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Día del Padre

LAS COSAS Y SUS NOMBRES - FRASES Y REFRANES - POEMAS - SANTORAL - AUTOAYUDA - PSICOANALISIS - LIBROS - HUMOR - TURISMO

 

Indice de textos sobre Autoestima - Desarrollo Personal - Resolución de conflictos

La mejor oportunidad que tenemos es la vida que comienza a cada día.


Cuando abres la página de El Almanaque estas abriendo nuestro corazón, nuestro pensamiento y trabajo diario. Nos gusta estar aquí; contigo, compartiendo estos minutos de tu día. Te agradecemos tu atención y esperamos que esta página te sea de ayuda para el día de hoy, y quizás un poquito más. ¡Que pases un buen día, leyendo y compartiendo El Almanaque!. Para ti, especialmente para ti....

Todos los días tenemos un chance para cambiar el mundo. Todos los días, la vida se abre, sin prejuicios, para cada uno de nosotros, lista para que la transformemos completamente.
Todos los días podemos ser felices. Todos los días podemos amar y ser amados. Todos los días podemos crear nuevas amistades. Todos los días tenemos una nueva oportunidad; ¿por qué perderla hoy?

FABRICANDO UN PADRE

En el taller más extraño y sublime conocido, se reunieron los grandes arquitectos, los afamados carpinteros y los mejores obreros celestiales que debían fabricar al padre perfecto:

"Debe ser fuerte", comentó uno.

"También debe ser dulce", comentó otro experto.

"Debe tener firmeza y mansedumbre, tiene que saber dar buenos consejos"

"Debe ser justo en momentos decisivos, alegre y comprensivo en los momentos tiernos"

¿Cómo es posible -interrogó un obrero -poner tal cantidad de cosas en un solo cuerpo?

"Es fácil", contestó el ingeniero -, "Solo tenemos que crear un hombre con la fuerza del hierro y que tenga corazón de caramelo"

Todos rieron ante la ocurrencia y se escuchó una voz (era del Maestro, dueño del taller del cielo).

"Veo que al fin comienzan -comentó sonriendo -No es fácil la tarea, es cierto, pero no es imposible si ponen interés y amor en ello". Y tomando en sus manos un puñado de tierra, comenzó a darle forma.

¿Tierra? -preguntó sorprendido uno de los arquitectos -Pensé que los fabricaríamos de mármol o marfil, o piedras preciosas!

"Este material es necesario para que sea humilde - le contesto el Maestro - Y extendiendo su mano sacó de las estrellas oro y lo añadió a la mesa. "Esto es para que las pruebas difíciles brille y se mantenga firme".

Agregó a todo aquello, amor, sabiduría, le dio forma, le sopló de su aliento y cobró vida, pero ...... faltaba algo, pues en su pecho le quedaba un hueco.

"¿ Y qué pondrás ahí?, preguntó uno de los obreros.

Y abriendo su propio pecho, y ante los ojos asombrados de aquellos arquitectos, saco su corazón y le arrancó un pedazo y lo puso en el centro de aquel gran hueco.

Dos lágrimas salieron de sus ojos, mientras volvía a su lugar su corazón ensangrentado.

"¿Por qué haz hecho tal cosa?" -le interrogó un ángel obrero -y aún sangrando, le contestó el Maestro:

"Esto hará que me busque en momentos de angustia, que sea justo y recto, que perdone y corrija con paciencia, y sobre todo, que este dispuesto aún al sacrificio por los suyos y que dirija a sus hijos con su ejemplo, porque al final de su largo trabajo, cuando haya terminado su tarea de padre allá en al tierra, regresará hasta mi. Ysatisfecho por su buena labor, yo le daré un lugar aquí en mi reino.Le extenderé mi mano, descansará en mi pecho y tendrá Vida Eterna.
Pues yo también soy Padre y por él, por su bien, para otorgarle vida, arranqué del corazón un pedazo de amor y lo puse en su pecho. Para que a mi regrese, guiado por la sangre que derramé por él en una cruz, para darle perdón para mostrarle que aunque es duro ser padre, cuando extiendes tus brazos y perdonas, la recompensa es vida, gozo y amor eterno.



