LORETO
Nuestra Señora
de Loreto es Patrona de la Aviación
Loreto
es, como Guadalupe, Fátima, Lurdes, Montserrat, Nuria y un inacabable etcétera,
el nombre de un lugar geográfico cuyo renombre ha saltado fronteras
gracias a algún milagro de la Virgen, relacionado siempre con una imagen
concreta de la misma, sobre la que se han levantado grandes templos
convertidos en focos siempre resplandecientes del culto a la Madre de
Dios. Como soporte "histórico" hay en todos los casos una
piadosa leyenda relacionada con la imagen de María Santísima que se
constituye en epicentro del culto.
En el caso de Nuestra Señora
de Loreto la piedad de los fieles forjó una leyenda más audaz, allá
por el siglo XIV, y en torno a ella erigió un gran centro de culto a la
Virgen, que era de lo que se trataba. Cuenta la piadosa leyenda que para
evitar que cayese en manos de los infiels y fuese profanada la casa de
la Virgen en Nazaret, ésta mandó a los ángeles que la trasladasen
volando por el cielo (de ahí el patrocinio sobre la aviación) a un lugar
seguro, en el que estuviese garantizada su conservación para rendir en
ella culto a la Madre de Dios. El lugar que eligió la Virgen fue primero
Dalmacia, pero no contenta con esta situación, la hizo trasladar por los
mismos ángeles a Loreto. Allí se encontró la casa de María, en
un bosque, y se supo cómo había llegado hasta allí, por revelación de
la misma Virgen al cura del lugar, gravemente enfermo, a quien devolvió
la salud. La veneración de los fieles por tan singular recuerdo de la
Madre de Dios movió centenares de miles de peregrinos, por lo que se
levantó un suntuoso templo dentro del cual quedó la casa de la Virgen
para su veneración.
El nombre de Loreto se
va repitiendo a partir de ahí, especialmente en la geografía del nuevo
mundo. Es de destacar todo un departamento del Perú, en la región del
Amazonas, que lleva este nombre.
Es éste acaso el único
santuario de María que dio lugar además de al culto religioso, a una
intensa y prolongada acción social a través de los Colegios de
Nuestra Señora de Loreto, una congregación femenina dividida en tres
ramas que atendían la acogida e instrucción de huérfanas, la educación
de niñas de todas las clases sociales y la asistencia a los enfermos.
Es tranquilizador observar
que en el catolicismo hay una decantación evidente hacia el culto a la
Madre de Dios, la que en la historia de las religiones y aplicando por
analogía la misma denominación que en las demás, deberíamos señalar
como nuestra gran divinidad femenina, que hace sombra a todas las
divinidades masculinas como si viniésemos de una sociedad matriarcal o
preconizase en la tierra el predominio que tiene la gran divinidad
femenina en el cielo.