Espace Killy. Un
paraíso del esquí (Val d´Isère – Tignes)
La idea de este viaje fue la de visitar una de las zonas de
esquí más importantes de los Alpes franceses, con la intención
de descubrir tanto el esquí como deporte, como la riqueza
cultural del lugar. Nuestra elección fue el dominio esquiable
del Espace Killy, el cual engloba la zona de Val d´Isère y
Tignes como centros importantes y alguna que otra población como
puede ser Le Fornet y La Daille, las dos cercanas a Val d´Isère
y por la parte de Tignes encontramos Val Claret y Le Lavachet
sin olvidar Le Lac como centro neurálgico de Tignes.
Nuestro viaje comienza en Madrid, donde salimos en avión desde
el aeropuerto de Madrid-Barajas hasta el aeropuerto de Lyon-
Saint Exupery en vuelo regular de Air France, operado por Brit
Air y que ha realizado una importante inversión para poder
ofrecer vuelos a muy bajo coste sin que por ello el pasajero se
vea afectado en ningún aspecto, pudiendo disfrutar durante el
viaje de un pequeño desayuno que hace más agradable el vuelo,
una vez llegados a Lyon, podemos optar por diferentes formas de
transporte, hay autobús hasta las mismas estaciones de esquí,
hay tren de alta velocidad hasta la población de Bourg Saint
Mourice, cercana a los Alpes y desde donde se puede llegar en
autobús a las estaciones, y por último tenemos la opción de un
taxi, si viajamos en grupo es una opción a tener en cuenta, en
cuanto a rapidez y comodidad es la mejor sin lugar a dudas.
Desde el aeropuerto emprendimos un viaje hasta Val d´Isère de
dos horas y media aproximadamente, es decir desde Madrid hasta
pisar la nieve de la estación habían transcurrido unas seis
horas, realmente extraordinario si tenemos en cuenta que estamos
a 1.410 kilómetros de distancia, si viajamos en nuestro propio
coche, también es un viaje muy interesante, pero hay que tener
en cuenta el tiempo de conducción y desde luego prepararnos a
conducir más de una persona durante el trayecto pero con la
tranquilidad de que 1.340 kilómetros del total los haremos por
autopista y tan solo setenta kilómetros serán de carretera de
montaña.
Una vez llegamos a Val d´Isère nos encontramos con una nevada de
las más grandes que se recordaban en los últimos diez años, el
aspecto que presentaba era absolutamente maravilloso.
Vista de Val d´Isere después de la gran nevada
Nos acomodamos en el hotel
Kandahar, de tres estrellas donde el trato fue exquisito desde
el primer momento, incluso pudimos comprobar que mas de un
empleado del hotel hablaba castellano, cosa importante para el
turista español que decide hacer “mundo” para esquiar.
Además el alojamiento es
extraordinario, con la tranquilidad que se desea para unos días
de descanso vacacional y al mismo tiempo sin renunciar a algunos
placeres de la vida como puede ser una sauna o un baño de vapor
después de un largo día de esquí. Incluso se puede disfrutar de
rincones de lectura, bar y cafetería dentro del propio hotel.
Recepción y salón de estar del hotel Kandahar.
Una vez acomodados nos fuimos a la oficina de turismo a
reunirnos con la directora de prensa Dña. Jane Jacquemod, y
pudimos comprobar que la información que se presta al viajero es
muy detallada y poniendo todo su empeño en que la estancia en
Val d´Isère sea lo más grata posible, en este lugar pudimos
saludar a otros trabajadores y colaboradores de la estación como
por ejemplo Joan Sblandano encargado de la comercialización de
la página web de la estación.
Cuando estábamos informados y
listos para comenzar nuestra particular visita al dominio
esquiable, era momento de reponer fuerzas y las repusimos de muy
buenas maneras en el restaurante “La grande course” en el pié de
las pistas, donde pudimos degustar la sabrosa gastronomía de la
zona y regarla con un buen vino tinto de la zona.
