Cádiz : Cultura, historia y tradición e historia se unen en
su singular Semana Santa
Hay
procesiones de lujo, austeras, con escenas dramáticas,
curiosas y con rivalidades cofrades ancestrales. La Pasión
de Cristo convertida en un acto de fe de fe y también en una
manifestación propia de las mejores coreografías, en las que
no falta la ambientación, la música y el silencio, el olor a
cera quemada y a incienso y a flores recién cortadas, porque
la vida termina y empieza de nuevo. En cada rincón de la
provincia, una Semana Santa singular desde el día 24 hasta
el 31 de marzo.
En una provincia con tanta historia -y más de 300 Cofradías
y Hermandades- la Semana Santa ha tamizado todos los
aconteceres y en ella se refleja desde de conquista
cristiana de Al-Andalus hasta la huida de Gibraltar.
La historiadora Ana Gómez Díaz-Franzón, en el volumen La
Semana Santa como patrimonio cultural de Andalucía de
Ediciones Tartessos ha publicado La Semana Santa en Cádiz,
una radiografía en el tiempo y en el espacio de sus
orígenes, de su evolución y de sus manifestaciones actuales.
Desde 1488
Como en toda Andalucía, la Semana Santa se caracteriza por
la sucesión de procesiones de las diferentes hermandades
desde el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección,
algunas tan antiguas como la del Mayor Dolor de Jerez,
fundada por zurradores, zapateros y curtidores en 1488 ó la
de la Vera-Cruz de Cádiz que data de 1566, cuyo crucificado
es conocido como el Emperador dormido, y otras tan
multitudinarias como la de La Palma que cuenta en la capital
con más de 3.000 hermanos.
Singularidades de la Semana Santa
En Cádiz no hay que perderse el domingo el Cristo de
la Humildad y Paciencia, antiquísima talla cuya cofradía fue
fundada en 1621 por un grupo de cargadores de indias de
origen vasco.
El jueves destaca el Nazareno que desde su salida hasta la
recogida bien entrada la madrugada, es el alcalde
perpetuo de la ciudad, y la noche siguiente, viernes, la
gran sobriedad y silencio del cortejo de la Buena Muerte.
Expertos de la Santa Sede han considerado este crucificado
como la mejor representación de Jesús Crucificado en la
cristiandad.
En Jerez destaca el Prendimiento con su espectacular
árbol olivo, uno de los más grandes de la Semana Mayor de
Andalucía, y la Amargura, Hermandad de gran devoción y
tradición cofrade en la ciudad, así como tradiciones tan
particulares como la trompeta saetera de la hermandad
del Mayor Dolor, vestigio del antiguo toque de corneta
utilizado para avisar al pueblo de la presencia de algún
saetero.
Un momento especial en la Semana Santa de San Fernando
es el paso de la cofradía de las Tres Caídas, de última
creación, ante la popular Venta de Vargas tan vinculada al
cantaor Camarón de la Isla, donde los saeteros le cantan al
titular, en la noche del Jueves Santo.
Mención especial merece la imagen del Cristo de las
Misericordias en la Semana Santa de Chipiona, que
tiene un gran arraigo popular con motivo del Terremoto de
Lisboa de noviembre de 1755, cuando las aguas inundaron la
ciudad, el pueblo sacó la imagen del Cristo en rogativa y
las aguas bajaron de nivel seguidamente, por lo que fue
considerado un milagro.
En Rota llama la atención el sermón del Nazareno, que
se vienen celebrando desde mediados del siglo XVIII la
madrugada del Viernes Santo.
Tras el toque de la trompeta dolorosa, el orador
habitualmente un cantaor- recuerda como el Señor, condenado
a muerte, tomó la cruz y salió camino del Gólgota y una
mujer -Verónica- limpia el rostro del Señor dejándolo
estampado en un lienzo, un hecho representado por una joven
vestida de hebrea.
En Puerto Real destacamos la recogida de la Virgen de la
Soledad y el ritual de los "tres portazos" que se dan
a la imagen, en recuerdo a aquéllos que la Madre Loreto dio
a quienes quisieron quemar la iglesia en 1936.
Ana Gómez dice que algunas cofradías han optado por
recuperar la primitiva austeridad de la Semana Santa, como
la del Nazareno de Chiclana o la de la Salud, Amor y
Sacrificio de Jerez, donde los nazarenos no llevan antifaz
sino el antiguo capuz.
