- HOTELES CON ENCANTO - HOTEL BONSOL (Palma de Mallorca)
Este
hotel de 4 estrellas fue el sueño de Antonio Xamena (1910-1996),
un mallorquín que amaba la isla y quería dar la oportunidad a
otras personas de experimentar y disfrutar de sus encantos como
lo hizo él.
La
familia Xamena es originaria de Felanitx, un pueblo alegre y
acogedor conocido por su importante industria de cerámicas y por
su producción vinícola. El padre de Antonio quería que fuera
agricultor, pero el chico pensaba que el trabajo en el campo era
demasiado limitado, ya que le gustaba conocer gente y participar
en actividades sociales.
A
los 26 años, su carrera profesional fue interrumpida por la
Guerra Civil. Al terminar esta, conoció a Roger, hija del
propietario de una pequeña fábrica de piel. Antonio y Roger se
enamoraron y al poco tiempo se casaron.
Antonio quiso ser más independiente en su trabajo y decidió
abrir su propio negocio en Palma con su amigo Jorge Rossello,
que era muy buen sastre. Abrieron la tienda “ROXA” (Rosselló &
Xamena) en el centro de Palma.
Antonio y Roger se fueron a vivir a la casa que Antonio tenía en
Palma. Los dos fueron muy felices y no pasó mucho tiempo antes
de que le surgieran nuevas oportunidades. “Roxa” aumentó sus
ganancias substancialmente cuando empezaron a confeccionar
gabardinas en serie, algo realmente novedoso en Mallorca, ya que
hasta entonces todo se hacía a medida. Al ver que su negocio
prosperaba, en 1950 Antonio pensó que podía construir una casa
en la costa sudeste, donde había comprado un terreno en un lugar
idílico, en Cala D’Or, que en aquel entonces era un pequeño
pueblo de pescadores.
La
casa se construyó en dos plantas independientes, cada una con
seis dormitorios, ya que pensó que mientras vivía en una sección
podría alquilar la otra si lo deseaba. La casa tenia el
inconveniente de estar muy alejada de Palma, por lo que Antonio
solamente podía estar con Roger los fines de semana. Durante una
fuerte tormenta, un rico americano se refugió en el porche.
Cuando el tiempo se aclaró, la belleza de la casa y de su
situación le impresionaron, describiéndola cómo su “Shangri-la”
y diciéndola a Roger que esta casa era su sueño, que deseaba
construir una igual. Roger le ofreció vendérsela por una
importante cantidad, si Antonio estaba de acuerdo. Antonio
estaba trabajando, por lo que tuvo que ir al teléfono más
cercano, a 2 kilómetros, para asegurarse que aprobaba su acción;
él desde luego aceptó.
Ahora podrían comprar un terreno en una playa cerca del centro
de Palma. Antonio disfrutaba del placer de sumergirse en las
aguas cristalinas del mar cada mañana antes de ir a trabajar. Se
preocupó cuando la expansión del puerto enturbió las aguas de la
playa donde solía bañarse, y empezó a buscar aguas más claras
fuera del futuro puerto. Las encontró en una pequeña cala de
Illetas dominada por una vieja casa solariega que pertenecía al
castillo de Bendinat. Consiguió realizar esta importante compra
en 1951. Aunque el edificio estaba en mal estado, un año después
ya estaba suficientemente restaurado para poder vivir en él.
A
Roger le gustó su nueva casa, pero al poco tiempo se dio cuenta
que durante el día estaba muy sola, ya que los vecinos más
cercanos estaban a casi 2 kilómetros. Antonio no deseaba volver
a la casa de la ciudad y se le ocurrió la idea de transformar la
villa en un pequeño hotel, donde recibieran a sus huéspedes como
si fueran sus amigos. Esta filosofía sigue manteniéndose en las
nuevas generaciones de la familia Xamena.