CUANDO LOS HIJOS EMPRENDEN EL VUELO.

Para algunos padres, el momento de la emancipación del último hijo que vivía en casa, es uno de los de mayor vulnerabilidad.

Cuando los hijos inician su vuelo propio para dejar el nido, surge uno de los momentos de mayor fragilidad, desde el punto de vista psicológico, para presentar un cuadro depresivo, y es cuando se plantea uno de los períodos más difíciles para aquellas mujeres que han construido su proyecto vital sobre la base de una familia regular.

Existe una época de la vida de algunas mujeres, fundamentalmente a partir de los 50 años, en que el alejamiento de los hijos al independizarse las hace reflexionar sobre su lugar propio en este mundo y sobre la validez de su aspiración vital. Aunque este síndrome puede afectar por igual al padre y a la madre, suele repercutir especialmente en la madre, sobre todo si no ha trabajado fuera del hogar y el cuidado de sus hijos no era únicamente su papel central, sino el exclusivo. Las resultas de esta situación, a menudo se producen en mujeres que no aprendieron a complacerse en sus vidas, porque pensaban, así se lo inculcaron sus padres, que su labor en el hogar era su misión fundamental, y no cuidaron de sí mismas o de buscar algunas compensaciones a tanto desvelo. Es lo mismo que puede ocurrir a aquellas personas que se dedican a cuidar a un enfermo (familiar, padre o hermano) durante toda su vida y que el día que éste se muere deja un vacío total en su existencia.

Las madres sienten el vacío del nido como un vacío en su identidad. Al no haber construido otros espacios de desarrollo personal, muchas mujeres carecerán de actividad y hasta se sentirán inútiles al no tener ya la responsabilidad de velar por los hijos. Por lo general, los hombres no sufrirán estos mismos efectos ya que el rol masculino está socialmente construido sobre otros pilares. En el caso del padre, el riesgo se incrementa cuando coincide la emancipación de sus hijos con la jubilación laboral. Sucede, pues, esto con una razonable exclusividad en las personas que habían convertido su papel de padres y educadores en el factor fundamental de sus vidas, dejando a un lado otras funciones igualmente importantes. 

Durante muchos años el rol fundamental de la mujer ha sido el de madre, y la relación con los hijos constituye una parte muy importante de su identidad femenina. Una persona que ha hecho de la formación de sus hijos el "leiv-motiv" de su vida corre el riesgo de morir de éxito cuando los hijos abandonan el hogar en busca de la independencia. Este hecho, que en un principio debería ser vivido como un rotundo triunfo y, en algunos casos, como un tremendo alivio, pasa a dejar un vacío tanto físico como, sobre todo, motivacional en la vida de estas personas. El mayor tiempo libre con el que cuentan en la nueva situación es vivido desde la anhedonia y la carencia de un papel sustitutivo inmediato para hacer que aparezcan sentimientos de inutilidad. A menudo, a estos se les añade el sentimiento de soledad, la percepción súbita del paso de los años y la obligatoriedad de recuperar un papel de pareja que probablemente no se ha trabajado durante muchos años.

Y, en definitiva, qué significa eso del Síndrome del nido vacío ? Yo lo entiendo como una desadaptación, un mal afrontamiento de una situación social-actual, y que puede etiquetarse como un trastorno afectivo enmascarado, de características depresivas donde reinan los sentimientos de tristeza y de pérdida. Las mujeres que lo padecen muchas veces no son conscientes de lo que les pasa, sino que acuden a la consulta del médico por dolencias físicas, aunque suelen delatarse con expresiones como: "la casa está vacía", "me falta algo", "hay un silencio deshabitual", etc. El ser consciente de la situación es ya un paso hacia la adopción de medidas correctoras que supongan el afrontamiento de la situación. 

