Cortamos
los calabacines a lo largo, los
vaciamos y reservamos la carne.
En una sartén con un poco de aceite
freímos los calabacines ligeramente
salpimentados.
Freímos la carne picada junto con
la carne de los calabacines y
los dos dientes de ajos troceados.
Con la ayuda de una picadora,
picamos ligeramente esta fritada y
volvemos a la sartén, salpimentamos
al gusto y añadimos un poco de
tomate frito, cocemos durante unos
instantes.
Rellenamos los calabacines y los
vamos colocando en una bandeja de
horno previamente untada con un poco
de mantequilla, echamos por encima
la bechamel cubriendo los
calabacines y espolvoreamos con el
queso rallado.
Introducimos en el horno,
precalentado a 180º, horneamos
durante unos 20 minutos
aproximadamente, usamos el
gratinador los últimos 5 minutos.