El
marco de producción de la Denominación de Origen se extiende por buena
parte del sur de la provincia de Córdoba. Los ríos Genil y el Guadajoz
limitan sus fronteras oriental y occidental, en tanto que el
Guadalquivir, al norte, y las sierras de la Subbética, al sur,
delimitan su contorno. No todos los terrenos comprendidos dentro
de estos límites se consideran aptos para la producción de uva
destinada a la elaboración de los vinos amparados. El criterio
selectivo es claro: ya se han definido los tipos de suelo idóneos para
que la vid dé sus mejores frutos. El artículo 4º del vigente
Reglamento la define así: “La zona de producción de los vinos
protegidos por la Denominación de Origen Montilla-Moriles está
constituida por los terrenos que el Consejo Regulador considere aptos
para la producción de uvas de las variedades que se especifican en el
artículo 5º, con la calidad necesaria para ser destinada a la
elaboración de tales vinos, y ubicados en los términos municipales de
Montilla, Moriles, Doña Mencía, Montalbán, Monturque, Nueva Carteya
y Puente Genil en su totalidad, y en parte los de Aguilar de la
Frontera, Baena, Cabra, Castro del Río, Espejo, Fernán-Núñez, La
Rambla, Lucena, Montemayor y Santaella”.
Dentro
de la Zona de Producción se distingue la Subzona de Calidad Superior,
constituida por terrenos delimitados y seleccionados por sus especiales
cualidades edafológicas: son los alberos de la Sierra de Montilla y de
Los Moriles Altos.
Las
producciones máximas por hectárea quedan fijadas reglamentariamente en
80 hectolitros en la Zona de Producción y 60 hectolitros en la
Subzona de Calidad Superior.
Situación:
En el centro de Andalucía, al sur de la provincia de Córdoba,
entre los paralelos 37º 11' y 37º 40'
Altitud:
entre 125 y 600 metros (zona de crianza)
Clima:
semicontinental mediterráneo, con veranos cálidos, largos y
secos e inviernos cortos.
Temperaturas
mínimas medias: 12’2 grados centígrados.
Temperatura
media anual: 16’8 grados centígrados.
Temperaturas
máximas medias: 25’7 grados centígrados.
Número
de horas de sol efectivo: Entre 2.800 y 3.000 anuales.
Pluviometría:
Entre 501 y 998 mm. (zona de crianza)
RESUMEN
DE LAS CONDICIONES EDAFOLÓGICAS Y VARIETALES IDEALES PARA LA
OBTENCIÓN DE VINOS DE CALIDAD CON DESTINO A LA CRIANZA
BIOLÓGICA EN EL CLIMA SECO Y SOLEADO DEL MARCO
MONTILLA-MORILES:
El
estudio edafológico más completo del marco Montilla–Moriles
fue realizado por García del Barrio Ambrosy, Sanz Carnero
y López Bellido y plasmado en la obra El viñedo, el clima y
el suelo de Montilla – Moriles. En un listado, reproducido
a continuación, figuran resumidos los condicionantes
cualitativos ideales para la obtención, en el clima cálido y
seco de Córdoba, de los mejores mostos para rociar las
criaderas de vinos en crianza biológica:
-
El viñedo debe ser adulto, más de veinte años, y de la
variedad selecta Pedro Ximénez.
-
Debe estar ubicado en "lo alto de un cerro" o en
lugares alomados, nunca en bajos o llanos.
-
Además, en tierras blancas en suelo y subsuelo, o sea, sin
hidromorfismos perjudiciales.
-
Su composición debe ser fuertemente caliza (33 % en suelo y 60
% en subsuelo).
-
El cultivo debe ser esmerado.
-
La suma de las profundidades del suelo y del subsuelo debe ser
de, al menos, de cuatro metros.
-
La poda tiene que ser adecuada, poda corta.
-
Los frutos han de recogerse maduros y no verdes.
-
En el suelo no deben abrirse grietas con el calor y la sequedad.
-
El suelo debe tener escasa materia orgánica natural.
-
El subsuelo, una composición mineralógica muy simple,
prácticamente caliza y sílice.
-
El patrón debe plantarse profundo, a unos 60 centímetros.
-
El suelo no ha de ser lo que se entiende por fértil.
-
El abonado mineral debe ser escaso.
-
La cosecha corta. Cantidad y calidad están reñidas.
-
El marco de plantación conviene que sea pequeño.
-
El subsuelo debe tener una estructura preferentemente hojaldrada
o grumosa gruesa y nunca masiva.
-
El suelo y, sobre todo, el subsuelo ha de ser de margas blandas.
-
El subsuelo debe tener un alto poder retentivo de la
humedad, alrededor del 30 % y, sin embargo, ha de conservarse de
color blanco, sin hidromorfismos.
-
Conviene que la cepa tenga muchas raíces, poco cuerpo y
abundantes hojas.
-
El suelo no debe tener cloruros, sulfatos, etc.
-
La alimentación ideal de la cepa es uniforme y más bien
escasa.
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