¿Qué pasa con esos crueles pichones, capaces de abandonar el nido que los alimentó y les dio cobijo? Por lo general son conscientes del sufrimiento que provoca su vuelo, pero c´est la vie… y aunque cada día se observa una mayor tendencia de las personas de llegar a la edad adulta y continuar dependiendo de la casa paterna, ellos trabajarán por una creciente independencia que les llevará a fundar su propio nido, c´est la vie.

Pese a todo hay madres a las que les cuesta afrontar la separación física y emocional de sus hijos, porque han vivido durante muchos años angustiadas por el temor del abandono y el rechazo de sus hijos si no cumplían con rigor bíblico el papel de abnegadas y perfectas madres. 
A este respecto sólo se puede aconsejar el comprender la inevitabilidad del proceso, lo mismo que la aceptación de los años y del cambio en el aspecto físico de la persona; Aunque también hay madres que sí logran superar los efectos que este fenómeno familiar podría haber ocasionado. Son aquellas que viven esta situación de forma natural, sin trauma. Son madres capaces de trabajar en su crecimiento personal para poder contar con proyectos personales propio, sin esperar a que sus hijos cubran los vacíos afectivos que pueda tener, para no sentirse abandonadas ni rechazada. 

En definitiva, se trata de madres que han aprendido que desde el principio hay que crecer con los hijos y saber adaptarse a sus distintas evoluciones, y que atribuyen a la situación otra significación (en vez de pérdida lo ven como un periodo de creciente libertad y posibilidad de autodesarrollo).

Manuel Sotillo Hidalgo

CONSEJOS DE UN PADRE A SU HIJO:

Jackson Brown no es un gran pensador, ni un Nóbel de literatura.

Es sólo un hombre común, un padre preocupado por la felicidad de su hijo que quiso escribir estos simples 'consejos', al momento que éste se iría a estudiar a la Universidad, lejos de su casa.

Su hijo decidió fotocopiarlos y los distribuyó entre sus compañeros de estudio. Tuvieron tanto éxito, que una editorial le pidió autorización a Brown para editar un libro con ellos.

Poco tiempo después, ampliado bajo el titulo 'Vivir Feliz', se convirtió en un Best Seller que lleva decenas de ediciones y Millones de ejemplares traducidos a varios idiomas.

Vivir Feliz

* Observa el amanecer por lo menos una vez al año.

* Estrecha la mano con firmeza, y mira a la gente de frente a los ojos.

* Ten un buen equipo de música.

* Elige a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de tenis: busca que sea fuerte donde tú eres débil y viceversa.

* Desconfía de los fanfarrones: nadie alardea de lo que le sobra.

* Recuerda los cumpleaños de la gente que te importa.

* Evita a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada solución.

* Maneja autos que no sean muy caros, pero date el gusto de tener una buena casa.

* Nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión.

* No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a alguien que está perdiendo el pelo. Ya lo sabe.

* Recuerda que se logra más de las personas por medio del estímulo que del reproche (dile al débil que es fuerte y lo verás hacer fuerza).

* Anímate a presentarte a alguien que te cae bien simplemente con una sonrisa y diciendo: Mi nombre es fulano de tal; todavía no nos han presentado.

* Nunca amenaces si no estás dispuesto a cumplir.

* Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo más pesado.

* Dale una mano a tu hijo cada vez que tengas la oportunidad. Llegará el momento en que ya no te dejará hacerlo.

* Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas. Ubica tus pretensiones en el marco de tus posibilidades.

* Recuerda el viejo proverbio: Sin deudas, sin peligro.

* No hay nada más difícil que responder a las preguntas de los necios.

* Aprende a compartir con los demás y descubre la alegría de ser útil a tu prójimo. (El que no vive para servir, no sirve para vivir).

