Santos del
día 24 de Julio
Santas Cristina y Eufrasia; santos Vicente, Víctor y Ursicinio.
CRISTINA
Los grandes nombres
son irresistibles. Por eso ni los hombres han querido renunciar a
los grandes nombres femeninos (el caso más singular es el de María,
que forma parte de nombres masculinos compuestos), ni las mujeres se
han resignado a prescindir de los grandes nombres masculinos. Uno de
ellos es el de Cristo. La forma femenina Cristina se
ha convertido en un nombre con mucha fuerza. Del griego criw (jrío),
que significa ungir, se forma cristoV (jristós), que
significa "el ungido". La unción era el rito de consagración de los
reyes. Decir de alguien que era "el ungido", significaba que había
llegado a lo más alto, y que contaba con la protección de Dios.
Llamarse Cristina, "la ungida", es proclamar que se ha sido elegida
y consagrada para grandes cosas. Ése es el significado del nombre.
Un nombre cargado de promesas.
Santa
Cristina de Toscana nació a mediados del siglo III en Tur,
pueblo situado cerca del lago de Bolsena, desaparecido en una de las
inundaciones del lago. Su padre, que se llamaba Urbano, era el
prefecto de la ciudad. Cristina, niña aún, era profundamente
cristiana gracias a su madre, que la había educado en la fe de
Cristo. Cuando tenía la niña 10 años, decidió un buen día trocear
los pequeños ídolos de oro de su padre y repartir el oro entre los
cristianos pobres. Fue indescriptible la irritación del padre, que
como prefecto estaba obligado a velar por las buenas costumbres en
la ciudad. Prendió, pues, a su hija y se la entregó al verdugo para
que la flagelase y le desgarrase las piernas con garfios de hierro y
después de untarla con aceite la echase al fuego. Con la ayuda de
Dios salió indemne Cristina. El disgusto y el remordimiento acabaron
con la vida de su padre. Pero no fue mejor el sucesor. La hizo
asaetear como un San Sebastián. Murió Cristina el año 300, durante
el reinado de Diocleciano, que desató una de las mayores
persecuciones de los cristianos.
Celebran las
Cristinas su onomástica el 24 de julio, en
que se conmemora también la muerte de santa Cristina la Admirable (1150-1224).
Cuenta la tradición que cuando murió por primera vez, se levantó del
ataúd durante el funeral, diciendo que la devolvía Dios al mundo
para rezar por las ánimas del purgatorio.
Nombre de reinas y
princesas, entre ellas Cristina de Dinamarca, hermana de Carlos V,
un prodigio de belleza y de inteligencia. Cristina de Francia,
duquesa de Savoya, que al enviudar demostró su gran capacidad de
gobierno. Cristina de Sajonia, reina de Escandinavia. Cristina de
Suecia, que convirtió este país en pionero de Europa por el cultivo
de las ciencias y las letras. Y la reina María Cristina de España,
que nos recuerda la canción "María Cristina me quiere gobernar". Tanto
por su significado como por las grandes Cristinas que han hecho
honor a su nombre, las afortunadas que lo llevan pueden estar
satisfechas y seguras de que su virtud ejercerá sobre ellas una
influencia positiva que irradiará en todos los que forman parte de
su entorno. Es una suerte llamarse Cristina y como tal estar
protegida de cualquier mal por el aceite sagrado. ¡Felicidades!