Una particularidad en este restaurante es la de ser uno de los
más antiguos de la zona y de hecho cuenta con un fresco pintado
por uno de los pioneros y patrocinadores del esquí en Val
d´Isère, además de su acogedor entorno donde no falta su
chimenea y rincones con encanto en los cuales poder degustar un
buen café o una buena copa de Genèpy, licor de hierbas típico de
la zona.
Vista del interior del restaurante
“La grande Course”
Una vez repuestas las fuerzas,
comenzamos nuestra particular visita por el dominio de Val
d´Isère, para lo cual contamos con la inestimable colaboración
de Cedre Deville, profesor de la escuela francesa de esquí que
además, al igual que muchos de sus compañeros, hablaba
castellanos, tengamos en cuenta que esta escuela cuenta con 300
profesores sólo en el área de Val d´Isère. Junto a él pudimos
explorar bien la zona de esquí.
Esa primera tarde, la verdad es
que había nieve de unas características maravillosas pero la
visibilidad era reducida, por lo que la práctica del deporte
blanco no era tan apasionante como hubiéramos deseado, menos mal
que eso solo sería esa primera tarde y a pesar de ello pudimos
disfrutar en grande. Junto a Cedre tuvimos la suerte de poder
esquiar cerca de pistas memorables como la pista OK, famosa por
ser utilizada para los campeonatos del mundo de esquí alpino y
por otras pistas de belleza singular como la pista M, Orange,
etc.
Vista general de La Daille, zona de apartamentos.
Llegamos al final de nuestro día
de esquí y llegamos a “La Daille” zona más baja del dominio con
1785 m de altitud y que cuenta con una zona de apartamentos que
dejan ver el tipo de construcción masiva que se realizaba en los
años sesenta y que por suerte se ha dejado de realizar para
realce de la belleza de la zona. En este punto cogimos un
autobús gratuito que de manera continua enlaza las poblaciones
de Val d¨Isère y no hace necesario caminar por la zona con el
calzado de esquí.
Volvimos a nuestro hotel y pudimos relajarnos con una sauna que
eliminó toxinas de nuestro cuerpo y descansar en nuestras
habitaciones que estaban muy bien, como se puede comprobar en
estas imágenes.
Cuando descansamos nos dirigimos a tomar una aperitivo y una
cena con Joan Sblandano y tuvimos la posibilidad de saludar al
director de la oficina de turismo de Val d´Isère con quien
pudimos hablar de las muchas posibilidades que ofrece al
visitante la ciudad tanto para esquí como para el no esquí,
además nos encontramos ante una formidable persona con un
espíritu emprendedor y ganas de trabajo, motivado en parte
importante por ser muy joven, no ha cumplido los cuarenta.
Pudimos gozar de la gastronomía Alsaciana en “La Taverne
d´Alsace” situado en los bajos de nuestro hotel, donde degustar
un codillo asado con choucroute o un surtido selecto de
salchichas, acompañadas de un buen vino tinto y sin pasar por
alto los excelentes postres, todo ello unido a un inolvidable
marco de elegancia y buen gusto. Sintiéndolo mucho tuvimos que
terminar esta amena velada con nuestro amigo Joan.
Al día siguiente en ambiente era
distinto, había más visibilidad y unido al suculento desayuno en
el hotel, nos dispusimos a continuar la visita al dominio en la
zona de Val d´Isère de la mano de nuestro monitor y guía Cedre.
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Comenzamos
nuestra visita por una zona donde no pudimos esquiar el
día anterior es la zona de Rocher de Bellevarde, en la
cual hay muchas pistas azules y verdes para debutantes y
que sumado a la maravillosa vista que hay en cualquiera de
sus pistas hacen de esta área un lugar perfecto para el
esquiador debutante y que empieza a sentir la seguridad
necesaria para la práctica de este deporte.
Un detalle a tener en
cuenta es la existencia de remontes mecánicos gratuitos
para los principiantes, ya que el ski-pass puede resultar
algo caro para un esquiador que solo pueda bajar por
pistas verdes, además todos los remontes que llevan desde
estas pistas de debutantes hasta la estación cuentan con
la posibilidad de poder cogerlos desde la cabecera de
pista hacia la estación y de ese modo no tienen que pasar
mal rato para bajar hasta Val d´Isère.