* Acude a tus compromisos a tiempo. La puntualidad es el respeto por el tiempo ajeno..

* Confía en Dios, pero cierra tu auto con llave.

* Recuerda que el gran amor y el gran desafío incluyen también 'el gran riesgo'.

* Nunca confundas riqueza con éxito.

* No pierdas nunca el sentido del humor y aprende a reírte de tus propios defectos..

* No esperes que otro sepa lo que quieres si no lo dices

* Aunque tengas una posición holgada, has que tus hijos paguen parte de sus estudios.

* Has dos copias de las fotos que saques y envíalas a las personas que aparezcan en las fotos.

* Trata a tus empleados con el mismo respeto con que tratas a tus clientes.

* No olvides que el silencio es a veces la mejor respuesta.

* No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene.

* Nunca compres un colchón barato: nos pasamos la tercera parte nuestra vida encima de él.

* No confundas confort con felicidad.

* Nunca compres nada eléctrico en una feria artesanal.

* Escucha el doble de lo que hablas (por eso Dios nos dio dos oídos y una sola boca).

* Cuando necesites un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a amigos.

* Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos.

* Nunca envidies: la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento.

* Recuerda que la felicidad no es una meta sino un camino: disfruta mientras lo recorres.

* Si no quieres sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles.

El Análisis Transaccional

El Análisis Transaccional nos explica que existen en cada uno tres aspectos: Padre, Adulto y Niño.

A toda edad se conserva la parte de Niño, aquella que quiere jugar, experimentar y disfrutar. También es la parte que reacciona obedeciendo sin discriminación a una persona o institución con la cual se establece una relación Niño a Padre. Quien tiene autoridad viene a asumir el rol del padre cuando se era niño.

Los condicionamientos adquiridos han sido puestos por quienes han constituido un Padre para la parte Niño del sujeto. Y los datos del Padre pueden ser una carga o un beneficio según resulten apropiados para el presente o no, o según hayan sido superados o no por el Adulto.

El Adulto de cada uno es el encargado de reflexionar y evaluar la información que posee, para determinar si es apropiada o no para su vida.

El Padre de cada uno es el que da normas, pone reglas, pide subordinación.

El Niño dice: "es culpa mía, siempre lo es". El Adulto se mueve en la mente y reflexiona buscando respuestas.

Sergio Valdivia Correa

Poner límites a niños y adolescentes

Los niños también necesitan límites 

El abandono de tácticas excesivamente autoritarias no debe desembocar en una permisividad contraproducente para padres e hijos

Una de las grandes dudas de padres y madres en la educación y socialización de sus hijos e hijas es referente a los límites que deben imponerles en sus actitudes y comportamientos. ¿Cuándo hay que recriminar, advertir o castigar a un niño? ¿En qué momento el ejercicio de la autoridad pasa de lo necesario a lo abusivo? ¿Cómo podemos guiar a 
nuestros hijos sin generar tensiones innecesarias? Las preguntas se amontonan y no siempre se encuentran respuestas. Un primer paso para afrontar estas dificultades consiste en tomar conciencia de que no es beneficioso, para pequeños ni para adultos, proteger y excusar por sistema la 
actitud de los hijos e hijas. 

Las consecuencias de la permisividad total y la sobreprotección pueden ser muy negativas 

Las consecuencias de la permisividad total y la sobreprotección pueden ser muy negativas. He aquí dos ejemplos reales y cada vez más habituales. En el primer caso, un niño de unos ocho años se acerca a una mochila en un centro comercial y le arranca un elemento decorativo. El dependiente le llama la atención y le pide que se lo devuelva. El niño acude a su padre diciendo que el empleado le ha maltratado. Acto seguido, el padre se encara con el dependiente y le desautoriza de malos modos, en público y delante de su hijo. ¿Qué aprende este niño? Que su padre le defenderá aunque se comporte mal. Es decir, que portarse mal no está mal. 
En el segundo, un padre es juzgado por abofetear a un profesor. 
La razón: el docente había amonestado a su hija porque no quería entrar en clase tras el recreo. El padre no acude al juicio. El profesor no pide sanción: sólo quería que el progenitor le pidiera disculpas delante de su hija, para que ésta supiera la diferencia entre un comportamiento correcto y otro incorrecto. Pero no hay disculpas y el profesor ha cambiado de colegio. La niña sigue en el centro. 

