Cantabria, más que un paraíso gastronómico en Las Corts
Por Ferran Martínez-Aira
La estrategia que ha implando Àlex y su eficaz tripulación durante estos escasos cinco meses de navegación, y rumbo acertado, ha sido dar un trato personalizado al cliente: Poco trabajo y bien hecho. Su máxima: Conquistar a los comensales ofreciendo aquel servicio de antes. Cantabria desprende una apacible tranquilidad desde que franqueas la entrada. Si tienes urgencias, no podrás apreciar todos los encantos culinarios que recibes en el 96 de Tenor Masini, al que Barcelona dedicó una calle tras su desaparición en 1986.
En el menú que sirven al mediodía de martes a viernes por 17,80 euros puedes encontrar como primeros: desde chipirones en su tinta, guisantes de Llavaneres, sopa de pescado, alcachofas con jamón serrano y de segundos, desde merluza fresca, entrecot o una paella que te transportará a la que hacía la abuela con los cinco sentidos y el secreto de sofrito a buen recaudo.
El horario abarca desde las 13 h. hasta las 16 h. y además sábados y domingos disfrutas de jazz en directo de 13 a 15 horas. No hay menú pero los precios son asequibles por la calidad de lo que llega a la mesa. Vamos que lo pagas a gusto.
Si eliges cenar en Cantabria también habrás acertado. Por la noche (20 a 23 horas) se puede optar por un menú de 30 euros, a base de un pica-pica de gambas al ajillo, pimientos de padrón, surtido de ibéricos con pan de coca y chipironcitos. Para seguir con un segundo al gusto entre: Mariscada, parrillada de pescados o entrecot de 300 grs. La bebida va a parte pero el cava de la casa brut nature (14 euros) es excelente.
Los postres caseros: Tarta strudel de fresa y manzana, acompañada de sorbete de mango o el coulant son indecentemente buenos y conformarían casi el final de nuestra ópera gastronómica en Tenor Masini, 96.
Pero si todavía
no estamos suficientemente convencidos que una
visita al Cantabria de Les Corts es obligada, de la
mano de Àlex Iglesias vamos a esgrimir diez razones
para no perdernos este homenaje gastronómico: 7.-Los precios de la bodega (vinos, cavas y licores) mantienen un equilibrio acorde con el resto de productos de la casa. Y muy importante: llegan a la mesa a la temperatura idónea. 8.La
distribución de las mesas permite disfrutar de un
ambiente agradable y si se busca más intimidad se
puede reservar dos espacios para cuatro y seis
comensales respectivamente. 10.-Cuando sales por la puerta la reflexión es inmediata: Volveré al Cantabria de Les Corts porque les diré a mis amigos que he descubierto algo más que un paraíso gastronómico. Clic en la
carta para ampliarla
|
||||||||||
|
||||||||||