FlixOlé apuesta por la complicidad de la literatura con el cine

Por Ferran Martínez-Aira

La complicidad que mantiene la literatura con el séptimo arte requiere una especial mención. Con motivo de la celebración del DÍA DEL LIBRO, FlixOlé ha conseguido reunir más de un centenar de adaptaciones de autores españoles, un repaso ameno por su literatura en formato fotograma. Desde sus inicios, la narrativa cinematográfica ha bebido en buena parte de los libros, convirtiéndose en una extensión de sus páginas, sin importar cuándo se escribieron. De esta manera, en la plataforma de FlixOlé se pueden encontrar tanto películas basadas en obras del Siglo de Oro como ‘best-sellers’ más recientes.

En el capítulo de las plumas clásicas, que dejaron su impronta en la literatura universal, Fernando Fernán Gómez y José Luis García Sánchez dirigieron la adaptación de la anónima novela picaresca Lázaro de Tormes(2000). Gerardo Vega, por su parte, llevó a las salas de cine la tragicomedia de Calisto y Melibea escrita por Fernando de Rojas, La Celestina(1996).

Continuando con esa etapa de esplendor del arte y las letras, Lope de Vega figura como uno de los literatos cuya obra ha sido llevada de manera recurrente al cine. Fuenteovejuna(Antonio Román, 1947), La moza de cántaro(Florián Rey, 1953), El mejor alcalde, el Rey(Rafael Gil, 1973) y la ganadora de siete Premios Goya, El perro del hortelano(Pilar Miró, 1996), dan muestra de la buena acogida que ha tenido en el espectador ‘el Monstruo de la naturaleza’, como así le llegó a llamar Miguel de Cervantes.

Del nombre de este último, la gran pantalla ha sabido acordarse, pues su Quijote también ha galopado en varias ocasiones delante de cámara: Don Quijote de la Mancha(Rafael Gil, 1947), Don Quijote cabalga de nuevo(Roberto Gavaldón, 1973) y El Quijote de Miguel de Cervantes (serie de televisión dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón, 1991).

Y si los estudiosos coinciden a la hora de otorgar a Cervantes el sobrenombre del ‘mejor novelista español’, todos defienden también que Benito Pérez Galdós es un más que digno sucesor de dicho diploma. Representante por antonomasia de la novela realista española del siglo XIX, su obra ha contado con varias adaptaciones.

Su novela El abuelo, por ejemplo, vivió distintas vidas en la pantalla. José Luis Garci fue el último que llevó la citada historia espiritualista al cine en 1998, película que fue nominada al Oscar. Al igual que Garci, Luis Buñuel también confesó su predilección por la obra de Galdós: primero con la adaptación de ‘Halma‘ en Viridiana(1961), que lo encumbró como director internacionalmente; y, después, con Tristana(1970), también nominada al Oscar a Mejor película de habla no inglesa.

En la década de los años 60, un grupo de directores recién salidos de la Escuela Oficial de Cine (EOC) inició un movimiento que rompía con el cine clásico para abrazar la modernidad. Repleta de dramas, la filmoteca de dicho periodo mostraba un notorio gusto por la literatura. De esta manera se echó mano del lenguaje sencillo y crítico de autores como los de la Generación del 98. Un ejemplo de ello fue La tía Tula(Miguel Picazo, 1964): adaptación de la novela homónima de Miguel de Unamuno, la película se convirtió en una de las obras más representativas del nuevo género.

La buscade Pío Baroja, llevada al cine por Angelino Fons en 1966, y Tirano Banderas, de Valle Inclán (José Luis García Sánchez, 1993), engrosaron el archivo fílmico-literario que tomó como referencia la Generación del 98. A la citada remesa de autores se sumaron las generaciones del 14 y el 27, así como otros literatos de corrientes coetáneas.

Todas ellas estructuraron lo que se denominó la Edad de Plata de la cultura española.  Además de granjearse el prestigio literario dentro y fuera del país, las obras escritas en dicha hornada también inspiraron numerosos largometrajes: La leona de Castilla, de Francisco Villaespesa (Juan de Orduña, 1951); La venganza de Don Mendo, de Pedro Muñoz Seca (Fernando Fernán Gómez, 1961); Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez (Alfredo Castellón, 1965); y Bodas de sangre,de Federico García Lorca (Carlos Saura, 1981).