La tolerancia a la frustración y el autocontrol 

En la educación de un hijo no se pueden evadir las normas ni la jerarquía. Un niño aprende que cuando su madre o su padre dicen que no, esa decisión es inamovible. La frustración que le generará es inevitable, pero debe aprender a tolerarla y convivir con ella porque las normas son precisamente las que le dan seguridad y le enseñan a confiar en un criterio sólido. 

Ante una pataleta o un enfado, se le puede ignorar hasta que recobre la calma, pero no celebrar que se ha tranquilizado ni negar el conflicto. Tras perder el autocontrol y recuperar la tranquilidad, el niño aguarda expectante. La indiferencia le dolerá más que un castigo ponderado, por lo que conviene hacerle ver lo estéril de su comportamiento con un ejercicio de la autoridad que le permita aprender algo de la experiencia. 

Poner límites a las conductas, no a los sentimientos 

Los niños necesitan ser guiados por los adultos y para ello es fundamental establecer reglas con las que fortalecer conductas y lograr su crecimiento personal. Los límites se deben orientar al comportamiento del niño, no a la expresión de sus sentimientos. Se le puede exigir que no haga algo, pero no se le puede pedir, por ejemplo, que no sienta rabia o que no llore. 

Los márgenes deben fijarse sin humillar al niño para que no se sienta herido en su autoestima. Por eso, no se debe descalificar ("eres un tonto", "eres malo"...), sino marcar el problema ("eso que haces o eso que dices está mal"). Conviene dar razones, pero no excederse en la explicación. Los sermones no sirven de mucho. Los niños responden a los hechos, no a las palabras. Un gesto de firmeza y serenidad, acompañado de pocas palabras será más efectivo que un discurso. 

SABRÁS LO QUE ES SER PADRE... 

Solamente sabrás lo que es ser padre, cuando sientas muy hondo el latido de ese pedazo de tu corazón sobre tu pecho, henchido de legítimo orgullo. 

Sabrás lo que es ser padre cuando comprendas que el fruto de tu sueño es ahora una realidad palpitante, ternura en piel viva y mirada inocente ante tu regocijo. 
Conocerás la dicha de ser padre cuando entiendas que tu sueño ya jamás será completo, cuando sepas del llanto de la madrugada, de tus largas ojeras y la satisfacción de ver a tu renuevo tranquilamente dormido, aunque tú no lo puedas hacer. 
Únicamente sabrás lo que es hacerse padre cuando radiante pasees a tu hijo en su dorado cochecito, le hables aunque sepas que no te entiende aún y lo veas descubriendo asombrado cada pequeña cosa que constituirá su primera lección de filosofía. 

