Es éste uno de los
nombres cuyo significado es patente. Justo es el que obra con justicia,
el que respeta los derechos de los demás, el que está inclinado más a la
bondad y a la magnanimidad que al conflicto. Llamamos hombre justo al
que tiene todo el compendio de virtudes propias de un hombre bueno. La
palabra nos viene del latín justus; de ella hemos tomado el
significado y el uso. Se utilizó en Roma como sobrenombre, pero es a
partir del cristianismo cuando se asienta su uso como nombre. Dio lugar
a los derivados Justino, Justiniano, Justurio y los respectivos
femeninos. Se convirtió también en apellido.
San Justo nació,
al igual que su hermano Pastor, en Alcalá de Henares. Les tocó vivir la
última de las grandes persecuciones contra los cristianos, la de
Diocleciano, apenas 10 años antes del edicto de Milán (313) en que pasó
a ser el cristianismo la religión oficial del imperio. Tenían Justo y
Pastor entre siete y nueve años, según cuentan los martirologios, cuando
fue enviado a España el gobernador Daciano, que se hizo célebre por su
despiadada persecución contra los cristianos. Al oír un día en la
escuela que había llegado Daciano a Alcalá, los niños, que ya habían
oído hablar de él, sin pensárselo dos veces se presentaron ante el
gobernador, diciéndole que eran cristianos. Daciano, que no tenía
entrañas y que pensó que tratándose de dos niños les daría un
escarmiento y se apuntaría el primer triunfo, les dio incienso para que
lo quemaran ante el altar de los ídolos. Al negarse los niños, mandó
azotarlos, pero ellos no cedían; y aumentaba la fuerza y el número de
los azotes, y ellos sin ceder. Cuando quiso acordar Daciano se le había
pasado tanto la mano que temió devolverlos a la escuela en aquel estado.
Mandó pues que se los llevaran fuera de la ciudad y los degollaran en
secreto. Descubrieron los cadáveres los otros cristianos y les dieron
sepultura. Murieron el 6 de agosto del año 304.Fue éste uno de los
martirios más sonados por su crueldad. De ahí la celebridad de estos
santos y las numerosas iglesias que se les han dedicado.
La onomástica la
celebran los que llevan este nombre, el 6 de agosto, festividad de los
santos niños Justo y Pastor; la iglesia conmemora además otros santos
del mismo nombre el 25 y el 28 de febrero (S. Justo mártir); el 29 de
mayo (san Justo obispo); el 2 de junio y el 2 de julio (san Justo
mártir); el 14 de julio (san Justo soldado mártir); el 21 de julio y el
6 de agosto (san Justo mártir); el 14 de octubre (san Justo obispo); el
20 de septiembre (san Justo Ranfer de Bretenières, cura y mártir).
Es el de Justo un
nombre con el que no se puede estar en contradicción, porque resulta
chocante llamarse Justo y distar mucho de serlo. Por eso es normal que
quienes lo llevan procuren no vivir de espaldas a su nombre, por lo que
bien puede decirse que a los Justos su nombre les ayuda mucho a mejorar
su calidad personal. Además tienen un santo patrón encantador,
acompañado de un buen cortejo de santos, por lo que pueden sentirse
contentos quienes llevan este nombre. ¡Felicidades!