La tarde una vez
terminamos de esquiar y volvimos al hotel para relajarnos
y darnos la merecida ducha con agua calentita, pasó con
una visita por la villa. Visita tremendamente interesante
por los muchos detalles que nos contó nuestra guía Anne
Clare, detalles como el contar la villa con una iglesia
del siglo XI, lo que nos da una idea de la antigüedad de
la zona. También pudimos visitar varias zonas de Val
d´Isère, donde se encuentran unas villas de auténtico lujo
y que conviven con las viejas casas de piedra de la época
más remota. |
Una curiosidad fue ver que las casas antiguas contaban con
puertas en la zona inferior, planta baja, y además tenían una
puerta en la primera planta, muy útil en época de nieve porque
la planta baja quedaba totalmente cubierta de nieve y lo que
hacían era meter a los animales en esa zona para que además
dieran calor a la familia durante el duro invierno.
Realmente la villa tiene una gran personalidad y no podríamos
caer en la desidia ni un momento al realizar un pasero por sus
calles, donde se encuentra el comercio más variopinto
coexistiendo con la restauración formidable de la zona.
Para tomar un aperitivo, Jane y Orellie nos acompañaron hasta un
hotel de 4 estrellas Aigle des beiges, donde pudimos ver un
concepto distinto de restauración, en la cual encontramos tres
ambientes totalmente diferentes Pier&Paul&Jack, pero con la
comodidad asegurada, estuvimos degustando un vino blanco con
unos crudites francamente buenos.
Después de este aperitivo pudimos degustar cocina italiana pero
con un toque de distinción superior que nos brindaron en el
restaurante de la Rosèe Blanche.
El día finalizó para nosotros pero hay un gran número de lugares
donde poder ir a tomar una copa y poder disfrutar contando esos
tremendos descensos que hemos realizado durante el día, uno de
esos lugares es, por ejemplo, Underground.
En la mañana siguiente nuestro destino es Tignes, el otro gran
dominio esquiable del Espace Killy, para ello nos apresuramos a
tomar junto con nuestro monitor de la escuela de esquí francesa,
esta vez de la zona de Tignes, quien es conocido en la región
con el gracioso apodo de “Cannard” y que demostró ser un gran
profesional al igual que sus compañeros, y que además hablaba
castellano.
Tomanos nuestros esquís y nos dirigimos hacia la Daille para
tomar el funicular llamado funival y en el que subimos hasta
Rocher de Bellevarde para bajar hasta Val Claret y tomar el
funicular de Grande Motte y que nos dejó en el glaciar que lleva
su propio nombre, el glaciar de Grande Motte que se puede
esquiar en verano y que hace del lugar un paraíso en verano.
Desgraciadamente para nosotros estaba cerrado el glaciar, pero
las vistas desde el terminal del funicular son realmente
maravillosas.
Glaciar de la Grande Motte
Desde el momento que entras a esquiar la zona de Tignes, se
puede observar la gran cantidad de zonas con acceso directo
desde telesillas para practicar el esquí fuera de pista, no en
balde han creado una zona especial llamada S.P.O.T para enseñar
las técnicas del fuera pista y el uso de A.R.V.A, instrumento
para poder encontrar a esquiadores que se han visto sorprendidos
por un alud y han quedado enterrados en la nieve.
El día era espléndido como se puede apreciar en las fotografías
y disfrutamos del esquí hasta la hora de comer, en la que
llegamos a Tignes “Le Lac” para reponer fuerzas en el
restaurante del hotel donde nos alojamos y en el que degustamos
las viandas propias de l zona como el paté de liebre o el pato
estofado, regado con buen vino de la zona y unos postres, como
siempre, extraordinarios.
En la tarde seguimos esquiando por la zona de “Le Lac” y pudimos
constatar de primera mano la alta seguridad que hay en pistas,
además los esquiadores pueden encontrar en esta zona todo tipo
de pistas y si hay quien es suficientemente avanzado y
arriesgado cuenta con muchas zonas de fuera pista.