Sabrás lo que significa ser padre cuando en la noche corras por esa medicina que necesita para aliviar su fiebre, al llevar la cuenta de sus vacunas y cuando de puntillas te acerques a su cuna a escuchar su respiración, acompasada y feliz. 
Cuando por primera vez te diga papá, ría cuando lo lances al aire y no sienta el peligro porque tú le das seguridad con tu sonrisa, cuando le impulses a dar sus primeros pasos, inequívoca señal de que empieza el camino hacia su destino y corras detrás de su bicicleta donde afanosamente pedalea los primeros caminos y distancias del peregrinar futuro de su vida. 
Sabrás la maravilla que posees cuando lo lleves por vez primera a la escuela y veas sus ojos llorosos porque no quiere separarse de ti y sientas el alma adolorida al alejarte dejándolo en medio de otros egoísmos que, sin embargo, le enseñarán a ser compartido. 
Cuando te muestre sus primeros garrapateados dibujos, incipiente Picasso que preludia en ellos el afán por la belleza que se esconde en su corazón. Y sobre todo cuando se abrace a ti, tomando tu mano simbolizando con ello la confianza de tu fortaleza, que le dará seguridad en su andar. 
Sabrás lo que es ser padre cuando reclame tu tiempo y tu tengas que buscarlo y encontrarlo en donde puedas, cuando lo lleves al circo y a la playa y al paseo cansado pero gratificante, cuando juntos sueñen en las vacaciones en que ambos se pertenecerán por completo, cuando le enseñes a jugar y a llenar rompecabezas y juntos caminen por el parque cualquier tarde esplendorosa de abril. 
Comprenderás la maravilla que Dios te concedió, cuando te rete con sus primeras preguntas y de momento no sepas cómo contestarlas, cuando le ayudes a escribir la carta a Papá Noel y esperes la vigilia de la Navidad con el ansia compartida de una nueva niñez tuya y descubra en tu abrazo, en tu caricia y en tu beso incondicional, cuánto le amas. 
Sabrás lo que es ser padre cuando lo lleves a que toque a Dios por primera vez, le enseñes a rezar por todos y sienta que tu cariño es algo en lo que puede confiadamente descansar. Y cuando ves que va creciendo y tú lo acompañas, va avanzando y tú estás a su lado, y se va haciendo adolescente y en ese proceso tú no lo dejas, por duro que sea el ver que poco a poco se desprende de ti, para ir en busca de sí mismo. 
Sabrás lo que es ser padre cuando oigas el reclamo inesperado y su deseo de independencia. El día que deje de acompañarte, porque sus amigos lo esperan y sientas que tu corazón se estremece, porque el día llegó antes de lo que pensabas y sientas profundamente que así debe ser, porque es el precio que pagarás por el aprendizaje de su vuelo definitivo. 
Y finalmente sabrás lo que es ser padre cuando un día tu hijo tenga que partir para estudiar en otro lugar, o a un trabajo distante y la nostalgia consuma las horas que antes feliz disfrutaste en su compañía y quizás sea el teléfono o el internet la lejana liga que te una a él. 
Y sobre todo cuando alguien venga y lo lleve de tu lado para perseguir otro arco iris, el de su propia vida, compartida con alguien a quien amará y tú deberás aceptarlo, porque esa es la ley de la vida y tu hijo te fue solamente prestado por un tiempo. 
Entonces sabrás lo que es saberte padre. Que no estudiaste para ello, pero lo viviste y lo seguirás viviendo. Y el regocijo que eso te proporcionará deberá entonces ser mayor que el dolor que supone el sentir que algo muy tierno se despide de tu alma. Pero es sólo entonces que podrás saber con plenitud, la maravillosa experiencia, regalo de Dios vivo, que es saberse padre. 

Rubén Núñez de Cáceres V.

!!MUCHAS FELICIDADES A TODOS LOS PAPÁS!!

SI QUIERES SER UN BUEN PADRE, SÉ UN BUEN ESPOSO

En el último libro del italiano Piero Ferruci, "Nuestros maestros los niños" él dice:

- "Ha hecho falta tiempo, pero al final me he dado cuenta: la relación con mis hijos pasa a través de la relación con mi mujer. No puedo tener con ellos una buena relación si mi relación con ella no es buena".

La experiencia clínica de Ferruci le ha demostrado que "cada ser humano es el resultado de la relación entre dos individuos: su padre y su madre. Y esa relación sigue viviendo dentro de cada uno como una armonía bellísima o como una laceración dolorosa. La relación entre nuestros progenitores -dice Ferruci- nos constituye en lo que somos. Un niño siente con todo su ser la relación entre sus progenitores, sea cual sea, la siente en sí mismo. Si la relación está envenenada, el veneno circulará por su organismo. Si la atmósfera no es armoniosa, crecerá en la disonancia. Si está llena de ansias e inseguridades, también su futuro será incierto".