EL HOTEL
En
junio de 1953 llegó el primer huésped al hotel. La casa original
se levantó sobre una colina en un lugar donde tanto el sol del
invierno como las brisas del verano se podían aprovechar al
máximo, ya que los niveles más cercanos al mar eran húmedos, y
los visitantes de Mallorca al principio buscaban la bondad del
clima invernal de la isla. Cuando los gustos de los turistas
cambiaron, buscando la playa y el sol del verano, fue evidente
que una playa sobre el mar seria una ventaja para el hotel. En
1957 se compró el terreno de la playa con la cala y los solares
entre esta y el hotel.
Por
otro lado, Antonio y Roger eran muy amantes del arte,
especialmente de la pintura. Un número importante de su
colección de cuadros fueron heredados de un tío suyo, canónigo
que dedicó toda su fortuna a la restauración del Monasterio de
San Salvador de Felanitx, donde construyó la hermosa capilla de
Cristo Rey. Los monjes en agradecimiento le regalaron una
importante colección de pinturas. Antonio y Roger, adquirieron
también otros muchos cuadros y obras de arte en Italia,
Tailandia, Sri Lanka, Filipinas, Burma, China, etc. Todas las
piezas se integraban de una forma especial con el carácter del
hotel que siempre mantenía el calor de la casa solariega
original. Antonio tenía buen ojo para las obras maestras y Roger
tenía el don de encontrar su lugar adecuado en el Bon Sol.
EL MAR
Antonio y Roger querían que su hotel estuviera relacionado con
el mar de una forma muy especial. Deseaban que cada huésped
pudiera disfrutar al menos de una vista parcial de la bahía de
Palma y conseguir que el ambiente del mar impregnara todo el
establecimiento.
El
mar es un tema repetido en los cuadros que escogieron o
encargaron para las zonas públicas y para las habitaciones de
los huéspedes, mientras que la evolución de los espacios que
descendían hacia el mar se convirtieron en la característica
unificadora de los edificios del hotel y de sus jardines.
Durante la tarde el restaurante de la playa y las zonas con
terraza se convirtieron en lugares privilegiados para contemplar
el crepúsculo sobre el mar y las barcas de pesca, blancos
cruceros y aquellos barcos cuyas velas parecían que sostenían
permanentemente la luz del sol.
Antonio y Roger fueron los fundadores del hotel Bonsol y su
familia ha continuado la política general con éxito. Una gran
parte del personal ha contribuido a mantener el mismo espíritu
con su dedicación durante 25 o 30 años de servicio. Ahora Martín
y Lorraine Xamena continúan realizando mejoras en el complejo y
se esfuerzan por cumplir con los más exigentes requisitos del
siglo XXI. Pretenden continuar las mejores tradiciones del
Bonsol para que sus hijos sigan adelante con la misma ilusión.
HABITACIONES Y SUITES
El
hotel Bonsol dispone de 92 habitaciones y 28 villas. Todas sus
espaciosas habitaciones y suites bellamente decoradas disponen
de baño, terraza, TV, música, minibar, teléfono, aire
acondicionado, calefacción e Internet Wi-Fi.
Además, posee tres restaurantes para desayunar, comer y cenar,
tres piscinas para adultos y una para niños, una playa privada,
un minigolf, una sala de conferencias, un gimnasio y una planta
de sauna y fisioterapia, entre otros muchos servicios.
Por
último, decir que merece mucho la pena disfrutar de la exquisita
cocina del hotel, servida por cualificados y atentos
profesionales, mientras uno se deleita del ideal ambiente
señorial del restaurante.
De
abril a octubre, el hotel completa el bienestar del huésped con
un bar-snack con sofisticados combinados exóticos y un
restaurante junto al mar.
Para
más información:
HOTEL
BONSOL (www.hotelbonsol.es)
Paseo de Illetas, 30 07181 Calvià (Mallorca)
Tel: 97 140 21 11
Email:
[email protected]
TEXTO: Jesús Buitrago COORDINADOR: José Buitrago