Monroe, Curtis y Lemmon aplauden en el Tívoli un
genial Sugar con faldas y a lo loco

Por Ferran Martínez Aira
Marilyn Monroe, Tony Curtis y Jack Lemmon
aplauden a rabiar cada tarde-noche en el Teatre Tívoli, que les tributa un
divertidísmo homenaje a través del musical Sugar, basado en la película “Con
faldas y a lo loco” que Billy Wilder llevó a la gran pantalla (1959). La
ingeniosa comedia de los dos travestidos que escapan de la mafia, triunfó ya
como musical en Broadway (1972), donde se representaron 505 funciones en el
Majestic Theatre de New York. Sugar se estrenó en el Teatro Alcázar de Madrid en
1976, protagonizada entre otros por Manolo Otero, Enrique Guzmán, Sylvia Pasquel
(Viridiana) y Alfonso del Real.
Sugar, una comedia blanca y apta para todos los públicos, se ha representado en
castellano en México y Buenos Aires (Ricardo Darín) y ahora llega a su tercera
temporada en Barcelona, sólo hasta el próximo 30 de julio. Sugar se presentó en
catalán entre el 2015-16 en los teatros Gaudí y Eixample con una exitosa
asistencia de 15.000 espectadores entre los dos escenarios.
El telón del Teatre Tívoli se alza durante este mes de julio para recibir un
musical imprescindible que destila la magia del teatro. Sugar con faldas y a
loco sorprende al público por su genial puesta en escena durante las dos
trepidantes horas de baile e ingeniosos diálogos, bajo la impecable dirección de
Pau Doz, Bernat Hernández (dirección musical), Laura Olivella (coreografía),
mientras que Roser Batalla y Roger Peña son los responsables de la traducción y
adaptación de canciones, todas muy pegadizas y que los espectadores salen
tatareando del Tívoli tras el apoteósico final con todo el Teatro puesto en pie.
Sugar con faldas a lo loco te hace pasar ese ratito tan necesario para
desconectar del mundo en estos tiempos casi tan revueltos como los de la ley
seca nortamericana donde trasciende la brillante comedia de Billy Wlder.
Un elenco de 19 actores de reconocida trayectoria en el teatro musical,
encabezado por Ruben Yuste, Xavi Duch y Beàlia Guerra, dan vida 58 años más
tarde en Sugar a aquellos monstruos de la gran pantalla (Monroe, Lemmon y Curtis),
pero sin olvidar a los veteranos Pep Cortés, con su acento valenciano y su
impagable final al grito de nadie es perfecto y Albert Muntañola, que acapara
minutos desbordantes a medida que se acerca el consabido desenlace. Ambos, como
el resto de actores, derrochan oficio y tablas a lo largo y ancho de la
representación, amparada por el cuarteto de músicos en directo que acompañan la
obra desde el fondo de un escenario que los propios actores van transformando en
distintos ambientes del Chicago de 1929.
A Iñigo y Xavi que siempre soñaron como Joe y Jerry