pamplona, donde tenía que actuar, y el portero le dijo: “Don Miguel, ahora somos todos iguales”, a lo que él respondió, “pues vaya usted a cantar que ya me quedo yo en la puerta”.

Fleta se afilió a Falange Española de las JONS en julio de 1936, aunque de hecho ya se sentía falangista tras haber conocido un año antes en una cena en el madrileño Café de París a José Antonio Primo de Rivera, quien no tardó más que unos minutos en convencerle de que había de ser la voz de la Falange.

Con la llegada del turbulento 1936, Fleta se encuentra desocupado teatralmente. Ello le permite entregarse en cuerpo y alma a la causa nacionalsindicalista. Pone a disposición de la Falange su automóvil, con el que recorrerá junto a varios camaradas las calles de Madrid repartiendo octavillas que pedían patria, pan y justicia para todos los españoles.

Al estallar de la guerra civil se encontraba veraneando en la localidad segoviana de San Rafael, donde recibió cantando a las tropas sublevadas que se dirigían desde Valladolid a tomar el Alto del León. Desde allí se trasladó a La Coruña y colaboró en campañas de propaganda, grabando una versión del Cara al sol.

Fleta es uno de los falangistas que traslada hasta el cementerio, el 31 de diciembre de 1936, el féretro del filósofo y rector de la Universidad de Salamanca don Miguel de Unamuno.

El tenor aragonés se hizo con un importante repertorio operístico. En él destacan sus interpretaciones del papel de Radamés en Aida de Verdi, y el de Don José, en Carmen de Bizet. Con esta última ópera debutó en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona.

La amplia discografía de Fleta quedó recogida en discos de 78 rpm. La mayor parte de su producción se centró en el mundo de la ópera: Tosca, La bohème, Carmen, Loherenrin o Aida entre otras. También en el género de la zarzuela dejó registros, entre otros, de Marina de Arrieta y Doña Francisquita de Vives. Además, grabó canciones de Brahms y aires populares, como jotas, nanas, himnos, etcétera.

También incursionó en el mundo del cine a través de tres películas, dos de ellas de carácter documental: Miguel Fleta en los jaridenes del chalet de los señores Pie-Sopena, hecha con ocasión de la inauguración del Teatro Olimpia y rodada expresamente para este evento; y La boda de Miguel Fleta, realizada en 1927 por Hernández Girban y García Conde para la Films españa Artística y Monumental.​

La tercera película fue Miguelón o el último contrabandista, realizada por el aragonés Adolfo Aznar y Hans Behrendt, y con banda sonora de Pablo Luna. Intervino también, brevemente, en la película Gigantes y cabezudos, de Floirán Rey. Al buscar su ficha en IMDb, es menester no confundir con otro actor español del mismo nombre, que mantuvo una activa participación en diferentes películas hasta mediados de los años 60.

En los anales de la historia de la música operística en España y América Latina de las primeras décadas del siglo XX está registrada la rivalidad de los grupos de seguidores de Miguel Fleta y de otro tenor español muy famoso en la época, Hipólito Lázaro.

Fallecido en A Coruña en 1938, los restos de Miguel Fleta fueron trasladados dos años más tarde al cementerio de Torrero, en Zaragoza. Entre los hitos del tenor aragonés estuvo el estreno en 1926, en La Scala de Milán (Italia), de la ópera ‘Turandot’, en su momento inconclusa por la muerte de su autor, Giancomo Puccini. En la reconocida obra, Fleta dio vida al personaje de Calaf, príncipe tártaro, interpretando así, por primera vez en la historia y bajo la dirección de Arturo Toscanini, la famosa aria Nessum Dorma (Que nadie duerma).