El promontorio rocoso sobre el que se alza la Fortaleza Real de
Chinon se sitúa en el punto de intersección de tres provincias:
Anjou, Poitou y Touraine, y es un emplazamiento estratégico
habitado desde la Antigüedad y codiciado históricamente. En ese
lugar, a más tardar en el siglo X, se edificó un castillo y, en
la misma época, el conde de Blois, Thibaud el Tramposo, hizo
construir una torre. Pero fue Enrique II Plantagenêt, conde de
Anjou y rey de Inglaterra quién, a partir de 1154, dio a la
fortaleza su apariencia actual.
En 1205, tras un asedio prolongado, Felipe Augusto, el rey de
Francia, toma el control de la fortaleza y ordena la
construcción del torreón de Coudray.
En 1308, el lugar es testigo de un evento importante en la
historia de la orden del Temple. El Gran Maestre, Jacques de
Molay y algunos otros dignatarios de la orden son encarcelados
en el castillo, desde donde más tarde serán trasladados a París
para ser juzgados y quemados vivos.
En 1427, durante la Guerra de los Cien Años, la corte de Carlos
VII de Francia se instala en el castillo de Chinon. Es allí
donde, en marzo de 1429, el rey recibe la visita de Juana de
Arco, quien desea confirmarle su legitimidad y convencerlo de
hacerse coronar en Reims.
La decadencia de la fortaleza se inicia en el siglo XVII junto a
su propietario de aquella época, el Cardenal Richelieu. En 1808,
el Consejo de Distrito –actualmente el Consejo General– se
convierte en beneficiario de la cesión gratuita de este
monumento.
Tras seis años de unas obras de restauración sin precedente en
Europa, cuyo propósito es devolverle a la fortaleza su esplendor
militar y su coherencia pasada, el Departamento de Indre y Loira
le da la bienvenida ¡a su fortaleza del tercer milenio!
Una museografía y una escenografía extremadamente modernas,
interactivas, lúdicas e inéditas en Touraine, lo conducirán a
este lugar cargado de historia. Láncese al asalto de las
numerosas torres que se distribuyen a través de los 150 metros
de muros defensivos restaurados. Gracias al
recorrido-espectáculo de las residencias reales, penetre en la
historia civil y militar de la fortaleza, y ocupe por un momento
el lugar de alguno de los grandes personajes que han dejado sus
huellas en estos lugares. Admire las residencias reales,
restauradas a la manera de las residencias de Touraine del siglo
XV, y guarde en su retina las maravillosas vistas panorámicas
que se pueden apreciar desde los diferentes miradores que
dominan el valle del río Vienne.