Derivado de máximus, superlativo
de magnus. Un nombre que se llevaba bastante en Roma. Era el título
con que se honraba a los generales victoriosos. Maximiliano sería un
gentilicio de Maximilius, cuya existencia no está documentada. El
grupo de nombres que se formaron a partir de Máximo experimentó un
considerable auge en el Renacimiento, para decaer luego lentamente. Después
de la Segunda Guerra Mundial, con la popularización del hipocorístico Max,
han vuelto a recobrar fuerza todos los nombres del grupo: Máximo, Maximiano,
Maximino, Maximiliano, que admiten la forma femenina, aunque menos
frecuente.
San Maximiliano mártir
vivió en Tebasa de Argelia en el último cuarto del siglo III. El gobierno de
Roma estaba en manos del emperador Diocleciano, empeñado en luchar contra
los cristianos por considerarlos responsables de los males que acuciaban al
imperio. Maximiliano era un joven y valiente soldado. Contaba veinte años y
tenía por delante una tentadora carrera militar. Pero habiéndose convertido
al cristianismo, no quiso participar en la persecución de los cristianos,
por lo que devolvió a sus superiores el cinto militar. Esta singular forma
de insumisión provocó la indignación de sus superiores, quienes tras
conminarle a volver al culto y a la fe oficial, como se negase fue condenado
a muerte. El martirologio romano da como fecha de su muerte el 12 de marzo
del 295.
Los Maximilianos celebran
su onomástica el 12 de marzo (San Maximiliano, soldado mártir); el 28
de mayo (San Maximiliano diácono, venerado en Pedina de Istria); el 26 de
agosto (San Maximiliano mártir, venerado en Roma); el 15 de septiembre (San
Maximiliano obispo de Palermo, en el siglo V, cuyas reliquias se conservan
con gran veneración en Gaona de Toscana); el 12 de octubre (San Maximiliano
obispo de Lorch, que sufrió martirio en tiempo de la persecución de
Numeriano) y el 29 de octubre (San Maximiliano Mártir).
Maximiliano es
el nombre de dos emperadores de Alemania. Dos electores y dos reyes de
Baviera, el emperador de México, impuesto por Napoleón III y finalmente
fusilado por los patriotas mexicanos. Maximiliano I (1459-1519), padre de
Felipe el Hermoso. Fue un personaje singular, una especie de guerrero
humanista. Estuvo constantemente embarcado en guerras y alianzas con miras a
engrandecer su imperio, pero la falta de recursos para sostenerlas impidió
que se coronasen con éxito total. Hablaba con igual perfección el latín, el
alemán, el francés, el italiano, el inglés y el bohemio. Era versado en
matemáticas y en historia y practicó la pintura, la música, la poesía, la
arquitectura. Fue entusiasta promotor del humanismo y mecenas de humanistas,
historiógrafos y artistas. Sus grandes proyectos políticos tuvieron
continuidad en su nieto Carlos V, que le sucedió en el trono.
He ahí un nombre que habla
bien de sí mismo, que ha tenido momentos de gran esplendor y que ha sido
preferido por personajes que han dejado su huella en la historia.
¡Felicidades!