Después del intenso día nos dirigimos a relajarnos al centro
acuático de Tignes “Le Lagón”, todo un espacio para el culto al
cuerpo basado en tratamientos hidrotermales en general, puedes
disfrutar de una piscina de natación, un tobogán de diversión o
una zona de spá para la relajación, el colofón perfecto para un
día en la nieve.
Al anochecer fuimos testigos de la amplia zona de diversión para
la juventud, bares de copas, resturantes, etc. Pudiendo degustar
unos suculentos platos en los que el cariño y el esmero del
cocinero quedaban patentes.
De nuevo, a la mañana siguiente nos dirigimos a las pistas de
esquí para disfrutar demuestra última media jornada y poder
descubrir una zona nueva para nosotros dentro del propio Tignes
y además descubrir el enlace Tignes-Val d´Isère por otras pistas
distintas que el día anterior, comprobando las diferentes
posibilidades para disfrutar de las dos zonas del Espace Killy.
La climatología acompañaba como se puede ver en la imagen y la
nieve estaba en unas condiciones óptimas para la práctica del
esquí.
En esta foto podemos ver la maravillosa vista que presenta
Tignes Val Claret, escenario de los campeonatos del mundo de
Freestyle.
En esta otra imagen vemos la pista preparada para los
campeonatos, preparación óptima para el evento.
En esta foto estamos junto a Antonio, nuestro monitor del último
día, que también hablaba castellano y junto a Julia, nuestra
anfitriona de la oficina de prensa de Tignes, a quien tenemos
que agradecer el fenomenal acogimiento prestado por parte de la
estación y por ella misma.
Ya al mediodía volvimos al hotel para cambiarnos de ropa y
volver al aeropuerto de Lyon donde tomamos el vuelo de regreso a
Madrid.
Hay varias cosas importantes a destacar en Tignes, son
promociones en las cuales, por el forfait familiar te regalan la
estancia en apartamento, o por la compra de forfait para grupos,
te regalan alguno de ellos.
Destacable es la posibilidad de hacer otras actividades aparte
del esquí, como el submarinismo bajo el hielo, bicicleta de
montaña, etc.
Las conclusiones que podemos esbozar de este viaje se pueden
resumir en varios puntos, primero, los Alpes no están tan lejos
como pensamos en muchas ocasiones y la nieve merece la pena el
esfuerzo; en segundo lugar, las estaciones de esquí francesas
están totalmente equipadas y perfectamente preparadas para
recibir turismo español, sin que el idioma sea un problema y por
último podemos mencionar las diferentes posibilidades que se nos
muestran con tan solo unos kilómetros de distancia entre
estaciones.
En definitiva, es para no dudar, si podemos soportar el pequeño
esfuerzo económico y de tiempo, debemos probar las pendientes de
Tignes y Val d´Isère, nunca nos arrepentiremos.
Agradecimientos: Tenemos que reconocer el enorme trabajo que ha
supuesto a los departamentos de prensa de Val d´Isère y Tignes
la realización de este viaje y personalmente dar las gracias a
los monitores de la escuela de esquí francesa.
Las direcciones donde podemos encontrar información son:
www.valdisere.com
www.tignes.net
Además nos podemos acercar por las oficinas de turismo donde nos
ayudarán en todo lo posible.
Val d´Isère: Office du Tourisme
B.P 228
73155 Val d´Isère Cedex – France
Tel 33 (0)4 79 06 06 60 Fax 33 (0) 4 79 41 12 06
Tignes Tignes Developpement
B.P 51 – F – 733321 Tignes Cedex
Tel: +33 (0) 4 79 40 06 73 Fax: + 33 (0) 4 79 40 20 43
Maison de la France Plaza de España 18 – Torre de Madrid 8º
28008 MADRID Tel: 91 548 97 41 Fax: 91 541 24 12
Texto y Fotografías: Juan M. Almansa Morillas y José M. García
Coordinación: José Buitrago Prieto |