La conclusión entonces parece clara: si quieres ser un buen padre, sé un gran marido. Si quieres ser una buena madre, sé una gran compañera para tu marido. Esto que parece simple, en la práctica no lo es. ¿Por qué? Ferruci responde en primera persona, con gran humildad:

- "A veces he olvidado esta realidad. He tenido demasiada confianza. Sabiendo que nuestra relación va bien, la he dejado allí". Abandonada la relación a su propia suerte, pronto aparecen los disgustos, las recriminaciones.

Cuando un matrimonio reacciona a tiempo y recupera lo bello de su amor, los primeros en darse cuenta son los hijos. Y cuenta su propia experiencia, después de una temporada en que, obsesionado por escribir sus libros, comenzó a levantarse a las 5 de la mañana y a pasar el día rabiando por el ruido y las interrupciones:

- "Comencé a sentirme deprimido, algo no andaba bien. Al fin comprendí lo que sabía pero no quería admitir. El orden de mis prioridades estaba equivocado.

Decidí devolver a mi mujer, un marido que no se cayera de sueño. Después ocurrió algo sutil y sorprendente. Mejoró la relación entre nosotros. No es que fuese una relación mala, pero había algo que no me gustaba. A menudo yo era descortés con ella y hablaba conmigo como si mi esposa no existiera; la ignoraba como el machista más encallecido. Después lo he entendido: Era mi actitud hacia mi esposa; ella yo quien la transformaba en una sombra. Por fortuna me di cuenta a tiempo".

¿Cómo mantener y mejorar constantemente la relación conyugal? Este autor italiano es un gran romántico y cree que la fuente de amor para los esposos radica en el recuerdo de sus mejores momentos.

- "Al contrario de lo que muchos piensan, yo creo que el hecho de enamorarse es el instante más auténtico de la relación entre dos personas; es cuando ellas ven que todas las posibilidades se abren ante ellas, cuando tocan la esencia y belleza del amor. Ante los ojos de mi mente desfilan nuestros momentos más luminosos: el primer paseo juntos, la decisión de casarnos una tarde en un día de lluvia. Todo eso es el origen, la fuente: el lugar en que todo va bien y es perfecto. Resulta positivo regresar de vez en cuando a los orígenes y beber de aquella fuente de agua pura".

Tomado de: Nuestros maestros los niños de Piero Ferruci

EL LIBRO DE LA PATERNIDAD RESPONSABLE: CONSEJOS PARA RESOLVER SIT UACIONES CONFLICTIVAS DE LA VIDA FAMILIAR
de ROGERS, FRED 
Editorial:ONIRO
9.50 € 

En palabras de Fred Rogers, experto en temas de paternidad con largos años de práctica en ayudar a los padres a hacer frente a los altibajos de la vida familiar, no existen ni padres ni hijos perfectos, sino padres e hijos “humanos”. A ellos dedica este profundo estudio del desarrollo infantil, que constituye el resultado de largos años de comunicación con los niños y tiene como meta resolver los problemas que todos los padres deben afrontar. El libro de la paternidad responsable, de lectura fácil y agradable, aborda una amplia gama de situaciones de paternidad, desde preocupaciones presentes a diario en cualquier hogar, como las horas de las comidas, hasta primeras experiencias, por ejemplo, qué cuidados prodigar a un recién nacido, y situaciones especialmente conflictivas, como la separación y el divorcio. Cada capítulo se centra en una situación concreta, entre las que cabe destacar: · Reglas y límites cotidianos · El recién nacido · La hora de la comida · La televisión y los niños · La visita al médico o al dentista · Mudanzas · La hora de acostarse




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