La posguerra siguió a la Edad de Plata. Las plumas, exiliadas y resilientes, tomaron distintas corrientes. Cabe destacar el tremendismo plasmado en la novela de Camilo José Cela, La familia de Pascual Duarte, la cual fue llevada al cine por Ricardo Franco bajo el título Pascual Duarte(1975); la novela existencialista Con el viento de solano,de Ignacio Aldecoa (Mario Camus, 1967); o las comedias con tramas policiacas a las que acostumbraba Miguel Mihura, como en Maribel y la extraña familiarealizada por José Mª Forqué en 1960. El director y guionista zaragozano volvería a estrenar una comedia de intriga un año después: Usted puede ser un asesino, versión de la pieza teatral de Alfonso Paso.

De la posguerra, el séptimo arte se nutrió de la literatura de la época, y viceversa. El prolífico Edgar Neville dirigió la comedia La vida en un hilo(1945), cuyo éxito lo llevó a convertir la pieza en obra teatral. Y es que del género dramático de este periodo había mucho de donde sacar: Madrugada, de Buero Vallejo (Antonio Román, 1957); ¿Dónde vas Alfonso XII?, de Luca de Tena (Luis César Amadori, 1959); o La nueva vida de Pedrito Andía, de Rafael Sánchez Mazas (Rafael Gil, 1965).

El capítulo final de cine y literatura de FlixOlé lo firman aquellos escritores que continuaron extendiendo la cultura con ejemplares de tapa dura en la historia reciente de España, lo que también dio para escribir numerosos guiones. Tal es el caso de Miguel Delibes. La libertad y justicia social, así como la necesidad de preservar la naturaleza, impregnó la obra del autor vallisoletano, como así queda reflejado en varias adaptaciones que hizo el cine.

El disputado voto del Sr. Cayo, novela que reconcilió a Delibes con la literatura, abordaba lo que los telediarios llaman hoy la despoblación rural. Antonio Giménez Rico llevó dicha reflexión social y política a las salas de cine en 1986. Dos años antes, Mario Camus había estrenado Los santos inocentes. Este título tan señero de Delibes es también una de las películas más importantes del cine español. La misma muestra con crudeza la opresión y el desprecio que practicaban los señoritos de los años 60 a sus sirvientes, cuya incultura los llevaba a la resignación.

Junto a Delibes, otro de los autores más notables de la narrativa española de la segunda mitad del siglo XX fue Juan Marsé. Afincada en la crítica de la posguerra, y en Barcelona y sus alrededores, la obra del novelista catalán tuvo populares adaptaciones en la gran pantalla: Si te dicen que caí, película con la que Jorge Sanz consiguió el Goya al Mejor actor(Vicente Aranda, 1989); El amante bilingüe, drama erótico que también dirigió Aranda en 1993; o El embrujo de Shanghai, que cosechó tres ‘cabezones’ (Fernando Trueba, 2002).

El broche final lo ponen las versiones fílmicas de generaciones más contemporáneas, siendo Almudena Grandes y Arturo Pérez-Reverte las figuras narrativas más explotadas por la industria. Con respecto a Grandes, ésta conoció el éxito con su primera novela, Las edades de Lulú(Bigas Luna, 1990).

Su segundo trabajo, Malena es un nombre de tango, tampoco tardó en protagonizar un cartel en los cines bajo la dirección de Gerardo Herrero (1996). Dicho realizador también versionaría la novela de la escritora madrileña, Los aires difíciles(2006).

Sobre Pérez-Reverte, son varias las novelas que FlixOlé dispone en calidad HD en su catálogo de cine: El maestro de esgrima(Pedro Olea, 1992), La tabla de Flandes(Jim McBride, 1994), Cachito(Enrique Urbizu, 1996) y La carta esférica(Imanol Uribe, 2007).

Toda la colección está disponible, a partir de hoy, en FlixOlé con las mejores copias, y con la mejor calidad de imagen y sonido.

FlixOlé está disponible en Smart TV, tabletas y teléfonos IOS y Android, Fire TV, Orange TV, ZapiTV, Amazon Prime Vídeo o a través del ordenador, además las películas se pueden descargar para verlas sin conexión a internet en cualquier dispositivo móvil.