El hecho de que Sanlúcar de Barrameda fuera desde hace
siglos puerto de partida hacia América de la evangelización
cristiana, provocó que en la localidad hubiera un gran
número de religiosos y de conventos, además de un legado
monumental que se convierte en el escenario de los
recorridos procesionales,
De interés turístico
Muchas de ellas están declaradas de interés turístico
nacional como las de Jerez o Arcos de la Frontera, donde los
pasos apenas si caben por las calles estrechas y empinadas,
pero la Junta de Andalucía considera de interés turístico la
Semana Santa de una veintena de pueblos gaditanos. Entre
ellos figura la de Alcalá del Valle, donde destaca el
Domingo de Resurrección, caracterizado por el desfile de
hornazos y la Carrerita de San Juan, en la que el Santo
recorre a gran velocidad las calles del pueblo hasta
encontrar a la Virgen para avisarle de la Resurrección de su
hijo. En Torre Alháquime son mujeres quienes lo
transportan y cuando se produce el encuentro las imágenes
bailan al compás de la música y de los aplausos del público.
En Arcos, son muy particulares los armaos, cuadrillas de
romanos que se remontan al siglo XVIII cuando salieron por
primera vez acompañando a Jesús Atado a la Columna resalta
la investigadora.
Díaz Franzón destaca igualmente La Borriquita viviente
de Alcalá de los Gazules en la que unos 80 niños vestidos
como hebreos salen en procesión el domingo de Ramos.
En Benamahoma, pedanía de Grazalema, cabe subrayar la
celebración del Domingo de Resurrección, uno de los pocos
desfiles en el que procesiona una imagen del Corazón de
Jesús. Como preparación de la Resurrección, la noche del
sábado es tradicional que niños del pueblo llamen a la
alegría con una cencerrada. Alcalá del Valle vive tan intensamente su Semana
Santa que cada Cuaresma representa la Pasión y Muerte de
Jesucristo. Más de 100 vecinos recrean escenas como
la Crucifixión, el Camino al Calvario, la Santa Cena o la
Ascensión a los Cielos.
Y recuerda que en algunos pueblos como Vejer de la Frontera
continúa vigente la antigua tradición de ofrecer a los
nazarenos roscos y pan duro (rebanadas de pan
abizcochado con almendras y especias) tras la recogida de la
procesión. Y que también podemos comprar en las confiterías
de la ciudad.
Este año es un año especial para Barbate y su Semana Santa,
pues el 11 de marzo de 2013 se cumplen 75 años de la
segregación de Barbate del municipio matriz de Vejer de la
Frontera, hecho histórico que es celebrado por los
barbateños con conciertos y distintas actividades cofrades.
Otra particularidad sigue relatando Ana Díaz- es la
existencia de imágenes articuladas como ocurre con
los nazarenos de Conil y de Arcos.
En Setenil de las Bodegas goza de gran arraigo
popular la singular competencia entre las dos hermandades,
la Santa Vera Cruz (los blancos) y Nuestro Padre
Jesús (los negros). La escisión de la hermandad
primitiva tuvo lugar a finales de 1.700 pero las cofradías
siguen poniendo todo su empeño para que sus respectivas
procesiones luzcan con mayor esplendor.
En San José del Valle destaca la representación
teatral de la Pasión de Cristo y las salidas procesionales y
en Benaocaz, el Viernes Santo tiene lugar la
procesión de la Pasión, compuesta por siete pasos con gran
tipismo en su recorrido.
La Semana Santa de Olvera adquiere matices muy
particulares con desfiles procesionales de la Penitencia o
Silencio, Los Estudiantes, El Cautivo, Jesús Nazareno,
Veracruz y Santo Entierro.
En la Semana Santa de San Roque procesionan imágenes del
siglo XV al XVIII, que los españoles trajeron consigo cuando
huían de Gibraltar invadidos por los ingleses.
En San Roque todas las Hermandades salen de sus iglesias,
para recogerse en la Iglesia Santa María La Coronada, desde
donde parte la Procesión Magna con sus catorce imágenes
todos los Viernes Santo.
En Tarifa es célebre el encuentro del jueves santo entre los
pasos de la cofradía del Nazareno y se mantiene apunta la
historiadora- la antigua costumbre de los sermones
públicos.
Judas y los toros, símbolos del mal
El domingo de Resurrección es muy especial en la provincia
resalta Ana Gómez- sobre todo en la Sierra y en La Janda,
donde además de las procesiones del Resucitado se celebran
varias manifestaciones populares de carácter festivo como
las fiestas de los toros o la Quema del Judas en
Conil o en Benamahoma donde le echan un toro para
que lo destroce. En Bornos prolongan el acto con
actuaciones musicales y el tradicional Búcaro de la
suerte, donde cada sorbo de licor va acompañado de un
deseo.
Ana Díaz explica que tanto Judas como el Toro representan el
Mal pero mientras que al primero se le destruye, del animal
se huye.
El domingo de Resurrección se suelta el toro embolao
en Los Barrios y en Vejer, y el del Aleluya en
Paterna y en Arcos de la Frontera, donde los
más valientes se atreven a correr delante de dos reses
bravas y los más tranquilos disfrutan de la fiesta asomados
a los balcones y a las azoteas.