Iconos de Madrid en el cine VIII BARES, qué lugares

Siempre hay algún momento del día para acercarse a tomar algo a un bar. La vida social de los madrileños gira en torno a un café a mediodía, unas tapas con los amigos o una velada al aire libre en un una terraza. Y así lo recogen muchas de las películas en las que Madrid es un personaje más. En Nadie conoce a nadie, ópera prima de Mateo Gil (1999), el personaje que interpreta Paz Vega trabaja en el Café Pepe Botella, en la plaza del Dos de Mayo, en Malasaña. La misma actriz ganó un Goya en 2001 por su interpretación en Lucía y el sexo, de Julio Medem, en la que la protagonista vive justo encima del Café Moderno, en la plaza de las Comendadoras, en el barrio de Conde Duque. A unos pasos  encontramos La Taberna de la Copla, que aparece en Magical Girl (2014) de Carlos Vermut. Bares de La Latina y Lavapiés, como el Café Pavón, el Marula o María Pandora son los que recorre Eva (Itsaso Arana) en La virgen de agosto (2019), de Jonás Trueba, cuyo argumento gira en torno a las castizas fiestas de San Cayetano, San Lorenzo y La Paloma

En el Museo Chicote tiene lugar una escena esencial de Los abrazos rotos (Foto: El Deseo).

Los bares son fundamentales también en las películas de Pedro Almodóvar. En La Bobia, bar mítico de la Movida en la zona de El Rastro hoy reconvertido en restaurante de cocina asturiana, comienza Laberinto de pasiones (1982). Y en ¿Qué he hecho yo para merecer esto! (1984) Chus Lampreave invita a su nieto a tomar una copa de coñac en la Taberna Alhambra, junto a la plaza de Canalejas. Pero habrá que esperar hasta 2009 para que el director manchego dé todo el protagonismo al bar más cinematográfico de Madrid, el Museo Chicote, el favorito de grandes estrellas de Hoollywood como Ava Gardner allá por los años 50 para tomarse unos cócteles. En Los abrazos rotos aquí tiene lugar una de las escenas fundamentales del filme, ese momento en el que Blanca Portillo, animada por unos gin tonics, desvela un transcendental secreto.