Piazze d’Italia celebra
estos días su desembarco hace 25 años en el
número 94 de la calle Casanova junto a
Avenida Roma. El amor empujó a Nicola
Marino, nieto e hijo de panaderos, hasta la
Ciudad Condal, que estaba en plena
efervescencia de los Juegos Olímpicos pero
que sin embargo no contaba con demasiados
restaurantes italianos. Marino apostó por
abrir su negocio en la ciudad donde residía
su enamorada y hasta hoy.
Con sólo 7 años Marino
(Bari 1963) ayudaba en la pizzeria que
regentaban sus padres en Turín tras haber
probado antes suerte en Vicenza. La
filosofía de Nicola desde que puso los pies
como restaurador en Barcelona no tiene
secretos: Complacer a su multitudinaria
clientela como si estuvieran en el país
transalpino. Además del veinteañero más
cinco Piazze d’Italia, Marino regenta otros
dos restaurantes: Vivo i el Margherita en la
calle Rosselló junto a la Pedrera, aunque a
Nicola más que restaurantes prefiere la
denominación de trattoria para sus templos
gastronómicos.

Marino no para un
instante. Lo supervisa todo. Completa el
acabado de sus creaciones en la misma mesa.
Administrando la trufa para cualquier clase
de pasta. El objetivo debe ser que los
spaguetti alla chitara se presentan en la
mesa del Piazze d’Italia como los sirven en
la Piazza Navona de Roma o que delicioso
rissotto alla milanesa nos situe en la
Piazza del Duomo o para que los famosos
ricciarelli nos acerquen a la Piazza Palio
de Siena. Por no hablar del exquisito
baccalà mantecato que se toma en la
veneciana Piazza de San Marco o la pizza con
scamorza y poca levadura (secreto de la
pizza) que presentan al cliente como en la
Piazza del Plebiscito en Nápoli.
La carta de Piazze
d’Italia está pensada para sibaritas
entregados a la cocina del país en forma de
bota. Nicola se pasa el día desmontando
tópicos. Lamenta que en España y Catalunya
se coma la pasta y el arroz pasados de
cocción. Jamás debe añadirse bacon a la
carbonara. Nico proclama su máxima a los
cuatro vientos: “Lucho para que se considere
la cocina italiana como la francesa, la
japonesa o la vasca. Y si se ha de pagar se
paga”, asegura Martino que compagina su vida
en Piazze d’Italia con el “showcookings”
alrededor del mundo: Dubai, Las Vegas, Hong
Kong…
Marino esgrime que en
su cocina se combinan arte y trabajo. “Hay
una preparación, un esfuerzo que después hay
que saberlo disfrutar en la mesa. Por eso
prefiero al cliente que viene sin prisas y
no el de la pizza como sucede en la comida
rápida.
Además de ofrecer productos frescos y de
primera calidad, la pregunta del millón es
si es caro o barato comer o cenar en Piazze
d’Italia. Unos suculentos linguini de
bogavante (el plato estrella) salen por 22
euros, una lasagna cuesta la mitad y las
pizzas, todas de enormes dimensiones y a
cual mejor, a partir de 10 euros. La burrata
con tomate y rúcula sube a 12 euros como el
vitello tonnato o como unos extraordinarios
tagliatelle frescos al ragu. El parmigiano
al 4 sapori nos lo sirven por 7,5 euros.
Y los postres para todos los gustos, aunque
donde esté el cannolo siciliano… (5,5
euros), sin desmerecer el tiramisú clásico,
la pannacotta. la cream caramele, la
macedonia, las peras al vino, la tarta de
ricota, el semifrío de almendra o la tarta
de manzana con helado.
Si quieren probar
alguna de las sugerencias que hemos escrito
tomen nota: Piazze d’Italia está en
Casanova, 94 junto a Avenida Roma. Telf.
933235977.
Horarios: Lunes, miércoles y viernes de 13 a
15,45 y de 20 a 23,30. Jueves y viernes de
13 a 15,45 de 20 a 23,45. Los sábados de
13,15 a 16 y de 20 a 23,45 y los domingos de
13,15 a 16 y de 20 a 23,30.